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Me identifico como...

Yo era...

Cuando esto ocurrió, también experimenté...

Bienvenido a Our Wave.

Este es un espacio donde sobrevivientes de trauma y abuso comparten sus historias junto a aliados que los apoyan. Estas historias nos recuerdan que existe esperanza incluso en tiempos difíciles. Nunca estás solo en tu experiencia. La sanación es posible para todos.

¿Cuál cree que es el lugar adecuado para empezar hoy?
Historia
De un sobreviviente
🇨🇦

Name, solo tenía 6 años

Tenía alrededor de 6 años, cierro los ojos y es cómo si volviera a vivir en carne propia el recuerdo, me acuerdo del ruido de la televisión, el olor del desayuno que estaba comiendo, yo solo estaba viendo caricaturas. El, un hombre de alrededor 50 años me cargó y me acomodó en sus piernas, y deslizó su mano por debajo de mis panties, TENÍA 6 AÑOS y ahí empezó mi historia de abusó sexual, una historia que me hubiese gustado no tener que experimentar. Yo hablé ya que mi mamá siempre me había enseñado a que nadie podía tocar mis partes pero en ese entonces mi mamá no tenía los recursos, vivíamos en casa de una prima (la hija de mi abusador) y nadie me creyó, dijeron que era mi imaginación. Otros sucesos pasaron cometidos por la misma persona, me arrebató mi inocencia y me rompió en pedacitos… pese a que yo hablé la primera vez, las otras veces me quedé callada porque nadie me creyó, nadie me protegió y nadie me escuchó más que mi mamá pero en ese entonces ella estaba luchando con un problema de alcoholismo y toda la familia nos dio la espalda. Después de un tiempo dejé de ver a mi abusador pero a los 8 años me volvió a pasar pero esta vez por el esposo de mi tía (la hermana de mi mamá) ellos han sido casados desde que mi tía tiene 16 años hasta el presente. Fuimos de visita a casa de mi tía, era diciembre entonces mi mamá salió con mi tía a comprar cosas para la navidad, yo, mi hermano y mi primo (hijo de mi tía) nos quedamos al cuidado del esposo de mi tía, el en ese entonces era oficial de la policía. Yo estaba jugando con mi primo y mi hermano cuando él me llamó, él estaba sentado en la mesedora viendo las noticias cuando me sentó en sus piernas y yo inmediatamente me paralice puesto que la última vez que alguien me sentó en sus piernas me manoseo, esta vez fue diferente, solo me acaricio las piernas y yo solo sentí cómo algo duro me rozaba mis glúteos, me paralicé y no sabía que hacer, hasta que tuve la fuerza y me bajé. Nunca hablé de mi segundo abusador y nunca lo he hecho, yo ya no vivo en Colombia pero cuando voy me toca actuar cómo si nada aunque por dentro sienta tantas cosas. Por mucho tiempo reprimí todo lo que me pasó, siempre decía que no me afectó y ahora a mis 22 años me está atormentando. Estoy comprometida con el amor de mi vida, siento que ha sido un regalo que Dios y la vida me dio después de tanto tormento pero hay veces que cuando vamos a tener intimidad y me toca siento una rabia en mi, ese tipo de rabia que te dan ganas de pegarle un puño en la cara a esa persona, y no lo entiendo, el no me ha hecho nada? El solo me ha ayudado y me ha tratado con amor y me ha demostrado lo mucho que me respeta y me ama, siempre quise evadir el tema y reprimirlo, no hablar de ello y pretender cómo que no me afectó pero ya llegué a un punto donde me dan unos ataques de ira que ni yo me reconozco, donde termino lastimándome a mí misma o sacando esa ira en mi prometido, hace unas noches por fin en medio de una ataque de ira donde terminé azotandome la cabeza en la pared solo repetía “no me deja en paz, me persigue, sácalo de mi cabeza” estaba en un estado de crisis y mi prometido solo pudo sujetarme en sus brazos mientras me preguntaba quién me perseguía y fue la primera vez que dije su nombre en voz alta, “Name, el hombre que me violo y me robo mi inocencia no sale de mi cabeza” no podía hablar, las lágrimas y gritos de desesperación eran más que las palabras, en ese momento me di cuenta que no importa cuánto allá crecido aquella niña de 6 años sigue dentro de mi, está enojada, está triste y rota. Mi pareja es abogado entonces el fue quien me habló sobre me too movement, me dijo que me hiciera justicia y lo denunciara pero que si no me sentía lista por miedo que navegara las opciones que me too ofrece y que quizá empezara por contar mi historia, por unos días habría la página y solo me quedaba paralizada, pero hoy me anime, ya no merezco ser prisionera de un dolor que no fue mi culpa aunque por mucho tiempo he sentido que lo es, me siento perdida y no quiero que mi pasado defina mi presente, la vida me está dando oportunidades bonitas pero mi abusó sexual no me deja avanzar, cómo me saco esta rabia que siento por dentro? Porque me volví un ser tan agrio y amargo, porque me enojo por todo? Porque no puedo disfrutar la intimidad con mi pareja si es delicado conmigo? Parece que entre más delicado es más rabia siento por dentro. Me siento muy sola y perdida. Quiero este dolor fuera de mi

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  • “La curación es diferente para cada persona, pero para mí se trata de escucharme a mí misma... Me aseguro de tomarme un tiempo cada semana para ponerme a mí en primer lugar y practicar el autocuidado”.

    Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    poder seguir adelante y pasar un poco la pagina

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  • “A cualquiera que esté atravesando una situación similar, le aseguro que no está solo. Vale mucho y mucha gente lo ama. Es mucho más fuerte de lo que cree”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    No tengo recuerdos claros y siento mucha culpa

    Mi historia es un poco larga. Cuando tenía 15 años o 16 años, vino a mi mente el recuerdo de cosas que habían ocurrido cuando yo tenía entre 4 y 5 años. Dos tíos abusaron de mí. Los recuerdos sobre esto nunca han sido claros y ahora, muchos años después, todo se ha vuelto más lejano y confuso y he dudado varias veces de mí misma y de mi historia. Hay otras cosas que pasaron en mi infancia que sí recuerdo con más claridad: cuando tenía entre 7 y 8 años, vi a mis papás teniendo relaciones sexuales a mi lado (esa noche me había pasado a dormir con ellos en su cama). Tiempo después, se repitió la situación, pero con mi padrastro y mi mamá. También cuando tenía entre 7 y 8 años, estaba revisando unos CD'S en el DVD que había en la casa para marcarlos según el género musical o según la película que fuera. Uno de los CD'S, era una película porno. Como casi siempre, me encontraba sola en mi casa, entonces la vi completa. No recuerdo si me masturbé. Sé que desde muy niña me frotaba con peluches, muñecas y otros objetos, aunque sin mucha conciencia de lo que hacía, pero estaba presente el miedo a ser vista. Hay algo que me atormenta en este momento: cuando tenía 6 o 7 años, mi prima (ella un año mayor) y yo jugábamos a imitar algunas posiciones de un libro de kamasutra que había en su casa. También tengo leves recuerdos de una vez que, mientras nos bañábamos, frotamos nuestras partes íntimas. No sé si esto se dio en el marco de una curiosidad bilateral y por el contenido del libro al que habíamos estado expuestas o si fui yo quien generó la situación y la persuadió a ella de hacerlo o si la manipulé. No recuerdo que haya sido así, pero me da miedo que sí. ¿Y si imité lo que hacía mis tíos conmigo o lo que vi en contenido al que estuve expuesta? Siento miedo, culpa y vergüenza. Además, hace medio año, recordé que cuando tenía 10 años y cargué a mi hermanita en mi piernas (que estaba como de un mes), sentí un estímulo placentero en mi zona íntima por el contacto. Cuando esta imagen vino a mí (tampoco fue clara, como mis otros recuerdos) sentí culpa, pero no escaló a más porque entendí que fue una reacción física y nada más. Pero luego no podía dejar de pensar en ello y me cuestionaba si había prologando o intensificado el contacto y sentí muchísima culpa, asco y vergüenza. Fue tan fuerte, que tuve un episodio de TOC y siento que aún no he podido salir de ahí, porque ahora me inundan las dudas sobre lo sucedido con mi prima.

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  • “Sanar significa perdonarme a mí mismo por todas las cosas que pude haber hecho mal en el momento”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Sólo palabras.

    Solo palabras. Te cuesta hablar de estas cosas. Te das cuenta de que te cuesta hablar de muchas cosas. Recuerdas la emoción que te produjo tu primer trabajo en Nombre de la empresa. Una amiga trabaja allí y sabes que mucha gente trabaja allí durante el verano. Es la década de 1990 y la ley te permite pagar menos del salario mínimo porque es como una formación a tiempo parcial para estudiantes que empiezan a trabajar. Como repartir periódicos. Eso es para chicos. Te emocionaste tanto después de estar nerviosa que pediste una solicitud junto con tu amiga. No recuerdas haberlo conocido entonces. Mucha gente quiere ser elegida para ese trabajo de mierda porque, por alguna razón, se ha vuelto muy popular entre los chicos. Sí recuerdas la llamada para que pudieras ir a una entrevista. De camino a casa, te preguntas si ser guapa y tener los pechos más grandes que la mayoría de las chicas de primer año tuvo algo que ver. Conociste a Nombre y esta vez lo recuerdas con seguridad. Tu aspecto ha sido mucho más una maldición que una bendición. Una razón por la que la gente no se sentiría tan mal por ti. 'Dios realmente te bendijo, cariño. Tienes tantos malos recuerdos, recuerdos bloqueados, recuerdos reprimidos por culpa de Nombre. Estás dudando mientras las lágrimas se acumulan. Necesitas un trago. Dejaste de beber hace años y hoy llevas tres meses y ocho días sobrio. Tu récord es de nueve meses y dos días. Eres fuerte. La mayor parte del tiempo. Estás vacío. Todo el tiempo. Nombre no fue el último, pero fue el primero. Le cambias el nombre aunque no quieras. Es el símbolo de tu odio por todo lo malo de los hombres. Te engañaron. Nombre consiguió lo que quería de ti. Demasiadas veces. Demasiadas veces antes de que dejaras de volver. Simplemente dejaste de hacerlo. Podrías haber dejado de hacerlo después de la primera vez que te abrazó y te acarició antes de que tu madre te recogiera esa noche. La primera vez. Todavía no lo entiendes ni te perdonas por eso. Dejaste que un chico en una fiesta y otro en un baile de octavo grado te metieran la mano debajo de la camisa. Te había gustado tanto esas veces. Había sido emocionante. y feliz. Nombre no te hizo feliz. Regresaste. Ahora quieres hablar de otra cosa. No de los otros hombres que pensaban que tu cuerpo era su juguete. No de la vez que fuiste a Irlanda con tus tías y mamá. Extrañas a mamá. Ese fue un buen viaje. Volviste mucho a eso. Te sentaste a hablar de cosas de las que no hablas. En un viaje familiar a Adventureland le preguntaste a tu prima si se consideraba perder la virginidad si un chico te lo hacía en los senos. Fingiste que era un chico lindo, no Nombre. Era difícil respirar con él sentado sobre tu torso embistiendo. A veces rompes cosas y gritas. Nunca cuando tu hijo está cerca. Tienes dos trabajos y realmente no te gusta el que más paga. Tu título universitario no cuenta mucho. ¿Cuánta vida se desperdicia en la desesperación, la duda y tomando el camino equivocado? Sientes alivio cuando finalmente terminó. Odias cuando termina porque sabes que te está robando su máximo placer cuando tiene una esposa. Actúa como si fuera solo otro día de trabajo para Te mantiene bajo su control. Eres patética. Sus restos están dentro de ti cada vez que vas a casa después de terminar con él. Solo otro día miserable en la vida. No dices nada. No se lo cuentas a nadie. No vales nada excepto como un recipiente para él. Tus padres te dicen cosas bonitas sobre ti. Siempre lo han hecho. Tienen que hacerlo. No saben lo que realmente eres. Una vergüenza negra son las veces que sentiste placer en tu cuerpo mientras él te lo hacía. Al menos mientras permanecías callada e inmóvil había algo de dignidad. Desafío. Insulto para él. Cuando tu cuerpo y tu voz reaccionaron como si te gustara, fue una traición. Como si te gustara esa bañera de hombre asqueroso encima y dentro de ti, follándote en ese suelo de baldosas, besándote como un amante. Te hiciste amiga de un grupo de chicos a mediados de la secundaria. Más de un año después, Nombre era más que una espina en tu alma. Una profunda insensibilidad. El grupo descubrió quién eras. Jugaban al fútbol. Eran importantes y tenían una voluntad fuerte. Te compartieron y te pasaron de mano en mano. Te dijeron Te amaban. Que eras la chica más genial. Tomaban lo que querían cuando querían. ¿Por qué? Nombre 2 fue tu compañero de laboratorio de biología. Fue el primero. Era el único de tu edad. Fuiste en su coche a almorzar y conociste a otros. Te querían. Te ofreciste voluntaria. Es todo para lo que sirves. Para drenarles su energía para que puedan ser felices y sentirse hombres. Para que puedas sentirte vacía y sucia. Incluso después de graduarse, se juntaban para divertirse en grupo o te hacían escabullirte por la noche para dar una vuelta. Te dirigiste al oeste después de graduarte. Un nuevo comienzo. Un éxodo. Una huida. Fuiste a una reunión. La reunión de diez años. Nombre 2 vino con su esposa. Te presentó como su exnovia. Dejaste que te llevara al baño para discapacitados y tuviera su rapidito. Después fuiste a los bares y dejaste a tu verdadero amigo y dejaste que Nombre 3 te llevara de vuelta a su habitación de hotel para vivir sus fantasías solo porque decía que siempre te había amado. Dicen que las personas atractivas tienen sexo con más frecuencia y con más parejas que la gente normal. Lo oscuro de esa afirmación es que, para las mujeres, no siempre es porque lo quieran, sino por la presión implacable de los hombres y por cómo hacen cualquier cosa si tienen la oportunidad. No eres una chica buena e inocente. ¿Lo habrías sido de no ser por Nombre, como quieres creer? ¿Habrías dejado que tu primo, mucho mayor que apenas conoces, te llevara de vuelta al bosque, detrás de su casa, a la choza donde fuma marihuana después de una boda? Y luego esperaras allí a que llamara a sus amigos después de descubrir que eras una chica mala y los esperaras también. Espantando moscas en tu ropa interior mientras los esperabas. No bebías porque tu madre no lo permitía, aunque eran niños menores que tú. Pero tu primo y sus amigos del barrio sí. Cuatro de ellos, contando a tu primo, lo suficientemente mayor como para ser tu tío. Aun así, actuabas como si te gustara todo lo que hacían. Lo llevaban tan lejos como si fueras el mejor juguete del mundo. Estrella porno, te llamaban como si fueras lo mejor que podrías ser. El sexo anal era insoportable. Era más fácil simplemente quitarte todo el maquillaje que intentar arreglarlo después de todo el sudor y la pegajosidad. Sonrisas y cumplidos seguidos de la profunda sensación de vacío del aislamiento total en la camioneta de regreso a casa desde Kansas City. Odiar a Nombre y sentir que traicionaste a tu tía porque uno de ellos era su prometido. Tuviste una infección y fue vergonzoso cuando el médico te lo dijo. Al menos era una doctora. La idea de un ginecólogo hombre es desconcertante. La única vez que te examinó uno fue aterradora. Estabas en la universidad. Era demasiado minucioso y hablador, como si estuviera a punto de invitarte a una cita y decidiste que nunca más. El único que tuviste sin guantes para el examen de mamas. El examen vaginal digital más sensual que tuviste para revisar el cuello uterino y los ovarios en busca de dolor. ¿Se suponía que su pulgar debía rozar tu clítoris? Incluso te preguntas si lo estaba grabando en su teléfono, ya que lo viste ajustar dos veces mientras asomaba por el bolsillo del pecho. Su bata de laboratorio. Su estúpido bigote de noviembre te preguntó si te gustaba. Así que algunos días no comes. Haces ejercicio para mantener el cuerpo que quieren. Te da valor para ellos. No eres nada. La gente siempre dice cosas bonitas. Cosas huecas. ¿Y si nunca hubieras conocido a Nombre? ¿Y si nunca te hubieran follado en el suelo por 3,45 dólares la hora? De espaldas, a gatas, a veces incluso encima de él. Tu primer orgasmo en ese suelo que olía a leche rancia y lejía. Tener que decirle a tu madre que te recogiera 45 minutos después del cierre del lugar para tus tareas de limpieza. Usaste tampones solo para evitar que se le escapara el semen de camino a casa. Fingiste ser virgen cuando estabas lejos de serlo. Te dijo que no te preocuparas porque se había hecho una vasectomía. Esa parte debe haber sido cierta. No tienes citas aunque siempre intentan concertarte una cita. Ni una oportunidad. Tu hijo es una buena excusa. Y una verdadera razón. Amor verdadero. La Tierra gira en el espacio. ¿Por qué no puede simplemente ¿Congelarte y morir como yo? Tu jefe no te lleva hasta el final porque no le engaña a su esposa. Le haces sexo oral porque no cree que cuente. Preserva su pureza. Dice que lo desea con todas sus fuerzas, como si pudiera tomarte lo que quisiera, pero es fuerte y valiente. No eres nada. Él es guapo. Dejas que te bese y te acaricie. Anhelas su contacto. No es un gran hombre, pero lo anhelas. Lo más parecido a un buen hombre que has conocido. Una figura paterna. Tu hijo necesita una figura paterna. Él lo es todo. Se merece algo mejor. Te quiere. Te dice que eres una buena madre y que por eso vale la pena soportar el mundo el tiempo que sea necesario. Pones buena cara, pero él sabe que estás vacía, en el fondo. Un pato herido fingiendo ser un cisne. Siempre fingiendo. ¿No había fingimiento antes de Nombre? Quizás no. Los días empiezan y tu mente finge, y es difícil, y los días terminan. Malos sueños por ambos lados. ¿Será un buen hombre? El gracioso La cosa es que quieres que sea un príncipe porque es tu príncipe, pero aunque sea como la mayoría de los hombres, quieres su felicidad total. Quieres chicas hermosas, buenos momentos y amigos fuertes para él. Existes para fingir y para que esos hombres te disfruten, pero sobre todo para darle a tu hijo la mejor vida posible más allá de ti. No eres inútil. No es tu culpa. Eres más fuerte de lo que crees. Palabras vacías. Tienen que decirlo. Siempre lo han hecho. Sin creatividad. Sin perspicacia. Sin verdad. Solo palabras.

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  • “Realmente espero que compartir mi historia ayude a otros de una manera u otra y ciertamente puedo decir que me ayudará a ser más abierta con mi historia”.

    Historia
    De un sobreviviente
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    Superviviente 👊🏼

    Fue hace 21 años y nunca se lo he contado a nadie. Viví con mi primera compañera de piso, quien sabía que tenía amigos sospechosos. Aun así, confiaba en ella y en nuestro nuevo y encantador hogar. Hasta que una noche invitó a amigos. Yo no bebía ni consumía drogas duras. Comíamos, todos bebían y se lo pasaban bien. No recuerdo nada después de eso, hasta que me desperté en mitad de la noche con un hombre, uno de sus "amigos", encima de mí. Estaba dentro de mí mientras yo yacía en medio del suelo. No podía moverme, no podía hablar. No fue una huida, una lucha ni una congelación; me habían drogado y no podía mover ni una sola parte de mi cuerpo. Ni siquiera podía mover los brazos para apartarlo. Y cuando la madre de mi compañera entró en nuestro nuevo hogar, en la habitación oscura, en mitad de la noche, vio lo que estaba pasando. Solo pude abrir los ojos de par en par del miedo, pero ella se dio la vuelta y salió sin decir palabra, dejándolo terminar lo que había empezado. Él se rió cuando ella se alejó. Para cuando recuperé el control de mi cuerpo, él ya no estaba. Estaba sola y desnuda en el suelo de la sala de mi primer piso, donde todos me pisoteaban al salir por la mañana. Era la broma de la mañana... ¿qué y a quién le hizo? Nadie me preguntó si estaba bien esa mañana. Nadie lo hizo nunca. Han pasado 21 años y todavía no sé el nombre del hombre que me violó esa noche, pero siempre recordaré su rostro.

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  • Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Sanar es no tener miedo de alzar la voz y hacer lo correcto.

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  • La sanación no es lineal. Es diferente para cada persona. Es importante que seamos pacientes con nosotros mismos cuando surjan contratiempos en nuestro proceso. Perdónate por todo lo que pueda salir mal en el camino.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Violación anal

    De alguna manera, conseguí entrar en Tinder a los 16 años. Sé que no fui muy inteligente, pero todos mis amigos lo usaban en ese momento y no pensé en ello. Conocí a alguien que me dijo que también era menor de edad, dijo tener 17. Parecía perfecto. Tuvimos una cita en un huerto de calabazas, comimos sushi en un restaurante y después vino a mi casa a tallar calabazas. Todo iba de maravilla. Estábamos viendo una película y nos pidió que nos cambiáramos a mi habitación. Sinceramente, no quería, pero acepté y nos fuimos. Su comportamiento cambió al instante; de repente, se volvió arrogante y dominante. Tuvimos sexo, algo a lo que había accedido aunque me sintiera presionada. De repente, me metió el pene en el ano, lo sacó después de un par de veces y lo volvió a meter en la vagina. Me quedé en shock, confundida. ¿Acaba de pasar eso? ¿Es normal? Estoy muy agradecida por el instinto de supervivencia humano porque, en general, me desconecté. Pero recuerdo que me dijo: "Al menos podrías fingir que lo disfrutas". Aun así, no reaccioné. Cuando terminó, se levantó y fue a buscar una toalla. Le pedí que encendiera la luz y me dijo: "¿Estás segura? Quizás no quieras ver la cama, va a ser muy gráfico". No entendí y quise encender la luz de todos modos. Mi edredón blanco estaba cubierto de sangre y tenía manchas de heces. "¡Guau!", me sentí avergonzada. Dijo que era normal. Volvimos a la sala y unos minutos después se fue. Después, tiré el edredón y fui a casa de mi mejor amiga. Había invitado a su amiga, que era mayor que yo. Les conté lo que pasó y se quedaron atónitas. Ambas tenían experiencia sexual y me dijeron que eso no es normal. No se tiene sexo anal por accidente. No se tiene sexo anal sin hablarlo primero. No se "resbala" en el ano de alguien, que es la excusa que se me ocurrió: "¿Quizás se resbaló?". Me aseguraron que no fue un accidente. Le dije a la chica mayor su nombre, Nombre, y resultó que ella lo conocía y no tenía 17 años. Él le dijo que tenía 20. Cuando fue a su casa antes, insistía mucho para tener sexo y su perro lo odiaba, así que lo echó. Mi perro también lo odiaba. Después lo contacté, no respondía a mis mensajes, y luego me dijo que lo sentía, pero que no buscaba una relación y que no quería volver a verme. En ese momento, empezó a ser más claro: «Puede que me hayan violado». Pasé unos dos años dudando entre si realmente había sucedido, si fue una violación, si fue mi culpa o si lo pedí. Unos días después de la violación, mi vagina se hinchó. Lo sé, disculpa los detalles, pero son cruciales para la historia. Fui al centro de salud estudiantil con el que trabajaba mi escuela porque no quería que mis padres supieran que había tenido sexo. Me hicieron una prueba y tenía vaginosis bacteriana. La enfermera dijo que tenía "bacterias que parecían una flor dentro de mí". Esto se debe a que pasó del ano a la vagina varias veces y sangré. Por suerte, se solucionó fácilmente con antibióticos. Otra cosa que confirmó que algo grave había sucedido. Pasé dos años de mi vida, el primero y el último año de secundaria, en cama, y no recuerdo bien mi época en la secundaria. Dormía, me pudría, quité el marco de la cama de mi habitación en un colapso mental, reubiqué la cama en diferentes posiciones y cambié los colchones. Nada me ayudaba. Con el tiempo, me cambié de habitación. Empecé a resentir mi propia casa. No sentía que tuviera un espacio seguro. Empecé a ser grosero con mis padres, era cruel cuando no me dejaban salir y me ponía irritable en cualquier momento. Me saltaba la cena y evitaba el tiempo en familia. Además, dejé de ir a la escuela. Falté tantos días a la escuela que me enviaron una carta diciendo que quizá enviarían a un policía a casa a hacer una revisión de bienestar. Mi mamá me dejaba en la escuela, yo la esperaba a que se fuera y caminaba de regreso a casa para acostarme. Hasta que empezó a esperar a que entrara y entonces tal vez iba a una clase y luego caminaba a casa. Mis dos mejores amigas empezaron a venir a mi ventana los días de clase y tocaban para que fuera a clase. Una de ellas, mi mejor amiga del mundo, tocaba sin parar hasta que la dejaba entrar. También tengo perros que ladran mucho, así que se ponían como locos y tenía que dejarla entrar, y literalmente no se iba ni paraba de tocar hasta que la dejaba entrar. No importaba lo asquerosa y terriblemente desordenada que estuviera mi habitación (hablo de que no podía ver el suelo, había obstáculos en la cama, basura, montones enormes de ropa, ropa tirada en el suelo), ella se sentaba conmigo en mi colchón. Ella se acostaba conmigo, me abrazaba, me hacía ver videos con ella en su teléfono. Se saltaba las clases por mí. Eventualmente me convencía para que saliera de la casa, para ir con ella a tomar café, a comer, a dar una vuelta en auto, a su casa, a una aventura en el bosque juntas. No puedo imaginar qué habría pasado sin ella. Nunca me hizo sentir como una víctima, siempre me dejaba hablar de los detalles desagradables y me dejaba ser yo misma en ese momento, me hacía reír, me hacía sentir feliz cuando estaba tan deprimida, y ni siquiera sabía realmente por qué. Como si todavía estuviera confundida, todavía sin estar segura de si realmente me habían violado. Finalmente, mi escuela me dijo que tendría que repetir mi último año. Nunca me preguntaron qué me pasaba, solo me dijeron que estaba reprobando mucho. Conocí a un chico nuevo en esa época, que se convirtió en mi novio. Terminó engañándome, así que no puedo presentarlo como alguien demasiado amable en esta historia, pero en ese momento fue de gran ayuda y me ayudó mucho. Me enseñó lo que es el sexo seguro de verdad, cómo debe ser y cómo se siente. Se trata de comunicación, consentimiento, buenos sentimientos mutuos y amor. Quiero añadir que cuando tuve sexo con él por primera vez después de la violación, mis manos se bloquearon. Como resultado físico del trauma, no podía abrirlas, tenía miedo y no de él, pero mi cuerpo respondió a que este acto íntimo se repitiera. Era su primera vez teniendo sexo y me gusta considerarla también mi primera vez real. No se "deslizó" dentro de mi ano. Porque eso no sucede. Después de esto, comprendí que me habían violado analmente. Siempre había buscado información sobre violación anal en Google, Instagram y en cualquier lugar, y nunca la encontré. Quería que me confirmaran y validaran. Quería encontrar a alguien que hubiera pasado por lo mismo que yo y todavía no lo he encontrado (cuatro años después). Solo vi cosas sobre hombres violados en prisión. Ahora mismo pongo una cara que no es lo que buscaba. Poco después, la hermana de una amiga empezó a salir con el hombre que me violó. Me escribió y me preguntó por él. No le dije que me había violado, pero ojalá lo hubiera hecho. Más tarde, la vi en una fiesta, después de unas copas, me acerqué y le dije que tenía una pregunta muy personal. Me dijo que sí. Le pregunté si Nombre (el violador) había intentado tener sexo anal con ella. Giró la cabeza y dijo: "¡Sí! Lo intentó durante el sexo y lo detuve; me puse furiosa, estaba muy molesta". En ese momento todo encajó y le estaré eternamente agradecida por su honestidad. Fue un punto de inflexión en mi sanación. Confirmó lo que llevaba años cuestionándome. Mi novio en ese momento había ido a una escuela preparatoria inclusiva, con educación personalizada y realmente se preocupaban por sus estudiantes. Se llamaba Nombre de la escuela. Me dijo que debería postularme, que trabajan con recuperación de créditos y pensó que sería perfecto para ayudarme a graduarme. Tenía razón. Postulé a Nombre de la escuela, me preguntaron por qué estaba reprobando la escuela preparatoria. Les dije que me violaron a los 16 años y que dejé de ir a la escuela. Les dije que no quería repetir mi último año. Les dije que nadie en mi otra escuela preparatoria preguntaba sobre lo que estaba pasando en mi vida personal. La mujer en el teléfono dijo que podían hacer que me graduara a tiempo y que podían apoyarme. Mi mejor amiga, que me ayudó durante este tiempo, también se transfirió a esta escuela. Los dos estábamos en una nueva escuela preparatoria en nuestro último año. Nombre de la escuela cambió mi vida. Disfruté ir a la escuela de nuevo, me sentí apoyada y me trataron como si fuera inteligente y no como si fuera una delincuente a la que no le importaba en absoluto su futuro. Todos los profesores de ese edificio querían que tuviera éxito y yo podía sentirlo. Estaba en programas de recuperación de créditos, haciendo exámenes para demostrar que tenía los conocimientos necesarios para graduarme. Mi mejor amiga y yo terminamos la preparatoria antes de tiempo. Fue una gran sensación, aunque me gradué con un promedio de 2.3. Ahora estoy sentada aquí escribiendo esto en un colegio comunitario con mi cumpleaños número 21 a unas semanas de distancia, y finalmente he llegado al punto en que puedo pensar en la violación y no golpearme la cabeza hasta que deje de pensar en ello. Pienso en la violación y en mi violador todos los días de mi vida desde entonces. Siempre he querido compartir mi historia y ahora estoy buscando plataformas para compartirla. Quiero que alguien más que fue violada analmente pueda leer mi historia, quiero que alguien pueda sentirse visto y escuchado como yo quería y necesitaba. Pero para cualquier sobreviviente de violación, quiero que sepa que, con el tiempo, podrá vivir con esta nueva normalidad. No diré que "mejora" porque no estoy segura de que así sea; francamente, no creo que mejore, simplemente se convierte en algo a lo que uno se adapta. He ido a terapia y ahora estoy en terapia de nuevo. Sigo esforzándome por sanar. Todavía pienso en ello a diario, pero por fin soy menos reactiva. Todavía me estremezco y me enojo cada vez que veo su nombre en alguna parte. Nunca volveré a estar con alguien llamado Nombre. Me estremezco cuando veo a alguien que se le parece en algo. Tengo miedo a los hombres. No me gusta tener citas, no me gusta estar demasiado cerca de un hombre, no quiero estar sola en una habitación con un hombre. Me enojo o me siento incómoda cuando un desconocido en la calle me mira demasiado tiempo, si me hace un cumplido, si intenta conversar o si flirtea. Tengo problemas de apego y abandono. No sé si esto mejorará alguna vez, pero es parte de mi nueva normalidad. La persona que era antes de mi violación ya no es yo. He aceptado que soy una nueva persona y que tengo que reencontrarme conmigo misma. Perdí a muchos amigos durante mi tiempo de aislamiento, me cuesta conservar un trabajo y me cuesta mucho ir bien en la escuela, aunque de verdad quiero tener éxito. Mi depresión me abruma casi todos los días. Quiero que Nombre esté en la cárcel. Quiero que lo etiqueten como el violador que es, quiero que sufra con sinceridad. Quiero que nunca pueda conseguir un trabajo. Lo odio y odio que pueda vivir en libertad y posiblemente disfrutar de su vida. Odio que probablemente siga encontrando nuevas víctimas. Lo denuncié a la policía, pero no pasó nada. También lo denuncié al Departamento de Servicios Humanos por abuso en mi estado, y no pasó nada. Pero hice mi parte; solo espero que alguien más lo denuncie como yo y que vean una señal en su sistema de que ya ha hecho esto antes. Todavía lo veo en apps de citas, ahora usa su segundo nombre y es bisexual. Siento que me usó como sujeto de prueba. De joven, lo acosaba en línea desde cuentas falsas de Instagram. Le dije que era gay y que debería ser un hombre de verdad y buscarse un chico con quien ligar en lugar de torturar a chicas inocentes. Le dije que conozco a todas las personas a las que ha violado, aunque no las conozco. Le dije que el karma le pasaría factura y que alguien acabará por atraparte. Le dije que es una persona terrible, pero nunca admitió lo que hizo ni lo reconoció. Me gustaría pensar que puedo seguir adelante con mi vida, pero esta es mi historia. Es parte de mí ahora, es por eso que actúo como lo hago y explica la mayoría de las cosas en mi vida. Hace poco me independicé y conseguí mi propio apartamento. Pensé que simplemente no me gustaba recibir visitas en la casa de mi infancia porque fue donde me violaron. Mi familia se mudó de esa casa y de otro estado. Y ahora en mi nueva casa, mi propio espacio personal, todavía no puedo invitar a nadie. Es difícil para mí tener incluso amigas, mi amigable vecino o mi mejor amigo. No permito que vengan invitados, y nunca invito a una cita. Es un gran paso para mí tener a alguien en mi casa y eso es su culpa. Solo hice esta conexión este año. Tengo miedo de que alguien más vuelva a ocupar mi espacio. Vaya, se sintió bien sacar todo eso. Es difícil hablar y compartir mi historia cuando no tengo la justicia que me gustaría. Es difícil aprender sobre el sistema de justicia cuando se supone que debe protegerte y no lo hace. Es difícil pensar que tanta gente sea violada con tanta frecuencia. Estoy enojada y quiero un cambio. Realmente no sé qué tipo de cambio, pero algo. Ojalá no tuviera que vivir con tanta ira y miedo, pero eso también es parte de mi nueva normalidad. Estoy inquieta, no puedo evitar mirar por encima del hombro con frecuencia cuando estoy en público y no puedo evitar preocuparme por cosas inesperadas. Pero me estoy adaptando y tú también lo harás. Te mando mucho cariño.

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    🇳🇱

    #1617

    No he compartido esta historia con mucha gente. La primera vez que le dije a mi novio que se había quedado dormido, me sentí aún más sola que antes. Ahora, muchos años después, tengo una buena relación con una buena persona y me ha ayudado a sanar. Por mucho que la experiencia me haya impactado, mi historia podría haber sido mucho peor. Y ahí radica parte del problema. No lo he creído ni lo he tomado en serio porque nunca llegó al peor escenario posible. Me he distanciado de toda mi familia. Pero yo era la niña y la víctima; no deberían haberme culpado, avergonzado ni culpado por mi ausencia y mi trauma. Simplemente no soportaba estar en la misma habitación con el responsable, mi padre. Como dije, podría haber sido mucho peor. Por suerte, nunca fui violada. Pero viví con el miedo todos los días de adolescente. Porque me veía en la ducha, en mi habitación y en el baño. Y no tenía cerradura en la puerta de mi habitación. Empecé a cerrar frenéticamente todas las cerraduras disponibles, pero seguía sintiéndome vulnerable mientras él estaba al otro lado de la puerta probando el picaporte. Veía pornografía mientras yo estaba en la habitación y se negaba a saltarse esas partes al cambiar de canal, esperando a que terminaran las escenas. En un momento dado, cuando se topó con una, me preguntó sin pensarlo dos veces si ya tenía edad para eso. ¿En serio? ¿A quién se le ocurre que está bien ver porno con tu hija? No puedo dejar de ver su cara cuando me preguntó esto, su mirada. Intenté estar fuera de casa lo más posible y también en mi habitación, bajando apenas a comer para que no me vieran. Incluso una vez intenté calentar comida bajo una lámpara de mesa para evitar estar en su presencia. La relación con mis padres obviamente se deterioró y mi madre se frustró mucho conmigo, culpándome de lastimarla a ella y a mi padre por ser tan distante. Pero cómo podía decirle esto, ni a nadie más, si al final mi padre no era una mala persona, ¿verdad? Al final, debo haberles contado al menos tres veces lo sucedido (primero cuando aún vivía en casa, presionada por mi madre; después, después de mudarme y caer en una profunda depresión), pero se niegan a comprender o aceptar los hechos. Mi madre dice que nunca ocurrió y que mis recuerdos son falsos. También dice que no es aceptable alejarse de la familia (básicamente, pase lo que pase). Mi padre lo reduce a su comportamiento pornográfico en internet. Una vez intentó tocarme el pelo después de que intenté evitarlo a toda costa, y todavía siento escalofríos al recordar su contacto en mi cabeza. Es un tema recurrente en mis pesadillas: le grito que se aleje y que no me toque, mientras mi madre, enfadada, lo niega todo. Finalmente, rompí por completo el contacto con mi padre, después de intentar durante años superar el trauma y las pesadillas. Me ha ayudado muchísimo. Intento seguir en contacto con mi madre, pero siempre es doloroso y difícil. Intenta hablar de él, comparte fotos suyas y ni siquiera soporto mirarlas. Sigo siempre en guardia con los hombres mayores que yo, aunque ya no me siento tan incómoda como antes. Así que... Esta es mi historia y me alegra por fin tener un lugar donde compartirla. Nadie debería pasar por estas cosas; es bueno que haya más conciencia sobre lo común que es la agresión sexual y que hagamos todo lo posible por detenerla. Les deseo todo lo mejor.

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  • Todos tenemos la capacidad de ser aliados y apoyar a los sobrevivientes en nuestras vidas.

    Historia
    De un sobreviviente
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    #342

    No estás sola. No fue tu culpa. Es posible sanar. No es demasiado tarde. Como sobreviviente de trauma y abuso, estoy aprendiendo a lidiar con estrategias como la negación, la autoculpa, la recreación inconsciente de experiencias traumáticas no resueltas y la normalización de la explotación sexual. Cuando mi padre me lastimó al traumatizarme sexualmente, el secretismo, la vergüenza y los límites de autoestima no importaban. No se podía confiar en nadie y el mundo no era seguro. Las emociones de mi infancia eran complejas y confusas. No existía un único método o patrón para recordar una experiencia traumática. Pasé la vida intentando complacer a todos y siempre me olvidaba de mí misma, pero Dios me bendijo ayudándome a superar el trauma de mi adultez. Con fe en el Señor, todo sale a la luz. Sí, el bien es la luz que brilla en nuestro interior, y eso nos hace atraer y recordar que cualquier trauma se puede superar, siempre y cuando recordemos que podemos aprender a sentirnos adecuadamente con nosotros mismos. Y que todos merecemos lo mejor. Recuerda que nacimos para amar, para expresar amor y para sentirnos felices viviendo. Recuerda que Dios nos respalda y recuerda siempre que Él lo ve todo. Amén. Experimenté esa vergüenza y esa actitud defensiva durante mi infancia y la secundaria. Seguí adelante e intenté ignorar que tenía una entidad enorme dentro de mí de la que necesitaba salir. Hoy en día, muchas veces no me siento cómoda expresando mis emociones e intento sobrellevarlas con comportamientos autodestructivos que luego impactan mi vida. Finalmente he compartido mi historia públicamente y he comenzado a sentir un alivio real y significativo. He expresado mis emociones y nadie ha reaccionado negativamente. Nadie me ha juzgado ni me ha tratado con desprecio. Pero ahora pienso: "¿Sabes qué? Mi familia no sabe esto de mí". ¡He tenido miedo de contárselo a mi familia durante tantos años! Y, por fin, ha llegado el momento. Esto es lo que quiero que sepas: si has sufrido algún tipo de abuso o trauma sexual, ¡no tienes por qué sentirte culpable! Puedes perdonarte a ti mismo y perdonar a los demás por su comportamiento. Ya no tienes que ser prisionero de estas experiencias. Concéntrate en lo que tienes. Puede que sea más fácil decirlo que hacerlo. Pero, cuando has perdido algo tan importante, necesitas concentrarte en lo que tienes y aprovecharlo al máximo, ¡y no caer en la trampa de la autocompasión! Un buen truco es encontrar al menos un pensamiento positivo y concentrar toda tu energía en él. Al principio, puede que te parezca poco, pero una vez que mantengas la concentración y toda tu energía en ese pensamiento, verás que afrontar la situación actual es una experiencia mucho más positiva. Da pequeños pasos para lograr cambios sutiles: «Un viaje de mil millas comienza con un solo paso». – Lao Tzu. Recuerda, al lidiar con un trauma, la sanación no será rápida. Recuerda ser paciente y amable contigo mismo mientras permites que el proceso se desarrolle. Es importante no ser duro contigo mismo. De hecho, ya has experimentado suficiente. La buena noticia es que existen maneras muy efectivas de afrontar y tratar los efectos del trauma. He encontrado estas acciones muy útiles. *Apóyate en tus seres queridos. Busca amigos o familiares que te apoyen. Si te sientes listo para hablar sobre el evento traumático, puedes hablar con ellos sobre tu experiencia y tus sentimientos. También puedes pedirles a tus seres queridos que te ayuden con las tareas del hogar u otras obligaciones para aliviar parte de tu estrés diario. *Afronta tus sentimientos. Es normal querer evitar pensar en un evento traumático. Pero no salir de casa, dormir todo el tiempo, aislarte de tus seres queridos y consumir sustancias para escapar de los recordatorios no son formas saludables de afrontarlo con el tiempo. Aunque la evasión es normal, demasiado puede prolongar el estrés e impedir que te recuperes. Poco a poco, intenta volver a la rutina normal. El apoyo de tus seres queridos o de un profesional de la salud mental puede ser de gran ayuda a medida que te recuperas. *Ten paciencia. Recuerda que es normal tener una reacción fuerte ante un evento estresante. Tómate las cosas con calma mientras te recuperas. Con el paso de los días, tus síntomas deberían empezar a mejorar gradualmente. Una última cosa: La Declaración de Derechos de las Personas Sobrevivientes de Violencia Sexual: 1. Nadie tiene derecho a abusar de ti ni de ninguna otra persona. 2. Nadie merece ser agredido ni abusado. 3. Tienes derecho a detener el abuso que te está sucediendo a ti o a cualquier otra persona. 4. Tienes derecho a buscar sanación y justicia por el abuso ocurrido. 5. La violencia sexual está mal. El abusador está mal. Quienes lo protegen están mal. NO TIENES LA CULPA. 6. No destruiste a la familia ni traicionaste su confianza al denunciar el abuso. El agresor destruía la confianza de la familia cada vez que cometía un acto de abuso. Citas bíblicas: Isaías 41:10: «Así que no temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con la diestra de mi justicia». 2 Corintios 1:4: «El sufrimiento en esta vida a menudo parece insignificante. Las Escrituras inmediatamente le dan un sentido a nuestro sufrimiento. Quienes han sido consolados por Dios —fortalecidos, animados, aliviados de la carga— tienen la oportunidad de brindar consuelo a quienes sufren. En ese sentido, el consuelo de Dios es reproducible y repetible. Dios sigue siendo la fuente, pero los creyentes pueden seguir distribuyendo el consuelo de Dios a quienes sufren como ellos.

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    De un sobreviviente
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    Romance de 'giro equivocado'

    Me recogió el primer día en el Toyota blanco más brillante que jamás había visto. Alucinando halos de luz a su alrededor, supe en mi corazón: este era el hombre con el que me casaría. Casi 15 años mayor, pero tan guapo, tan experimentado. Parecíamos tener todo en común: pasiones intelectuales (tanto personales como profesionales), vínculos inquebrantables con nuestras madres viudas y el sueño compartido de construir una casa familiar típicamente estadounidense. Navegando por el aire fresco de mediados de octubre, intercambiamos pensamientos y expectativas antes de llegar a la biblioteca del centro de Orlando. Nunca antes había tenido una cita. Él, mientras tanto, había perdido recientemente a una chica llamada Nombre. Después de asistir a una clase gratuita de modelado 3D, manejamos a casa por la zona. Admirando el arte callejero y la historia del vecindario, Nombre 2 sonrió ampliamente. Hablaba sin parar de libros, así que nuestras "citas" quincenales cambiaron a Barnes & Noble. Los sueños de matrimonio se arremolinaban en mi mente; Pensé que estaba en el cielo, la ignorancia es felicidad. O en este caso, un beso. Su nombre era Nombre 3 Énfasis en el DIE. Al principio, no parecía dañina. Una empleada del gobierno y la abuela de mis futuros hijos, Nombre del proveedor parecía muy contenta cuando Nombre 2 le dijo que le había propuesto matrimonio. Me sirvió enormes rebanadas de pastel de pistacho casero durante lo que debería haber sido una de nuestras acogedoras noches de cortejo en casa. Los fines de semana, ambas lavábamos la ropa y limpiábamos. Incluso después de que regresé de una estadía psiquiátrica de emergencia, me abrazó. Me dijo que me amaba. Prometió que estaba a salvo. "Lo que es mío es tuyo", dijo. Comida, agua, techo, familia, una cama, incluso ayuda para buscar trabajo. Era como... una suegra para mí. En algún momento de esa sangrienta pelea de 4 meses, mi himen se rompió y alguien me obligó a hacerles sexo oral repetidamente. Pensé que era mi prometido el que estaba encima de mí cuando pasó. Pero no era mi prometido.

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  • “Tú eres el autor de tu propia historia. Tu historia es tuya y solo tuya a pesar de tus experiencias”.

    “He aprendido a abundar en la alegría de las cosas pequeñas... y de Dios, la bondad de las personas. Desconocidos, maestros, amigos. A veces no lo parece, pero hay bondad en el mundo, y eso también me da esperanza”.

    Mensaje de Sanación
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    Sanar significa volver a usar pantalones cortos. Significa creer que soy digno del amor que la gente me da.

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  • Bienvenido a Our Wave.

    Este es un espacio donde sobrevivientes de trauma y abuso comparten sus historias junto a aliados que los apoyan. Estas historias nos recuerdan que existe esperanza incluso en tiempos difíciles. Nunca estás solo en tu experiencia. La sanación es posible para todos.

    ¿Cuál cree que es el lugar adecuado para empezar hoy?
    Historia
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    Violación anal

    De alguna manera, conseguí entrar en Tinder a los 16 años. Sé que no fui muy inteligente, pero todos mis amigos lo usaban en ese momento y no pensé en ello. Conocí a alguien que me dijo que también era menor de edad, dijo tener 17. Parecía perfecto. Tuvimos una cita en un huerto de calabazas, comimos sushi en un restaurante y después vino a mi casa a tallar calabazas. Todo iba de maravilla. Estábamos viendo una película y nos pidió que nos cambiáramos a mi habitación. Sinceramente, no quería, pero acepté y nos fuimos. Su comportamiento cambió al instante; de repente, se volvió arrogante y dominante. Tuvimos sexo, algo a lo que había accedido aunque me sintiera presionada. De repente, me metió el pene en el ano, lo sacó después de un par de veces y lo volvió a meter en la vagina. Me quedé en shock, confundida. ¿Acaba de pasar eso? ¿Es normal? Estoy muy agradecida por el instinto de supervivencia humano porque, en general, me desconecté. Pero recuerdo que me dijo: "Al menos podrías fingir que lo disfrutas". Aun así, no reaccioné. Cuando terminó, se levantó y fue a buscar una toalla. Le pedí que encendiera la luz y me dijo: "¿Estás segura? Quizás no quieras ver la cama, va a ser muy gráfico". No entendí y quise encender la luz de todos modos. Mi edredón blanco estaba cubierto de sangre y tenía manchas de heces. "¡Guau!", me sentí avergonzada. Dijo que era normal. Volvimos a la sala y unos minutos después se fue. Después, tiré el edredón y fui a casa de mi mejor amiga. Había invitado a su amiga, que era mayor que yo. Les conté lo que pasó y se quedaron atónitas. Ambas tenían experiencia sexual y me dijeron que eso no es normal. No se tiene sexo anal por accidente. No se tiene sexo anal sin hablarlo primero. No se "resbala" en el ano de alguien, que es la excusa que se me ocurrió: "¿Quizás se resbaló?". Me aseguraron que no fue un accidente. Le dije a la chica mayor su nombre, Nombre, y resultó que ella lo conocía y no tenía 17 años. Él le dijo que tenía 20. Cuando fue a su casa antes, insistía mucho para tener sexo y su perro lo odiaba, así que lo echó. Mi perro también lo odiaba. Después lo contacté, no respondía a mis mensajes, y luego me dijo que lo sentía, pero que no buscaba una relación y que no quería volver a verme. En ese momento, empezó a ser más claro: «Puede que me hayan violado». Pasé unos dos años dudando entre si realmente había sucedido, si fue una violación, si fue mi culpa o si lo pedí. Unos días después de la violación, mi vagina se hinchó. Lo sé, disculpa los detalles, pero son cruciales para la historia. Fui al centro de salud estudiantil con el que trabajaba mi escuela porque no quería que mis padres supieran que había tenido sexo. Me hicieron una prueba y tenía vaginosis bacteriana. La enfermera dijo que tenía "bacterias que parecían una flor dentro de mí". Esto se debe a que pasó del ano a la vagina varias veces y sangré. Por suerte, se solucionó fácilmente con antibióticos. Otra cosa que confirmó que algo grave había sucedido. Pasé dos años de mi vida, el primero y el último año de secundaria, en cama, y no recuerdo bien mi época en la secundaria. Dormía, me pudría, quité el marco de la cama de mi habitación en un colapso mental, reubiqué la cama en diferentes posiciones y cambié los colchones. Nada me ayudaba. Con el tiempo, me cambié de habitación. Empecé a resentir mi propia casa. No sentía que tuviera un espacio seguro. Empecé a ser grosero con mis padres, era cruel cuando no me dejaban salir y me ponía irritable en cualquier momento. Me saltaba la cena y evitaba el tiempo en familia. Además, dejé de ir a la escuela. Falté tantos días a la escuela que me enviaron una carta diciendo que quizá enviarían a un policía a casa a hacer una revisión de bienestar. Mi mamá me dejaba en la escuela, yo la esperaba a que se fuera y caminaba de regreso a casa para acostarme. Hasta que empezó a esperar a que entrara y entonces tal vez iba a una clase y luego caminaba a casa. Mis dos mejores amigas empezaron a venir a mi ventana los días de clase y tocaban para que fuera a clase. Una de ellas, mi mejor amiga del mundo, tocaba sin parar hasta que la dejaba entrar. También tengo perros que ladran mucho, así que se ponían como locos y tenía que dejarla entrar, y literalmente no se iba ni paraba de tocar hasta que la dejaba entrar. No importaba lo asquerosa y terriblemente desordenada que estuviera mi habitación (hablo de que no podía ver el suelo, había obstáculos en la cama, basura, montones enormes de ropa, ropa tirada en el suelo), ella se sentaba conmigo en mi colchón. Ella se acostaba conmigo, me abrazaba, me hacía ver videos con ella en su teléfono. Se saltaba las clases por mí. Eventualmente me convencía para que saliera de la casa, para ir con ella a tomar café, a comer, a dar una vuelta en auto, a su casa, a una aventura en el bosque juntas. No puedo imaginar qué habría pasado sin ella. Nunca me hizo sentir como una víctima, siempre me dejaba hablar de los detalles desagradables y me dejaba ser yo misma en ese momento, me hacía reír, me hacía sentir feliz cuando estaba tan deprimida, y ni siquiera sabía realmente por qué. Como si todavía estuviera confundida, todavía sin estar segura de si realmente me habían violado. Finalmente, mi escuela me dijo que tendría que repetir mi último año. Nunca me preguntaron qué me pasaba, solo me dijeron que estaba reprobando mucho. Conocí a un chico nuevo en esa época, que se convirtió en mi novio. Terminó engañándome, así que no puedo presentarlo como alguien demasiado amable en esta historia, pero en ese momento fue de gran ayuda y me ayudó mucho. Me enseñó lo que es el sexo seguro de verdad, cómo debe ser y cómo se siente. Se trata de comunicación, consentimiento, buenos sentimientos mutuos y amor. Quiero añadir que cuando tuve sexo con él por primera vez después de la violación, mis manos se bloquearon. Como resultado físico del trauma, no podía abrirlas, tenía miedo y no de él, pero mi cuerpo respondió a que este acto íntimo se repitiera. Era su primera vez teniendo sexo y me gusta considerarla también mi primera vez real. No se "deslizó" dentro de mi ano. Porque eso no sucede. Después de esto, comprendí que me habían violado analmente. Siempre había buscado información sobre violación anal en Google, Instagram y en cualquier lugar, y nunca la encontré. Quería que me confirmaran y validaran. Quería encontrar a alguien que hubiera pasado por lo mismo que yo y todavía no lo he encontrado (cuatro años después). Solo vi cosas sobre hombres violados en prisión. Ahora mismo pongo una cara que no es lo que buscaba. Poco después, la hermana de una amiga empezó a salir con el hombre que me violó. Me escribió y me preguntó por él. No le dije que me había violado, pero ojalá lo hubiera hecho. Más tarde, la vi en una fiesta, después de unas copas, me acerqué y le dije que tenía una pregunta muy personal. Me dijo que sí. Le pregunté si Nombre (el violador) había intentado tener sexo anal con ella. Giró la cabeza y dijo: "¡Sí! Lo intentó durante el sexo y lo detuve; me puse furiosa, estaba muy molesta". En ese momento todo encajó y le estaré eternamente agradecida por su honestidad. Fue un punto de inflexión en mi sanación. Confirmó lo que llevaba años cuestionándome. Mi novio en ese momento había ido a una escuela preparatoria inclusiva, con educación personalizada y realmente se preocupaban por sus estudiantes. Se llamaba Nombre de la escuela. Me dijo que debería postularme, que trabajan con recuperación de créditos y pensó que sería perfecto para ayudarme a graduarme. Tenía razón. Postulé a Nombre de la escuela, me preguntaron por qué estaba reprobando la escuela preparatoria. Les dije que me violaron a los 16 años y que dejé de ir a la escuela. Les dije que no quería repetir mi último año. Les dije que nadie en mi otra escuela preparatoria preguntaba sobre lo que estaba pasando en mi vida personal. La mujer en el teléfono dijo que podían hacer que me graduara a tiempo y que podían apoyarme. Mi mejor amiga, que me ayudó durante este tiempo, también se transfirió a esta escuela. Los dos estábamos en una nueva escuela preparatoria en nuestro último año. Nombre de la escuela cambió mi vida. Disfruté ir a la escuela de nuevo, me sentí apoyada y me trataron como si fuera inteligente y no como si fuera una delincuente a la que no le importaba en absoluto su futuro. Todos los profesores de ese edificio querían que tuviera éxito y yo podía sentirlo. Estaba en programas de recuperación de créditos, haciendo exámenes para demostrar que tenía los conocimientos necesarios para graduarme. Mi mejor amiga y yo terminamos la preparatoria antes de tiempo. Fue una gran sensación, aunque me gradué con un promedio de 2.3. Ahora estoy sentada aquí escribiendo esto en un colegio comunitario con mi cumpleaños número 21 a unas semanas de distancia, y finalmente he llegado al punto en que puedo pensar en la violación y no golpearme la cabeza hasta que deje de pensar en ello. Pienso en la violación y en mi violador todos los días de mi vida desde entonces. Siempre he querido compartir mi historia y ahora estoy buscando plataformas para compartirla. Quiero que alguien más que fue violada analmente pueda leer mi historia, quiero que alguien pueda sentirse visto y escuchado como yo quería y necesitaba. Pero para cualquier sobreviviente de violación, quiero que sepa que, con el tiempo, podrá vivir con esta nueva normalidad. No diré que "mejora" porque no estoy segura de que así sea; francamente, no creo que mejore, simplemente se convierte en algo a lo que uno se adapta. He ido a terapia y ahora estoy en terapia de nuevo. Sigo esforzándome por sanar. Todavía pienso en ello a diario, pero por fin soy menos reactiva. Todavía me estremezco y me enojo cada vez que veo su nombre en alguna parte. Nunca volveré a estar con alguien llamado Nombre. Me estremezco cuando veo a alguien que se le parece en algo. Tengo miedo a los hombres. No me gusta tener citas, no me gusta estar demasiado cerca de un hombre, no quiero estar sola en una habitación con un hombre. Me enojo o me siento incómoda cuando un desconocido en la calle me mira demasiado tiempo, si me hace un cumplido, si intenta conversar o si flirtea. Tengo problemas de apego y abandono. No sé si esto mejorará alguna vez, pero es parte de mi nueva normalidad. La persona que era antes de mi violación ya no es yo. He aceptado que soy una nueva persona y que tengo que reencontrarme conmigo misma. Perdí a muchos amigos durante mi tiempo de aislamiento, me cuesta conservar un trabajo y me cuesta mucho ir bien en la escuela, aunque de verdad quiero tener éxito. Mi depresión me abruma casi todos los días. Quiero que Nombre esté en la cárcel. Quiero que lo etiqueten como el violador que es, quiero que sufra con sinceridad. Quiero que nunca pueda conseguir un trabajo. Lo odio y odio que pueda vivir en libertad y posiblemente disfrutar de su vida. Odio que probablemente siga encontrando nuevas víctimas. Lo denuncié a la policía, pero no pasó nada. También lo denuncié al Departamento de Servicios Humanos por abuso en mi estado, y no pasó nada. Pero hice mi parte; solo espero que alguien más lo denuncie como yo y que vean una señal en su sistema de que ya ha hecho esto antes. Todavía lo veo en apps de citas, ahora usa su segundo nombre y es bisexual. Siento que me usó como sujeto de prueba. De joven, lo acosaba en línea desde cuentas falsas de Instagram. Le dije que era gay y que debería ser un hombre de verdad y buscarse un chico con quien ligar en lugar de torturar a chicas inocentes. Le dije que conozco a todas las personas a las que ha violado, aunque no las conozco. Le dije que el karma le pasaría factura y que alguien acabará por atraparte. Le dije que es una persona terrible, pero nunca admitió lo que hizo ni lo reconoció. Me gustaría pensar que puedo seguir adelante con mi vida, pero esta es mi historia. Es parte de mí ahora, es por eso que actúo como lo hago y explica la mayoría de las cosas en mi vida. Hace poco me independicé y conseguí mi propio apartamento. Pensé que simplemente no me gustaba recibir visitas en la casa de mi infancia porque fue donde me violaron. Mi familia se mudó de esa casa y de otro estado. Y ahora en mi nueva casa, mi propio espacio personal, todavía no puedo invitar a nadie. Es difícil para mí tener incluso amigas, mi amigable vecino o mi mejor amigo. No permito que vengan invitados, y nunca invito a una cita. Es un gran paso para mí tener a alguien en mi casa y eso es su culpa. Solo hice esta conexión este año. Tengo miedo de que alguien más vuelva a ocupar mi espacio. Vaya, se sintió bien sacar todo eso. Es difícil hablar y compartir mi historia cuando no tengo la justicia que me gustaría. Es difícil aprender sobre el sistema de justicia cuando se supone que debe protegerte y no lo hace. Es difícil pensar que tanta gente sea violada con tanta frecuencia. Estoy enojada y quiero un cambio. Realmente no sé qué tipo de cambio, pero algo. Ojalá no tuviera que vivir con tanta ira y miedo, pero eso también es parte de mi nueva normalidad. Estoy inquieta, no puedo evitar mirar por encima del hombro con frecuencia cuando estoy en público y no puedo evitar preocuparme por cosas inesperadas. Pero me estoy adaptando y tú también lo harás. Te mando mucho cariño.

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    Romance de 'giro equivocado'

    Me recogió el primer día en el Toyota blanco más brillante que jamás había visto. Alucinando halos de luz a su alrededor, supe en mi corazón: este era el hombre con el que me casaría. Casi 15 años mayor, pero tan guapo, tan experimentado. Parecíamos tener todo en común: pasiones intelectuales (tanto personales como profesionales), vínculos inquebrantables con nuestras madres viudas y el sueño compartido de construir una casa familiar típicamente estadounidense. Navegando por el aire fresco de mediados de octubre, intercambiamos pensamientos y expectativas antes de llegar a la biblioteca del centro de Orlando. Nunca antes había tenido una cita. Él, mientras tanto, había perdido recientemente a una chica llamada Nombre. Después de asistir a una clase gratuita de modelado 3D, manejamos a casa por la zona. Admirando el arte callejero y la historia del vecindario, Nombre 2 sonrió ampliamente. Hablaba sin parar de libros, así que nuestras "citas" quincenales cambiaron a Barnes & Noble. Los sueños de matrimonio se arremolinaban en mi mente; Pensé que estaba en el cielo, la ignorancia es felicidad. O en este caso, un beso. Su nombre era Nombre 3 Énfasis en el DIE. Al principio, no parecía dañina. Una empleada del gobierno y la abuela de mis futuros hijos, Nombre del proveedor parecía muy contenta cuando Nombre 2 le dijo que le había propuesto matrimonio. Me sirvió enormes rebanadas de pastel de pistacho casero durante lo que debería haber sido una de nuestras acogedoras noches de cortejo en casa. Los fines de semana, ambas lavábamos la ropa y limpiábamos. Incluso después de que regresé de una estadía psiquiátrica de emergencia, me abrazó. Me dijo que me amaba. Prometió que estaba a salvo. "Lo que es mío es tuyo", dijo. Comida, agua, techo, familia, una cama, incluso ayuda para buscar trabajo. Era como... una suegra para mí. En algún momento de esa sangrienta pelea de 4 meses, mi himen se rompió y alguien me obligó a hacerles sexo oral repetidamente. Pensé que era mi prometido el que estaba encima de mí cuando pasó. Pero no era mi prometido.

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    Sanar significa volver a usar pantalones cortos. Significa creer que soy digno del amor que la gente me da.

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    Name, solo tenía 6 años

    Tenía alrededor de 6 años, cierro los ojos y es cómo si volviera a vivir en carne propia el recuerdo, me acuerdo del ruido de la televisión, el olor del desayuno que estaba comiendo, yo solo estaba viendo caricaturas. El, un hombre de alrededor 50 años me cargó y me acomodó en sus piernas, y deslizó su mano por debajo de mis panties, TENÍA 6 AÑOS y ahí empezó mi historia de abusó sexual, una historia que me hubiese gustado no tener que experimentar. Yo hablé ya que mi mamá siempre me había enseñado a que nadie podía tocar mis partes pero en ese entonces mi mamá no tenía los recursos, vivíamos en casa de una prima (la hija de mi abusador) y nadie me creyó, dijeron que era mi imaginación. Otros sucesos pasaron cometidos por la misma persona, me arrebató mi inocencia y me rompió en pedacitos… pese a que yo hablé la primera vez, las otras veces me quedé callada porque nadie me creyó, nadie me protegió y nadie me escuchó más que mi mamá pero en ese entonces ella estaba luchando con un problema de alcoholismo y toda la familia nos dio la espalda. Después de un tiempo dejé de ver a mi abusador pero a los 8 años me volvió a pasar pero esta vez por el esposo de mi tía (la hermana de mi mamá) ellos han sido casados desde que mi tía tiene 16 años hasta el presente. Fuimos de visita a casa de mi tía, era diciembre entonces mi mamá salió con mi tía a comprar cosas para la navidad, yo, mi hermano y mi primo (hijo de mi tía) nos quedamos al cuidado del esposo de mi tía, el en ese entonces era oficial de la policía. Yo estaba jugando con mi primo y mi hermano cuando él me llamó, él estaba sentado en la mesedora viendo las noticias cuando me sentó en sus piernas y yo inmediatamente me paralice puesto que la última vez que alguien me sentó en sus piernas me manoseo, esta vez fue diferente, solo me acaricio las piernas y yo solo sentí cómo algo duro me rozaba mis glúteos, me paralicé y no sabía que hacer, hasta que tuve la fuerza y me bajé. Nunca hablé de mi segundo abusador y nunca lo he hecho, yo ya no vivo en Colombia pero cuando voy me toca actuar cómo si nada aunque por dentro sienta tantas cosas. Por mucho tiempo reprimí todo lo que me pasó, siempre decía que no me afectó y ahora a mis 22 años me está atormentando. Estoy comprometida con el amor de mi vida, siento que ha sido un regalo que Dios y la vida me dio después de tanto tormento pero hay veces que cuando vamos a tener intimidad y me toca siento una rabia en mi, ese tipo de rabia que te dan ganas de pegarle un puño en la cara a esa persona, y no lo entiendo, el no me ha hecho nada? El solo me ha ayudado y me ha tratado con amor y me ha demostrado lo mucho que me respeta y me ama, siempre quise evadir el tema y reprimirlo, no hablar de ello y pretender cómo que no me afectó pero ya llegué a un punto donde me dan unos ataques de ira que ni yo me reconozco, donde termino lastimándome a mí misma o sacando esa ira en mi prometido, hace unas noches por fin en medio de una ataque de ira donde terminé azotandome la cabeza en la pared solo repetía “no me deja en paz, me persigue, sácalo de mi cabeza” estaba en un estado de crisis y mi prometido solo pudo sujetarme en sus brazos mientras me preguntaba quién me perseguía y fue la primera vez que dije su nombre en voz alta, “Name, el hombre que me violo y me robo mi inocencia no sale de mi cabeza” no podía hablar, las lágrimas y gritos de desesperación eran más que las palabras, en ese momento me di cuenta que no importa cuánto allá crecido aquella niña de 6 años sigue dentro de mi, está enojada, está triste y rota. Mi pareja es abogado entonces el fue quien me habló sobre me too movement, me dijo que me hiciera justicia y lo denunciara pero que si no me sentía lista por miedo que navegara las opciones que me too ofrece y que quizá empezara por contar mi historia, por unos días habría la página y solo me quedaba paralizada, pero hoy me anime, ya no merezco ser prisionera de un dolor que no fue mi culpa aunque por mucho tiempo he sentido que lo es, me siento perdida y no quiero que mi pasado defina mi presente, la vida me está dando oportunidades bonitas pero mi abusó sexual no me deja avanzar, cómo me saco esta rabia que siento por dentro? Porque me volví un ser tan agrio y amargo, porque me enojo por todo? Porque no puedo disfrutar la intimidad con mi pareja si es delicado conmigo? Parece que entre más delicado es más rabia siento por dentro. Me siento muy sola y perdida. Quiero este dolor fuera de mi

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  • “La curación es diferente para cada persona, pero para mí se trata de escucharme a mí misma... Me aseguro de tomarme un tiempo cada semana para ponerme a mí en primer lugar y practicar el autocuidado”.

    “A cualquiera que esté atravesando una situación similar, le aseguro que no está solo. Vale mucho y mucha gente lo ama. Es mucho más fuerte de lo que cree”.

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    🇨🇴

    No tengo recuerdos claros y siento mucha culpa

    Mi historia es un poco larga. Cuando tenía 15 años o 16 años, vino a mi mente el recuerdo de cosas que habían ocurrido cuando yo tenía entre 4 y 5 años. Dos tíos abusaron de mí. Los recuerdos sobre esto nunca han sido claros y ahora, muchos años después, todo se ha vuelto más lejano y confuso y he dudado varias veces de mí misma y de mi historia. Hay otras cosas que pasaron en mi infancia que sí recuerdo con más claridad: cuando tenía entre 7 y 8 años, vi a mis papás teniendo relaciones sexuales a mi lado (esa noche me había pasado a dormir con ellos en su cama). Tiempo después, se repitió la situación, pero con mi padrastro y mi mamá. También cuando tenía entre 7 y 8 años, estaba revisando unos CD'S en el DVD que había en la casa para marcarlos según el género musical o según la película que fuera. Uno de los CD'S, era una película porno. Como casi siempre, me encontraba sola en mi casa, entonces la vi completa. No recuerdo si me masturbé. Sé que desde muy niña me frotaba con peluches, muñecas y otros objetos, aunque sin mucha conciencia de lo que hacía, pero estaba presente el miedo a ser vista. Hay algo que me atormenta en este momento: cuando tenía 6 o 7 años, mi prima (ella un año mayor) y yo jugábamos a imitar algunas posiciones de un libro de kamasutra que había en su casa. También tengo leves recuerdos de una vez que, mientras nos bañábamos, frotamos nuestras partes íntimas. No sé si esto se dio en el marco de una curiosidad bilateral y por el contenido del libro al que habíamos estado expuestas o si fui yo quien generó la situación y la persuadió a ella de hacerlo o si la manipulé. No recuerdo que haya sido así, pero me da miedo que sí. ¿Y si imité lo que hacía mis tíos conmigo o lo que vi en contenido al que estuve expuesta? Siento miedo, culpa y vergüenza. Además, hace medio año, recordé que cuando tenía 10 años y cargué a mi hermanita en mi piernas (que estaba como de un mes), sentí un estímulo placentero en mi zona íntima por el contacto. Cuando esta imagen vino a mí (tampoco fue clara, como mis otros recuerdos) sentí culpa, pero no escaló a más porque entendí que fue una reacción física y nada más. Pero luego no podía dejar de pensar en ello y me cuestionaba si había prologando o intensificado el contacto y sentí muchísima culpa, asco y vergüenza. Fue tan fuerte, que tuve un episodio de TOC y siento que aún no he podido salir de ahí, porque ahora me inundan las dudas sobre lo sucedido con mi prima.

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  • “Sanar significa perdonarme a mí mismo por todas las cosas que pude haber hecho mal en el momento”.

    “Realmente espero que compartir mi historia ayude a otros de una manera u otra y ciertamente puedo decir que me ayudará a ser más abierta con mi historia”.

    Historia
    De un sobreviviente
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    Superviviente 👊🏼

    Fue hace 21 años y nunca se lo he contado a nadie. Viví con mi primera compañera de piso, quien sabía que tenía amigos sospechosos. Aun así, confiaba en ella y en nuestro nuevo y encantador hogar. Hasta que una noche invitó a amigos. Yo no bebía ni consumía drogas duras. Comíamos, todos bebían y se lo pasaban bien. No recuerdo nada después de eso, hasta que me desperté en mitad de la noche con un hombre, uno de sus "amigos", encima de mí. Estaba dentro de mí mientras yo yacía en medio del suelo. No podía moverme, no podía hablar. No fue una huida, una lucha ni una congelación; me habían drogado y no podía mover ni una sola parte de mi cuerpo. Ni siquiera podía mover los brazos para apartarlo. Y cuando la madre de mi compañera entró en nuestro nuevo hogar, en la habitación oscura, en mitad de la noche, vio lo que estaba pasando. Solo pude abrir los ojos de par en par del miedo, pero ella se dio la vuelta y salió sin decir palabra, dejándolo terminar lo que había empezado. Él se rió cuando ella se alejó. Para cuando recuperé el control de mi cuerpo, él ya no estaba. Estaba sola y desnuda en el suelo de la sala de mi primer piso, donde todos me pisoteaban al salir por la mañana. Era la broma de la mañana... ¿qué y a quién le hizo? Nadie me preguntó si estaba bien esa mañana. Nadie lo hizo nunca. Han pasado 21 años y todavía no sé el nombre del hombre que me violó esa noche, pero siempre recordaré su rostro.

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  • La sanación no es lineal. Es diferente para cada persona. Es importante que seamos pacientes con nosotros mismos cuando surjan contratiempos en nuestro proceso. Perdónate por todo lo que pueda salir mal en el camino.

    Todos tenemos la capacidad de ser aliados y apoyar a los sobrevivientes en nuestras vidas.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    #342

    No estás sola. No fue tu culpa. Es posible sanar. No es demasiado tarde. Como sobreviviente de trauma y abuso, estoy aprendiendo a lidiar con estrategias como la negación, la autoculpa, la recreación inconsciente de experiencias traumáticas no resueltas y la normalización de la explotación sexual. Cuando mi padre me lastimó al traumatizarme sexualmente, el secretismo, la vergüenza y los límites de autoestima no importaban. No se podía confiar en nadie y el mundo no era seguro. Las emociones de mi infancia eran complejas y confusas. No existía un único método o patrón para recordar una experiencia traumática. Pasé la vida intentando complacer a todos y siempre me olvidaba de mí misma, pero Dios me bendijo ayudándome a superar el trauma de mi adultez. Con fe en el Señor, todo sale a la luz. Sí, el bien es la luz que brilla en nuestro interior, y eso nos hace atraer y recordar que cualquier trauma se puede superar, siempre y cuando recordemos que podemos aprender a sentirnos adecuadamente con nosotros mismos. Y que todos merecemos lo mejor. Recuerda que nacimos para amar, para expresar amor y para sentirnos felices viviendo. Recuerda que Dios nos respalda y recuerda siempre que Él lo ve todo. Amén. Experimenté esa vergüenza y esa actitud defensiva durante mi infancia y la secundaria. Seguí adelante e intenté ignorar que tenía una entidad enorme dentro de mí de la que necesitaba salir. Hoy en día, muchas veces no me siento cómoda expresando mis emociones e intento sobrellevarlas con comportamientos autodestructivos que luego impactan mi vida. Finalmente he compartido mi historia públicamente y he comenzado a sentir un alivio real y significativo. He expresado mis emociones y nadie ha reaccionado negativamente. Nadie me ha juzgado ni me ha tratado con desprecio. Pero ahora pienso: "¿Sabes qué? Mi familia no sabe esto de mí". ¡He tenido miedo de contárselo a mi familia durante tantos años! Y, por fin, ha llegado el momento. Esto es lo que quiero que sepas: si has sufrido algún tipo de abuso o trauma sexual, ¡no tienes por qué sentirte culpable! Puedes perdonarte a ti mismo y perdonar a los demás por su comportamiento. Ya no tienes que ser prisionero de estas experiencias. Concéntrate en lo que tienes. Puede que sea más fácil decirlo que hacerlo. Pero, cuando has perdido algo tan importante, necesitas concentrarte en lo que tienes y aprovecharlo al máximo, ¡y no caer en la trampa de la autocompasión! Un buen truco es encontrar al menos un pensamiento positivo y concentrar toda tu energía en él. Al principio, puede que te parezca poco, pero una vez que mantengas la concentración y toda tu energía en ese pensamiento, verás que afrontar la situación actual es una experiencia mucho más positiva. Da pequeños pasos para lograr cambios sutiles: «Un viaje de mil millas comienza con un solo paso». – Lao Tzu. Recuerda, al lidiar con un trauma, la sanación no será rápida. Recuerda ser paciente y amable contigo mismo mientras permites que el proceso se desarrolle. Es importante no ser duro contigo mismo. De hecho, ya has experimentado suficiente. La buena noticia es que existen maneras muy efectivas de afrontar y tratar los efectos del trauma. He encontrado estas acciones muy útiles. *Apóyate en tus seres queridos. Busca amigos o familiares que te apoyen. Si te sientes listo para hablar sobre el evento traumático, puedes hablar con ellos sobre tu experiencia y tus sentimientos. También puedes pedirles a tus seres queridos que te ayuden con las tareas del hogar u otras obligaciones para aliviar parte de tu estrés diario. *Afronta tus sentimientos. Es normal querer evitar pensar en un evento traumático. Pero no salir de casa, dormir todo el tiempo, aislarte de tus seres queridos y consumir sustancias para escapar de los recordatorios no son formas saludables de afrontarlo con el tiempo. Aunque la evasión es normal, demasiado puede prolongar el estrés e impedir que te recuperes. Poco a poco, intenta volver a la rutina normal. El apoyo de tus seres queridos o de un profesional de la salud mental puede ser de gran ayuda a medida que te recuperas. *Ten paciencia. Recuerda que es normal tener una reacción fuerte ante un evento estresante. Tómate las cosas con calma mientras te recuperas. Con el paso de los días, tus síntomas deberían empezar a mejorar gradualmente. Una última cosa: La Declaración de Derechos de las Personas Sobrevivientes de Violencia Sexual: 1. Nadie tiene derecho a abusar de ti ni de ninguna otra persona. 2. Nadie merece ser agredido ni abusado. 3. Tienes derecho a detener el abuso que te está sucediendo a ti o a cualquier otra persona. 4. Tienes derecho a buscar sanación y justicia por el abuso ocurrido. 5. La violencia sexual está mal. El abusador está mal. Quienes lo protegen están mal. NO TIENES LA CULPA. 6. No destruiste a la familia ni traicionaste su confianza al denunciar el abuso. El agresor destruía la confianza de la familia cada vez que cometía un acto de abuso. Citas bíblicas: Isaías 41:10: «Así que no temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con la diestra de mi justicia». 2 Corintios 1:4: «El sufrimiento en esta vida a menudo parece insignificante. Las Escrituras inmediatamente le dan un sentido a nuestro sufrimiento. Quienes han sido consolados por Dios —fortalecidos, animados, aliviados de la carga— tienen la oportunidad de brindar consuelo a quienes sufren. En ese sentido, el consuelo de Dios es reproducible y repetible. Dios sigue siendo la fuente, pero los creyentes pueden seguir distribuyendo el consuelo de Dios a quienes sufren como ellos.

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  • “Tú eres el autor de tu propia historia. Tu historia es tuya y solo tuya a pesar de tus experiencias”.

    “He aprendido a abundar en la alegría de las cosas pequeñas... y de Dios, la bondad de las personas. Desconocidos, maestros, amigos. A veces no lo parece, pero hay bondad en el mundo, y eso también me da esperanza”.

    Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
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    poder seguir adelante y pasar un poco la pagina

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    De un sobreviviente
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    Sólo palabras.

    Solo palabras. Te cuesta hablar de estas cosas. Te das cuenta de que te cuesta hablar de muchas cosas. Recuerdas la emoción que te produjo tu primer trabajo en Nombre de la empresa. Una amiga trabaja allí y sabes que mucha gente trabaja allí durante el verano. Es la década de 1990 y la ley te permite pagar menos del salario mínimo porque es como una formación a tiempo parcial para estudiantes que empiezan a trabajar. Como repartir periódicos. Eso es para chicos. Te emocionaste tanto después de estar nerviosa que pediste una solicitud junto con tu amiga. No recuerdas haberlo conocido entonces. Mucha gente quiere ser elegida para ese trabajo de mierda porque, por alguna razón, se ha vuelto muy popular entre los chicos. Sí recuerdas la llamada para que pudieras ir a una entrevista. De camino a casa, te preguntas si ser guapa y tener los pechos más grandes que la mayoría de las chicas de primer año tuvo algo que ver. Conociste a Nombre y esta vez lo recuerdas con seguridad. Tu aspecto ha sido mucho más una maldición que una bendición. Una razón por la que la gente no se sentiría tan mal por ti. 'Dios realmente te bendijo, cariño. Tienes tantos malos recuerdos, recuerdos bloqueados, recuerdos reprimidos por culpa de Nombre. Estás dudando mientras las lágrimas se acumulan. Necesitas un trago. Dejaste de beber hace años y hoy llevas tres meses y ocho días sobrio. Tu récord es de nueve meses y dos días. Eres fuerte. La mayor parte del tiempo. Estás vacío. Todo el tiempo. Nombre no fue el último, pero fue el primero. Le cambias el nombre aunque no quieras. Es el símbolo de tu odio por todo lo malo de los hombres. Te engañaron. Nombre consiguió lo que quería de ti. Demasiadas veces. Demasiadas veces antes de que dejaras de volver. Simplemente dejaste de hacerlo. Podrías haber dejado de hacerlo después de la primera vez que te abrazó y te acarició antes de que tu madre te recogiera esa noche. La primera vez. Todavía no lo entiendes ni te perdonas por eso. Dejaste que un chico en una fiesta y otro en un baile de octavo grado te metieran la mano debajo de la camisa. Te había gustado tanto esas veces. Había sido emocionante. y feliz. Nombre no te hizo feliz. Regresaste. Ahora quieres hablar de otra cosa. No de los otros hombres que pensaban que tu cuerpo era su juguete. No de la vez que fuiste a Irlanda con tus tías y mamá. Extrañas a mamá. Ese fue un buen viaje. Volviste mucho a eso. Te sentaste a hablar de cosas de las que no hablas. En un viaje familiar a Adventureland le preguntaste a tu prima si se consideraba perder la virginidad si un chico te lo hacía en los senos. Fingiste que era un chico lindo, no Nombre. Era difícil respirar con él sentado sobre tu torso embistiendo. A veces rompes cosas y gritas. Nunca cuando tu hijo está cerca. Tienes dos trabajos y realmente no te gusta el que más paga. Tu título universitario no cuenta mucho. ¿Cuánta vida se desperdicia en la desesperación, la duda y tomando el camino equivocado? Sientes alivio cuando finalmente terminó. Odias cuando termina porque sabes que te está robando su máximo placer cuando tiene una esposa. Actúa como si fuera solo otro día de trabajo para Te mantiene bajo su control. Eres patética. Sus restos están dentro de ti cada vez que vas a casa después de terminar con él. Solo otro día miserable en la vida. No dices nada. No se lo cuentas a nadie. No vales nada excepto como un recipiente para él. Tus padres te dicen cosas bonitas sobre ti. Siempre lo han hecho. Tienen que hacerlo. No saben lo que realmente eres. Una vergüenza negra son las veces que sentiste placer en tu cuerpo mientras él te lo hacía. Al menos mientras permanecías callada e inmóvil había algo de dignidad. Desafío. Insulto para él. Cuando tu cuerpo y tu voz reaccionaron como si te gustara, fue una traición. Como si te gustara esa bañera de hombre asqueroso encima y dentro de ti, follándote en ese suelo de baldosas, besándote como un amante. Te hiciste amiga de un grupo de chicos a mediados de la secundaria. Más de un año después, Nombre era más que una espina en tu alma. Una profunda insensibilidad. El grupo descubrió quién eras. Jugaban al fútbol. Eran importantes y tenían una voluntad fuerte. Te compartieron y te pasaron de mano en mano. Te dijeron Te amaban. Que eras la chica más genial. Tomaban lo que querían cuando querían. ¿Por qué? Nombre 2 fue tu compañero de laboratorio de biología. Fue el primero. Era el único de tu edad. Fuiste en su coche a almorzar y conociste a otros. Te querían. Te ofreciste voluntaria. Es todo para lo que sirves. Para drenarles su energía para que puedan ser felices y sentirse hombres. Para que puedas sentirte vacía y sucia. Incluso después de graduarse, se juntaban para divertirse en grupo o te hacían escabullirte por la noche para dar una vuelta. Te dirigiste al oeste después de graduarte. Un nuevo comienzo. Un éxodo. Una huida. Fuiste a una reunión. La reunión de diez años. Nombre 2 vino con su esposa. Te presentó como su exnovia. Dejaste que te llevara al baño para discapacitados y tuviera su rapidito. Después fuiste a los bares y dejaste a tu verdadero amigo y dejaste que Nombre 3 te llevara de vuelta a su habitación de hotel para vivir sus fantasías solo porque decía que siempre te había amado. Dicen que las personas atractivas tienen sexo con más frecuencia y con más parejas que la gente normal. Lo oscuro de esa afirmación es que, para las mujeres, no siempre es porque lo quieran, sino por la presión implacable de los hombres y por cómo hacen cualquier cosa si tienen la oportunidad. No eres una chica buena e inocente. ¿Lo habrías sido de no ser por Nombre, como quieres creer? ¿Habrías dejado que tu primo, mucho mayor que apenas conoces, te llevara de vuelta al bosque, detrás de su casa, a la choza donde fuma marihuana después de una boda? Y luego esperaras allí a que llamara a sus amigos después de descubrir que eras una chica mala y los esperaras también. Espantando moscas en tu ropa interior mientras los esperabas. No bebías porque tu madre no lo permitía, aunque eran niños menores que tú. Pero tu primo y sus amigos del barrio sí. Cuatro de ellos, contando a tu primo, lo suficientemente mayor como para ser tu tío. Aun así, actuabas como si te gustara todo lo que hacían. Lo llevaban tan lejos como si fueras el mejor juguete del mundo. Estrella porno, te llamaban como si fueras lo mejor que podrías ser. El sexo anal era insoportable. Era más fácil simplemente quitarte todo el maquillaje que intentar arreglarlo después de todo el sudor y la pegajosidad. Sonrisas y cumplidos seguidos de la profunda sensación de vacío del aislamiento total en la camioneta de regreso a casa desde Kansas City. Odiar a Nombre y sentir que traicionaste a tu tía porque uno de ellos era su prometido. Tuviste una infección y fue vergonzoso cuando el médico te lo dijo. Al menos era una doctora. La idea de un ginecólogo hombre es desconcertante. La única vez que te examinó uno fue aterradora. Estabas en la universidad. Era demasiado minucioso y hablador, como si estuviera a punto de invitarte a una cita y decidiste que nunca más. El único que tuviste sin guantes para el examen de mamas. El examen vaginal digital más sensual que tuviste para revisar el cuello uterino y los ovarios en busca de dolor. ¿Se suponía que su pulgar debía rozar tu clítoris? Incluso te preguntas si lo estaba grabando en su teléfono, ya que lo viste ajustar dos veces mientras asomaba por el bolsillo del pecho. Su bata de laboratorio. Su estúpido bigote de noviembre te preguntó si te gustaba. Así que algunos días no comes. Haces ejercicio para mantener el cuerpo que quieren. Te da valor para ellos. No eres nada. La gente siempre dice cosas bonitas. Cosas huecas. ¿Y si nunca hubieras conocido a Nombre? ¿Y si nunca te hubieran follado en el suelo por 3,45 dólares la hora? De espaldas, a gatas, a veces incluso encima de él. Tu primer orgasmo en ese suelo que olía a leche rancia y lejía. Tener que decirle a tu madre que te recogiera 45 minutos después del cierre del lugar para tus tareas de limpieza. Usaste tampones solo para evitar que se le escapara el semen de camino a casa. Fingiste ser virgen cuando estabas lejos de serlo. Te dijo que no te preocuparas porque se había hecho una vasectomía. Esa parte debe haber sido cierta. No tienes citas aunque siempre intentan concertarte una cita. Ni una oportunidad. Tu hijo es una buena excusa. Y una verdadera razón. Amor verdadero. La Tierra gira en el espacio. ¿Por qué no puede simplemente ¿Congelarte y morir como yo? Tu jefe no te lleva hasta el final porque no le engaña a su esposa. Le haces sexo oral porque no cree que cuente. Preserva su pureza. Dice que lo desea con todas sus fuerzas, como si pudiera tomarte lo que quisiera, pero es fuerte y valiente. No eres nada. Él es guapo. Dejas que te bese y te acaricie. Anhelas su contacto. No es un gran hombre, pero lo anhelas. Lo más parecido a un buen hombre que has conocido. Una figura paterna. Tu hijo necesita una figura paterna. Él lo es todo. Se merece algo mejor. Te quiere. Te dice que eres una buena madre y que por eso vale la pena soportar el mundo el tiempo que sea necesario. Pones buena cara, pero él sabe que estás vacía, en el fondo. Un pato herido fingiendo ser un cisne. Siempre fingiendo. ¿No había fingimiento antes de Nombre? Quizás no. Los días empiezan y tu mente finge, y es difícil, y los días terminan. Malos sueños por ambos lados. ¿Será un buen hombre? El gracioso La cosa es que quieres que sea un príncipe porque es tu príncipe, pero aunque sea como la mayoría de los hombres, quieres su felicidad total. Quieres chicas hermosas, buenos momentos y amigos fuertes para él. Existes para fingir y para que esos hombres te disfruten, pero sobre todo para darle a tu hijo la mejor vida posible más allá de ti. No eres inútil. No es tu culpa. Eres más fuerte de lo que crees. Palabras vacías. Tienen que decirlo. Siempre lo han hecho. Sin creatividad. Sin perspicacia. Sin verdad. Solo palabras.

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  • Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
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    Sanar es no tener miedo de alzar la voz y hacer lo correcto.

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    De un sobreviviente
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    #1617

    No he compartido esta historia con mucha gente. La primera vez que le dije a mi novio que se había quedado dormido, me sentí aún más sola que antes. Ahora, muchos años después, tengo una buena relación con una buena persona y me ha ayudado a sanar. Por mucho que la experiencia me haya impactado, mi historia podría haber sido mucho peor. Y ahí radica parte del problema. No lo he creído ni lo he tomado en serio porque nunca llegó al peor escenario posible. Me he distanciado de toda mi familia. Pero yo era la niña y la víctima; no deberían haberme culpado, avergonzado ni culpado por mi ausencia y mi trauma. Simplemente no soportaba estar en la misma habitación con el responsable, mi padre. Como dije, podría haber sido mucho peor. Por suerte, nunca fui violada. Pero viví con el miedo todos los días de adolescente. Porque me veía en la ducha, en mi habitación y en el baño. Y no tenía cerradura en la puerta de mi habitación. Empecé a cerrar frenéticamente todas las cerraduras disponibles, pero seguía sintiéndome vulnerable mientras él estaba al otro lado de la puerta probando el picaporte. Veía pornografía mientras yo estaba en la habitación y se negaba a saltarse esas partes al cambiar de canal, esperando a que terminaran las escenas. En un momento dado, cuando se topó con una, me preguntó sin pensarlo dos veces si ya tenía edad para eso. ¿En serio? ¿A quién se le ocurre que está bien ver porno con tu hija? No puedo dejar de ver su cara cuando me preguntó esto, su mirada. Intenté estar fuera de casa lo más posible y también en mi habitación, bajando apenas a comer para que no me vieran. Incluso una vez intenté calentar comida bajo una lámpara de mesa para evitar estar en su presencia. La relación con mis padres obviamente se deterioró y mi madre se frustró mucho conmigo, culpándome de lastimarla a ella y a mi padre por ser tan distante. Pero cómo podía decirle esto, ni a nadie más, si al final mi padre no era una mala persona, ¿verdad? Al final, debo haberles contado al menos tres veces lo sucedido (primero cuando aún vivía en casa, presionada por mi madre; después, después de mudarme y caer en una profunda depresión), pero se niegan a comprender o aceptar los hechos. Mi madre dice que nunca ocurrió y que mis recuerdos son falsos. También dice que no es aceptable alejarse de la familia (básicamente, pase lo que pase). Mi padre lo reduce a su comportamiento pornográfico en internet. Una vez intentó tocarme el pelo después de que intenté evitarlo a toda costa, y todavía siento escalofríos al recordar su contacto en mi cabeza. Es un tema recurrente en mis pesadillas: le grito que se aleje y que no me toque, mientras mi madre, enfadada, lo niega todo. Finalmente, rompí por completo el contacto con mi padre, después de intentar durante años superar el trauma y las pesadillas. Me ha ayudado muchísimo. Intento seguir en contacto con mi madre, pero siempre es doloroso y difícil. Intenta hablar de él, comparte fotos suyas y ni siquiera soporto mirarlas. Sigo siempre en guardia con los hombres mayores que yo, aunque ya no me siento tan incómoda como antes. Así que... Esta es mi historia y me alegra por fin tener un lugar donde compartirla. Nadie debería pasar por estas cosas; es bueno que haya más conciencia sobre lo común que es la agresión sexual y que hagamos todo lo posible por detenerla. Les deseo todo lo mejor.

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    Actividad de puesta a tierra

    Encuentra un lugar cómodo para sentarte. Cierra los ojos suavemente y respira profundamente un par de veces: inhala por la nariz (cuenta hasta 3), exhala por la boca (cuenta hasta 3). Ahora abre los ojos y mira a tu alrededor. Nombra lo siguiente en voz alta:

    5 – cosas que puedes ver (puedes mirar dentro de la habitación y por la ventana)

    4 – cosas que puedes sentir (¿qué hay frente a ti que puedas tocar?)

    3 – cosas que puedes oír

    2 – cosas que puedes oler

    1 – cosa que te gusta de ti mismo.

    Respira hondo para terminar.

    Desde donde estás sentado, busca objetos con textura o que sean bonitos o interesantes.

    Sostén un objeto en la mano y concéntrate completamente en él. Observa dónde caen las sombras en algunas partes o quizás dónde se forman formas dentro del objeto. Siente lo pesado o ligero que es en la mano y cómo se siente la textura de la superficie bajo los dedos (esto también se puede hacer con una mascota, si tienes una).

    Respira hondo para terminar.

    Hazte las siguientes preguntas y respóndelas en voz alta:

    1. ¿Dónde estoy?

    2. ¿Qué día de la semana es hoy?

    3. ¿Qué fecha es hoy?

    4. ¿En qué mes estamos?

    5. ¿En qué año estamos?

    6. ¿Cuántos años tengo?

    7. ¿En qué estación estamos?

    Respira hondo para terminar.

    Coloca la palma de la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Coloca la palma de la mano izquierda sobre el hombro derecho. Elige una frase que te fortalezca. Por ejemplo: "Soy poderoso". Di la oración en voz alta primero y da una palmadita con la mano derecha en el hombro izquierdo, luego con la mano izquierda en el hombro derecho.

    Alterna las palmaditas. Da diez palmaditas en total, cinco de cada lado, repitiendo cada vez las oraciones en voz alta.

    Respira hondo para terminar.

    Cruza los brazos frente a ti y llévalos hacia el pecho. Con la mano derecha, sujeta el brazo izquierdo. Con la mano izquierda, sujeta el brazo derecho. Aprieta suavemente y lleva los brazos hacia adentro. Mantén la presión un rato, buscando la intensidad adecuada para ti en ese momento. Mantén la tensión y suelta. Luego, vuelve a apretar un rato y suelta. Mantén la presión un momento.

    Respira hondo para terminar.