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La persona que me hizo daño era un...

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Me identifico como...

Yo era...

Cuando esto ocurrió, también experimenté...

Bienvenido a Our Wave.

Este es un espacio donde sobrevivientes de trauma y abuso comparten sus historias junto a aliados que los apoyan. Estas historias nos recuerdan que existe esperanza incluso en tiempos difíciles. Nunca estás solo en tu experiencia. La sanación es posible para todos.

¿Cuál cree que es el lugar adecuado para empezar hoy?
Historia
De un sobreviviente
🇨🇦

Name, solo tenía 6 años

Tenía alrededor de 6 años, cierro los ojos y es cómo si volviera a vivir en carne propia el recuerdo, me acuerdo del ruido de la televisión, el olor del desayuno que estaba comiendo, yo solo estaba viendo caricaturas. El, un hombre de alrededor 50 años me cargó y me acomodó en sus piernas, y deslizó su mano por debajo de mis panties, TENÍA 6 AÑOS y ahí empezó mi historia de abusó sexual, una historia que me hubiese gustado no tener que experimentar. Yo hablé ya que mi mamá siempre me había enseñado a que nadie podía tocar mis partes pero en ese entonces mi mamá no tenía los recursos, vivíamos en casa de una prima (la hija de mi abusador) y nadie me creyó, dijeron que era mi imaginación. Otros sucesos pasaron cometidos por la misma persona, me arrebató mi inocencia y me rompió en pedacitos… pese a que yo hablé la primera vez, las otras veces me quedé callada porque nadie me creyó, nadie me protegió y nadie me escuchó más que mi mamá pero en ese entonces ella estaba luchando con un problema de alcoholismo y toda la familia nos dio la espalda. Después de un tiempo dejé de ver a mi abusador pero a los 8 años me volvió a pasar pero esta vez por el esposo de mi tía (la hermana de mi mamá) ellos han sido casados desde que mi tía tiene 16 años hasta el presente. Fuimos de visita a casa de mi tía, era diciembre entonces mi mamá salió con mi tía a comprar cosas para la navidad, yo, mi hermano y mi primo (hijo de mi tía) nos quedamos al cuidado del esposo de mi tía, el en ese entonces era oficial de la policía. Yo estaba jugando con mi primo y mi hermano cuando él me llamó, él estaba sentado en la mesedora viendo las noticias cuando me sentó en sus piernas y yo inmediatamente me paralice puesto que la última vez que alguien me sentó en sus piernas me manoseo, esta vez fue diferente, solo me acaricio las piernas y yo solo sentí cómo algo duro me rozaba mis glúteos, me paralicé y no sabía que hacer, hasta que tuve la fuerza y me bajé. Nunca hablé de mi segundo abusador y nunca lo he hecho, yo ya no vivo en Colombia pero cuando voy me toca actuar cómo si nada aunque por dentro sienta tantas cosas. Por mucho tiempo reprimí todo lo que me pasó, siempre decía que no me afectó y ahora a mis 22 años me está atormentando. Estoy comprometida con el amor de mi vida, siento que ha sido un regalo que Dios y la vida me dio después de tanto tormento pero hay veces que cuando vamos a tener intimidad y me toca siento una rabia en mi, ese tipo de rabia que te dan ganas de pegarle un puño en la cara a esa persona, y no lo entiendo, el no me ha hecho nada? El solo me ha ayudado y me ha tratado con amor y me ha demostrado lo mucho que me respeta y me ama, siempre quise evadir el tema y reprimirlo, no hablar de ello y pretender cómo que no me afectó pero ya llegué a un punto donde me dan unos ataques de ira que ni yo me reconozco, donde termino lastimándome a mí misma o sacando esa ira en mi prometido, hace unas noches por fin en medio de una ataque de ira donde terminé azotandome la cabeza en la pared solo repetía “no me deja en paz, me persigue, sácalo de mi cabeza” estaba en un estado de crisis y mi prometido solo pudo sujetarme en sus brazos mientras me preguntaba quién me perseguía y fue la primera vez que dije su nombre en voz alta, “Name, el hombre que me violo y me robo mi inocencia no sale de mi cabeza” no podía hablar, las lágrimas y gritos de desesperación eran más que las palabras, en ese momento me di cuenta que no importa cuánto allá crecido aquella niña de 6 años sigue dentro de mi, está enojada, está triste y rota. Mi pareja es abogado entonces el fue quien me habló sobre me too movement, me dijo que me hiciera justicia y lo denunciara pero que si no me sentía lista por miedo que navegara las opciones que me too ofrece y que quizá empezara por contar mi historia, por unos días habría la página y solo me quedaba paralizada, pero hoy me anime, ya no merezco ser prisionera de un dolor que no fue mi culpa aunque por mucho tiempo he sentido que lo es, me siento perdida y no quiero que mi pasado defina mi presente, la vida me está dando oportunidades bonitas pero mi abusó sexual no me deja avanzar, cómo me saco esta rabia que siento por dentro? Porque me volví un ser tan agrio y amargo, porque me enojo por todo? Porque no puedo disfrutar la intimidad con mi pareja si es delicado conmigo? Parece que entre más delicado es más rabia siento por dentro. Me siento muy sola y perdida. Quiero este dolor fuera de mi

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  • Cada paso adelante, por pequeño que sea, sigue siendo un paso adelante. Tómate todo el tiempo que necesites para dar esos pasos.

    Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    poder seguir adelante y pasar un poco la pagina

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  • Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    No tengo recuerdos claros y siento mucha culpa

    Mi historia es un poco larga. Cuando tenía 15 años o 16 años, vino a mi mente el recuerdo de cosas que habían ocurrido cuando yo tenía entre 4 y 5 años. Dos tíos abusaron de mí. Los recuerdos sobre esto nunca han sido claros y ahora, muchos años después, todo se ha vuelto más lejano y confuso y he dudado varias veces de mí misma y de mi historia. Hay otras cosas que pasaron en mi infancia que sí recuerdo con más claridad: cuando tenía entre 7 y 8 años, vi a mis papás teniendo relaciones sexuales a mi lado (esa noche me había pasado a dormir con ellos en su cama). Tiempo después, se repitió la situación, pero con mi padrastro y mi mamá. También cuando tenía entre 7 y 8 años, estaba revisando unos CD'S en el DVD que había en la casa para marcarlos según el género musical o según la película que fuera. Uno de los CD'S, era una película porno. Como casi siempre, me encontraba sola en mi casa, entonces la vi completa. No recuerdo si me masturbé. Sé que desde muy niña me frotaba con peluches, muñecas y otros objetos, aunque sin mucha conciencia de lo que hacía, pero estaba presente el miedo a ser vista. Hay algo que me atormenta en este momento: cuando tenía 6 o 7 años, mi prima (ella un año mayor) y yo jugábamos a imitar algunas posiciones de un libro de kamasutra que había en su casa. También tengo leves recuerdos de una vez que, mientras nos bañábamos, frotamos nuestras partes íntimas. No sé si esto se dio en el marco de una curiosidad bilateral y por el contenido del libro al que habíamos estado expuestas o si fui yo quien generó la situación y la persuadió a ella de hacerlo o si la manipulé. No recuerdo que haya sido así, pero me da miedo que sí. ¿Y si imité lo que hacía mis tíos conmigo o lo que vi en contenido al que estuve expuesta? Siento miedo, culpa y vergüenza. Además, hace medio año, recordé que cuando tenía 10 años y cargué a mi hermanita en mi piernas (que estaba como de un mes), sentí un estímulo placentero en mi zona íntima por el contacto. Cuando esta imagen vino a mí (tampoco fue clara, como mis otros recuerdos) sentí culpa, pero no escaló a más porque entendí que fue una reacción física y nada más. Pero luego no podía dejar de pensar en ello y me cuestionaba si había prologando o intensificado el contacto y sentí muchísima culpa, asco y vergüenza. Fue tan fuerte, que tuve un episodio de TOC y siento que aún no he podido salir de ahí, porque ahora me inundan las dudas sobre lo sucedido con mi prima.

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  • Mensaje de la Comunidad
    🇺🇸

    El trastorno de estrés postraumático (TEPT) se desarrolló en la escuela secundaria.

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  • La sanación no es lineal. Es diferente para cada persona. Es importante que seamos pacientes con nosotros mismos cuando surjan contratiempos en nuestro proceso. Perdónate por todo lo que pueda salir mal en el camino.

    Eres maravillosa, fuerte y valiosa. De un sobreviviente a otro.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇦

    Sobreviviendo a una violación en grupo

    El año pasado me violaron en grupo. Tengo un zumbido en los oídos llamado tinnitus que no ha parado desde entonces. Tengo pesadillas. Volé con mi madre a una boda en el extranjero. Estaba emocionadísima. Ella estaría ocupada con sus amigos y su prima, y yo podría pasar tiempo con mi genial prima segunda, dos años mayor que yo. Después de la cena de ensayo, salimos. Fue divertido porque allí no tenía permiso para beber, aunque la edad legal era menor que en mi provincia, pero no revisaban la identificación. No bebí mucho porque no era lo mío y tenía novio, pero pude ir a algunos bares y luego a una discoteca pegada a un hotel. Nos divertimos muchísimo hasta que conocimos a dos soldados uniformados que eran guapísimos y nos separaron de sus amigas por nuestro aspecto. Mi prima es guapísima. Tenían una habitación privada en la discoteca y había varios soldados y también dos prostitutas. A esas prostitutas definitivamente les disgustaba que estuviéramos allí. Quería salir de todas formas, y las chicas guapísimas que nos invitaron fingieron entendernos y nos sacaron de allí. Estúpidamente, dejamos que nos llevaran a su habitación de hotel, donde dejaron de lado el rollo romántico y nos obligaron a desnudarnos al ritmo de la música. Nos enseñaron una pistola que tenían en un cajón. Estaba aterrorizada. Nos obligaron a tumbarnos boca abajo, inclinadas sobre la cama, una al lado de la otra, y así tuvieron sexo. Se intercambiaron como si fuéramos intercambiables antes de acabar dentro de nosotras sin protección. Nos tomamos de la mano. Yo lloraba mientras mi prima intentaba ser fuerte y animarme. No nos permitieron salir y nos escondieron la ropa. Antes de quitarnos los teléfonos, tuvimos que escribirles que nos quedábamos en casa de un amigo de mi prima. Luego llamaron a otros dos soldados, uno de ellos un tipo alto, moreno y enorme, con músculos de culturista. Fue un desastre conmigo. Nos hicieron bailar y luego tuvimos que usar la boca con las chicas que nos habían atraído allí mientras las otras dos tenían sexo con nosotras. Vomité y mi prima lo limpió, pero luego empezó de nuevo. Tenían cocaína y nos obligaron a esnifarla de sus partes y a esnifarla de nosotras. Vino otro y creo que solo fueron esos cinco durante la noche, pero no paraban de violarnos y obligarnos a hacer cosas incluso cuando nos desmayábamos. Me hubiera gustado estar más inconsciente, pero la cocaína te despierta tanto. Quiero recordar menos y pensar menos en todo. Nos duchamos muchas veces. El moreno grande se orinó encima de mí y en mi boca, en la ducha. Lo hizo más de una vez como si yo fuera su retrete. Los otros hombres incluso tuvieron que decirle que se calmara cuando me hacía gritar, me gustaban sus dedos y me los metía en el culo, pero no cuando me hacía arrastrarme como un perro usando mi pelo como correa. Recuerdo que uno de ellos llamó a sus amigos para decirles que subieran el volumen de la televisión al máximo para ocultar el ruido en nuestra habitación. Vieron las noticias deportivas en la televisión. Hicieron que mi prima y yo nos besáramos y cosas así. No podía fingir que era una fiesta divertida como mi prima hacía a veces y me animaba a hacer. Intentó desviar parte de su atención de mí una y otra vez. La amo por eso, pero no me dejaron en paz. Estaban obsesionados con mi pecho. No les importó que estuviera obviamente angustiada y enloqueciendo, ni que en mi país me faltaran tres años para la edad de consentimiento. Ahí estaba, la edad mínima. Nos despertamos por la mañana en una de las camas, solo los dos soldados durmiendo en el suelo. ¡El negro se había ido! Volvieron a tener sexo con nosotras y otro hombre mucho mayor, al que llamaban SIR, entró y tuvo sexo con nosotras, pero sobre todo conmigo. Lo animaron y me dolía la cabeza y lloraba, y pareció durar una eternidad. Finalmente recuperamos la ropa, pero nos llevaron a un brunch con su ropa habitual. Me enseñaron fotos en sus móviles que parecían divertidas y nos advirtieron de lo mal que estaría si decíamos algo diferente a que habíamos tenido una buena fiesta. ¡Una buena fiesta en el infierno! Antes de eso, solo había tenido sexo con mi único novio. ¡Una noche infernal y ahora mi número era siete! Tuvimos que empezar a prepararnos para la boda de inmediato y estaba agotada. Mi prima me escondió y me eché una siesta con vestido, peinado y maquillaje hasta el último minuto. Lloré en la ceremonia, pero no en la boda. Tenía tanto dolor de vagina, músculos y cerebro que me emborraché tanto en la recepción que apenas recuerdo nada. Fue parte del viaje en avión a casa. Le conté la verdad a mi madre al volver y se puso como loca, al igual que mi padre. Intentaron llamar allí, al hotel y a otros sitios, pero la policía no hizo nada. Vi llorar a mi padre por primera vez mientras le contaba toda la historia. Mi novio no lo soportó y me dejó. Voy a terapia de grupo. Tomo una pastilla todos los días y ahora tomo benzodiacepinas para la ansiedad. Intento ocultar mi pecho grande bajo ropa holgada, cuando antes lo usaba para llamar la atención. ¡Qué idiota! Mi prima no parece tener los traumas ni las pesadillas que yo tengo. En su país, terminan la secundaria hasta dos años antes que nosotros y los tratan como adultos antes. Una vez le dije cosas malas por eso. Me perdonó, pero hablamos mucho menos desde que le pregunté si siempre tenía sexo grupal. Me sentí fatal porque incluso dejó que tuvieran sexo anal con ella para alejarlos de mí. Se notaba que le dolía mucho, pero en ese momento solo pensaba en mi propia supervivencia. Mi infancia se acabó, pero no me siento adulta. Su consejo es: «No dejes que te deprima». ¡Como si tuviera otra opción! Fue a terapeuta una vez porque su madre pidió cita y no piensa volver. ¡Su vida no cambió en absoluto! Trabaja en recepción en una empresa de tecnología y, además, modela, y sigue yendo a fiestas, clubes y citas. ¿Cómo? Es increíble cómo la actitud ante algo así puede ser tan diferente en distintos países. Ahora soy una víctima y suelo sentirme así. Definitivamente dañada. Todos en mi escuela saben por qué. Soy ESA chica. Mi nuevo novio, más maduro, es comprensivo, pero me siento como una pequeña carga triste para él. A veces soy hipersexual y no puedo evitarlo. Es un mecanismo de afrontamiento que les ocurre a algunas víctimas de agresión sexual. No lo busqué. Me preocupa que mi novio no confíe en mí por eso. Un amigo mayor, mi vecino desde hace años, se aprovechó de mí después de que le conté lo que pasó en su casa. Tuvimos sexo y luego se sintió culpable por excitarse con mi historia de violación. Lo admitió y me pidió perdón. El sexo me ayudó a calmar el zumbido de oídos por breves periodos, así que lo hice con él más de una vez al día durante un tiempo hasta que mi padre empezó a sospechar algo y habló con él. Desde entonces, no confío en mí misma. Quiero casarme con mi novio, en gran parte, solo para protegerme y demostrarle que lo amo y soy leal, aunque no estoy segura de poder serlo. Me preocupa no poder amar como una persona normal. Me preocupa alejarlo por ser demasiado dependiente y querer casarme con él tan pronto. Lo necesito más de lo que él me necesita a mí. ¿Será así siempre en las relaciones de las víctimas de violación? Me esfuerzo mucho en la escuela para no arruinar mi futuro. Es muy difícil concentrarme. Me zumban los oídos constantemente. Gracias por escuchar.

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  • “Puede resultar muy difícil pedir ayuda cuando estás pasando por un momento difícil. La recuperación es un gran peso que hay que soportar, pero no es necesario que lo lleves tú solo”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    #1764

    Tenía unos 8 años cuando mi hermano mayor abusaba de mí. Él es unos 4 o 5 años mayor que yo. Ya soy adulta y terminé la universidad. Mi cerebro había reprimido los recuerdos durante años y no lo recordaba bien hasta que fui a terapia en la universidad por estrés y depresión. Creo que hablar de mi crianza en terapia y de mi relación con mis padres finalmente hizo que los recuerdos afloraran. Siempre supe que algo malo pasaba, simplemente no lo entendía. Recuerdo varias veces. Me hacía tumbar boca abajo en la cama y me bajaba los pantalones para "masajearme". Creo que solo me manoseaba las nalgas, pero no lo recuerdo. Lo hizo varias veces. Una vez entró en mi habitación, me obligó a desnudarme, se puso detrás de mí y se tumbó en el suelo detrás de la cama, fuera de la vista si se abría la puerta, y me dijo que no mirara y que me sentara. Sentí su pene y empecé a asustarme, así que se detuvo. Creo que intentaba penetrarme. No creo que lo hiciera. La última vez importante que recuerdo, entré en su habitación porque me gustaba verlo jugar videojuegos. Me hizo desnudarme de nuevo y me acosté desnuda a su lado. Sentí que me frotaba el pene. Mi madre abrió la puerta, vio que estábamos desnudos y empezó a gritar. Me daba mucho miedo cada vez que mi madre me gritaba. Me levanté de la cama rápidamente y me vestí. Temblaba tanto que me costaba. Salí corriendo de su habitación a la mía, al final del pasillo, mientras ella seguía gritándole. Pensé que yo también estaba en problemas, aunque nunca entendí qué pasaba. Después, me sentí rara y asquerosa. Nunca vino a ver cómo estaba. Al menos no que yo recuerde. No hablamos de ello, no me llevó a buscar ayuda, no hubo nada. Después de tantos años, mi madre me llamó una noche y la confronté. Ya no tengo contacto con mi hermano y siempre me preguntaba si había hablado con él o con papá (están divorciados). Finalmente le conté lo que recordaba. Dijo todo lo que esperaba que dijera. Dijo que lo sentía, que creía que solo había sido una vez y que no quería imaginar que hubiera sucedido varias veces. Dijo que había fracasado como madre y que en ese momento creía haberlo superado después de amenazar a mi hermano con no volver a hacerlo. Ni un informe, ni una visita al médico, ni terapia, ni ayuda para mí. No creo que se lo haya contado a mi padre. Solo que lo sentía y que debería haber hecho más. Dijo todo lo que ya suponía que diría y que había repasado en mi cabeza cientos de veces antes de preguntarle. Nada de eso me hizo sentir mejor. Ya sé el tipo de persona que es: emocionalmente atrofiada, egocéntrica, con complejo de víctima. No había cambiado mucho desde entonces. Se enfadó, lloró y al final ambos colgamos. En cuanto a mi hermano, simplemente dejé de hablarle. Lo bloqueé y no voy a casa de mi padre por si vuelve a estar allí. Creo que la última vez que lo vi fue hace casi un año. De todas formas, ya no hablamos. Lo intentaría antes de recordar lo que pasó. Creo que él también lo recuerda y tampoco puede afrontarlo, así que nunca fuimos cercanos después de crecer. Todavía estoy procesando cómo me afectó todo. Sinceramente, a veces odio a mi madre más que a él, ya que ella era la adulta y no hizo nada. No sé qué más decir.

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    De un sobreviviente
    🇵🇪

    Roto

    Fui víctima de abuso sexual infantil cuando tenía 7 años y el hermanastro de mi primo tenía 9 o 10. Abusó de mí durante dos años. Le conté a mi madre lo sucedido y sus padres lo castigaron. La mayoría de mi familia no me creyó. En una conversación con mi madre, me dijo que probablemente me había inventado todo el abuso y que era una mentirosa, y lloré mucho ese día. Mi abuela está orgullosa de él porque es médico en Alemania y tiene una buena vida, mientras que yo estoy atrapada. No soporto que me toquen y no puedo superarlo, aunque he ido a terapia. Ayer vi su Instagram y me sentí mal porque él lo superó y yo no. Me dijo que era un secreto y confié en él (los tres estábamos solos porque mi tío y su esposa, que es la madre de mi abusador, son médicos, así que siempre estaban en el hospital). Nos dejaban la comida lista y él (A) la ponía en el microondas. A me bajó un poco los pantalones o me levantó la falda (si llevaba una). Cuando A estaba encima de mí, me besaba; era abrumador y no podía concentrarme en nada más que su respiración y su voz, se agarraba la entrepierna, pero no entendía lo que hacía. Estábamos jugando normal con su hermana pequeña y luego A la excluyó del juego para estar a solas conmigo, así que A la puso frente al televisor para que no se concentrara en nosotros y se distrajera. Luego A me guió a la habitación, cerró la puerta de la habitación que compartía con su hermana (la cama de mi primo estaba cerca de la puerta y la suya no), así que me hacía acostar en el suelo junto a la suya para que nadie pudiera vernos. Al principio, me ponía encima de él, pero luego dijo que era demasiado pesada para estar en esa posición (supongo que no era cómodo para él abusar de mí). Eso me llevó a un trastorno alimenticio que todavía tengo; incluso desarrollé anemia el año pasado. Recuerdo una vez que corrí al baño porque algo no estaba bien, pero él empezó a golpear la puerta, pero entonces me di cuenta de que no había nada que pudiera hacer, es decir, ¿adónde iría? Mis tíos nos dejaron afuera. Recuerdo una vez que A no cerró bien la puerta porque entró su hermana, y él se arregló la ropa y me empujó debajo de su cama, pero su hermana me vio y me preguntó qué hacía allí, y me quedé allí un buen rato. Y su hermana se metió debajo de la cama para hacerme compañía; me decía algo, pero no podía oírla, o tal vez no estaba prestando atención. Creo que estoy rota, porque sus besos y su voz en mi oído eran demasiado, y nunca me di cuenta de si eyaculó o si pasó algo más que pasé por alto o nunca noté porque nunca fui a un médico, mi madre nunca lo denunció. Y no podíamos contar con mi padre porque nos abandonó y se fue con la vecina y trató a su hija como si fuera suya mientras ocurría el abuso. Por eso viví en su casa durante ese tiempo; Por eso el abuso continuó, porque yo estaba en provincias y mi madre viajó a la capital por una falsa acusación de mi padre. Un año después, el medio hermano de mi madre me bautizó junto con la madre de mi abusador, y nunca dije nada. Solo sonreía en las fotos como si nada pasara mientras abrazaba a A. Ahora tengo 22 años y todavía me siento mal y sucia.

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  • “He aprendido a abundar en la alegría de las cosas pequeñas... y de Dios, la bondad de las personas. Desconocidos, maestros, amigos. A veces no lo parece, pero hay bondad en el mundo, y eso también me da esperanza”.

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    #6

    Mi abuso comenzó cuando tenía 4 años. Por un abuelo mío. Era un amigo de la familia en quien mis padres confiaban y poco a poco se fue abriendo camino en nuestras vidas de todas las maneras posibles. Vivió con varios miembros de mi familia, incluyéndome a mí por un tiempo. Nos ayudó económicamente. Venía a todos nuestros cumpleaños. Hay una extraña línea de amor y odio cuando pienso en él. Es principalmente odio, pero recuerdo verlo en el tribunal el día de su condena y sonreír un poco. No porque lo enviaran a prisión por lo que me hizo, sino porque también lo sentía natural. Abusó sexualmente de mí, de mi hermana y de varios de mis primos continuamente durante años. Había un aura constante de miedo y aturdimiento en nuestra familia. Ninguno de los adultos lo sabía, pero todos los niños sí. Era tácito, pero sabíamos lo que estaba pasando. Si era abuso físico, era verbal o emocional. En el auto, en la casa, en público. No recuerdo la mayor parte de mi infancia porque estaba constantemente disociándome. Es difícil envejecer y darme cuenta de cuánto de mí misma soy, ya sea por el abuso o a pesar de él. Fue tan constante en mi vida que no hay forma de separarlo de todo lo demás. No hay un antes y un después del abuso. Simplemente fue. El abuso fue mi infancia, aunque mis padres creían que lo hacían todo bien. Es un desastre lidiar con eso, pero supongo que por eso se llama TEPT complejo.

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    A todos los sobrevivientes aquí: los vemos, los escuchamos, les creemos.

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    Usted no está solo

    No estás solo No estás solo. A muchos nos arrebataron mucho personas que priorizaron sus instintos básicos sobre nuestra cordura. Sufrimos por sus momentos de felicidad y dominio. Nos culpamos de su enfermedad. Su patología. Somos un ejército. Eso es lo que estas historias nos enseñan. Nos muestran que somos legión. Somos fuertes. Nuestras reacciones psicológicas de miedo, desconfianza y odio no son locas. Son normales. También es normal, pero no fácil, salir juntos de la oscuridad. Crecí en un gran bloque de pisos de bajos recursos que parecía un pueblo. Mi madre trabajaba y nos desenvolvíamos solos. En invierno, nadie esperaba que nos vieran si salíamos. Estábamos en un piso haciendo el tonto con unos niños o un vecino, y todo salía bien. Perdí la virginidad a los once años con un amigo de mi hermano mayor que cursaba décimo. Pero no fue un problema porque, por desgracia, no era raro allí. Soy mitad brasileña por parte de mi padre ausente y me consideraban bastante exótica y en forma. Mis características sexuales secundarias se desarrollaron pronto. Era razonablemente cuidadosa y tenía el control. El verdadero abuso comenzó años después, cuando nos mudamos a una casa decente con él. Era el hombre soñado de mi madre. Era perfecto para un hombre de mediana edad. Para entonces, mi hermano ya no estaba con nosotros porque se fue a trabajar a Alaska en un barco pesquero. Era exmilitar y al principio parecía un buen hombre. Yo era un poco problemática y demasiado descarada, y mi madre le dio carta blanca para disciplinarme como a mi padre. No llevábamos allí ni una temporada completa cuando empezó a tratarme como a una fulana. Lo de los azotes ya lo sabía mi madre y le parecía gracioso, incluso teniendo quince años. Me daba azotes en el trasero desnudo incluso cuando ella estaba en casa. Decía que siempre había necesitado la mano de un hombre para tapar mis asperezas. Era vergonzoso, humillante, pero nada comparado con lo que hacía él cuando mi madre no estaba. Para no entrar en detalles, él pronto llegó a un punto en el que yo iba a tener su carga siempre que tuviera la oportunidad. Como él me mandaba el horario, se aseguraba de que hubiera oportunidades regulares. Era mi INFIERNO y él era el Príncipe de las Tinieblas. Era rudo, pero tenía cuidado de no dejar marcas. A menos que el tiempo apremiara, tenía que ducharme primero. A veces, después, había algo específico que ponerme, como un disfraz, lencería o mi uniforme de baloncesto. La irritante anticipación de lo que vendría después era la verdadera tortura. Él me decía: "Elige un agujero". ¡Mis agujeros! Mi boca era uno, mi boca dos, y pensarías que nunca elegiría tres. Pero te equivocas. Lo odiaba. Soy muy sensible sexualmente y si elegía uno, parecía que me encantaba, y si elegía dos, estaba trabajando para complacerlo. Tres era la forma en que podía encerrarme y prepararme sin que él me viera sonreír, incluso si lo miraba. Cuando el odio era fuerte, elegía tres. Compartimenté esa pequeña pero brutal parte de mi vida para mi madre. Eran solo de treinta a ciento veinte minutos a la semana, de 10.080 minutos. Y entonces no veía otra salida. Mamá, por primera vez, vivía una vida feliz. Podría haber ganado un BAFTA por lo cómoda y contenta que me sentía con ella. Me destrozaba que mi miedo a molestarlo hiciera parecer que él había suavizado mis asperezas y me había convertido en una dama de verdad. Mantuve mis buenas calificaciones y seguí en el equipo de netball a pesar de ser la más bajita. Seguí adelante. Desarrollé la costumbre de clavarme las puntas del portaminas en la piel y morderme las uñas para provocarme dolor. Tuve un novio por un corto tiempo. Iba a los bailes. Mi casa era mi infierno, así que hacía todo lo que él me permitía para estar en cualquier otro lugar. No podía trabajar, pero él obligaba a mi madre a conservar su trabajo para poder tenerme. En mis cumpleaños, me salía con la mía para tener una noche de chicas con mi madre. Solo tuve dos cumpleaños antes de librarme de él. La universidad costaba 1000 libras y cuando él la pagó, no sabía que ya no iba a ser su fulana. Tenía una amiga que vivía mucho más cerca de mi universidad. Tenían una habitación libre porque un hermano mayor se había mudado. Con diecisiete años, él no podía obligarme a vivir con ellos si tenía otro alojamiento seguro. Acepté un trabajo y pagué el mísero alquiler. Me volvió a tener cuando dormí en su casa en Nochebuena. Probablemente drogó a mi madre para que no volviera a dormir. Me aseguré de que no volviera a tener otra oportunidad. En mis clases de portugués conocí a un hombre que vivía en Portugal y me invitó a quedarme con él todo el tiempo que quisiera sin pagar alquiler. Terminé un año de bachillerato y me fui a Portugal. Tuve relaciones fugaces con el hombre con el que me quedé, pero él viajaba a menudo; ambos teníamos nuestras propias cosas. Por aquel entonces trabajaba de camarera en un restaurante de comida americana. Hablaba con mi madre por teléfono casi todos los días. Vino una vez, con él. La echaba de menos e intentaba no mostrarle mi pena por haberme visto obligada a separarme de ella. Verlo fue horrible, pero lo contuve como un cáncer. Me ayudó a consolidar mi decisión. Viajé con una amiga a Florida y conseguí trabajo como camarera en un restaurante elegante. Solicité una visa de trabajo y la conseguí al segundo intento. Ahora tengo treinta y ocho años. Hace solo tres años me enfrenté a mis demonios porque leí historias en línea sobre otras sobrevivientes de abuso. Abrió una herida profunda para que pudiera empezar a sanar. Fue y sigue siendo un trabajo duro y un proceso continuo. Le confesé a mi madre, quien se había separado de él después de años de su propio abuso, que ella también mantuvo oculto. Él la dejó ir cuando ella empezó a tener problemas de salud, mostrando su verdadero corazón negro. Vive con mi hermano y su familia. Lamento haber perdido años con mi madre y mi hermano y que me echaran de casa cuando era joven, pero me hizo más fuerte. Nunca me he casado, pero tengo una pareja que me ama, dos perros y hablo tres idiomas. Soy entrenadora física y trabajo cerca de la playa donde voy a meditar y a hacer body surf. Nuestros viajes e historias son individuales, pero estamos juntos en esto. En todo el mundo. ¡No estás solo/a cargando con el dolor, la vergüenza, el miedo y los recuerdos! Aunque estés en la oscuridad, emprende un camino que parece que otros están usando para intentar salir adelante. Usa los recursos, aunque estén disponibles en tu computadora, y construye a partir de ahí. Simplemente empieza y sigue escalando, especialmente cuando parezca demasiado difícil.

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  • Todos tenemos la capacidad de ser aliados y apoyar a los sobrevivientes en nuestras vidas.

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    🇺🇸

    en su coche

    ¡Hola! No sé cómo abordar esto, pero sé que debo decirlo. Soy lesbiana y tengo más de 21 años, y sufrí violación y agresión sexual por parte de mi última pareja lesbiana. Disculpen si esto es largo, pero si alguien lo lee, ¡se lo agradezco mucho! Conocí a mi ex en enero pasado y nos escribimos durante un mes antes de nuestra primera cita. La primera fue bien, nada preocupante. La segunda cita, que fue dos o tres días después de la primera, fue donde empezó todo. No me importó que me besara primero, pero me puse nerviosa cuando me dijo que quería pasar al asiento trasero. Empezó a manosearme y a tocarme por encima de la ropa antes de intentar meter la mano en mis vaqueros. La detuve y le dije que aún no me sentía cómoda con eso. Su respuesta fue: "Ah, pero con el tiempo querrás, ¿no?", y a eso le dije: "Sí, pero ahora no". Continuó de todos modos. Ese es el momento que recuerdo y desearía haberme ido. Me quedé. Quizás pasan una o dos citas sin que ella vuelva a hacer nada preocupante antes de que haya otro incidente. Estábamos en su coche fuera de su trabajo para un evento al que elegimos ir. Hay gente en la calle. Ella empieza a besuquearse conmigo, lo cual me da asco porque la gente probablemente pueda vernos y no es apropiado. Esta vez empieza a tocarme a través de mi falda otra vez, y en este punto no recuerdo mucho más allá de que yo dije que estaba asustada y nerviosa, y que no parecía seguro, y ella coaccionándome. Antes de que me dé cuenta, tiene su mano dentro de mi ropa interior y me está violando. No fuimos al evento. Nos fuimos y me dijo que la próxima vez podría buscar un lugar apartado. Nunca lo hizo. Y ahí es donde empezó todo. Durante los siguientes 5 meses me violaba en su coche cada vez que podía. Cada vez que le decía que no estaba cómoda. Usaba ropa interior ajustada, pero ella seguía haciendo todo lo posible por hacerlo. Si no lo hacía, se enojaba y me evadía las cosas. Pero nunca hubo un momento en que no lo intentara. La peor noche fue quizás un mes después de que todo empezara. Otra vez, en su asiento trasero. Fue en un estacionamiento bastante público. Intentó cubrir las ventanas con ropa, pero aún se veía claramente. Me hizo acostarme, quitarme toda la ropa interior y abrirme completamente. Fue muy humillante. Luego procedió a violarme violentamente, tan mal y doloroso que lloré y contuve los gritos porque no quería llamar la atención sobre la situación ni meterme en problemas. Le dije que estaba cómoda y que quería gritar, pero simplemente me echó un paño sobre la cara para que no me concentrara. Después tuve que volver a ponerme la ropa y la arruiné. Sentí dolor durante quizás una semana o un poco más. Ahora desearía haber conseguido pruebas de esa noche, pero no tengo ninguna. En total, creo que sucedió unas 14 veces. Las mismas situaciones de atención en público que odiaba. Durante la relación, estuve cegado hasta cierto punto y no me di cuenta de que contaba como violación hasta después de que rompimos. Al principio, acepté lo sucedido, pero ahora tengo una nueva pareja. Casualmente, mi nueva pareja trabaja con mi ex violador. Desde que me enteré, me siento completamente angustiado y asfixiado por lo que me hizo. No solo eso. Antes de descubrir que trabajaban juntos, se sentaban uno al lado del otro y se estaban haciendo amigos. Así que mi ex le dijo a mi novia actual que soy una persona terrible y que me tiene miedo. Ya no hablan. No sé, simplemente me siento asfixiado por todo esto. También tiene una nueva novia. Ojalá pudiera decirle a su nueva novia que tenga cuidado, pero tengo miedo. En mi comunidad hay mucho estigma en torno a la violación y la homosexualidad. No creo que pueda contar mi historia públicamente de forma segura tanto como quisiera. Ella cambió mi vida por completo. Es como si ya no supiera cómo ser yo mismo y siento que me estoy volviendo loco.

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    De un sobreviviente
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    La sangre no significa seguridad

    Mi historia: Me ha costado mucho recordar exactamente cuándo ocurrió esto o qué pasó primero, porque la mayor parte de mi infancia es borrosa. Mi hermano fue mi agresor. Yo tenía unos 9 años y él unos 12. Me preguntó si quería un masaje. Creyendo que mi hermano solo me lo daría, le dije que sí. Mi hermano empezó a tocarme las partes íntimas con las manos, pero como no entendía qué pasaba, no lo detuve. Esto ocurrió varias veces más, pero como seguía sin saber que era un problema, no lo detuve. Un día, estaba en casa de mi vecino, en el sótano, y mi hermano sugirió que jugáramos a un juego (me sentaba en su regazo y él me hacía rebotar). Yo no quería, así que le dije que no, pero entonces él se giró hacia mi amiga, que tenía 7 años, y le preguntó si quería jugar. Ella dijo que sí, sin entender el significado más amplio del juego. No quería que ella tuviera que pasar por eso como yo, así que le dije que yo jugaría en su lugar. Así que simplemente dejé que pasara porque si no era yo, sería ella. Un día recuerdo haber despertado de estar dormido. Recuerdo no abrir los ojos, pero sabía que mi hermano estaba en mi habitación. Recuerdo sentirlo tocarme, pero no moverse para que se aburriera y me dejara en paz. A medida que crecí, mi salud mental comenzó a deteriorarse y siempre me sentí repugnante por dejar que eso pasara porque no sabía que COCSA (agresión sexual infantil a niño) existía. Me sentí solo y aislado, pero pronto lo descubrí y aprendí más sobre ello y finalmente tuve un término para lo que sucedió. Aprendí que mi hermano era un niño, pero también es mi agresor, y esto no hace que mi trauma sea menor que el de otros porque él también era un niño. Él sabía lo que hacía y sabía que estaba mal, pero lo dejó pasar. Me arruinó la vida, y aunque siento que debo perdonarlo porque es de mi familia, espero que recuerde que me arrebató la inocencia.

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  • “Siempre está bien pedir ayuda”

    Mensaje de Sanación
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    Todavía estoy vivo.

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    Termina conmigo ❤️

    Después de ver "It Ends With Us", sentí que quería compartir mi historia. Vi la película sola la primera vez, llevé a mi Atlas a la segunda y a mi mejor amiga a la tercera. Verla me dio la fuerza para compartir anónimamente mi historia de abuso y violencia. La película y el libro me evocaron muchas emociones crudas, emociones con las que aún lucho hoy. Mi historia comenzó cuando tenía 16 años y estaba con mi primer "amor". Al principio todo iba bien, pero de repente todo cambió. Me decían constantemente lo inútil que era, me empujaron por las escaleras, pero no me iba, y no sabía por qué. Era controlador y no le gustaba que la gente me hablara, hacía todo lo posible para evitarlo y se aseguraba de que mis amigos no me vieran, personas a las que consideraba una amenaza. Acabé en el hospital por su culpa, donde me rompió la mano. Una vez se enojó mucho conmigo. Estábamos en su auto y, justo antes de que pudiera cerrar la puerta y ponerme el cinturón de seguridad, empezó a conducir imprudentemente para asustarme. Lo que más me asustó fue cuando dormía y sentía sus manos alrededor de mi garganta, sin ninguna explicación. Muchas veces le decía que parara y él seguía adelante porque me decía que él tenía el control. Me apagaron cigarrillos varias veces, y me dijeron que era asquerosa y que parecía una zorra, incluso que estaba "gorda", lo que me llevó a más problemas de salud. Cuando terminé con un moretón, mi amigo, que ahora es mi Atlas, se dio cuenta; trabajamos juntos. Me confiné en él, y él fue la primera persona que me escuchó atentamente y me permitió compartir mis experiencias. Durante todo esto, me causó una ansiedad y depresión abrumadoras, e incluso tuve que ir a terapia porque para mí era una pesadilla incluso cuando había terminado, y lo conté varias veces. Mis padres nunca lo entendieron; me preguntaban por qué no me iba, diciéndome que debía haber querido que continuara. No lo hice. Casi 10 años después, con mi Atlas de 5 años, me siento más feliz y mejor física y mentalmente; todavía me estoy recuperando. Esta película me hizo llorar y me identifiqué muchísimo con Lily Bloom; algunas cosas me recordaron a mis experiencias, pero también me trajo una sensación de libertad y felicidad. Gracias por permitirme compartir mi historia.

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    Toda una vida

    Crecí en un ambiente de violencia: en mi barrio, en mi escuela, en mi casa. Crecí con constantes insultos e indignidades debido a la pobreza y a un hermano violento. Así que, cuando conocí a Jack a los 22 años, y él era un abusador, despectivo, insultante y emocionalmente difícil para mí, todo me pareció normal. Pero, al crecer, supe que tenía que alejarme de él. Limitaba mis relaciones y siempre encontraba maneras de subvertir mi trabajo, a la vez que me menospreciaba por no conservar mis trabajos. Intenté irme muchas veces, pero me acosó, me asustó, me suplicó, me coaccionó, me disculpó y me amenazó hasta que volví a aceptarlo. Luego, cuando yo tenía 68 años y él 69, se fue para tener una aventura egoísta con una exnovia. Esperaba volver a los dos meses. No me creyó cuando me divorciaba y firmó los papeles sin leerlos. Han pasado dos años y medio y sigo luchando en los tribunales para conseguir la pensión alimenticia que me corresponde. No soy una persona sin hogar. De hecho, vivo en la casa que compramos y remodelamos. Tengo una vida muy buena. Me convenció de que volvería a la pobreza si no fuera por él. Me siento mejor que nunca con él. Además, su negatividad, maldad y mal comportamiento en general han desaparecido de mi vida por fin. Ojalá hubiera tenido el coraje y la fuerza para irme hace años y salvarme a mí y a mis hijos de su abuso. Pero estoy feliz de sanar mis relaciones con las personas que amo y a quienes mantuvo alejadas de mí durante todos esos años.

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  • “Sanar significa perdonarme a mí mismo por todas las cosas que pude haber hecho mal en el momento”.

    Historia
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    Nombre

    No es cosa de risa. Yo no soy cosa de risa. No sé qué es peor, el abuso que sufrí a manos de alguien a quien conocí durante 10 años o la burla total que se convirtió para la ciudad donde ocurrió. La burla, la suciedad en la que me convertí. Mi mente nunca ha estado lo suficientemente clara como para decir exactamente lo que intento decir, porque está llena de tantas preguntas sin respuesta y la certeza de que podría haberme salvado de años de dolor y sufrimiento si alguien, incluidas las autoridades, se hubiera tomado en serio lo que me estaba pasando. Llevaba seis semanas casada cuando descubrí que el chico con el que me casé no era nada de lo que decía. De hecho, se pasaba las noches pegado al ordenador y hasta el día de hoy me atormenta el contenido que veía. Al año siguiente sufrí numerosas palizas. En dos ocasiones, los administradores de sus propios complejos de apartamentos se negaron a ayudarme o mintieron a la policía por su culpa. Sufrí abusos mientras dormía, sufrí una lesión cerebral traumática y nadie quiso ayudarme. Estaba tan enfermo que golpearme lo hacía feliz e intentaba que le hiciera cosas. No sabía qué hacer porque, como dije, nadie, ni siquiera la policía, me tomaba en serio. Hasta el día de hoy, 10 años después, cuando intento denunciarlo, les preocupa más "¿por qué fuiste allí?" o "¿fuiste tú quien no se salió con la suya en un incidente de violencia doméstica?". Por si fuera poco, me mudé a más de 4800 kilómetros de distancia y la policía de la ciudad me dijo que ahora soy responsable de sus mentiras a la seguridad social. Acababa de conseguir una casa después de una inflamación en ambos hemisferios cerebrales y había estado tratando de superar lo que me pasó, pero lo tomé como algo personal e intenté quitarme la vida, perdiendo mi casa. Siento que pagué por ser violada, me siento sucia, me siento inútil. Durante los 10 años transcurridos desde entonces, he contactado con la policía de la ciudad cientos de veces al año, en serio, cientos y nada. Siguen negándose a hacerle nada, aunque estoy en casa con los hechos documentados de lo que me hizo, pero a nadie le importa verlo. Me está destruyendo emocionalmente; afecta todos los aspectos de mi vida. He recurrido a gestores de casos de crisis por violación para obtener respuestas; he llenado todos los formularios que me envió la alcaldía. Me ilusiono, veo un correo electrónico suyo y, como siempre, nada. Digo que nadie debería ser maltratado, pero me consume la sensación de que me lo merecía y siempre intento explicar por qué no lo soy. Obviamente, no he superado el proceso de sanación, pero quiero que se sepa lo que me pasó. Nunca fui consciente de los verdaderos males de este mundo. Nunca supe que la policía también puede causar tanto dolor, pero literalmente se ríe de ello. Rezo para encontrar las respuestas que busco. Solo puedo decir que mi fe en Dios fue lo único que me permitió seguir adelante. Me robaron, caminé hasta que mis pies sangraron, tanto trauma que sé que algún día habrá paz. Sé que juntos podemos y estoy muy agradecido con mi grupo de Alcohólicos Anónimos y otros lugares a los que voy. Gracias por escucharme. Gracias por preocuparme.

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  • Mensaje de Esperanza
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    ¡Hay una salida incluso si no la sientes!

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  • Bienvenido a Our Wave.

    Este es un espacio donde sobrevivientes de trauma y abuso comparten sus historias junto a aliados que los apoyan. Estas historias nos recuerdan que existe esperanza incluso en tiempos difíciles. Nunca estás solo en tu experiencia. La sanación es posible para todos.

    ¿Cuál cree que es el lugar adecuado para empezar hoy?
    Historia
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    Name, solo tenía 6 años

    Tenía alrededor de 6 años, cierro los ojos y es cómo si volviera a vivir en carne propia el recuerdo, me acuerdo del ruido de la televisión, el olor del desayuno que estaba comiendo, yo solo estaba viendo caricaturas. El, un hombre de alrededor 50 años me cargó y me acomodó en sus piernas, y deslizó su mano por debajo de mis panties, TENÍA 6 AÑOS y ahí empezó mi historia de abusó sexual, una historia que me hubiese gustado no tener que experimentar. Yo hablé ya que mi mamá siempre me había enseñado a que nadie podía tocar mis partes pero en ese entonces mi mamá no tenía los recursos, vivíamos en casa de una prima (la hija de mi abusador) y nadie me creyó, dijeron que era mi imaginación. Otros sucesos pasaron cometidos por la misma persona, me arrebató mi inocencia y me rompió en pedacitos… pese a que yo hablé la primera vez, las otras veces me quedé callada porque nadie me creyó, nadie me protegió y nadie me escuchó más que mi mamá pero en ese entonces ella estaba luchando con un problema de alcoholismo y toda la familia nos dio la espalda. Después de un tiempo dejé de ver a mi abusador pero a los 8 años me volvió a pasar pero esta vez por el esposo de mi tía (la hermana de mi mamá) ellos han sido casados desde que mi tía tiene 16 años hasta el presente. Fuimos de visita a casa de mi tía, era diciembre entonces mi mamá salió con mi tía a comprar cosas para la navidad, yo, mi hermano y mi primo (hijo de mi tía) nos quedamos al cuidado del esposo de mi tía, el en ese entonces era oficial de la policía. Yo estaba jugando con mi primo y mi hermano cuando él me llamó, él estaba sentado en la mesedora viendo las noticias cuando me sentó en sus piernas y yo inmediatamente me paralice puesto que la última vez que alguien me sentó en sus piernas me manoseo, esta vez fue diferente, solo me acaricio las piernas y yo solo sentí cómo algo duro me rozaba mis glúteos, me paralicé y no sabía que hacer, hasta que tuve la fuerza y me bajé. Nunca hablé de mi segundo abusador y nunca lo he hecho, yo ya no vivo en Colombia pero cuando voy me toca actuar cómo si nada aunque por dentro sienta tantas cosas. Por mucho tiempo reprimí todo lo que me pasó, siempre decía que no me afectó y ahora a mis 22 años me está atormentando. Estoy comprometida con el amor de mi vida, siento que ha sido un regalo que Dios y la vida me dio después de tanto tormento pero hay veces que cuando vamos a tener intimidad y me toca siento una rabia en mi, ese tipo de rabia que te dan ganas de pegarle un puño en la cara a esa persona, y no lo entiendo, el no me ha hecho nada? El solo me ha ayudado y me ha tratado con amor y me ha demostrado lo mucho que me respeta y me ama, siempre quise evadir el tema y reprimirlo, no hablar de ello y pretender cómo que no me afectó pero ya llegué a un punto donde me dan unos ataques de ira que ni yo me reconozco, donde termino lastimándome a mí misma o sacando esa ira en mi prometido, hace unas noches por fin en medio de una ataque de ira donde terminé azotandome la cabeza en la pared solo repetía “no me deja en paz, me persigue, sácalo de mi cabeza” estaba en un estado de crisis y mi prometido solo pudo sujetarme en sus brazos mientras me preguntaba quién me perseguía y fue la primera vez que dije su nombre en voz alta, “Name, el hombre que me violo y me robo mi inocencia no sale de mi cabeza” no podía hablar, las lágrimas y gritos de desesperación eran más que las palabras, en ese momento me di cuenta que no importa cuánto allá crecido aquella niña de 6 años sigue dentro de mi, está enojada, está triste y rota. Mi pareja es abogado entonces el fue quien me habló sobre me too movement, me dijo que me hiciera justicia y lo denunciara pero que si no me sentía lista por miedo que navegara las opciones que me too ofrece y que quizá empezara por contar mi historia, por unos días habría la página y solo me quedaba paralizada, pero hoy me anime, ya no merezco ser prisionera de un dolor que no fue mi culpa aunque por mucho tiempo he sentido que lo es, me siento perdida y no quiero que mi pasado defina mi presente, la vida me está dando oportunidades bonitas pero mi abusó sexual no me deja avanzar, cómo me saco esta rabia que siento por dentro? Porque me volví un ser tan agrio y amargo, porque me enojo por todo? Porque no puedo disfrutar la intimidad con mi pareja si es delicado conmigo? Parece que entre más delicado es más rabia siento por dentro. Me siento muy sola y perdida. Quiero este dolor fuera de mi

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  • Historia
    De un sobreviviente
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    No tengo recuerdos claros y siento mucha culpa

    Mi historia es un poco larga. Cuando tenía 15 años o 16 años, vino a mi mente el recuerdo de cosas que habían ocurrido cuando yo tenía entre 4 y 5 años. Dos tíos abusaron de mí. Los recuerdos sobre esto nunca han sido claros y ahora, muchos años después, todo se ha vuelto más lejano y confuso y he dudado varias veces de mí misma y de mi historia. Hay otras cosas que pasaron en mi infancia que sí recuerdo con más claridad: cuando tenía entre 7 y 8 años, vi a mis papás teniendo relaciones sexuales a mi lado (esa noche me había pasado a dormir con ellos en su cama). Tiempo después, se repitió la situación, pero con mi padrastro y mi mamá. También cuando tenía entre 7 y 8 años, estaba revisando unos CD'S en el DVD que había en la casa para marcarlos según el género musical o según la película que fuera. Uno de los CD'S, era una película porno. Como casi siempre, me encontraba sola en mi casa, entonces la vi completa. No recuerdo si me masturbé. Sé que desde muy niña me frotaba con peluches, muñecas y otros objetos, aunque sin mucha conciencia de lo que hacía, pero estaba presente el miedo a ser vista. Hay algo que me atormenta en este momento: cuando tenía 6 o 7 años, mi prima (ella un año mayor) y yo jugábamos a imitar algunas posiciones de un libro de kamasutra que había en su casa. También tengo leves recuerdos de una vez que, mientras nos bañábamos, frotamos nuestras partes íntimas. No sé si esto se dio en el marco de una curiosidad bilateral y por el contenido del libro al que habíamos estado expuestas o si fui yo quien generó la situación y la persuadió a ella de hacerlo o si la manipulé. No recuerdo que haya sido así, pero me da miedo que sí. ¿Y si imité lo que hacía mis tíos conmigo o lo que vi en contenido al que estuve expuesta? Siento miedo, culpa y vergüenza. Además, hace medio año, recordé que cuando tenía 10 años y cargué a mi hermanita en mi piernas (que estaba como de un mes), sentí un estímulo placentero en mi zona íntima por el contacto. Cuando esta imagen vino a mí (tampoco fue clara, como mis otros recuerdos) sentí culpa, pero no escaló a más porque entendí que fue una reacción física y nada más. Pero luego no podía dejar de pensar en ello y me cuestionaba si había prologando o intensificado el contacto y sentí muchísima culpa, asco y vergüenza. Fue tan fuerte, que tuve un episodio de TOC y siento que aún no he podido salir de ahí, porque ahora me inundan las dudas sobre lo sucedido con mi prima.

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  • Mensaje de la Comunidad
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    El trastorno de estrés postraumático (TEPT) se desarrolló en la escuela secundaria.

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  • Historia
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    Sobreviviendo a una violación en grupo

    El año pasado me violaron en grupo. Tengo un zumbido en los oídos llamado tinnitus que no ha parado desde entonces. Tengo pesadillas. Volé con mi madre a una boda en el extranjero. Estaba emocionadísima. Ella estaría ocupada con sus amigos y su prima, y yo podría pasar tiempo con mi genial prima segunda, dos años mayor que yo. Después de la cena de ensayo, salimos. Fue divertido porque allí no tenía permiso para beber, aunque la edad legal era menor que en mi provincia, pero no revisaban la identificación. No bebí mucho porque no era lo mío y tenía novio, pero pude ir a algunos bares y luego a una discoteca pegada a un hotel. Nos divertimos muchísimo hasta que conocimos a dos soldados uniformados que eran guapísimos y nos separaron de sus amigas por nuestro aspecto. Mi prima es guapísima. Tenían una habitación privada en la discoteca y había varios soldados y también dos prostitutas. A esas prostitutas definitivamente les disgustaba que estuviéramos allí. Quería salir de todas formas, y las chicas guapísimas que nos invitaron fingieron entendernos y nos sacaron de allí. Estúpidamente, dejamos que nos llevaran a su habitación de hotel, donde dejaron de lado el rollo romántico y nos obligaron a desnudarnos al ritmo de la música. Nos enseñaron una pistola que tenían en un cajón. Estaba aterrorizada. Nos obligaron a tumbarnos boca abajo, inclinadas sobre la cama, una al lado de la otra, y así tuvieron sexo. Se intercambiaron como si fuéramos intercambiables antes de acabar dentro de nosotras sin protección. Nos tomamos de la mano. Yo lloraba mientras mi prima intentaba ser fuerte y animarme. No nos permitieron salir y nos escondieron la ropa. Antes de quitarnos los teléfonos, tuvimos que escribirles que nos quedábamos en casa de un amigo de mi prima. Luego llamaron a otros dos soldados, uno de ellos un tipo alto, moreno y enorme, con músculos de culturista. Fue un desastre conmigo. Nos hicieron bailar y luego tuvimos que usar la boca con las chicas que nos habían atraído allí mientras las otras dos tenían sexo con nosotras. Vomité y mi prima lo limpió, pero luego empezó de nuevo. Tenían cocaína y nos obligaron a esnifarla de sus partes y a esnifarla de nosotras. Vino otro y creo que solo fueron esos cinco durante la noche, pero no paraban de violarnos y obligarnos a hacer cosas incluso cuando nos desmayábamos. Me hubiera gustado estar más inconsciente, pero la cocaína te despierta tanto. Quiero recordar menos y pensar menos en todo. Nos duchamos muchas veces. El moreno grande se orinó encima de mí y en mi boca, en la ducha. Lo hizo más de una vez como si yo fuera su retrete. Los otros hombres incluso tuvieron que decirle que se calmara cuando me hacía gritar, me gustaban sus dedos y me los metía en el culo, pero no cuando me hacía arrastrarme como un perro usando mi pelo como correa. Recuerdo que uno de ellos llamó a sus amigos para decirles que subieran el volumen de la televisión al máximo para ocultar el ruido en nuestra habitación. Vieron las noticias deportivas en la televisión. Hicieron que mi prima y yo nos besáramos y cosas así. No podía fingir que era una fiesta divertida como mi prima hacía a veces y me animaba a hacer. Intentó desviar parte de su atención de mí una y otra vez. La amo por eso, pero no me dejaron en paz. Estaban obsesionados con mi pecho. No les importó que estuviera obviamente angustiada y enloqueciendo, ni que en mi país me faltaran tres años para la edad de consentimiento. Ahí estaba, la edad mínima. Nos despertamos por la mañana en una de las camas, solo los dos soldados durmiendo en el suelo. ¡El negro se había ido! Volvieron a tener sexo con nosotras y otro hombre mucho mayor, al que llamaban SIR, entró y tuvo sexo con nosotras, pero sobre todo conmigo. Lo animaron y me dolía la cabeza y lloraba, y pareció durar una eternidad. Finalmente recuperamos la ropa, pero nos llevaron a un brunch con su ropa habitual. Me enseñaron fotos en sus móviles que parecían divertidas y nos advirtieron de lo mal que estaría si decíamos algo diferente a que habíamos tenido una buena fiesta. ¡Una buena fiesta en el infierno! Antes de eso, solo había tenido sexo con mi único novio. ¡Una noche infernal y ahora mi número era siete! Tuvimos que empezar a prepararnos para la boda de inmediato y estaba agotada. Mi prima me escondió y me eché una siesta con vestido, peinado y maquillaje hasta el último minuto. Lloré en la ceremonia, pero no en la boda. Tenía tanto dolor de vagina, músculos y cerebro que me emborraché tanto en la recepción que apenas recuerdo nada. Fue parte del viaje en avión a casa. Le conté la verdad a mi madre al volver y se puso como loca, al igual que mi padre. Intentaron llamar allí, al hotel y a otros sitios, pero la policía no hizo nada. Vi llorar a mi padre por primera vez mientras le contaba toda la historia. Mi novio no lo soportó y me dejó. Voy a terapia de grupo. Tomo una pastilla todos los días y ahora tomo benzodiacepinas para la ansiedad. Intento ocultar mi pecho grande bajo ropa holgada, cuando antes lo usaba para llamar la atención. ¡Qué idiota! Mi prima no parece tener los traumas ni las pesadillas que yo tengo. En su país, terminan la secundaria hasta dos años antes que nosotros y los tratan como adultos antes. Una vez le dije cosas malas por eso. Me perdonó, pero hablamos mucho menos desde que le pregunté si siempre tenía sexo grupal. Me sentí fatal porque incluso dejó que tuvieran sexo anal con ella para alejarlos de mí. Se notaba que le dolía mucho, pero en ese momento solo pensaba en mi propia supervivencia. Mi infancia se acabó, pero no me siento adulta. Su consejo es: «No dejes que te deprima». ¡Como si tuviera otra opción! Fue a terapeuta una vez porque su madre pidió cita y no piensa volver. ¡Su vida no cambió en absoluto! Trabaja en recepción en una empresa de tecnología y, además, modela, y sigue yendo a fiestas, clubes y citas. ¿Cómo? Es increíble cómo la actitud ante algo así puede ser tan diferente en distintos países. Ahora soy una víctima y suelo sentirme así. Definitivamente dañada. Todos en mi escuela saben por qué. Soy ESA chica. Mi nuevo novio, más maduro, es comprensivo, pero me siento como una pequeña carga triste para él. A veces soy hipersexual y no puedo evitarlo. Es un mecanismo de afrontamiento que les ocurre a algunas víctimas de agresión sexual. No lo busqué. Me preocupa que mi novio no confíe en mí por eso. Un amigo mayor, mi vecino desde hace años, se aprovechó de mí después de que le conté lo que pasó en su casa. Tuvimos sexo y luego se sintió culpable por excitarse con mi historia de violación. Lo admitió y me pidió perdón. El sexo me ayudó a calmar el zumbido de oídos por breves periodos, así que lo hice con él más de una vez al día durante un tiempo hasta que mi padre empezó a sospechar algo y habló con él. Desde entonces, no confío en mí misma. Quiero casarme con mi novio, en gran parte, solo para protegerme y demostrarle que lo amo y soy leal, aunque no estoy segura de poder serlo. Me preocupa no poder amar como una persona normal. Me preocupa alejarlo por ser demasiado dependiente y querer casarme con él tan pronto. Lo necesito más de lo que él me necesita a mí. ¿Será así siempre en las relaciones de las víctimas de violación? Me esfuerzo mucho en la escuela para no arruinar mi futuro. Es muy difícil concentrarme. Me zumban los oídos constantemente. Gracias por escuchar.

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    Roto

    Fui víctima de abuso sexual infantil cuando tenía 7 años y el hermanastro de mi primo tenía 9 o 10. Abusó de mí durante dos años. Le conté a mi madre lo sucedido y sus padres lo castigaron. La mayoría de mi familia no me creyó. En una conversación con mi madre, me dijo que probablemente me había inventado todo el abuso y que era una mentirosa, y lloré mucho ese día. Mi abuela está orgullosa de él porque es médico en Alemania y tiene una buena vida, mientras que yo estoy atrapada. No soporto que me toquen y no puedo superarlo, aunque he ido a terapia. Ayer vi su Instagram y me sentí mal porque él lo superó y yo no. Me dijo que era un secreto y confié en él (los tres estábamos solos porque mi tío y su esposa, que es la madre de mi abusador, son médicos, así que siempre estaban en el hospital). Nos dejaban la comida lista y él (A) la ponía en el microondas. A me bajó un poco los pantalones o me levantó la falda (si llevaba una). Cuando A estaba encima de mí, me besaba; era abrumador y no podía concentrarme en nada más que su respiración y su voz, se agarraba la entrepierna, pero no entendía lo que hacía. Estábamos jugando normal con su hermana pequeña y luego A la excluyó del juego para estar a solas conmigo, así que A la puso frente al televisor para que no se concentrara en nosotros y se distrajera. Luego A me guió a la habitación, cerró la puerta de la habitación que compartía con su hermana (la cama de mi primo estaba cerca de la puerta y la suya no), así que me hacía acostar en el suelo junto a la suya para que nadie pudiera vernos. Al principio, me ponía encima de él, pero luego dijo que era demasiado pesada para estar en esa posición (supongo que no era cómodo para él abusar de mí). Eso me llevó a un trastorno alimenticio que todavía tengo; incluso desarrollé anemia el año pasado. Recuerdo una vez que corrí al baño porque algo no estaba bien, pero él empezó a golpear la puerta, pero entonces me di cuenta de que no había nada que pudiera hacer, es decir, ¿adónde iría? Mis tíos nos dejaron afuera. Recuerdo una vez que A no cerró bien la puerta porque entró su hermana, y él se arregló la ropa y me empujó debajo de su cama, pero su hermana me vio y me preguntó qué hacía allí, y me quedé allí un buen rato. Y su hermana se metió debajo de la cama para hacerme compañía; me decía algo, pero no podía oírla, o tal vez no estaba prestando atención. Creo que estoy rota, porque sus besos y su voz en mi oído eran demasiado, y nunca me di cuenta de si eyaculó o si pasó algo más que pasé por alto o nunca noté porque nunca fui a un médico, mi madre nunca lo denunció. Y no podíamos contar con mi padre porque nos abandonó y se fue con la vecina y trató a su hija como si fuera suya mientras ocurría el abuso. Por eso viví en su casa durante ese tiempo; Por eso el abuso continuó, porque yo estaba en provincias y mi madre viajó a la capital por una falsa acusación de mi padre. Un año después, el medio hermano de mi madre me bautizó junto con la madre de mi abusador, y nunca dije nada. Solo sonreía en las fotos como si nada pasara mientras abrazaba a A. Ahora tengo 22 años y todavía me siento mal y sucia.

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    #6

    Mi abuso comenzó cuando tenía 4 años. Por un abuelo mío. Era un amigo de la familia en quien mis padres confiaban y poco a poco se fue abriendo camino en nuestras vidas de todas las maneras posibles. Vivió con varios miembros de mi familia, incluyéndome a mí por un tiempo. Nos ayudó económicamente. Venía a todos nuestros cumpleaños. Hay una extraña línea de amor y odio cuando pienso en él. Es principalmente odio, pero recuerdo verlo en el tribunal el día de su condena y sonreír un poco. No porque lo enviaran a prisión por lo que me hizo, sino porque también lo sentía natural. Abusó sexualmente de mí, de mi hermana y de varios de mis primos continuamente durante años. Había un aura constante de miedo y aturdimiento en nuestra familia. Ninguno de los adultos lo sabía, pero todos los niños sí. Era tácito, pero sabíamos lo que estaba pasando. Si era abuso físico, era verbal o emocional. En el auto, en la casa, en público. No recuerdo la mayor parte de mi infancia porque estaba constantemente disociándome. Es difícil envejecer y darme cuenta de cuánto de mí misma soy, ya sea por el abuso o a pesar de él. Fue tan constante en mi vida que no hay forma de separarlo de todo lo demás. No hay un antes y un después del abuso. Simplemente fue. El abuso fue mi infancia, aunque mis padres creían que lo hacían todo bien. Es un desastre lidiar con eso, pero supongo que por eso se llama TEPT complejo.

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    La sangre no significa seguridad

    Mi historia: Me ha costado mucho recordar exactamente cuándo ocurrió esto o qué pasó primero, porque la mayor parte de mi infancia es borrosa. Mi hermano fue mi agresor. Yo tenía unos 9 años y él unos 12. Me preguntó si quería un masaje. Creyendo que mi hermano solo me lo daría, le dije que sí. Mi hermano empezó a tocarme las partes íntimas con las manos, pero como no entendía qué pasaba, no lo detuve. Esto ocurrió varias veces más, pero como seguía sin saber que era un problema, no lo detuve. Un día, estaba en casa de mi vecino, en el sótano, y mi hermano sugirió que jugáramos a un juego (me sentaba en su regazo y él me hacía rebotar). Yo no quería, así que le dije que no, pero entonces él se giró hacia mi amiga, que tenía 7 años, y le preguntó si quería jugar. Ella dijo que sí, sin entender el significado más amplio del juego. No quería que ella tuviera que pasar por eso como yo, así que le dije que yo jugaría en su lugar. Así que simplemente dejé que pasara porque si no era yo, sería ella. Un día recuerdo haber despertado de estar dormido. Recuerdo no abrir los ojos, pero sabía que mi hermano estaba en mi habitación. Recuerdo sentirlo tocarme, pero no moverse para que se aburriera y me dejara en paz. A medida que crecí, mi salud mental comenzó a deteriorarse y siempre me sentí repugnante por dejar que eso pasara porque no sabía que COCSA (agresión sexual infantil a niño) existía. Me sentí solo y aislado, pero pronto lo descubrí y aprendí más sobre ello y finalmente tuve un término para lo que sucedió. Aprendí que mi hermano era un niño, pero también es mi agresor, y esto no hace que mi trauma sea menor que el de otros porque él también era un niño. Él sabía lo que hacía y sabía que estaba mal, pero lo dejó pasar. Me arruinó la vida, y aunque siento que debo perdonarlo porque es de mi familia, espero que recuerde que me arrebató la inocencia.

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    🇬🇧

    Termina conmigo ❤️

    Después de ver "It Ends With Us", sentí que quería compartir mi historia. Vi la película sola la primera vez, llevé a mi Atlas a la segunda y a mi mejor amiga a la tercera. Verla me dio la fuerza para compartir anónimamente mi historia de abuso y violencia. La película y el libro me evocaron muchas emociones crudas, emociones con las que aún lucho hoy. Mi historia comenzó cuando tenía 16 años y estaba con mi primer "amor". Al principio todo iba bien, pero de repente todo cambió. Me decían constantemente lo inútil que era, me empujaron por las escaleras, pero no me iba, y no sabía por qué. Era controlador y no le gustaba que la gente me hablara, hacía todo lo posible para evitarlo y se aseguraba de que mis amigos no me vieran, personas a las que consideraba una amenaza. Acabé en el hospital por su culpa, donde me rompió la mano. Una vez se enojó mucho conmigo. Estábamos en su auto y, justo antes de que pudiera cerrar la puerta y ponerme el cinturón de seguridad, empezó a conducir imprudentemente para asustarme. Lo que más me asustó fue cuando dormía y sentía sus manos alrededor de mi garganta, sin ninguna explicación. Muchas veces le decía que parara y él seguía adelante porque me decía que él tenía el control. Me apagaron cigarrillos varias veces, y me dijeron que era asquerosa y que parecía una zorra, incluso que estaba "gorda", lo que me llevó a más problemas de salud. Cuando terminé con un moretón, mi amigo, que ahora es mi Atlas, se dio cuenta; trabajamos juntos. Me confiné en él, y él fue la primera persona que me escuchó atentamente y me permitió compartir mis experiencias. Durante todo esto, me causó una ansiedad y depresión abrumadoras, e incluso tuve que ir a terapia porque para mí era una pesadilla incluso cuando había terminado, y lo conté varias veces. Mis padres nunca lo entendieron; me preguntaban por qué no me iba, diciéndome que debía haber querido que continuara. No lo hice. Casi 10 años después, con mi Atlas de 5 años, me siento más feliz y mejor física y mentalmente; todavía me estoy recuperando. Esta película me hizo llorar y me identifiqué muchísimo con Lily Bloom; algunas cosas me recordaron a mis experiencias, pero también me trajo una sensación de libertad y felicidad. Gracias por permitirme compartir mi historia.

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  • Mensaje de Esperanza
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    ¡Hay una salida incluso si no la sientes!

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  • Cada paso adelante, por pequeño que sea, sigue siendo un paso adelante. Tómate todo el tiempo que necesites para dar esos pasos.

    La sanación no es lineal. Es diferente para cada persona. Es importante que seamos pacientes con nosotros mismos cuando surjan contratiempos en nuestro proceso. Perdónate por todo lo que pueda salir mal en el camino.

    Eres maravillosa, fuerte y valiosa. De un sobreviviente a otro.

    “Puede resultar muy difícil pedir ayuda cuando estás pasando por un momento difícil. La recuperación es un gran peso que hay que soportar, pero no es necesario que lo lleves tú solo”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    #1764

    Tenía unos 8 años cuando mi hermano mayor abusaba de mí. Él es unos 4 o 5 años mayor que yo. Ya soy adulta y terminé la universidad. Mi cerebro había reprimido los recuerdos durante años y no lo recordaba bien hasta que fui a terapia en la universidad por estrés y depresión. Creo que hablar de mi crianza en terapia y de mi relación con mis padres finalmente hizo que los recuerdos afloraran. Siempre supe que algo malo pasaba, simplemente no lo entendía. Recuerdo varias veces. Me hacía tumbar boca abajo en la cama y me bajaba los pantalones para "masajearme". Creo que solo me manoseaba las nalgas, pero no lo recuerdo. Lo hizo varias veces. Una vez entró en mi habitación, me obligó a desnudarme, se puso detrás de mí y se tumbó en el suelo detrás de la cama, fuera de la vista si se abría la puerta, y me dijo que no mirara y que me sentara. Sentí su pene y empecé a asustarme, así que se detuvo. Creo que intentaba penetrarme. No creo que lo hiciera. La última vez importante que recuerdo, entré en su habitación porque me gustaba verlo jugar videojuegos. Me hizo desnudarme de nuevo y me acosté desnuda a su lado. Sentí que me frotaba el pene. Mi madre abrió la puerta, vio que estábamos desnudos y empezó a gritar. Me daba mucho miedo cada vez que mi madre me gritaba. Me levanté de la cama rápidamente y me vestí. Temblaba tanto que me costaba. Salí corriendo de su habitación a la mía, al final del pasillo, mientras ella seguía gritándole. Pensé que yo también estaba en problemas, aunque nunca entendí qué pasaba. Después, me sentí rara y asquerosa. Nunca vino a ver cómo estaba. Al menos no que yo recuerde. No hablamos de ello, no me llevó a buscar ayuda, no hubo nada. Después de tantos años, mi madre me llamó una noche y la confronté. Ya no tengo contacto con mi hermano y siempre me preguntaba si había hablado con él o con papá (están divorciados). Finalmente le conté lo que recordaba. Dijo todo lo que esperaba que dijera. Dijo que lo sentía, que creía que solo había sido una vez y que no quería imaginar que hubiera sucedido varias veces. Dijo que había fracasado como madre y que en ese momento creía haberlo superado después de amenazar a mi hermano con no volver a hacerlo. Ni un informe, ni una visita al médico, ni terapia, ni ayuda para mí. No creo que se lo haya contado a mi padre. Solo que lo sentía y que debería haber hecho más. Dijo todo lo que ya suponía que diría y que había repasado en mi cabeza cientos de veces antes de preguntarle. Nada de eso me hizo sentir mejor. Ya sé el tipo de persona que es: emocionalmente atrofiada, egocéntrica, con complejo de víctima. No había cambiado mucho desde entonces. Se enfadó, lloró y al final ambos colgamos. En cuanto a mi hermano, simplemente dejé de hablarle. Lo bloqueé y no voy a casa de mi padre por si vuelve a estar allí. Creo que la última vez que lo vi fue hace casi un año. De todas formas, ya no hablamos. Lo intentaría antes de recordar lo que pasó. Creo que él también lo recuerda y tampoco puede afrontarlo, así que nunca fuimos cercanos después de crecer. Todavía estoy procesando cómo me afectó todo. Sinceramente, a veces odio a mi madre más que a él, ya que ella era la adulta y no hizo nada. No sé qué más decir.

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  • “He aprendido a abundar en la alegría de las cosas pequeñas... y de Dios, la bondad de las personas. Desconocidos, maestros, amigos. A veces no lo parece, pero hay bondad en el mundo, y eso también me da esperanza”.

    Mensaje de la Comunidad
    🇺🇸

    A todos los sobrevivientes aquí: los vemos, los escuchamos, les creemos.

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  • Todos tenemos la capacidad de ser aliados y apoyar a los sobrevivientes en nuestras vidas.

    “Siempre está bien pedir ayuda”

    “Sanar significa perdonarme a mí mismo por todas las cosas que pude haber hecho mal en el momento”.

    Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    poder seguir adelante y pasar un poco la pagina

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    De un sobreviviente
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    Usted no está solo

    No estás solo No estás solo. A muchos nos arrebataron mucho personas que priorizaron sus instintos básicos sobre nuestra cordura. Sufrimos por sus momentos de felicidad y dominio. Nos culpamos de su enfermedad. Su patología. Somos un ejército. Eso es lo que estas historias nos enseñan. Nos muestran que somos legión. Somos fuertes. Nuestras reacciones psicológicas de miedo, desconfianza y odio no son locas. Son normales. También es normal, pero no fácil, salir juntos de la oscuridad. Crecí en un gran bloque de pisos de bajos recursos que parecía un pueblo. Mi madre trabajaba y nos desenvolvíamos solos. En invierno, nadie esperaba que nos vieran si salíamos. Estábamos en un piso haciendo el tonto con unos niños o un vecino, y todo salía bien. Perdí la virginidad a los once años con un amigo de mi hermano mayor que cursaba décimo. Pero no fue un problema porque, por desgracia, no era raro allí. Soy mitad brasileña por parte de mi padre ausente y me consideraban bastante exótica y en forma. Mis características sexuales secundarias se desarrollaron pronto. Era razonablemente cuidadosa y tenía el control. El verdadero abuso comenzó años después, cuando nos mudamos a una casa decente con él. Era el hombre soñado de mi madre. Era perfecto para un hombre de mediana edad. Para entonces, mi hermano ya no estaba con nosotros porque se fue a trabajar a Alaska en un barco pesquero. Era exmilitar y al principio parecía un buen hombre. Yo era un poco problemática y demasiado descarada, y mi madre le dio carta blanca para disciplinarme como a mi padre. No llevábamos allí ni una temporada completa cuando empezó a tratarme como a una fulana. Lo de los azotes ya lo sabía mi madre y le parecía gracioso, incluso teniendo quince años. Me daba azotes en el trasero desnudo incluso cuando ella estaba en casa. Decía que siempre había necesitado la mano de un hombre para tapar mis asperezas. Era vergonzoso, humillante, pero nada comparado con lo que hacía él cuando mi madre no estaba. Para no entrar en detalles, él pronto llegó a un punto en el que yo iba a tener su carga siempre que tuviera la oportunidad. Como él me mandaba el horario, se aseguraba de que hubiera oportunidades regulares. Era mi INFIERNO y él era el Príncipe de las Tinieblas. Era rudo, pero tenía cuidado de no dejar marcas. A menos que el tiempo apremiara, tenía que ducharme primero. A veces, después, había algo específico que ponerme, como un disfraz, lencería o mi uniforme de baloncesto. La irritante anticipación de lo que vendría después era la verdadera tortura. Él me decía: "Elige un agujero". ¡Mis agujeros! Mi boca era uno, mi boca dos, y pensarías que nunca elegiría tres. Pero te equivocas. Lo odiaba. Soy muy sensible sexualmente y si elegía uno, parecía que me encantaba, y si elegía dos, estaba trabajando para complacerlo. Tres era la forma en que podía encerrarme y prepararme sin que él me viera sonreír, incluso si lo miraba. Cuando el odio era fuerte, elegía tres. Compartimenté esa pequeña pero brutal parte de mi vida para mi madre. Eran solo de treinta a ciento veinte minutos a la semana, de 10.080 minutos. Y entonces no veía otra salida. Mamá, por primera vez, vivía una vida feliz. Podría haber ganado un BAFTA por lo cómoda y contenta que me sentía con ella. Me destrozaba que mi miedo a molestarlo hiciera parecer que él había suavizado mis asperezas y me había convertido en una dama de verdad. Mantuve mis buenas calificaciones y seguí en el equipo de netball a pesar de ser la más bajita. Seguí adelante. Desarrollé la costumbre de clavarme las puntas del portaminas en la piel y morderme las uñas para provocarme dolor. Tuve un novio por un corto tiempo. Iba a los bailes. Mi casa era mi infierno, así que hacía todo lo que él me permitía para estar en cualquier otro lugar. No podía trabajar, pero él obligaba a mi madre a conservar su trabajo para poder tenerme. En mis cumpleaños, me salía con la mía para tener una noche de chicas con mi madre. Solo tuve dos cumpleaños antes de librarme de él. La universidad costaba 1000 libras y cuando él la pagó, no sabía que ya no iba a ser su fulana. Tenía una amiga que vivía mucho más cerca de mi universidad. Tenían una habitación libre porque un hermano mayor se había mudado. Con diecisiete años, él no podía obligarme a vivir con ellos si tenía otro alojamiento seguro. Acepté un trabajo y pagué el mísero alquiler. Me volvió a tener cuando dormí en su casa en Nochebuena. Probablemente drogó a mi madre para que no volviera a dormir. Me aseguré de que no volviera a tener otra oportunidad. En mis clases de portugués conocí a un hombre que vivía en Portugal y me invitó a quedarme con él todo el tiempo que quisiera sin pagar alquiler. Terminé un año de bachillerato y me fui a Portugal. Tuve relaciones fugaces con el hombre con el que me quedé, pero él viajaba a menudo; ambos teníamos nuestras propias cosas. Por aquel entonces trabajaba de camarera en un restaurante de comida americana. Hablaba con mi madre por teléfono casi todos los días. Vino una vez, con él. La echaba de menos e intentaba no mostrarle mi pena por haberme visto obligada a separarme de ella. Verlo fue horrible, pero lo contuve como un cáncer. Me ayudó a consolidar mi decisión. Viajé con una amiga a Florida y conseguí trabajo como camarera en un restaurante elegante. Solicité una visa de trabajo y la conseguí al segundo intento. Ahora tengo treinta y ocho años. Hace solo tres años me enfrenté a mis demonios porque leí historias en línea sobre otras sobrevivientes de abuso. Abrió una herida profunda para que pudiera empezar a sanar. Fue y sigue siendo un trabajo duro y un proceso continuo. Le confesé a mi madre, quien se había separado de él después de años de su propio abuso, que ella también mantuvo oculto. Él la dejó ir cuando ella empezó a tener problemas de salud, mostrando su verdadero corazón negro. Vive con mi hermano y su familia. Lamento haber perdido años con mi madre y mi hermano y que me echaran de casa cuando era joven, pero me hizo más fuerte. Nunca me he casado, pero tengo una pareja que me ama, dos perros y hablo tres idiomas. Soy entrenadora física y trabajo cerca de la playa donde voy a meditar y a hacer body surf. Nuestros viajes e historias son individuales, pero estamos juntos en esto. En todo el mundo. ¡No estás solo/a cargando con el dolor, la vergüenza, el miedo y los recuerdos! Aunque estés en la oscuridad, emprende un camino que parece que otros están usando para intentar salir adelante. Usa los recursos, aunque estén disponibles en tu computadora, y construye a partir de ahí. Simplemente empieza y sigue escalando, especialmente cuando parezca demasiado difícil.

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    en su coche

    ¡Hola! No sé cómo abordar esto, pero sé que debo decirlo. Soy lesbiana y tengo más de 21 años, y sufrí violación y agresión sexual por parte de mi última pareja lesbiana. Disculpen si esto es largo, pero si alguien lo lee, ¡se lo agradezco mucho! Conocí a mi ex en enero pasado y nos escribimos durante un mes antes de nuestra primera cita. La primera fue bien, nada preocupante. La segunda cita, que fue dos o tres días después de la primera, fue donde empezó todo. No me importó que me besara primero, pero me puse nerviosa cuando me dijo que quería pasar al asiento trasero. Empezó a manosearme y a tocarme por encima de la ropa antes de intentar meter la mano en mis vaqueros. La detuve y le dije que aún no me sentía cómoda con eso. Su respuesta fue: "Ah, pero con el tiempo querrás, ¿no?", y a eso le dije: "Sí, pero ahora no". Continuó de todos modos. Ese es el momento que recuerdo y desearía haberme ido. Me quedé. Quizás pasan una o dos citas sin que ella vuelva a hacer nada preocupante antes de que haya otro incidente. Estábamos en su coche fuera de su trabajo para un evento al que elegimos ir. Hay gente en la calle. Ella empieza a besuquearse conmigo, lo cual me da asco porque la gente probablemente pueda vernos y no es apropiado. Esta vez empieza a tocarme a través de mi falda otra vez, y en este punto no recuerdo mucho más allá de que yo dije que estaba asustada y nerviosa, y que no parecía seguro, y ella coaccionándome. Antes de que me dé cuenta, tiene su mano dentro de mi ropa interior y me está violando. No fuimos al evento. Nos fuimos y me dijo que la próxima vez podría buscar un lugar apartado. Nunca lo hizo. Y ahí es donde empezó todo. Durante los siguientes 5 meses me violaba en su coche cada vez que podía. Cada vez que le decía que no estaba cómoda. Usaba ropa interior ajustada, pero ella seguía haciendo todo lo posible por hacerlo. Si no lo hacía, se enojaba y me evadía las cosas. Pero nunca hubo un momento en que no lo intentara. La peor noche fue quizás un mes después de que todo empezara. Otra vez, en su asiento trasero. Fue en un estacionamiento bastante público. Intentó cubrir las ventanas con ropa, pero aún se veía claramente. Me hizo acostarme, quitarme toda la ropa interior y abrirme completamente. Fue muy humillante. Luego procedió a violarme violentamente, tan mal y doloroso que lloré y contuve los gritos porque no quería llamar la atención sobre la situación ni meterme en problemas. Le dije que estaba cómoda y que quería gritar, pero simplemente me echó un paño sobre la cara para que no me concentrara. Después tuve que volver a ponerme la ropa y la arruiné. Sentí dolor durante quizás una semana o un poco más. Ahora desearía haber conseguido pruebas de esa noche, pero no tengo ninguna. En total, creo que sucedió unas 14 veces. Las mismas situaciones de atención en público que odiaba. Durante la relación, estuve cegado hasta cierto punto y no me di cuenta de que contaba como violación hasta después de que rompimos. Al principio, acepté lo sucedido, pero ahora tengo una nueva pareja. Casualmente, mi nueva pareja trabaja con mi ex violador. Desde que me enteré, me siento completamente angustiado y asfixiado por lo que me hizo. No solo eso. Antes de descubrir que trabajaban juntos, se sentaban uno al lado del otro y se estaban haciendo amigos. Así que mi ex le dijo a mi novia actual que soy una persona terrible y que me tiene miedo. Ya no hablan. No sé, simplemente me siento asfixiado por todo esto. También tiene una nueva novia. Ojalá pudiera decirle a su nueva novia que tenga cuidado, pero tengo miedo. En mi comunidad hay mucho estigma en torno a la violación y la homosexualidad. No creo que pueda contar mi historia públicamente de forma segura tanto como quisiera. Ella cambió mi vida por completo. Es como si ya no supiera cómo ser yo mismo y siento que me estoy volviendo loco.

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    Todavía estoy vivo.

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    Toda una vida

    Crecí en un ambiente de violencia: en mi barrio, en mi escuela, en mi casa. Crecí con constantes insultos e indignidades debido a la pobreza y a un hermano violento. Así que, cuando conocí a Jack a los 22 años, y él era un abusador, despectivo, insultante y emocionalmente difícil para mí, todo me pareció normal. Pero, al crecer, supe que tenía que alejarme de él. Limitaba mis relaciones y siempre encontraba maneras de subvertir mi trabajo, a la vez que me menospreciaba por no conservar mis trabajos. Intenté irme muchas veces, pero me acosó, me asustó, me suplicó, me coaccionó, me disculpó y me amenazó hasta que volví a aceptarlo. Luego, cuando yo tenía 68 años y él 69, se fue para tener una aventura egoísta con una exnovia. Esperaba volver a los dos meses. No me creyó cuando me divorciaba y firmó los papeles sin leerlos. Han pasado dos años y medio y sigo luchando en los tribunales para conseguir la pensión alimenticia que me corresponde. No soy una persona sin hogar. De hecho, vivo en la casa que compramos y remodelamos. Tengo una vida muy buena. Me convenció de que volvería a la pobreza si no fuera por él. Me siento mejor que nunca con él. Además, su negatividad, maldad y mal comportamiento en general han desaparecido de mi vida por fin. Ojalá hubiera tenido el coraje y la fuerza para irme hace años y salvarme a mí y a mis hijos de su abuso. Pero estoy feliz de sanar mis relaciones con las personas que amo y a quienes mantuvo alejadas de mí durante todos esos años.

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    Nombre

    No es cosa de risa. Yo no soy cosa de risa. No sé qué es peor, el abuso que sufrí a manos de alguien a quien conocí durante 10 años o la burla total que se convirtió para la ciudad donde ocurrió. La burla, la suciedad en la que me convertí. Mi mente nunca ha estado lo suficientemente clara como para decir exactamente lo que intento decir, porque está llena de tantas preguntas sin respuesta y la certeza de que podría haberme salvado de años de dolor y sufrimiento si alguien, incluidas las autoridades, se hubiera tomado en serio lo que me estaba pasando. Llevaba seis semanas casada cuando descubrí que el chico con el que me casé no era nada de lo que decía. De hecho, se pasaba las noches pegado al ordenador y hasta el día de hoy me atormenta el contenido que veía. Al año siguiente sufrí numerosas palizas. En dos ocasiones, los administradores de sus propios complejos de apartamentos se negaron a ayudarme o mintieron a la policía por su culpa. Sufrí abusos mientras dormía, sufrí una lesión cerebral traumática y nadie quiso ayudarme. Estaba tan enfermo que golpearme lo hacía feliz e intentaba que le hiciera cosas. No sabía qué hacer porque, como dije, nadie, ni siquiera la policía, me tomaba en serio. Hasta el día de hoy, 10 años después, cuando intento denunciarlo, les preocupa más "¿por qué fuiste allí?" o "¿fuiste tú quien no se salió con la suya en un incidente de violencia doméstica?". Por si fuera poco, me mudé a más de 4800 kilómetros de distancia y la policía de la ciudad me dijo que ahora soy responsable de sus mentiras a la seguridad social. Acababa de conseguir una casa después de una inflamación en ambos hemisferios cerebrales y había estado tratando de superar lo que me pasó, pero lo tomé como algo personal e intenté quitarme la vida, perdiendo mi casa. Siento que pagué por ser violada, me siento sucia, me siento inútil. Durante los 10 años transcurridos desde entonces, he contactado con la policía de la ciudad cientos de veces al año, en serio, cientos y nada. Siguen negándose a hacerle nada, aunque estoy en casa con los hechos documentados de lo que me hizo, pero a nadie le importa verlo. Me está destruyendo emocionalmente; afecta todos los aspectos de mi vida. He recurrido a gestores de casos de crisis por violación para obtener respuestas; he llenado todos los formularios que me envió la alcaldía. Me ilusiono, veo un correo electrónico suyo y, como siempre, nada. Digo que nadie debería ser maltratado, pero me consume la sensación de que me lo merecía y siempre intento explicar por qué no lo soy. Obviamente, no he superado el proceso de sanación, pero quiero que se sepa lo que me pasó. Nunca fui consciente de los verdaderos males de este mundo. Nunca supe que la policía también puede causar tanto dolor, pero literalmente se ríe de ello. Rezo para encontrar las respuestas que busco. Solo puedo decir que mi fe en Dios fue lo único que me permitió seguir adelante. Me robaron, caminé hasta que mis pies sangraron, tanto trauma que sé que algún día habrá paz. Sé que juntos podemos y estoy muy agradecido con mi grupo de Alcohólicos Anónimos y otros lugares a los que voy. Gracias por escucharme. Gracias por preocuparme.

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    Actividad de puesta a tierra

    Encuentra un lugar cómodo para sentarte. Cierra los ojos suavemente y respira profundamente un par de veces: inhala por la nariz (cuenta hasta 3), exhala por la boca (cuenta hasta 3). Ahora abre los ojos y mira a tu alrededor. Nombra lo siguiente en voz alta:

    5 – cosas que puedes ver (puedes mirar dentro de la habitación y por la ventana)

    4 – cosas que puedes sentir (¿qué hay frente a ti que puedas tocar?)

    3 – cosas que puedes oír

    2 – cosas que puedes oler

    1 – cosa que te gusta de ti mismo.

    Respira hondo para terminar.

    Desde donde estás sentado, busca objetos con textura o que sean bonitos o interesantes.

    Sostén un objeto en la mano y concéntrate completamente en él. Observa dónde caen las sombras en algunas partes o quizás dónde se forman formas dentro del objeto. Siente lo pesado o ligero que es en la mano y cómo se siente la textura de la superficie bajo los dedos (esto también se puede hacer con una mascota, si tienes una).

    Respira hondo para terminar.

    Hazte las siguientes preguntas y respóndelas en voz alta:

    1. ¿Dónde estoy?

    2. ¿Qué día de la semana es hoy?

    3. ¿Qué fecha es hoy?

    4. ¿En qué mes estamos?

    5. ¿En qué año estamos?

    6. ¿Cuántos años tengo?

    7. ¿En qué estación estamos?

    Respira hondo para terminar.

    Coloca la palma de la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Coloca la palma de la mano izquierda sobre el hombro derecho. Elige una frase que te fortalezca. Por ejemplo: "Soy poderoso". Di la oración en voz alta primero y da una palmadita con la mano derecha en el hombro izquierdo, luego con la mano izquierda en el hombro derecho.

    Alterna las palmaditas. Da diez palmaditas en total, cinco de cada lado, repitiendo cada vez las oraciones en voz alta.

    Respira hondo para terminar.

    Cruza los brazos frente a ti y llévalos hacia el pecho. Con la mano derecha, sujeta el brazo izquierdo. Con la mano izquierda, sujeta el brazo derecho. Aprieta suavemente y lleva los brazos hacia adentro. Mantén la presión un rato, buscando la intensidad adecuada para ti en ese momento. Mantén la tensión y suelta. Luego, vuelve a apretar un rato y suelta. Mantén la presión un momento.

    Respira hondo para terminar.