Comunidad

Ordenar por

  • Seleccionado

  • Más reciente

Formato

  • Narrativa

  • Obra de arte

Yo estaba...

La persona que me hizo daño era un...

Me identifico como...

Mi orientación sexual es...

Me identifico como...

Yo era...

Cuando esto ocurrió, también experimenté...

Bienvenido a Our Wave.

Este es un espacio donde sobrevivientes de trauma y abuso comparten sus historias junto a aliados que los apoyan. Estas historias nos recuerdan que existe esperanza incluso en tiempos difíciles. Nunca estás solo en tu experiencia. La sanación es posible para todos.

¿Cuál cree que es el lugar adecuado para empezar hoy?
Historia
De un sobreviviente
🇪🇸

Corazón fuerte

Si alguien quisiera entender quién soy, tendría que saber que… No sabría cómo ni por dónde empezar. Supongo que por la base de todo: mi niñez. Me llamo Name. Nací en Venezuela, pero me crie toda la vida en España, bueno, a partir de los ocho años. Mi niñez… qué decir. Era feliz. Fui feliz. O eso cree uno a esas edades. Mis primeros ocho años en Venezuela. Supongo que fui feliz. Una familia que me quería, un hermano, una mamá… aunque nunca un papá. Mami siempre supo cómo tirar ella sola con nosotros. Siempre me inculcó cosas buenas de mi padre. Incluso me enseñaba cartas y fotos de él. Crecí queriendo a mi padre, aun sin haberlo visto nunca en persona. Tuve un colegio que me gustaba mucho, aunque he de decir que la liaba mucho. Era demasiado ruido para aulas tan pequeñas. Tengo muchos recuerdos bonitos, otros que ahora de adulta sé que no lo fueron. Me dieron todo, tuve todo. A pesar de venir de una familia humilde, nunca me faltó un plato de comida, nunca me faltó amor, nunca me faltó nada. Todo se complica… Cuando cumplo los cuatro años, cuando ya eres un poquito, pero muy poquito, más consciente de la vida, todo se complica. Mamá dejó de estudiar y decidió trabajar. Eso implicaba verla menos. Eso implicaba ser cuidada por otras personas. Eso implicaba muchas cosas. A partir de ahí mi vida se derrumbó. A partir de ahí marcaría un antes y un después. A partir de ahí mi vida en la adultez sería distinta. La gravedad de todo lo vi al crecer. Aunque he de decir que tuve una pequeña reacción siendo tan pequeña. Podría decir que algo dentro de mí me dijo: esto está mal, esto no puede ser así. Siempre he dicho: ¿dónde estaba Dios? Soy creyente, o fui creyente, pero poco a poco todo eso fue desapareciendo. Cuanto más dolor me causaba la vida, más dejaba de creer. No me enrollo más… vamos al principio. Pues sí, tuve una niñez bastante bonita. Aunque la parte mala ahí está, y creo que estará por siempre en mi vida. Supongo que escribirlo me hace sentir un poquito mejor. Recalcar toda mi vida me hace sentir algo mejor. Fui violada. Sí, abusaron de mí siendo tan solo una niña de cuatro años. A partir de ahí me destrozaron la vida. Fui cumpliendo años y eso seguía sucediendo. Supongo que para mí era algo normal. Un niño, al sufrir eso, jamás podría darse cuenta de la gravedad. La persona que se supone que tenía que cuidar de mí era la causante de mis traumas ahora de mayor. Mi hermano y yo, siempre unidos, siempre juntos, mano a mano. Pasó por lo mismo, solo que yo cedía. Cedí muchas veces porque sabía que era la única forma, la única forma que tenía para proteger a mi tesoro más preciado: mi hermano. ¿Dónde estaba mi familia? Éramos tan solo unos niños que necesitaban ayuda de un adulto. ¿Dónde estaban todos? ¿Por qué nunca nadie se dio cuenta? Tan solo necesitábamos a un adulto que nos ayudase. ¿Cómo íbamos nosotros mismos a ayudarnos? Mi vida cambió. Mi tía nos devolvió la vida. La decisión de venir a España cambió nuestras vidas. Era un pequeño viaje. Jamás pensábamos quedarnos aquí a vivir. Ed y yo felices, con nuestra pequeña maleta, sabiendo que algún día volveríamos a Venezuela, que en un mes o así estaríamos de vuelta. Y aquí estoy, veinte años después, agradeciendo día a día la decisión de quedarnos aquí. Ahí empezó mi verdadera infancia feliz. Nos dieron todo. Mis tías nos dieron todo. Nunca había sido tan feliz. Mamá se enamoró. Ahí conoció al que creí mi padre. Es normal, ¿no? Te crías sin una figura paterna y cuando entra alguien en tu vida con tanto amor para darte… cómo no creer que es tu padre. Mil viajes, muchas playas, muchos planes, mucho de todo. Él nos dio tanto. Estuvo en todo. Cómo no haberle querido tanto. El colegio es verdad que no me gustaba tanto. Sufrí mucho bullying. Supongo que no estarían acostumbrados a ver a una niña latina, pelo rizado y rasgos de negra. Esa parte quiero omitirla. La verdad que me marcó demasiado. Pensé siempre que de ahí venía mi inseguridad. Crecí. O eso creía con catorce años. Me creía la reina del mambo. Quería vivir rápido, quería ser adulta, quería hacer mil cosas. Empecé a perderme. A ser una inconsciente con mamá. A ser una rebelde. Cuanto más me prohibían, más quería hacerlo. Creo que fue mi peor época. Nunca me sentí entendida por nadie. Nunca nadie se sentó a explicarme paso a paso cómo va la vida y desde cuándo tenía que empezarla a vivir como una adulta. Mamá lo hizo bien siempre, pero he de decir que no supo lidiar con una adolescente llena de ira, llena de rabia, llena de odio. Fui mi peor versión. Pero era adolescente, ¿quién se da cuenta a esas edades? Porque yo, hasta que no tuve un choque de realidad, no me di cuenta. Mi primer amor… Sí, tuve mi primer amor. Fue lo más preciado que la vida me había dado. Tus primeras veces en todo, tus primeros te quiero, tu primer sentimiento de amor, tu primer todo. Fue un fracaso. Supongo que éramos muy jóvenes e inexpertos. Yo quería más, salir al mundo, conocer gente. No me valía nada. Tuve más de un amor. Con todos fracasé. Pero me quedo con lo que aprendí con cada uno de ellos. Aprendí a saber qué merezco y qué no. Aprendí a quererme un poco más. Aprendí a no tolerar cosas que no. Aprendí a no quedarme con migajas. No sé por qué nunca me fue bien en el amor. Y la poca fe que me quedaba me la destrozaron. Cumplo dieciocho. Por fin mayor de edad. Por fin podría hacer lo que me diese la gana. Eso sentía y eso creía. Me duró bastante la rebeldía. Hasta que… Ocurriría de nuevo. Mamá se separa. Mi vida cambia. Todo cambia. Mi supuesto padre sigue siéndolo. Seguimos queriéndolo como el primer día. Seguimos viéndole. Seguimos todo con él, a pesar de no estar con mamá. Pero tuve un choque con la realidad. Creí que mis parejas me habían roto el corazón, pero creí mal. Él me rompió el corazón. Dejé de creer en el amor. Si la persona que más quería, a quien yo consideraba mi papá, me partió el alma, me partió el corazón… ¿qué iba a pensar del resto del mundo? ¿Cómo debía ser yo? Y llegó ese día, el segundo peor día de mi vida. Sufrí violencia doméstica. Mi supuesto padre fue capaz de destrozarme la vida. Intento de violación. Una vez más sentí ese miedo. Una vez más sentí que la vida se me caía. Una vez más sentí decepción. Una vez más sentí cómo mi corazón se rompía poco a poco. Cómo creer en la gente. Cómo creer en la vida. Nace Brother. Empecé a ver la vida un poco mejor. Brother llega a nuestras vidas, mi pequeño hermano, y cambié por completo. Me dio esa felicidad que no tenía. Me dio esa calma en el alma que yo tanto necesitaba. Verle tan pequeño, tan bonito, esas manitos… Mi hermano me devolvió la vida y las ganas de querer con el alma a alguien. Nunca se lo dije. Es muy pequeño. Pero algún día me sentaré y hablaré con él. Dejé de estudiar. Fui de mal en peor en los estudios y decidí adentrarme en el mundo de la hostelería. Crecí de verdad. Mi mentalidad cambió. Empecé a ser mejor persona con mamá, mejor persona con mi hermano Edy, mejor persona con todos. Trabajar me hizo darme cuenta de cuánto cuesta la vida. De cuánto ha tenido que currar mamá para darnos todo. Trabajar me hizo crecer como persona, como mujer. Pasa el tiempo. Pasa la vida. Y sí, sigo estancada en la hostelería. Pero he de decir que me he ganado todo lo que tengo a pulso. Agradecida de todo lo que aprendí. Sigo con la vida. Sigo con mi vida. Pasa el tiempo. Vuelvo a tener amores que no van a ningún lado. Más decepciones: de familia, de novios, de amistades. Pero supongo que siempre pude con todo. Era como que mi corazón estaba a prueba de balas. Como que algo más ya me era indiferente. Estaba tan acostumbrada a que lo malo me persiguiese que era totalmente normal para mí. Pero oye, que nunca dejé de ser buena. Nunca dejé de tener este corazón tan noble, como dice mamá. Siempre di todo de mí a todos. Siempre fui con mis mejores intenciones. Hace poco leí que las personas que siempre están haciendo la gracia son las que más tristes están por dentro. Nunca algo me había representado tanto. Como digo yo, soy la payasa del grupo. Me encanta ver a mi gente reír a base de mis ocurrencias. Eso me hace sentir un poco menos mal. Eso me ayuda mucho. Me gusta hacer la gracia siempre, porque sí, porque no. Eso me hace olvidar un poco todo. Pasa el tiempo y estoy en calma. Siento que no tendré nada más por lo que sufrir. Y llega un mensaje inesperado… Siempre estuve en contacto con mi padre, ese mismo del que mamá siempre me habló y siempre me inculcó cosas buenas. Le quiero tanto que jamás se me pasaría por la mente odiarle. Y llega un mensaje: “Hola hija, Dios te bendiga. Soy tu papá, el hermano de tu mamá.” Mi mente no entendía absolutamente nada. Papá, mamá, hermano… Pensé que era fake, pero indagué hasta dar con la realidad de todo. Ese día, bendito día, una vez más me vuelven a romper el corazón. Pero esta vez, mi querida mamá. Resulta que ese señor era mi padre de verdad. Resulta que mi mamá no era mi madre biológica. Resulta que toda mi vida crecí creyéndome mentiras. Mi madre biológica me abandonó. Con tan solo un mes de nacida. Me abandonó como un perro. Mi papá, con miedo de la vida, con miedo de seguir con una niña tan pequeña, solo buscó ayuda. Ayuda de sus hermanos. Y ahí entra mi mamá en el plano. Como me dice ella: “Hija, me enamoré de ti. Verte tan pequeña, tan vulnerable, con esa carita, con esa nariz, con esos rizos… cómo no quedarme contigo.” Mamá no me dio la vida. Me la devolvió. Agradezco la vida que me diste, mamá. Para mí siempre serás mi madre. Mi única y verdadera madre. Pero me duele el alma. Todo por lo que tanto había trabajado volvió: mis miedos, mis inquietudes, mis traumas, mis inseguridades, mi rabia, mi ira. Y llegó él. Llegó alguien a mi vida para hacerme entender que la vida no siempre es tan mala. Alguien que me haría entender por qué nunca funcionó con nadie más. Alguien que me daría todo el amor del mundo. Y llegaste tú, justo en el momento que más me dolía la vida. Llegaste y me olvidé por un ratito de todo lo que estaba pasando. Volví a creer en el amor. Volví a creer en que de verdad hay personas buenas con corazones bonitos. A veces siento que no lo merezco. A veces siento que es una trampa de la vida. Me saboteo mucho. No sé cómo asimilarlo. Siento que en cualquier momento todo se romperá. Sentiré miedo. Sentiré angustia .

  • Informar

  • Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇪🇸

    Contar eso sin derrumbarme

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    No tengo recuerdos claros y siento mucha culpa

    Mi historia es un poco larga. Cuando tenía 15 años o 16 años, vino a mi mente el recuerdo de cosas que habían ocurrido cuando yo tenía entre 4 y 5 años. Dos tíos abusaron de mí. Los recuerdos sobre esto nunca han sido claros y ahora, muchos años después, todo se ha vuelto más lejano y confuso y he dudado varias veces de mí misma y de mi historia. Hay otras cosas que pasaron en mi infancia que sí recuerdo con más claridad: cuando tenía entre 7 y 8 años, vi a mis papás teniendo relaciones sexuales a mi lado (esa noche me había pasado a dormir con ellos en su cama). Tiempo después, se repitió la situación, pero con mi padrastro y mi mamá. También cuando tenía entre 7 y 8 años, estaba revisando unos CD'S en el DVD que había en la casa para marcarlos según el género musical o según la película que fuera. Uno de los CD'S, era una película porno. Como casi siempre, me encontraba sola en mi casa, entonces la vi completa. No recuerdo si me masturbé. Sé que desde muy niña me frotaba con peluches, muñecas y otros objetos, aunque sin mucha conciencia de lo que hacía, pero estaba presente el miedo a ser vista. Hay algo que me atormenta en este momento: cuando tenía 6 o 7 años, mi prima (ella un año mayor) y yo jugábamos a imitar algunas posiciones de un libro de kamasutra que había en su casa. También tengo leves recuerdos de una vez que, mientras nos bañábamos, frotamos nuestras partes íntimas. No sé si esto se dio en el marco de una curiosidad bilateral y por el contenido del libro al que habíamos estado expuestas o si fui yo quien generó la situación y la persuadió a ella de hacerlo o si la manipulé. No recuerdo que haya sido así, pero me da miedo que sí. ¿Y si imité lo que hacía mis tíos conmigo o lo que vi en contenido al que estuve expuesta? Siento miedo, culpa y vergüenza. Además, hace medio año, recordé que cuando tenía 10 años y cargué a mi hermanita en mi piernas (que estaba como de un mes), sentí un estímulo placentero en mi zona íntima por el contacto. Cuando esta imagen vino a mí (tampoco fue clara, como mis otros recuerdos) sentí culpa, pero no escaló a más porque entendí que fue una reacción física y nada más. Pero luego no podía dejar de pensar en ello y me cuestionaba si había prologando o intensificado el contacto y sentí muchísima culpa, asco y vergüenza. Fue tan fuerte, que tuve un episodio de TOC y siento que aún no he podido salir de ahí, porque ahora me inundan las dudas sobre lo sucedido con mi prima.

  • Informar

  • Todos tenemos la capacidad de ser aliados y apoyar a los sobrevivientes en nuestras vidas.

    Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    poder seguir adelante y pasar un poco la pagina

  • Informar

  • “Para mí, sanar significa que todas estas cosas que sucedieron no tienen por qué definirme”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇦

    Name, solo tenía 6 años

    Tenía alrededor de 6 años, cierro los ojos y es cómo si volviera a vivir en carne propia el recuerdo, me acuerdo del ruido de la televisión, el olor del desayuno que estaba comiendo, yo solo estaba viendo caricaturas. El, un hombre de alrededor 50 años me cargó y me acomodó en sus piernas, y deslizó su mano por debajo de mis panties, TENÍA 6 AÑOS y ahí empezó mi historia de abusó sexual, una historia que me hubiese gustado no tener que experimentar. Yo hablé ya que mi mamá siempre me había enseñado a que nadie podía tocar mis partes pero en ese entonces mi mamá no tenía los recursos, vivíamos en casa de una prima (la hija de mi abusador) y nadie me creyó, dijeron que era mi imaginación. Otros sucesos pasaron cometidos por la misma persona, me arrebató mi inocencia y me rompió en pedacitos… pese a que yo hablé la primera vez, las otras veces me quedé callada porque nadie me creyó, nadie me protegió y nadie me escuchó más que mi mamá pero en ese entonces ella estaba luchando con un problema de alcoholismo y toda la familia nos dio la espalda. Después de un tiempo dejé de ver a mi abusador pero a los 8 años me volvió a pasar pero esta vez por el esposo de mi tía (la hermana de mi mamá) ellos han sido casados desde que mi tía tiene 16 años hasta el presente. Fuimos de visita a casa de mi tía, era diciembre entonces mi mamá salió con mi tía a comprar cosas para la navidad, yo, mi hermano y mi primo (hijo de mi tía) nos quedamos al cuidado del esposo de mi tía, el en ese entonces era oficial de la policía. Yo estaba jugando con mi primo y mi hermano cuando él me llamó, él estaba sentado en la mesedora viendo las noticias cuando me sentó en sus piernas y yo inmediatamente me paralice puesto que la última vez que alguien me sentó en sus piernas me manoseo, esta vez fue diferente, solo me acaricio las piernas y yo solo sentí cómo algo duro me rozaba mis glúteos, me paralicé y no sabía que hacer, hasta que tuve la fuerza y me bajé. Nunca hablé de mi segundo abusador y nunca lo he hecho, yo ya no vivo en Colombia pero cuando voy me toca actuar cómo si nada aunque por dentro sienta tantas cosas. Por mucho tiempo reprimí todo lo que me pasó, siempre decía que no me afectó y ahora a mis 22 años me está atormentando. Estoy comprometida con el amor de mi vida, siento que ha sido un regalo que Dios y la vida me dio después de tanto tormento pero hay veces que cuando vamos a tener intimidad y me toca siento una rabia en mi, ese tipo de rabia que te dan ganas de pegarle un puño en la cara a esa persona, y no lo entiendo, el no me ha hecho nada? El solo me ha ayudado y me ha tratado con amor y me ha demostrado lo mucho que me respeta y me ama, siempre quise evadir el tema y reprimirlo, no hablar de ello y pretender cómo que no me afectó pero ya llegué a un punto donde me dan unos ataques de ira que ni yo me reconozco, donde termino lastimándome a mí misma o sacando esa ira en mi prometido, hace unas noches por fin en medio de una ataque de ira donde terminé azotandome la cabeza en la pared solo repetía “no me deja en paz, me persigue, sácalo de mi cabeza” estaba en un estado de crisis y mi prometido solo pudo sujetarme en sus brazos mientras me preguntaba quién me perseguía y fue la primera vez que dije su nombre en voz alta, “Name, el hombre que me violo y me robo mi inocencia no sale de mi cabeza” no podía hablar, las lágrimas y gritos de desesperación eran más que las palabras, en ese momento me di cuenta que no importa cuánto allá crecido aquella niña de 6 años sigue dentro de mi, está enojada, está triste y rota. Mi pareja es abogado entonces el fue quien me habló sobre me too movement, me dijo que me hiciera justicia y lo denunciara pero que si no me sentía lista por miedo que navegara las opciones que me too ofrece y que quizá empezara por contar mi historia, por unos días habría la página y solo me quedaba paralizada, pero hoy me anime, ya no merezco ser prisionera de un dolor que no fue mi culpa aunque por mucho tiempo he sentido que lo es, me siento perdida y no quiero que mi pasado defina mi presente, la vida me está dando oportunidades bonitas pero mi abusó sexual no me deja avanzar, cómo me saco esta rabia que siento por dentro? Porque me volví un ser tan agrio y amargo, porque me enojo por todo? Porque no puedo disfrutar la intimidad con mi pareja si es delicado conmigo? Parece que entre más delicado es más rabia siento por dentro. Me siento muy sola y perdida. Quiero este dolor fuera de mi

  • Informar

  • Cada paso adelante, por pequeño que sea, sigue siendo un paso adelante. Tómate todo el tiempo que necesites para dar esos pasos.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇦

    Sobreviviendo a una violación en grupo

    El año pasado me violaron en grupo. Tengo un zumbido en los oídos llamado tinnitus que no ha parado desde entonces. Tengo pesadillas. Volé con mi madre a una boda en el extranjero. Estaba emocionadísima. Ella estaría ocupada con sus amigos y su prima, y yo podría pasar tiempo con mi genial prima segunda, dos años mayor que yo. Después de la cena de ensayo, salimos. Fue divertido porque allí no tenía permiso para beber, aunque la edad legal era menor que en mi provincia, pero no revisaban la identificación. No bebí mucho porque no era lo mío y tenía novio, pero pude ir a algunos bares y luego a una discoteca pegada a un hotel. Nos divertimos muchísimo hasta que conocimos a dos soldados uniformados que eran guapísimos y nos separaron de sus amigas por nuestro aspecto. Mi prima es guapísima. Tenían una habitación privada en la discoteca y había varios soldados y también dos prostitutas. A esas prostitutas definitivamente les disgustaba que estuviéramos allí. Quería salir de todas formas, y las chicas guapísimas que nos invitaron fingieron entendernos y nos sacaron de allí. Estúpidamente, dejamos que nos llevaran a su habitación de hotel, donde dejaron de lado el rollo romántico y nos obligaron a desnudarnos al ritmo de la música. Nos enseñaron una pistola que tenían en un cajón. Estaba aterrorizada. Nos obligaron a tumbarnos boca abajo, inclinadas sobre la cama, una al lado de la otra, y así tuvieron sexo. Se intercambiaron como si fuéramos intercambiables antes de acabar dentro de nosotras sin protección. Nos tomamos de la mano. Yo lloraba mientras mi prima intentaba ser fuerte y animarme. No nos permitieron salir y nos escondieron la ropa. Antes de quitarnos los teléfonos, tuvimos que escribirles que nos quedábamos en casa de un amigo de mi prima. Luego llamaron a otros dos soldados, uno de ellos un tipo alto, moreno y enorme, con músculos de culturista. Fue un desastre conmigo. Nos hicieron bailar y luego tuvimos que usar la boca con las chicas que nos habían atraído allí mientras las otras dos tenían sexo con nosotras. Vomité y mi prima lo limpió, pero luego empezó de nuevo. Tenían cocaína y nos obligaron a esnifarla de sus partes y a esnifarla de nosotras. Vino otro y creo que solo fueron esos cinco durante la noche, pero no paraban de violarnos y obligarnos a hacer cosas incluso cuando nos desmayábamos. Me hubiera gustado estar más inconsciente, pero la cocaína te despierta tanto. Quiero recordar menos y pensar menos en todo. Nos duchamos muchas veces. El moreno grande se orinó encima de mí y en mi boca, en la ducha. Lo hizo más de una vez como si yo fuera su retrete. Los otros hombres incluso tuvieron que decirle que se calmara cuando me hacía gritar, me gustaban sus dedos y me los metía en el culo, pero no cuando me hacía arrastrarme como un perro usando mi pelo como correa. Recuerdo que uno de ellos llamó a sus amigos para decirles que subieran el volumen de la televisión al máximo para ocultar el ruido en nuestra habitación. Vieron las noticias deportivas en la televisión. Hicieron que mi prima y yo nos besáramos y cosas así. No podía fingir que era una fiesta divertida como mi prima hacía a veces y me animaba a hacer. Intentó desviar parte de su atención de mí una y otra vez. La amo por eso, pero no me dejaron en paz. Estaban obsesionados con mi pecho. No les importó que estuviera obviamente angustiada y enloqueciendo, ni que en mi país me faltaran tres años para la edad de consentimiento. Ahí estaba, la edad mínima. Nos despertamos por la mañana en una de las camas, solo los dos soldados durmiendo en el suelo. ¡El negro se había ido! Volvieron a tener sexo con nosotras y otro hombre mucho mayor, al que llamaban SIR, entró y tuvo sexo con nosotras, pero sobre todo conmigo. Lo animaron y me dolía la cabeza y lloraba, y pareció durar una eternidad. Finalmente recuperamos la ropa, pero nos llevaron a un brunch con su ropa habitual. Me enseñaron fotos en sus móviles que parecían divertidas y nos advirtieron de lo mal que estaría si decíamos algo diferente a que habíamos tenido una buena fiesta. ¡Una buena fiesta en el infierno! Antes de eso, solo había tenido sexo con mi único novio. ¡Una noche infernal y ahora mi número era siete! Tuvimos que empezar a prepararnos para la boda de inmediato y estaba agotada. Mi prima me escondió y me eché una siesta con vestido, peinado y maquillaje hasta el último minuto. Lloré en la ceremonia, pero no en la boda. Tenía tanto dolor de vagina, músculos y cerebro que me emborraché tanto en la recepción que apenas recuerdo nada. Fue parte del viaje en avión a casa. Le conté la verdad a mi madre al volver y se puso como loca, al igual que mi padre. Intentaron llamar allí, al hotel y a otros sitios, pero la policía no hizo nada. Vi llorar a mi padre por primera vez mientras le contaba toda la historia. Mi novio no lo soportó y me dejó. Voy a terapia de grupo. Tomo una pastilla todos los días y ahora tomo benzodiacepinas para la ansiedad. Intento ocultar mi pecho grande bajo ropa holgada, cuando antes lo usaba para llamar la atención. ¡Qué idiota! Mi prima no parece tener los traumas ni las pesadillas que yo tengo. En su país, terminan la secundaria hasta dos años antes que nosotros y los tratan como adultos antes. Una vez le dije cosas malas por eso. Me perdonó, pero hablamos mucho menos desde que le pregunté si siempre tenía sexo grupal. Me sentí fatal porque incluso dejó que tuvieran sexo anal con ella para alejarlos de mí. Se notaba que le dolía mucho, pero en ese momento solo pensaba en mi propia supervivencia. Mi infancia se acabó, pero no me siento adulta. Su consejo es: «No dejes que te deprima». ¡Como si tuviera otra opción! Fue a terapeuta una vez porque su madre pidió cita y no piensa volver. ¡Su vida no cambió en absoluto! Trabaja en recepción en una empresa de tecnología y, además, modela, y sigue yendo a fiestas, clubes y citas. ¿Cómo? Es increíble cómo la actitud ante algo así puede ser tan diferente en distintos países. Ahora soy una víctima y suelo sentirme así. Definitivamente dañada. Todos en mi escuela saben por qué. Soy ESA chica. Mi nuevo novio, más maduro, es comprensivo, pero me siento como una pequeña carga triste para él. A veces soy hipersexual y no puedo evitarlo. Es un mecanismo de afrontamiento que les ocurre a algunas víctimas de agresión sexual. No lo busqué. Me preocupa que mi novio no confíe en mí por eso. Un amigo mayor, mi vecino desde hace años, se aprovechó de mí después de que le conté lo que pasó en su casa. Tuvimos sexo y luego se sintió culpable por excitarse con mi historia de violación. Lo admitió y me pidió perdón. El sexo me ayudó a calmar el zumbido de oídos por breves periodos, así que lo hice con él más de una vez al día durante un tiempo hasta que mi padre empezó a sospechar algo y habló con él. Desde entonces, no confío en mí misma. Quiero casarme con mi novio, en gran parte, solo para protegerme y demostrarle que lo amo y soy leal, aunque no estoy segura de poder serlo. Me preocupa no poder amar como una persona normal. Me preocupa alejarlo por ser demasiado dependiente y querer casarme con él tan pronto. Lo necesito más de lo que él me necesita a mí. ¿Será así siempre en las relaciones de las víctimas de violación? Me esfuerzo mucho en la escuela para no arruinar mi futuro. Es muy difícil concentrarme. Me zumban los oídos constantemente. Gracias por escuchar.

  • Informar

  • “No estás roto; no eres repugnante ni indigno; no eres indigno de ser amado; eres maravilloso, fuerte y digno”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    "Ella cree que fue agredida"

    "Ella cree que él la agredió". Eso le dijo mi mejor amiga del instituto a otra amiga cuando le conté cómo había ido mi cita del sábado anterior. Él era un jugador estrella de fútbol americano en nuestro equipo del instituto y yo no "hablaba" con muchos chicos. Nunca lo hicimos oficial después de un mes de hablar por culpa de esa noche. Vino a mi casa a cenar con mis padres; comimos hamburguesas y luego tarta de queso. Recuerdo lo que llevaba puesto. Así fue como empecé a darme cuenta de que lo que había pasado no estaba bien; lo recuerdo muchísimo. Empezamos a ver una película en mi sala. Mi madre estaba arriba y mi padre pasaba por el pasillo de atrás de vez en cuando, pero nunca por la sala. Yo era tímida, así que estaba sentada en un extremo del sofá mientras él estaba en el otro. Empezó a besarme; recuerdo que pensé que besaba fatal. Empezó a ir más lejos, y le dije que no metiera la mano bajo mi camisa, pero seguía intentándolo. Le apartaba la mano, pero él la volvía a meter. Mi cachorrita me saltó encima; hasta el día de hoy creo que sabía que algo andaba mal conmigo y con él, y entonces se detuvo. Mientras estaba detenido, le escribí a mi madre diciéndole que estaba lista para que se fuera a casa. Ella bajó y lo llevamos. Le dije que no me dejara chupetones en el cuello, y lo hizo. Me dio mucha vergüenza y me sentí fatal. Me duché y pensé en lo horrible que me había parecido la situación, y al día siguiente, en lugar de decirle lo incómoda que me sentía, le dije que "creía que nuestras personalidades no encajaban". Lo cual también era cierto. No se lo conté a nadie durante años porque sentía que lo que había pasado era insignificante comparado con otras historias de agresión y violación que había oído, así que no se lo conté a nadie, sobre todo después de contárselo a una amiga. Hace poco, el chico publicó algo en sus redes sociales sobre el consentimiento, y me enfureció muchísimo y me afectó de una forma que desconocía. Estaba tan enojada con él por hacerme sentir como me siento, por ser potencialmente la causa de mis dificultades actuales con el sexo, ¿y ahora publicaba algo sobre el consentimiento? Por un lado, me alegraba que estuviera más informado que cuando éramos jóvenes, pero por otro lado, estaba tan enojada porque no pudo haber aprendido antes, y probablemente ni siquiera se da cuenta de lo que hizo o cómo me hizo sentir. A día de hoy, sigo sintiendo que estoy exagerando y que lo que pasó no estuvo mal, sino que es como son los hombres... pero eso no concuerda con cómo me hizo sentir ese momento y cómo me sigue afectando.

  • Informar

  • Mensaje de la Comunidad
    🇺🇸

    El trastorno de estrés postraumático (TEPT) se desarrolló en la escuela secundaria.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    #1778

    Esta no es una publicación optimista. Es simplemente la verdad tal como la viví. Durante mucho tiempo, negué el abuso. No porque no hubiera sucedido, sino porque cuando se lo conté a quienes se suponía que debían protegerme, no lo hicieron. Algunas de las personas en las que confiaba eran las que me hacían daño. Y cuando finalmente llegué a un punto en el que pensé que tal vez podría empezar a superarlo, otros se aprovecharon de mi trauma. Se convirtió en lo único de lo que todos querían hablar. Lo único de lo que no podía escapar. Seguí intentándolo de todos modos. Seguí intentando sanar. Y luego, de adulta, terminé en situaciones con desconocidos, y más tarde con un vecino, donde me volvieron a hacer daño. Sinceramente, creía que usar mi voz, defenderme, poner límites, hacer todo "bien", me ayudaría a superar mi trauma. Pero lo único que hizo fue hundirme más en él. Lo hizo inevitable. Obtuve órdenes de protección. Seguí todas las reglas. Hice todo lo que se les dice a los sobrevivientes que hagan. Nada de eso importó. No se impuso nada. Hoy no estoy más segura que cuando era una niña que no podía protegerse. La gente habla de la sanación como si fuera un destino. Como si si te esfuerzas lo suficiente, si lo "procesas" lo suficiente, si lo enfrentas de frente, acabarás en un lugar mejor. Pero la verdad es que el "lugar mejor" es simplemente donde sea que consigas aterrizar. Y el trauma viene contigo. Se sienta a tu lado. Te sigue. No desaparece porque te hayas esforzado, hayas creído con ahínco o hayas hecho todo bien. No todos los supervivientes obtienen justicia. No todos los supervivientes son creídos. No todos los supervivientes consiguen un contrato para publicar un libro, una plataforma o la oportunidad de ser escuchados. Algunos sufrimos abusos de personas poderosas. Algunos sufrimos abusos de nuestras propias familias. Y cuando todo termina, algunos nos quedamos sin familia, sin amigos, sin apoyo; solo silencio, pesadillas y la certeza de que si otro desconocido decide hacernos daño, probablemente pueda. Aunque lo graben en vídeo. Aunque sea en público. Hay muy poco que alguien pueda hacer para detenerlo. Pienso en la mujer que admiraba, la que se enfrentó públicamente a sus abusadores. Era fuerte. Era valiente. Luchó con todas sus fuerzas. Y aun así no ganó su batalla contra el trauma. Solía buscar fuerza en ella. Ahora la miro y siento el peso de lo pesado que es esto. No comparto esto por lástima. Lo comparto porque así es la supervivencia para algunos de nosotros. No es inspirador. No es agradable. No es algo que se "supere". Es algo que se lleva, lo quieras o no. Si alguien más se siente así, no eres el único.

  • Informar

  • “Sanar significa perdonarme a mí mismo por todas las cosas que pude haber hecho mal en el momento”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Odio a los hombres y nunca volveré a sentirme segura.

    Hola, soy Z y soy víctima de agresión sexual infantil (COCSA). En fin, seré breve. Estuve con mis primos el fin de semana y me llevaron a casa de unos amigos. Tenían un hijo de mi edad (10) y otro un poco menor (8 o 9). El de mi edad no estaba mucho tiempo con ellos, así que empecé a hablar con el menor. Confié en él y le conté lo nervioso que me ponía con la gente (que luego descubrí que era ansiedad social). Esa misma noche, me llevó a la habitación de su madre y cerró la puerta con llave. Al principio, solo fue él quien se cayó encima de mí, sujetándome al suelo. Me pareció raro, pero no le di mucha importancia. Entonces pasó. Aquí se nubla todo. Estábamos cambiando de canal y pensé que sería divertido ver Peppa Pig. Mientras mirábamos, me metió la mano por debajo de la camiseta... Creo que no había empezado a usar sostén, aunque probablemente debería haberlo hecho. Era verano, así que llevaba un top corto y shorts vaqueros. Intentó frotarme ahí abajo, pero los vaqueros me impedían sentir mucho. Estaba tan sorprendida que no sabía qué hacer y me quedé paralizada. Me quedé sentada y dejé que pasara. Tuve que pasar la noche allí. No pude dormir mucho, o al menos no muy bien. Estaba despierta, aterrorizada de que se colara en la habitación y lo hiciera de nuevo. Y entonces lo hizo. Aunque ya habían pasado unos años, digamos unos dos. Volví a casa con mis primos. Era por Pascua. Esta vez vi más a su hermano. No estoy del todo segura de por qué, pero recuerdo que no paramos de pelearnos físicamente, en broma. No estoy del todo segura de cómo llegué allí, pero de repente estaba encima de mí. Estaba tumbado allí, tocándome, frotándose contra mí, y no puedo evitar preguntarme: ¿por qué había vuelto a pasar? Su excusa fue que le había dado una patada en los huevos. Todavía me cuesta convencerme de que, como no di mi consentimiento, es un delito, pero es difícil. Después de unos años, se supo y lo despidieron porque «probablemente solo tenía curiosidad». Bueno, no era así. Ahora tengo que lidiar con las consecuencias a largo plazo de su «curiosidad». Y mi tía lo ha mencionado varias veces, como si fuera pura diversión.

  • Informar

  • Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇮🇪

    Para mí, sanar significa aprender a vivir con lo sucedido y llevarlo consigo.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇪🇸

    ¿Fui abusado?

    Cuando era niña, probablemente de 4 o 5 años, empecé a tener juegos sexuales con mi prima, que tenía 6 años en ese momento. Nos frotábamos las partes, me hizo lamerla fuerte una vez y otras cosas que no recuerdo con claridad. Algunas se sentían bien, pero recuerdo la incomodidad si me negaba. Creo que me pegaba o me lastimaba si no quería jugar; en general, solía golpearme o jalarme el pelo. Pronto busqué en la televisión cosas que se parecieran a lo que hacíamos, nada explícito que recuerde, cosas como juegos sensuales entre parejas en películas, gente haciendo el amor, etc. En ese momento me avergonzaba y oculté este comportamiento a mis padres. No recuerdo cuándo paró, pero sí recuerdo la vergüenza y el miedo de que volviera a suceder, específicamente una vez, cuando éramos mayores y jugábamos, y ella me inmovilizó en la cama; me dieron náuseas. Por suerte, para entonces ya tenía la fuerza suficiente para quitármela de encima. No sé si esto fue abuso, pero sin duda la vergüenza y la culpa nunca desaparecieron de mi infancia. Incluso en mi primera comunión, recuerdo que quise contarle esta historia al sacerdote en mi confesión, pero me detuve porque sentí que era demasiado. Para entonces tenía 10 años. No culpo a mi prima, y la quiero mucho. No recordé esto hasta hace seis meses, mientras veía "Las ventajas de ser invisible", donde el protagonista es abusado por su tía. Al recordar esto, me pregunto si mis comportamientos sexuales actuales (gran vergüenza, culpa e incapacidad para relajarme) están influenciados por esta experiencia.

  • Informar

  • Estás sobreviviendo y eso es suficiente.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    21 debería haber sido divertido

    Nos sentábamos juntas en clase. Nos hicimos amigas al instante. Pero eso es típico en tu primer año de universidad. Un día, vinieron unos oradores a hablar sobre agresiones sexuales en el campus. Tenías los auriculares puestos y estabas viendo una película. Te di un golpecito en el brazo y te dije que era importante y que debías prestar atención. Me dijiste que no era necesario porque nunca te afectaría. ¿Seguirías diciendo eso ahora? Espero que fuera una buena película. Espero que fuera tan buena que no hubieras podido tomarte un segundo para aprender sobre el consentimiento. A veces me pregunto si algo habría sido diferente con la película apagada y la atención puesta en los altavoces. ¿Me habrían violado igualmente? Estas son las preguntas que intento desesperadamente sacar de mi cabeza porque la respuesta realmente no importa. Lo hecho, hecho está y yo pago las consecuencias de tus actos. ¿Qué tal tu maldita película? ¿Es como la película triste que se repite en mi cabeza todos los días? ¿Esa película en blanco y negro? ¿Sabes, esa en la que me agredes y me lleva meses descubrir qué le hiciste a mi cuerpo incapacitado? Y nunca lo sabré del todo. Puedes vivir con eso porque no creo que quiera saber qué tan lejos llegó. Ya vi los moretones en la parte interna de mis muslos y brazos. ¿Sabías que en urgencias recrearon cómo me los hice? Esa imagen no se me va de la cabeza. No sé adónde quiero llegar con esto. ¿Es un poema? ¿Una carta? ¿O solo un apunte para desahogarme? ¿Alguien me oirá? Me siento como un vagabundo cuando me siento e intento escribir sobre mi dolor, mi herida, mi asco, mi ira y mi arrepentimiento. De nuevo, ¿alguien me oirá? Lamento haberme convertido en tu amiga. Pero, ¿cómo se supone que una chica de primer año de un pueblito en medio de la nada iba a saber distinguir entre el peligro de un desconocido y tu amiga? Porque quizá se me escaparon algunas señales de alerta, pero quizá sea porque no me parezco en nada a ti. No veo a la gente y pienso en las cosas horribles que puedo hacerles. ¿Cómo pudiste lastimarme así sabiendo lo bondadosa que era mi alma? Estoy segura de que eso te lo hizo más fácil. Cada parte de mí... mi esencia... te hizo hacerme algo repugnante. Sigue sin ser mi culpa. No es mi culpa haber perdido peso y haberme vuelto "más atractiva". No es mi culpa ser una mujer pansexual orgullosa y que eso se convirtiera en una fantasía enfermiza para ti. No es mi culpa haberte dejado entrar y que decidieras lastimarme. No es mi culpa que te obsesionaras y fueras posesiva. Solo desearía no haberme convertido nunca en tu amiga. Cuando te dije: "Ya no podemos ser amigos, creo que me violaste", ¿pensaste que lo superaría? ¿Pensaste que todo se iría? Ojalá pudiera superarlo y que todo se fuera. Cada segundo de cada día lo deseo. Si aún no lo has descubierto, nunca volveremos a ser amigas. Puede que te vuelva a ver algún día... en un juzgado, pero eso es todo. Te odio. Ya no me odio a mí misma. Estoy sanando. Estoy aprendiendo. Estoy creciendo. Es como si nunca hubiera sabido quién era hasta ahora. Y me amo. Pero te odio muchísimo. Me quitaste la escuela durante el último año. Tenía demasiado miedo de ir a mis propias clases porque necesitabas escaparte o algo así, supongo. Son años de mi vida que nunca recuperaré. Podría sentarme ahí y contarte mi historia paso a paso, pero todo eso saldrá a la luz en el juzgado. También estoy cansada de repetirla. Ya está escrita en un diario. Pero esa es LA historia, no mi historia. Mi historia comenzó cuando nací, pero hubo un nuevo capítulo que comenzó el día que me desperté y empecé a darme cuenta de lo que me había pasado. Me puse de pie y luché con todas mis fuerzas. Sigo luchando con todas mis fuerzas. Tendré mi día en el juzgado. Me aseguraré de que tengas que pensar más en esto. El Título 9 quería proteger la escuela. Ni yo ni tú. Pero quiero protegerme y proteger a todas las mujeres con las que tengas o puedas tener contacto. Para lograrlo, necesito seguir hablando y compartiendo mi historia... y LA historia. Tenía 21 años. Me permitieron beber en esa fiesta. No te permitieron aprovecharte de mi cuerpo incapacitado en tu fraternidad. Fraternidad en Universidad. ¡Qué vergüenza que te aprovecharas de tu "mejor amiga" de una forma tan repugnante! ¡Qué vergüenza que te aprovecharas de nuestra amistad! ¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza!

  • Informar

  • Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇮🇪

    Sanar es aprender que puedes ser amado.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    #34

    Escuchar las historias de otras personas les hace sentir que no están solos.

  • Informar

  • “La curación es diferente para cada persona, pero para mí se trata de escucharme a mí misma... Me aseguro de tomarme un tiempo cada semana para ponerme a mí en primer lugar y practicar el autocuidado”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇮🇪

    Se establecen límites y se construyen puentes

    En los 80, era una adolescente recatada, introvertida, que buscaba amistad, pero solo bajo mis condiciones (tenían que respetar mis límites, y yo tenía muchos). Fue solo a los veinte, mientras trabajaba con gente más liberal, que tomé la decisión consciente de abandonar mi antigua y estrecha forma de relacionarme, porque mis barreras se habían convertido en muros. Así que me abrí más, me volví vulnerable... y atraí a pervertidos. Hombres mayores, jefes, colegas y contactos (trabajaba en industria). Aún tenía suficientes límites como para evitar una violación, pero no los rechazaba con tanta fuerza; me tomaba a la ligera cuando un hombre me ponía las manos en las caderas o hacía algún comentario inapropiado. Esto continuó durante años. Tuve varios novios en mis veintes, incluyendo uno con el que estuve tres años y al que amé (lo sigo amando, pero no quiero una relación con él y tengo que seguir poniendo límites psicológicos; nunca fue un pesado sexual, pero quiere ser mi amigo y se molesta cuando no quiero verlo). Siendo introvertida, y posiblemente con síndrome de Asperger (aún no he encontrado el coraje para buscar un diagnóstico), siempre me he sentido como una forastera, y en las relaciones siempre sentía que jugaba a ser "sexy". A los cuarenta, los hombres que traspasaban mis límites sexuales (con comentarios inapropiados y algún que otro abrazo mientras me sentaba a su lado en una tarea de trabajo) eran hombres de mi misma edad y un poco más jóvenes; seguía atrayendo a hombres de mi misma edad: cuarentones. Obviamente, querían ir más allá, pero yo siempre ponía esa barrera... y me di cuenta de que después de rechazar a un hombre, perdía una oportunidad laboral. Me excluyeron de los círculos sociales de mi profesión (no tengo familia en mi sector y no fui a la universidad, así que no contaba con una red sólida en la que apoyarme). Lidié con esto desarrollando una apariencia dura y bromista; desesperada por demostrar que no era una mojigata, fusioné mi carrera con una imagen bastante picante (no puedo entrar en detalles aquí sin posiblemente revelar quién soy o, peor aún, limitar mi perfil, lo cual no sería justo para quienes no quieran que se cuente su historia). Al principio, la verdad es que me ayudó en mi carrera y mi vida social; de repente, era una mujer de mediana edad con aspecto juvenil, feliz consigo misma, de espíritu libre y muy divertida. Los hombres que solían coquetear conmigo también se jactaban fingiendo ser mojigata; tenían esposas o parejas respetables (de hecho, muchas de estas mujeres eran colegas mías). Finalmente, llegó el momento de gestionar esta desgracia de la mediana edad para que se alejara de la industria. No sucedió de golpe; mis mentores y buenos contactos se jubilaron o fallecieron (estas fueron las personas que nunca abusaron de mí). Hubo varias razones: recortes de personal, diferencias de personalidad, mis opiniones políticas discrepaban de las de mis jefes, y había nuevas personas buscando cubrir mi puesto. Me adapté buscando una carrera con perspectivas diferentes, haciendo algunos cursos y arreglándomelas. Ahora veo a mis antiguos compañeros (los que coqueteaban y sus parejas) progresando en sus carreras; yo estoy fuera, mirando hacia dentro. Pero siempre estuve fuera. Y no me cabe duda de que mi historia es muy común (¡un poco como yo, dirían algunos!).

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Abusado en el jardín de infancia

    Cuando tenía cinco años, otro estudiante de mi escuela abusó de mí repetidamente. Ahora tengo veintitantos, y estos recuerdos han ido regresando poco a poco. Aunque muchos aspectos de esa época son borrosos, todavía puedo recordar vívidamente la sensación de sus manos sobre mí. Me acorralaba y me dejaba a solas para poder meter sus manos bajo mi ropa y ropa interior, tocándome durante varios minutos. Si me resistía, me lastimaba con pellizcos, patadas, etc. Había al menos otro niño involucrado que ayudaba a acorralarme. Tenía cinco años y no entendía la magnitud de lo que estaba pasando, pero me sentía muy avergonzado. En un momento dado, reuní el coraje para contárselo a mi madre, quien gritó y luego nunca más lo mencionó. Desde los cinco años, he sufrido ansiedad, depresión, ideación suicida, un trastorno alimentario, convulsiones psicógenas no epilépticas, terrores nocturnos y un trastorno autoinmune con síntomas como alopecia, erupciones cutáneas y pérdida de peso. No sé hasta qué punto estos problemas de salud han sido consecuencia de mi agresión, ya que apenas acabo de aceptar lo sucedido. Me he considerado asexual durante mucho tiempo, pero empezar una relación seria me ha hecho replantearme mi sexualidad y mis miedos a la intimidad. Estoy lista para sanar, pero también siento mucho miedo. No puedo imaginar la vida sin este miedo y esta vergüenza.

  • Informar

  • “Siempre está bien pedir ayuda”

    Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Sanar es aceptar lo que no puedes cambiar y confiar en que Dios te tiene a tu lado, pase lo que pase.

  • Informar

  • Bienvenido a Our Wave.

    Este es un espacio donde sobrevivientes de trauma y abuso comparten sus historias junto a aliados que los apoyan. Estas historias nos recuerdan que existe esperanza incluso en tiempos difíciles. Nunca estás solo en tu experiencia. La sanación es posible para todos.

    ¿Cuál cree que es el lugar adecuado para empezar hoy?
    Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    No tengo recuerdos claros y siento mucha culpa

    Mi historia es un poco larga. Cuando tenía 15 años o 16 años, vino a mi mente el recuerdo de cosas que habían ocurrido cuando yo tenía entre 4 y 5 años. Dos tíos abusaron de mí. Los recuerdos sobre esto nunca han sido claros y ahora, muchos años después, todo se ha vuelto más lejano y confuso y he dudado varias veces de mí misma y de mi historia. Hay otras cosas que pasaron en mi infancia que sí recuerdo con más claridad: cuando tenía entre 7 y 8 años, vi a mis papás teniendo relaciones sexuales a mi lado (esa noche me había pasado a dormir con ellos en su cama). Tiempo después, se repitió la situación, pero con mi padrastro y mi mamá. También cuando tenía entre 7 y 8 años, estaba revisando unos CD'S en el DVD que había en la casa para marcarlos según el género musical o según la película que fuera. Uno de los CD'S, era una película porno. Como casi siempre, me encontraba sola en mi casa, entonces la vi completa. No recuerdo si me masturbé. Sé que desde muy niña me frotaba con peluches, muñecas y otros objetos, aunque sin mucha conciencia de lo que hacía, pero estaba presente el miedo a ser vista. Hay algo que me atormenta en este momento: cuando tenía 6 o 7 años, mi prima (ella un año mayor) y yo jugábamos a imitar algunas posiciones de un libro de kamasutra que había en su casa. También tengo leves recuerdos de una vez que, mientras nos bañábamos, frotamos nuestras partes íntimas. No sé si esto se dio en el marco de una curiosidad bilateral y por el contenido del libro al que habíamos estado expuestas o si fui yo quien generó la situación y la persuadió a ella de hacerlo o si la manipulé. No recuerdo que haya sido así, pero me da miedo que sí. ¿Y si imité lo que hacía mis tíos conmigo o lo que vi en contenido al que estuve expuesta? Siento miedo, culpa y vergüenza. Además, hace medio año, recordé que cuando tenía 10 años y cargué a mi hermanita en mi piernas (que estaba como de un mes), sentí un estímulo placentero en mi zona íntima por el contacto. Cuando esta imagen vino a mí (tampoco fue clara, como mis otros recuerdos) sentí culpa, pero no escaló a más porque entendí que fue una reacción física y nada más. Pero luego no podía dejar de pensar en ello y me cuestionaba si había prologando o intensificado el contacto y sentí muchísima culpa, asco y vergüenza. Fue tan fuerte, que tuve un episodio de TOC y siento que aún no he podido salir de ahí, porque ahora me inundan las dudas sobre lo sucedido con mi prima.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇦

    Name, solo tenía 6 años

    Tenía alrededor de 6 años, cierro los ojos y es cómo si volviera a vivir en carne propia el recuerdo, me acuerdo del ruido de la televisión, el olor del desayuno que estaba comiendo, yo solo estaba viendo caricaturas. El, un hombre de alrededor 50 años me cargó y me acomodó en sus piernas, y deslizó su mano por debajo de mis panties, TENÍA 6 AÑOS y ahí empezó mi historia de abusó sexual, una historia que me hubiese gustado no tener que experimentar. Yo hablé ya que mi mamá siempre me había enseñado a que nadie podía tocar mis partes pero en ese entonces mi mamá no tenía los recursos, vivíamos en casa de una prima (la hija de mi abusador) y nadie me creyó, dijeron que era mi imaginación. Otros sucesos pasaron cometidos por la misma persona, me arrebató mi inocencia y me rompió en pedacitos… pese a que yo hablé la primera vez, las otras veces me quedé callada porque nadie me creyó, nadie me protegió y nadie me escuchó más que mi mamá pero en ese entonces ella estaba luchando con un problema de alcoholismo y toda la familia nos dio la espalda. Después de un tiempo dejé de ver a mi abusador pero a los 8 años me volvió a pasar pero esta vez por el esposo de mi tía (la hermana de mi mamá) ellos han sido casados desde que mi tía tiene 16 años hasta el presente. Fuimos de visita a casa de mi tía, era diciembre entonces mi mamá salió con mi tía a comprar cosas para la navidad, yo, mi hermano y mi primo (hijo de mi tía) nos quedamos al cuidado del esposo de mi tía, el en ese entonces era oficial de la policía. Yo estaba jugando con mi primo y mi hermano cuando él me llamó, él estaba sentado en la mesedora viendo las noticias cuando me sentó en sus piernas y yo inmediatamente me paralice puesto que la última vez que alguien me sentó en sus piernas me manoseo, esta vez fue diferente, solo me acaricio las piernas y yo solo sentí cómo algo duro me rozaba mis glúteos, me paralicé y no sabía que hacer, hasta que tuve la fuerza y me bajé. Nunca hablé de mi segundo abusador y nunca lo he hecho, yo ya no vivo en Colombia pero cuando voy me toca actuar cómo si nada aunque por dentro sienta tantas cosas. Por mucho tiempo reprimí todo lo que me pasó, siempre decía que no me afectó y ahora a mis 22 años me está atormentando. Estoy comprometida con el amor de mi vida, siento que ha sido un regalo que Dios y la vida me dio después de tanto tormento pero hay veces que cuando vamos a tener intimidad y me toca siento una rabia en mi, ese tipo de rabia que te dan ganas de pegarle un puño en la cara a esa persona, y no lo entiendo, el no me ha hecho nada? El solo me ha ayudado y me ha tratado con amor y me ha demostrado lo mucho que me respeta y me ama, siempre quise evadir el tema y reprimirlo, no hablar de ello y pretender cómo que no me afectó pero ya llegué a un punto donde me dan unos ataques de ira que ni yo me reconozco, donde termino lastimándome a mí misma o sacando esa ira en mi prometido, hace unas noches por fin en medio de una ataque de ira donde terminé azotandome la cabeza en la pared solo repetía “no me deja en paz, me persigue, sácalo de mi cabeza” estaba en un estado de crisis y mi prometido solo pudo sujetarme en sus brazos mientras me preguntaba quién me perseguía y fue la primera vez que dije su nombre en voz alta, “Name, el hombre que me violo y me robo mi inocencia no sale de mi cabeza” no podía hablar, las lágrimas y gritos de desesperación eran más que las palabras, en ese momento me di cuenta que no importa cuánto allá crecido aquella niña de 6 años sigue dentro de mi, está enojada, está triste y rota. Mi pareja es abogado entonces el fue quien me habló sobre me too movement, me dijo que me hiciera justicia y lo denunciara pero que si no me sentía lista por miedo que navegara las opciones que me too ofrece y que quizá empezara por contar mi historia, por unos días habría la página y solo me quedaba paralizada, pero hoy me anime, ya no merezco ser prisionera de un dolor que no fue mi culpa aunque por mucho tiempo he sentido que lo es, me siento perdida y no quiero que mi pasado defina mi presente, la vida me está dando oportunidades bonitas pero mi abusó sexual no me deja avanzar, cómo me saco esta rabia que siento por dentro? Porque me volví un ser tan agrio y amargo, porque me enojo por todo? Porque no puedo disfrutar la intimidad con mi pareja si es delicado conmigo? Parece que entre más delicado es más rabia siento por dentro. Me siento muy sola y perdida. Quiero este dolor fuera de mi

  • Informar

  • Mensaje de la Comunidad
    🇺🇸

    El trastorno de estrés postraumático (TEPT) se desarrolló en la escuela secundaria.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    #1778

    Esta no es una publicación optimista. Es simplemente la verdad tal como la viví. Durante mucho tiempo, negué el abuso. No porque no hubiera sucedido, sino porque cuando se lo conté a quienes se suponía que debían protegerme, no lo hicieron. Algunas de las personas en las que confiaba eran las que me hacían daño. Y cuando finalmente llegué a un punto en el que pensé que tal vez podría empezar a superarlo, otros se aprovecharon de mi trauma. Se convirtió en lo único de lo que todos querían hablar. Lo único de lo que no podía escapar. Seguí intentándolo de todos modos. Seguí intentando sanar. Y luego, de adulta, terminé en situaciones con desconocidos, y más tarde con un vecino, donde me volvieron a hacer daño. Sinceramente, creía que usar mi voz, defenderme, poner límites, hacer todo "bien", me ayudaría a superar mi trauma. Pero lo único que hizo fue hundirme más en él. Lo hizo inevitable. Obtuve órdenes de protección. Seguí todas las reglas. Hice todo lo que se les dice a los sobrevivientes que hagan. Nada de eso importó. No se impuso nada. Hoy no estoy más segura que cuando era una niña que no podía protegerse. La gente habla de la sanación como si fuera un destino. Como si si te esfuerzas lo suficiente, si lo "procesas" lo suficiente, si lo enfrentas de frente, acabarás en un lugar mejor. Pero la verdad es que el "lugar mejor" es simplemente donde sea que consigas aterrizar. Y el trauma viene contigo. Se sienta a tu lado. Te sigue. No desaparece porque te hayas esforzado, hayas creído con ahínco o hayas hecho todo bien. No todos los supervivientes obtienen justicia. No todos los supervivientes son creídos. No todos los supervivientes consiguen un contrato para publicar un libro, una plataforma o la oportunidad de ser escuchados. Algunos sufrimos abusos de personas poderosas. Algunos sufrimos abusos de nuestras propias familias. Y cuando todo termina, algunos nos quedamos sin familia, sin amigos, sin apoyo; solo silencio, pesadillas y la certeza de que si otro desconocido decide hacernos daño, probablemente pueda. Aunque lo graben en vídeo. Aunque sea en público. Hay muy poco que alguien pueda hacer para detenerlo. Pienso en la mujer que admiraba, la que se enfrentó públicamente a sus abusadores. Era fuerte. Era valiente. Luchó con todas sus fuerzas. Y aun así no ganó su batalla contra el trauma. Solía buscar fuerza en ella. Ahora la miro y siento el peso de lo pesado que es esto. No comparto esto por lástima. Lo comparto porque así es la supervivencia para algunos de nosotros. No es inspirador. No es agradable. No es algo que se "supere". Es algo que se lleva, lo quieras o no. Si alguien más se siente así, no eres el único.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Odio a los hombres y nunca volveré a sentirme segura.

    Hola, soy Z y soy víctima de agresión sexual infantil (COCSA). En fin, seré breve. Estuve con mis primos el fin de semana y me llevaron a casa de unos amigos. Tenían un hijo de mi edad (10) y otro un poco menor (8 o 9). El de mi edad no estaba mucho tiempo con ellos, así que empecé a hablar con el menor. Confié en él y le conté lo nervioso que me ponía con la gente (que luego descubrí que era ansiedad social). Esa misma noche, me llevó a la habitación de su madre y cerró la puerta con llave. Al principio, solo fue él quien se cayó encima de mí, sujetándome al suelo. Me pareció raro, pero no le di mucha importancia. Entonces pasó. Aquí se nubla todo. Estábamos cambiando de canal y pensé que sería divertido ver Peppa Pig. Mientras mirábamos, me metió la mano por debajo de la camiseta... Creo que no había empezado a usar sostén, aunque probablemente debería haberlo hecho. Era verano, así que llevaba un top corto y shorts vaqueros. Intentó frotarme ahí abajo, pero los vaqueros me impedían sentir mucho. Estaba tan sorprendida que no sabía qué hacer y me quedé paralizada. Me quedé sentada y dejé que pasara. Tuve que pasar la noche allí. No pude dormir mucho, o al menos no muy bien. Estaba despierta, aterrorizada de que se colara en la habitación y lo hiciera de nuevo. Y entonces lo hizo. Aunque ya habían pasado unos años, digamos unos dos. Volví a casa con mis primos. Era por Pascua. Esta vez vi más a su hermano. No estoy del todo segura de por qué, pero recuerdo que no paramos de pelearnos físicamente, en broma. No estoy del todo segura de cómo llegué allí, pero de repente estaba encima de mí. Estaba tumbado allí, tocándome, frotándose contra mí, y no puedo evitar preguntarme: ¿por qué había vuelto a pasar? Su excusa fue que le había dado una patada en los huevos. Todavía me cuesta convencerme de que, como no di mi consentimiento, es un delito, pero es difícil. Después de unos años, se supo y lo despidieron porque «probablemente solo tenía curiosidad». Bueno, no era así. Ahora tengo que lidiar con las consecuencias a largo plazo de su «curiosidad». Y mi tía lo ha mencionado varias veces, como si fuera pura diversión.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    #34

    Escuchar las historias de otras personas les hace sentir que no están solos.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇮🇪

    Se establecen límites y se construyen puentes

    En los 80, era una adolescente recatada, introvertida, que buscaba amistad, pero solo bajo mis condiciones (tenían que respetar mis límites, y yo tenía muchos). Fue solo a los veinte, mientras trabajaba con gente más liberal, que tomé la decisión consciente de abandonar mi antigua y estrecha forma de relacionarme, porque mis barreras se habían convertido en muros. Así que me abrí más, me volví vulnerable... y atraí a pervertidos. Hombres mayores, jefes, colegas y contactos (trabajaba en industria). Aún tenía suficientes límites como para evitar una violación, pero no los rechazaba con tanta fuerza; me tomaba a la ligera cuando un hombre me ponía las manos en las caderas o hacía algún comentario inapropiado. Esto continuó durante años. Tuve varios novios en mis veintes, incluyendo uno con el que estuve tres años y al que amé (lo sigo amando, pero no quiero una relación con él y tengo que seguir poniendo límites psicológicos; nunca fue un pesado sexual, pero quiere ser mi amigo y se molesta cuando no quiero verlo). Siendo introvertida, y posiblemente con síndrome de Asperger (aún no he encontrado el coraje para buscar un diagnóstico), siempre me he sentido como una forastera, y en las relaciones siempre sentía que jugaba a ser "sexy". A los cuarenta, los hombres que traspasaban mis límites sexuales (con comentarios inapropiados y algún que otro abrazo mientras me sentaba a su lado en una tarea de trabajo) eran hombres de mi misma edad y un poco más jóvenes; seguía atrayendo a hombres de mi misma edad: cuarentones. Obviamente, querían ir más allá, pero yo siempre ponía esa barrera... y me di cuenta de que después de rechazar a un hombre, perdía una oportunidad laboral. Me excluyeron de los círculos sociales de mi profesión (no tengo familia en mi sector y no fui a la universidad, así que no contaba con una red sólida en la que apoyarme). Lidié con esto desarrollando una apariencia dura y bromista; desesperada por demostrar que no era una mojigata, fusioné mi carrera con una imagen bastante picante (no puedo entrar en detalles aquí sin posiblemente revelar quién soy o, peor aún, limitar mi perfil, lo cual no sería justo para quienes no quieran que se cuente su historia). Al principio, la verdad es que me ayudó en mi carrera y mi vida social; de repente, era una mujer de mediana edad con aspecto juvenil, feliz consigo misma, de espíritu libre y muy divertida. Los hombres que solían coquetear conmigo también se jactaban fingiendo ser mojigata; tenían esposas o parejas respetables (de hecho, muchas de estas mujeres eran colegas mías). Finalmente, llegó el momento de gestionar esta desgracia de la mediana edad para que se alejara de la industria. No sucedió de golpe; mis mentores y buenos contactos se jubilaron o fallecieron (estas fueron las personas que nunca abusaron de mí). Hubo varias razones: recortes de personal, diferencias de personalidad, mis opiniones políticas discrepaban de las de mis jefes, y había nuevas personas buscando cubrir mi puesto. Me adapté buscando una carrera con perspectivas diferentes, haciendo algunos cursos y arreglándomelas. Ahora veo a mis antiguos compañeros (los que coqueteaban y sus parejas) progresando en sus carreras; yo estoy fuera, mirando hacia dentro. Pero siempre estuve fuera. Y no me cabe duda de que mi historia es muy común (¡un poco como yo, dirían algunos!).

  • Informar

  • Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Sanar es aceptar lo que no puedes cambiar y confiar en que Dios te tiene a tu lado, pase lo que pase.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇪🇸

    Corazón fuerte

    Si alguien quisiera entender quién soy, tendría que saber que… No sabría cómo ni por dónde empezar. Supongo que por la base de todo: mi niñez. Me llamo Name. Nací en Venezuela, pero me crie toda la vida en España, bueno, a partir de los ocho años. Mi niñez… qué decir. Era feliz. Fui feliz. O eso cree uno a esas edades. Mis primeros ocho años en Venezuela. Supongo que fui feliz. Una familia que me quería, un hermano, una mamá… aunque nunca un papá. Mami siempre supo cómo tirar ella sola con nosotros. Siempre me inculcó cosas buenas de mi padre. Incluso me enseñaba cartas y fotos de él. Crecí queriendo a mi padre, aun sin haberlo visto nunca en persona. Tuve un colegio que me gustaba mucho, aunque he de decir que la liaba mucho. Era demasiado ruido para aulas tan pequeñas. Tengo muchos recuerdos bonitos, otros que ahora de adulta sé que no lo fueron. Me dieron todo, tuve todo. A pesar de venir de una familia humilde, nunca me faltó un plato de comida, nunca me faltó amor, nunca me faltó nada. Todo se complica… Cuando cumplo los cuatro años, cuando ya eres un poquito, pero muy poquito, más consciente de la vida, todo se complica. Mamá dejó de estudiar y decidió trabajar. Eso implicaba verla menos. Eso implicaba ser cuidada por otras personas. Eso implicaba muchas cosas. A partir de ahí mi vida se derrumbó. A partir de ahí marcaría un antes y un después. A partir de ahí mi vida en la adultez sería distinta. La gravedad de todo lo vi al crecer. Aunque he de decir que tuve una pequeña reacción siendo tan pequeña. Podría decir que algo dentro de mí me dijo: esto está mal, esto no puede ser así. Siempre he dicho: ¿dónde estaba Dios? Soy creyente, o fui creyente, pero poco a poco todo eso fue desapareciendo. Cuanto más dolor me causaba la vida, más dejaba de creer. No me enrollo más… vamos al principio. Pues sí, tuve una niñez bastante bonita. Aunque la parte mala ahí está, y creo que estará por siempre en mi vida. Supongo que escribirlo me hace sentir un poquito mejor. Recalcar toda mi vida me hace sentir algo mejor. Fui violada. Sí, abusaron de mí siendo tan solo una niña de cuatro años. A partir de ahí me destrozaron la vida. Fui cumpliendo años y eso seguía sucediendo. Supongo que para mí era algo normal. Un niño, al sufrir eso, jamás podría darse cuenta de la gravedad. La persona que se supone que tenía que cuidar de mí era la causante de mis traumas ahora de mayor. Mi hermano y yo, siempre unidos, siempre juntos, mano a mano. Pasó por lo mismo, solo que yo cedía. Cedí muchas veces porque sabía que era la única forma, la única forma que tenía para proteger a mi tesoro más preciado: mi hermano. ¿Dónde estaba mi familia? Éramos tan solo unos niños que necesitaban ayuda de un adulto. ¿Dónde estaban todos? ¿Por qué nunca nadie se dio cuenta? Tan solo necesitábamos a un adulto que nos ayudase. ¿Cómo íbamos nosotros mismos a ayudarnos? Mi vida cambió. Mi tía nos devolvió la vida. La decisión de venir a España cambió nuestras vidas. Era un pequeño viaje. Jamás pensábamos quedarnos aquí a vivir. Ed y yo felices, con nuestra pequeña maleta, sabiendo que algún día volveríamos a Venezuela, que en un mes o así estaríamos de vuelta. Y aquí estoy, veinte años después, agradeciendo día a día la decisión de quedarnos aquí. Ahí empezó mi verdadera infancia feliz. Nos dieron todo. Mis tías nos dieron todo. Nunca había sido tan feliz. Mamá se enamoró. Ahí conoció al que creí mi padre. Es normal, ¿no? Te crías sin una figura paterna y cuando entra alguien en tu vida con tanto amor para darte… cómo no creer que es tu padre. Mil viajes, muchas playas, muchos planes, mucho de todo. Él nos dio tanto. Estuvo en todo. Cómo no haberle querido tanto. El colegio es verdad que no me gustaba tanto. Sufrí mucho bullying. Supongo que no estarían acostumbrados a ver a una niña latina, pelo rizado y rasgos de negra. Esa parte quiero omitirla. La verdad que me marcó demasiado. Pensé siempre que de ahí venía mi inseguridad. Crecí. O eso creía con catorce años. Me creía la reina del mambo. Quería vivir rápido, quería ser adulta, quería hacer mil cosas. Empecé a perderme. A ser una inconsciente con mamá. A ser una rebelde. Cuanto más me prohibían, más quería hacerlo. Creo que fue mi peor época. Nunca me sentí entendida por nadie. Nunca nadie se sentó a explicarme paso a paso cómo va la vida y desde cuándo tenía que empezarla a vivir como una adulta. Mamá lo hizo bien siempre, pero he de decir que no supo lidiar con una adolescente llena de ira, llena de rabia, llena de odio. Fui mi peor versión. Pero era adolescente, ¿quién se da cuenta a esas edades? Porque yo, hasta que no tuve un choque de realidad, no me di cuenta. Mi primer amor… Sí, tuve mi primer amor. Fue lo más preciado que la vida me había dado. Tus primeras veces en todo, tus primeros te quiero, tu primer sentimiento de amor, tu primer todo. Fue un fracaso. Supongo que éramos muy jóvenes e inexpertos. Yo quería más, salir al mundo, conocer gente. No me valía nada. Tuve más de un amor. Con todos fracasé. Pero me quedo con lo que aprendí con cada uno de ellos. Aprendí a saber qué merezco y qué no. Aprendí a quererme un poco más. Aprendí a no tolerar cosas que no. Aprendí a no quedarme con migajas. No sé por qué nunca me fue bien en el amor. Y la poca fe que me quedaba me la destrozaron. Cumplo dieciocho. Por fin mayor de edad. Por fin podría hacer lo que me diese la gana. Eso sentía y eso creía. Me duró bastante la rebeldía. Hasta que… Ocurriría de nuevo. Mamá se separa. Mi vida cambia. Todo cambia. Mi supuesto padre sigue siéndolo. Seguimos queriéndolo como el primer día. Seguimos viéndole. Seguimos todo con él, a pesar de no estar con mamá. Pero tuve un choque con la realidad. Creí que mis parejas me habían roto el corazón, pero creí mal. Él me rompió el corazón. Dejé de creer en el amor. Si la persona que más quería, a quien yo consideraba mi papá, me partió el alma, me partió el corazón… ¿qué iba a pensar del resto del mundo? ¿Cómo debía ser yo? Y llegó ese día, el segundo peor día de mi vida. Sufrí violencia doméstica. Mi supuesto padre fue capaz de destrozarme la vida. Intento de violación. Una vez más sentí ese miedo. Una vez más sentí que la vida se me caía. Una vez más sentí decepción. Una vez más sentí cómo mi corazón se rompía poco a poco. Cómo creer en la gente. Cómo creer en la vida. Nace Brother. Empecé a ver la vida un poco mejor. Brother llega a nuestras vidas, mi pequeño hermano, y cambié por completo. Me dio esa felicidad que no tenía. Me dio esa calma en el alma que yo tanto necesitaba. Verle tan pequeño, tan bonito, esas manitos… Mi hermano me devolvió la vida y las ganas de querer con el alma a alguien. Nunca se lo dije. Es muy pequeño. Pero algún día me sentaré y hablaré con él. Dejé de estudiar. Fui de mal en peor en los estudios y decidí adentrarme en el mundo de la hostelería. Crecí de verdad. Mi mentalidad cambió. Empecé a ser mejor persona con mamá, mejor persona con mi hermano Edy, mejor persona con todos. Trabajar me hizo darme cuenta de cuánto cuesta la vida. De cuánto ha tenido que currar mamá para darnos todo. Trabajar me hizo crecer como persona, como mujer. Pasa el tiempo. Pasa la vida. Y sí, sigo estancada en la hostelería. Pero he de decir que me he ganado todo lo que tengo a pulso. Agradecida de todo lo que aprendí. Sigo con la vida. Sigo con mi vida. Pasa el tiempo. Vuelvo a tener amores que no van a ningún lado. Más decepciones: de familia, de novios, de amistades. Pero supongo que siempre pude con todo. Era como que mi corazón estaba a prueba de balas. Como que algo más ya me era indiferente. Estaba tan acostumbrada a que lo malo me persiguiese que era totalmente normal para mí. Pero oye, que nunca dejé de ser buena. Nunca dejé de tener este corazón tan noble, como dice mamá. Siempre di todo de mí a todos. Siempre fui con mis mejores intenciones. Hace poco leí que las personas que siempre están haciendo la gracia son las que más tristes están por dentro. Nunca algo me había representado tanto. Como digo yo, soy la payasa del grupo. Me encanta ver a mi gente reír a base de mis ocurrencias. Eso me hace sentir un poco menos mal. Eso me ayuda mucho. Me gusta hacer la gracia siempre, porque sí, porque no. Eso me hace olvidar un poco todo. Pasa el tiempo y estoy en calma. Siento que no tendré nada más por lo que sufrir. Y llega un mensaje inesperado… Siempre estuve en contacto con mi padre, ese mismo del que mamá siempre me habló y siempre me inculcó cosas buenas. Le quiero tanto que jamás se me pasaría por la mente odiarle. Y llega un mensaje: “Hola hija, Dios te bendiga. Soy tu papá, el hermano de tu mamá.” Mi mente no entendía absolutamente nada. Papá, mamá, hermano… Pensé que era fake, pero indagué hasta dar con la realidad de todo. Ese día, bendito día, una vez más me vuelven a romper el corazón. Pero esta vez, mi querida mamá. Resulta que ese señor era mi padre de verdad. Resulta que mi mamá no era mi madre biológica. Resulta que toda mi vida crecí creyéndome mentiras. Mi madre biológica me abandonó. Con tan solo un mes de nacida. Me abandonó como un perro. Mi papá, con miedo de la vida, con miedo de seguir con una niña tan pequeña, solo buscó ayuda. Ayuda de sus hermanos. Y ahí entra mi mamá en el plano. Como me dice ella: “Hija, me enamoré de ti. Verte tan pequeña, tan vulnerable, con esa carita, con esa nariz, con esos rizos… cómo no quedarme contigo.” Mamá no me dio la vida. Me la devolvió. Agradezco la vida que me diste, mamá. Para mí siempre serás mi madre. Mi única y verdadera madre. Pero me duele el alma. Todo por lo que tanto había trabajado volvió: mis miedos, mis inquietudes, mis traumas, mis inseguridades, mi rabia, mi ira. Y llegó él. Llegó alguien a mi vida para hacerme entender que la vida no siempre es tan mala. Alguien que me haría entender por qué nunca funcionó con nadie más. Alguien que me daría todo el amor del mundo. Y llegaste tú, justo en el momento que más me dolía la vida. Llegaste y me olvidé por un ratito de todo lo que estaba pasando. Volví a creer en el amor. Volví a creer en que de verdad hay personas buenas con corazones bonitos. A veces siento que no lo merezco. A veces siento que es una trampa de la vida. Me saboteo mucho. No sé cómo asimilarlo. Siento que en cualquier momento todo se romperá. Sentiré miedo. Sentiré angustia .

  • Informar

  • Todos tenemos la capacidad de ser aliados y apoyar a los sobrevivientes en nuestras vidas.

    Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    poder seguir adelante y pasar un poco la pagina

  • Informar

  • “Para mí, sanar significa que todas estas cosas que sucedieron no tienen por qué definirme”.

    Cada paso adelante, por pequeño que sea, sigue siendo un paso adelante. Tómate todo el tiempo que necesites para dar esos pasos.

    “No estás roto; no eres repugnante ni indigno; no eres indigno de ser amado; eres maravilloso, fuerte y digno”.

    “Sanar significa perdonarme a mí mismo por todas las cosas que pude haber hecho mal en el momento”.

    Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇮🇪

    Para mí, sanar significa aprender a vivir con lo sucedido y llevarlo consigo.

  • Informar

  • Estás sobreviviendo y eso es suficiente.

    “La curación es diferente para cada persona, pero para mí se trata de escucharme a mí misma... Me aseguro de tomarme un tiempo cada semana para ponerme a mí en primer lugar y practicar el autocuidado”.

    “Siempre está bien pedir ayuda”

    Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇪🇸

    Contar eso sin derrumbarme

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇦

    Sobreviviendo a una violación en grupo

    El año pasado me violaron en grupo. Tengo un zumbido en los oídos llamado tinnitus que no ha parado desde entonces. Tengo pesadillas. Volé con mi madre a una boda en el extranjero. Estaba emocionadísima. Ella estaría ocupada con sus amigos y su prima, y yo podría pasar tiempo con mi genial prima segunda, dos años mayor que yo. Después de la cena de ensayo, salimos. Fue divertido porque allí no tenía permiso para beber, aunque la edad legal era menor que en mi provincia, pero no revisaban la identificación. No bebí mucho porque no era lo mío y tenía novio, pero pude ir a algunos bares y luego a una discoteca pegada a un hotel. Nos divertimos muchísimo hasta que conocimos a dos soldados uniformados que eran guapísimos y nos separaron de sus amigas por nuestro aspecto. Mi prima es guapísima. Tenían una habitación privada en la discoteca y había varios soldados y también dos prostitutas. A esas prostitutas definitivamente les disgustaba que estuviéramos allí. Quería salir de todas formas, y las chicas guapísimas que nos invitaron fingieron entendernos y nos sacaron de allí. Estúpidamente, dejamos que nos llevaran a su habitación de hotel, donde dejaron de lado el rollo romántico y nos obligaron a desnudarnos al ritmo de la música. Nos enseñaron una pistola que tenían en un cajón. Estaba aterrorizada. Nos obligaron a tumbarnos boca abajo, inclinadas sobre la cama, una al lado de la otra, y así tuvieron sexo. Se intercambiaron como si fuéramos intercambiables antes de acabar dentro de nosotras sin protección. Nos tomamos de la mano. Yo lloraba mientras mi prima intentaba ser fuerte y animarme. No nos permitieron salir y nos escondieron la ropa. Antes de quitarnos los teléfonos, tuvimos que escribirles que nos quedábamos en casa de un amigo de mi prima. Luego llamaron a otros dos soldados, uno de ellos un tipo alto, moreno y enorme, con músculos de culturista. Fue un desastre conmigo. Nos hicieron bailar y luego tuvimos que usar la boca con las chicas que nos habían atraído allí mientras las otras dos tenían sexo con nosotras. Vomité y mi prima lo limpió, pero luego empezó de nuevo. Tenían cocaína y nos obligaron a esnifarla de sus partes y a esnifarla de nosotras. Vino otro y creo que solo fueron esos cinco durante la noche, pero no paraban de violarnos y obligarnos a hacer cosas incluso cuando nos desmayábamos. Me hubiera gustado estar más inconsciente, pero la cocaína te despierta tanto. Quiero recordar menos y pensar menos en todo. Nos duchamos muchas veces. El moreno grande se orinó encima de mí y en mi boca, en la ducha. Lo hizo más de una vez como si yo fuera su retrete. Los otros hombres incluso tuvieron que decirle que se calmara cuando me hacía gritar, me gustaban sus dedos y me los metía en el culo, pero no cuando me hacía arrastrarme como un perro usando mi pelo como correa. Recuerdo que uno de ellos llamó a sus amigos para decirles que subieran el volumen de la televisión al máximo para ocultar el ruido en nuestra habitación. Vieron las noticias deportivas en la televisión. Hicieron que mi prima y yo nos besáramos y cosas así. No podía fingir que era una fiesta divertida como mi prima hacía a veces y me animaba a hacer. Intentó desviar parte de su atención de mí una y otra vez. La amo por eso, pero no me dejaron en paz. Estaban obsesionados con mi pecho. No les importó que estuviera obviamente angustiada y enloqueciendo, ni que en mi país me faltaran tres años para la edad de consentimiento. Ahí estaba, la edad mínima. Nos despertamos por la mañana en una de las camas, solo los dos soldados durmiendo en el suelo. ¡El negro se había ido! Volvieron a tener sexo con nosotras y otro hombre mucho mayor, al que llamaban SIR, entró y tuvo sexo con nosotras, pero sobre todo conmigo. Lo animaron y me dolía la cabeza y lloraba, y pareció durar una eternidad. Finalmente recuperamos la ropa, pero nos llevaron a un brunch con su ropa habitual. Me enseñaron fotos en sus móviles que parecían divertidas y nos advirtieron de lo mal que estaría si decíamos algo diferente a que habíamos tenido una buena fiesta. ¡Una buena fiesta en el infierno! Antes de eso, solo había tenido sexo con mi único novio. ¡Una noche infernal y ahora mi número era siete! Tuvimos que empezar a prepararnos para la boda de inmediato y estaba agotada. Mi prima me escondió y me eché una siesta con vestido, peinado y maquillaje hasta el último minuto. Lloré en la ceremonia, pero no en la boda. Tenía tanto dolor de vagina, músculos y cerebro que me emborraché tanto en la recepción que apenas recuerdo nada. Fue parte del viaje en avión a casa. Le conté la verdad a mi madre al volver y se puso como loca, al igual que mi padre. Intentaron llamar allí, al hotel y a otros sitios, pero la policía no hizo nada. Vi llorar a mi padre por primera vez mientras le contaba toda la historia. Mi novio no lo soportó y me dejó. Voy a terapia de grupo. Tomo una pastilla todos los días y ahora tomo benzodiacepinas para la ansiedad. Intento ocultar mi pecho grande bajo ropa holgada, cuando antes lo usaba para llamar la atención. ¡Qué idiota! Mi prima no parece tener los traumas ni las pesadillas que yo tengo. En su país, terminan la secundaria hasta dos años antes que nosotros y los tratan como adultos antes. Una vez le dije cosas malas por eso. Me perdonó, pero hablamos mucho menos desde que le pregunté si siempre tenía sexo grupal. Me sentí fatal porque incluso dejó que tuvieran sexo anal con ella para alejarlos de mí. Se notaba que le dolía mucho, pero en ese momento solo pensaba en mi propia supervivencia. Mi infancia se acabó, pero no me siento adulta. Su consejo es: «No dejes que te deprima». ¡Como si tuviera otra opción! Fue a terapeuta una vez porque su madre pidió cita y no piensa volver. ¡Su vida no cambió en absoluto! Trabaja en recepción en una empresa de tecnología y, además, modela, y sigue yendo a fiestas, clubes y citas. ¿Cómo? Es increíble cómo la actitud ante algo así puede ser tan diferente en distintos países. Ahora soy una víctima y suelo sentirme así. Definitivamente dañada. Todos en mi escuela saben por qué. Soy ESA chica. Mi nuevo novio, más maduro, es comprensivo, pero me siento como una pequeña carga triste para él. A veces soy hipersexual y no puedo evitarlo. Es un mecanismo de afrontamiento que les ocurre a algunas víctimas de agresión sexual. No lo busqué. Me preocupa que mi novio no confíe en mí por eso. Un amigo mayor, mi vecino desde hace años, se aprovechó de mí después de que le conté lo que pasó en su casa. Tuvimos sexo y luego se sintió culpable por excitarse con mi historia de violación. Lo admitió y me pidió perdón. El sexo me ayudó a calmar el zumbido de oídos por breves periodos, así que lo hice con él más de una vez al día durante un tiempo hasta que mi padre empezó a sospechar algo y habló con él. Desde entonces, no confío en mí misma. Quiero casarme con mi novio, en gran parte, solo para protegerme y demostrarle que lo amo y soy leal, aunque no estoy segura de poder serlo. Me preocupa no poder amar como una persona normal. Me preocupa alejarlo por ser demasiado dependiente y querer casarme con él tan pronto. Lo necesito más de lo que él me necesita a mí. ¿Será así siempre en las relaciones de las víctimas de violación? Me esfuerzo mucho en la escuela para no arruinar mi futuro. Es muy difícil concentrarme. Me zumban los oídos constantemente. Gracias por escuchar.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    "Ella cree que fue agredida"

    "Ella cree que él la agredió". Eso le dijo mi mejor amiga del instituto a otra amiga cuando le conté cómo había ido mi cita del sábado anterior. Él era un jugador estrella de fútbol americano en nuestro equipo del instituto y yo no "hablaba" con muchos chicos. Nunca lo hicimos oficial después de un mes de hablar por culpa de esa noche. Vino a mi casa a cenar con mis padres; comimos hamburguesas y luego tarta de queso. Recuerdo lo que llevaba puesto. Así fue como empecé a darme cuenta de que lo que había pasado no estaba bien; lo recuerdo muchísimo. Empezamos a ver una película en mi sala. Mi madre estaba arriba y mi padre pasaba por el pasillo de atrás de vez en cuando, pero nunca por la sala. Yo era tímida, así que estaba sentada en un extremo del sofá mientras él estaba en el otro. Empezó a besarme; recuerdo que pensé que besaba fatal. Empezó a ir más lejos, y le dije que no metiera la mano bajo mi camisa, pero seguía intentándolo. Le apartaba la mano, pero él la volvía a meter. Mi cachorrita me saltó encima; hasta el día de hoy creo que sabía que algo andaba mal conmigo y con él, y entonces se detuvo. Mientras estaba detenido, le escribí a mi madre diciéndole que estaba lista para que se fuera a casa. Ella bajó y lo llevamos. Le dije que no me dejara chupetones en el cuello, y lo hizo. Me dio mucha vergüenza y me sentí fatal. Me duché y pensé en lo horrible que me había parecido la situación, y al día siguiente, en lugar de decirle lo incómoda que me sentía, le dije que "creía que nuestras personalidades no encajaban". Lo cual también era cierto. No se lo conté a nadie durante años porque sentía que lo que había pasado era insignificante comparado con otras historias de agresión y violación que había oído, así que no se lo conté a nadie, sobre todo después de contárselo a una amiga. Hace poco, el chico publicó algo en sus redes sociales sobre el consentimiento, y me enfureció muchísimo y me afectó de una forma que desconocía. Estaba tan enojada con él por hacerme sentir como me siento, por ser potencialmente la causa de mis dificultades actuales con el sexo, ¿y ahora publicaba algo sobre el consentimiento? Por un lado, me alegraba que estuviera más informado que cuando éramos jóvenes, pero por otro lado, estaba tan enojada porque no pudo haber aprendido antes, y probablemente ni siquiera se da cuenta de lo que hizo o cómo me hizo sentir. A día de hoy, sigo sintiendo que estoy exagerando y que lo que pasó no estuvo mal, sino que es como son los hombres... pero eso no concuerda con cómo me hizo sentir ese momento y cómo me sigue afectando.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇪🇸

    ¿Fui abusado?

    Cuando era niña, probablemente de 4 o 5 años, empecé a tener juegos sexuales con mi prima, que tenía 6 años en ese momento. Nos frotábamos las partes, me hizo lamerla fuerte una vez y otras cosas que no recuerdo con claridad. Algunas se sentían bien, pero recuerdo la incomodidad si me negaba. Creo que me pegaba o me lastimaba si no quería jugar; en general, solía golpearme o jalarme el pelo. Pronto busqué en la televisión cosas que se parecieran a lo que hacíamos, nada explícito que recuerde, cosas como juegos sensuales entre parejas en películas, gente haciendo el amor, etc. En ese momento me avergonzaba y oculté este comportamiento a mis padres. No recuerdo cuándo paró, pero sí recuerdo la vergüenza y el miedo de que volviera a suceder, específicamente una vez, cuando éramos mayores y jugábamos, y ella me inmovilizó en la cama; me dieron náuseas. Por suerte, para entonces ya tenía la fuerza suficiente para quitármela de encima. No sé si esto fue abuso, pero sin duda la vergüenza y la culpa nunca desaparecieron de mi infancia. Incluso en mi primera comunión, recuerdo que quise contarle esta historia al sacerdote en mi confesión, pero me detuve porque sentí que era demasiado. Para entonces tenía 10 años. No culpo a mi prima, y la quiero mucho. No recordé esto hasta hace seis meses, mientras veía "Las ventajas de ser invisible", donde el protagonista es abusado por su tía. Al recordar esto, me pregunto si mis comportamientos sexuales actuales (gran vergüenza, culpa e incapacidad para relajarme) están influenciados por esta experiencia.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    21 debería haber sido divertido

    Nos sentábamos juntas en clase. Nos hicimos amigas al instante. Pero eso es típico en tu primer año de universidad. Un día, vinieron unos oradores a hablar sobre agresiones sexuales en el campus. Tenías los auriculares puestos y estabas viendo una película. Te di un golpecito en el brazo y te dije que era importante y que debías prestar atención. Me dijiste que no era necesario porque nunca te afectaría. ¿Seguirías diciendo eso ahora? Espero que fuera una buena película. Espero que fuera tan buena que no hubieras podido tomarte un segundo para aprender sobre el consentimiento. A veces me pregunto si algo habría sido diferente con la película apagada y la atención puesta en los altavoces. ¿Me habrían violado igualmente? Estas son las preguntas que intento desesperadamente sacar de mi cabeza porque la respuesta realmente no importa. Lo hecho, hecho está y yo pago las consecuencias de tus actos. ¿Qué tal tu maldita película? ¿Es como la película triste que se repite en mi cabeza todos los días? ¿Esa película en blanco y negro? ¿Sabes, esa en la que me agredes y me lleva meses descubrir qué le hiciste a mi cuerpo incapacitado? Y nunca lo sabré del todo. Puedes vivir con eso porque no creo que quiera saber qué tan lejos llegó. Ya vi los moretones en la parte interna de mis muslos y brazos. ¿Sabías que en urgencias recrearon cómo me los hice? Esa imagen no se me va de la cabeza. No sé adónde quiero llegar con esto. ¿Es un poema? ¿Una carta? ¿O solo un apunte para desahogarme? ¿Alguien me oirá? Me siento como un vagabundo cuando me siento e intento escribir sobre mi dolor, mi herida, mi asco, mi ira y mi arrepentimiento. De nuevo, ¿alguien me oirá? Lamento haberme convertido en tu amiga. Pero, ¿cómo se supone que una chica de primer año de un pueblito en medio de la nada iba a saber distinguir entre el peligro de un desconocido y tu amiga? Porque quizá se me escaparon algunas señales de alerta, pero quizá sea porque no me parezco en nada a ti. No veo a la gente y pienso en las cosas horribles que puedo hacerles. ¿Cómo pudiste lastimarme así sabiendo lo bondadosa que era mi alma? Estoy segura de que eso te lo hizo más fácil. Cada parte de mí... mi esencia... te hizo hacerme algo repugnante. Sigue sin ser mi culpa. No es mi culpa haber perdido peso y haberme vuelto "más atractiva". No es mi culpa ser una mujer pansexual orgullosa y que eso se convirtiera en una fantasía enfermiza para ti. No es mi culpa haberte dejado entrar y que decidieras lastimarme. No es mi culpa que te obsesionaras y fueras posesiva. Solo desearía no haberme convertido nunca en tu amiga. Cuando te dije: "Ya no podemos ser amigos, creo que me violaste", ¿pensaste que lo superaría? ¿Pensaste que todo se iría? Ojalá pudiera superarlo y que todo se fuera. Cada segundo de cada día lo deseo. Si aún no lo has descubierto, nunca volveremos a ser amigas. Puede que te vuelva a ver algún día... en un juzgado, pero eso es todo. Te odio. Ya no me odio a mí misma. Estoy sanando. Estoy aprendiendo. Estoy creciendo. Es como si nunca hubiera sabido quién era hasta ahora. Y me amo. Pero te odio muchísimo. Me quitaste la escuela durante el último año. Tenía demasiado miedo de ir a mis propias clases porque necesitabas escaparte o algo así, supongo. Son años de mi vida que nunca recuperaré. Podría sentarme ahí y contarte mi historia paso a paso, pero todo eso saldrá a la luz en el juzgado. También estoy cansada de repetirla. Ya está escrita en un diario. Pero esa es LA historia, no mi historia. Mi historia comenzó cuando nací, pero hubo un nuevo capítulo que comenzó el día que me desperté y empecé a darme cuenta de lo que me había pasado. Me puse de pie y luché con todas mis fuerzas. Sigo luchando con todas mis fuerzas. Tendré mi día en el juzgado. Me aseguraré de que tengas que pensar más en esto. El Título 9 quería proteger la escuela. Ni yo ni tú. Pero quiero protegerme y proteger a todas las mujeres con las que tengas o puedas tener contacto. Para lograrlo, necesito seguir hablando y compartiendo mi historia... y LA historia. Tenía 21 años. Me permitieron beber en esa fiesta. No te permitieron aprovecharte de mi cuerpo incapacitado en tu fraternidad. Fraternidad en Universidad. ¡Qué vergüenza que te aprovecharas de tu "mejor amiga" de una forma tan repugnante! ¡Qué vergüenza que te aprovecharas de nuestra amistad! ¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza!

  • Informar

  • Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇮🇪

    Sanar es aprender que puedes ser amado.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Abusado en el jardín de infancia

    Cuando tenía cinco años, otro estudiante de mi escuela abusó de mí repetidamente. Ahora tengo veintitantos, y estos recuerdos han ido regresando poco a poco. Aunque muchos aspectos de esa época son borrosos, todavía puedo recordar vívidamente la sensación de sus manos sobre mí. Me acorralaba y me dejaba a solas para poder meter sus manos bajo mi ropa y ropa interior, tocándome durante varios minutos. Si me resistía, me lastimaba con pellizcos, patadas, etc. Había al menos otro niño involucrado que ayudaba a acorralarme. Tenía cinco años y no entendía la magnitud de lo que estaba pasando, pero me sentía muy avergonzado. En un momento dado, reuní el coraje para contárselo a mi madre, quien gritó y luego nunca más lo mencionó. Desde los cinco años, he sufrido ansiedad, depresión, ideación suicida, un trastorno alimentario, convulsiones psicógenas no epilépticas, terrores nocturnos y un trastorno autoinmune con síntomas como alopecia, erupciones cutáneas y pérdida de peso. No sé hasta qué punto estos problemas de salud han sido consecuencia de mi agresión, ya que apenas acabo de aceptar lo sucedido. Me he considerado asexual durante mucho tiempo, pero empezar una relación seria me ha hecho replantearme mi sexualidad y mis miedos a la intimidad. Estoy lista para sanar, pero también siento mucho miedo. No puedo imaginar la vida sin este miedo y esta vergüenza.

  • Informar

  • 0

    Miembros

    0

    Vistas

    0

    Reacciones

    0

    Historias leídas

    ¿Necesitas un descanso?

    Hecho con en Raleigh, NC

    Lea nuestras Normas de la comunidad, Política de privacidad y Términos

    ¿Tienes algún comentario? Envíanoslo

    Para obtener ayuda inmediata, visite {{resource}}

    Hecho con en Raleigh, NC

    |

    Lea nuestras Normas de la comunidad, Política de privacidad y Términos

    |

    Publicar un mensaje

    Comparte un mensaje de apoyo con la comunidad.

    Te enviaremos un correo electrónico en cuanto se publique tu mensaje. así como enviar recursos útiles y apoyo.

    Por favor, respete nuestras Normas de la comunidad para ayudarnos a mantener Our Wave un espacio seguro. Todos los mensajes serán revisados ​​y se eliminará la información que los identifique antes de su publicación.

    Haz una pregunta

    Pregunta sobre supervivencia o apoyo a sobrevivientes.

    Te enviaremos un correo electrónico en cuanto tengamos respuesta a tu pregunta, además de recursos útiles y apoyo.

    ¿Cómo podemos ayudarte?

    Indícanos por qué denuncias este contenido. Nuestro equipo de moderación revisará tu informe en breve.

    Violencia, odio o explotación

    Amenazas, lenguaje de odio o coerción sexual

    Acoso o contacto no deseado

    Acoso, intimidación o mensajes no deseados persistentes

    Estafa, fraude o suplantación de identidad

    Solicitudes engañosas o hacerse pasar por otra persona

    Información falsa

    Afirmaciones engañosas o desinformación deliberada

    Comparte tus Comentarios

    Cuéntanos qué funciona (y qué no) para que podamos seguir mejorando.

    Iniciar sesión

    Ingresa el correo electrónico que usaste para enviar tu solicitud a Our Wave y te enviaremos un enlace para acceder a tu perfil.

    Actividad de puesta a tierra

    Encuentra un lugar cómodo para sentarte. Cierra los ojos suavemente y respira profundamente un par de veces: inhala por la nariz (cuenta hasta 3), exhala por la boca (cuenta hasta 3). Ahora abre los ojos y mira a tu alrededor. Nombra lo siguiente en voz alta:

    5 – cosas que puedes ver (puedes mirar dentro de la habitación y por la ventana)

    4 – cosas que puedes sentir (¿qué hay frente a ti que puedas tocar?)

    3 – cosas que puedes oír

    2 – cosas que puedes oler

    1 – cosa que te gusta de ti mismo.

    Respira hondo para terminar.

    Desde donde estás sentado, busca objetos con textura o que sean bonitos o interesantes.

    Sostén un objeto en la mano y concéntrate completamente en él. Observa dónde caen las sombras en algunas partes o quizás dónde se forman formas dentro del objeto. Siente lo pesado o ligero que es en la mano y cómo se siente la textura de la superficie bajo los dedos (esto también se puede hacer con una mascota, si tienes una).

    Respira hondo para terminar.

    Hazte las siguientes preguntas y respóndelas en voz alta:

    1. ¿Dónde estoy?

    2. ¿Qué día de la semana es hoy?

    3. ¿Qué fecha es hoy?

    4. ¿En qué mes estamos?

    5. ¿En qué año estamos?

    6. ¿Cuántos años tengo?

    7. ¿En qué estación estamos?

    Respira hondo para terminar.

    Coloca la palma de la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Coloca la palma de la mano izquierda sobre el hombro derecho. Elige una frase que te fortalezca. Por ejemplo: "Soy poderoso". Di la oración en voz alta primero y da una palmadita con la mano derecha en el hombro izquierdo, luego con la mano izquierda en el hombro derecho.

    Alterna las palmaditas. Da diez palmaditas en total, cinco de cada lado, repitiendo cada vez las oraciones en voz alta.

    Respira hondo para terminar.

    Cruza los brazos frente a ti y llévalos hacia el pecho. Con la mano derecha, sujeta el brazo izquierdo. Con la mano izquierda, sujeta el brazo derecho. Aprieta suavemente y lleva los brazos hacia adentro. Mantén la presión un rato, buscando la intensidad adecuada para ti en ese momento. Mantén la tensión y suelta. Luego, vuelve a apretar un rato y suelta. Mantén la presión un momento.

    Respira hondo para terminar.