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Yo estaba...

La persona que me hizo daño era un...

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Me identifico como...

Yo era...

Cuando esto ocurrió, también experimenté...

Bienvenido a Our Wave.

Este es un espacio donde sobrevivientes de trauma y abuso comparten sus historias junto a aliados que los apoyan. Estas historias nos recuerdan que existe esperanza incluso en tiempos difíciles. Nunca estás solo en tu experiencia. La sanación es posible para todos.

¿Cuál cree que es el lugar adecuado para empezar hoy?

Cada paso adelante, por pequeño que sea, sigue siendo un paso adelante. Tómate todo el tiempo que necesites para dar esos pasos.

Mensaje de Sanación
De un sobreviviente
🇨🇴

poder seguir adelante y pasar un poco la pagina

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    De un sobreviviente
    🇨🇴

    No tengo recuerdos claros y siento mucha culpa

    Mi historia es un poco larga. Cuando tenía 15 años o 16 años, vino a mi mente el recuerdo de cosas que habían ocurrido cuando yo tenía entre 4 y 5 años. Dos tíos abusaron de mí. Los recuerdos sobre esto nunca han sido claros y ahora, muchos años después, todo se ha vuelto más lejano y confuso y he dudado varias veces de mí misma y de mi historia. Hay otras cosas que pasaron en mi infancia que sí recuerdo con más claridad: cuando tenía entre 7 y 8 años, vi a mis papás teniendo relaciones sexuales a mi lado (esa noche me había pasado a dormir con ellos en su cama). Tiempo después, se repitió la situación, pero con mi padrastro y mi mamá. También cuando tenía entre 7 y 8 años, estaba revisando unos CD'S en el DVD que había en la casa para marcarlos según el género musical o según la película que fuera. Uno de los CD'S, era una película porno. Como casi siempre, me encontraba sola en mi casa, entonces la vi completa. No recuerdo si me masturbé. Sé que desde muy niña me frotaba con peluches, muñecas y otros objetos, aunque sin mucha conciencia de lo que hacía, pero estaba presente el miedo a ser vista. Hay algo que me atormenta en este momento: cuando tenía 6 o 7 años, mi prima (ella un año mayor) y yo jugábamos a imitar algunas posiciones de un libro de kamasutra que había en su casa. También tengo leves recuerdos de una vez que, mientras nos bañábamos, frotamos nuestras partes íntimas. No sé si esto se dio en el marco de una curiosidad bilateral y por el contenido del libro al que habíamos estado expuestas o si fui yo quien generó la situación y la persuadió a ella de hacerlo o si la manipulé. No recuerdo que haya sido así, pero me da miedo que sí. ¿Y si imité lo que hacía mis tíos conmigo o lo que vi en contenido al que estuve expuesta? Siento miedo, culpa y vergüenza. Además, hace medio año, recordé que cuando tenía 10 años y cargué a mi hermanita en mi piernas (que estaba como de un mes), sentí un estímulo placentero en mi zona íntima por el contacto. Cuando esta imagen vino a mí (tampoco fue clara, como mis otros recuerdos) sentí culpa, pero no escaló a más porque entendí que fue una reacción física y nada más. Pero luego no podía dejar de pensar en ello y me cuestionaba si había prologando o intensificado el contacto y sentí muchísima culpa, asco y vergüenza. Fue tan fuerte, que tuve un episodio de TOC y siento que aún no he podido salir de ahí, porque ahora me inundan las dudas sobre lo sucedido con mi prima.

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    De un sobreviviente
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    Name, solo tenía 6 años

    Tenía alrededor de 6 años, cierro los ojos y es cómo si volviera a vivir en carne propia el recuerdo, me acuerdo del ruido de la televisión, el olor del desayuno que estaba comiendo, yo solo estaba viendo caricaturas. El, un hombre de alrededor 50 años me cargó y me acomodó en sus piernas, y deslizó su mano por debajo de mis panties, TENÍA 6 AÑOS y ahí empezó mi historia de abusó sexual, una historia que me hubiese gustado no tener que experimentar. Yo hablé ya que mi mamá siempre me había enseñado a que nadie podía tocar mis partes pero en ese entonces mi mamá no tenía los recursos, vivíamos en casa de una prima (la hija de mi abusador) y nadie me creyó, dijeron que era mi imaginación. Otros sucesos pasaron cometidos por la misma persona, me arrebató mi inocencia y me rompió en pedacitos… pese a que yo hablé la primera vez, las otras veces me quedé callada porque nadie me creyó, nadie me protegió y nadie me escuchó más que mi mamá pero en ese entonces ella estaba luchando con un problema de alcoholismo y toda la familia nos dio la espalda. Después de un tiempo dejé de ver a mi abusador pero a los 8 años me volvió a pasar pero esta vez por el esposo de mi tía (la hermana de mi mamá) ellos han sido casados desde que mi tía tiene 16 años hasta el presente. Fuimos de visita a casa de mi tía, era diciembre entonces mi mamá salió con mi tía a comprar cosas para la navidad, yo, mi hermano y mi primo (hijo de mi tía) nos quedamos al cuidado del esposo de mi tía, el en ese entonces era oficial de la policía. Yo estaba jugando con mi primo y mi hermano cuando él me llamó, él estaba sentado en la mesedora viendo las noticias cuando me sentó en sus piernas y yo inmediatamente me paralice puesto que la última vez que alguien me sentó en sus piernas me manoseo, esta vez fue diferente, solo me acaricio las piernas y yo solo sentí cómo algo duro me rozaba mis glúteos, me paralicé y no sabía que hacer, hasta que tuve la fuerza y me bajé. Nunca hablé de mi segundo abusador y nunca lo he hecho, yo ya no vivo en Colombia pero cuando voy me toca actuar cómo si nada aunque por dentro sienta tantas cosas. Por mucho tiempo reprimí todo lo que me pasó, siempre decía que no me afectó y ahora a mis 22 años me está atormentando. Estoy comprometida con el amor de mi vida, siento que ha sido un regalo que Dios y la vida me dio después de tanto tormento pero hay veces que cuando vamos a tener intimidad y me toca siento una rabia en mi, ese tipo de rabia que te dan ganas de pegarle un puño en la cara a esa persona, y no lo entiendo, el no me ha hecho nada? El solo me ha ayudado y me ha tratado con amor y me ha demostrado lo mucho que me respeta y me ama, siempre quise evadir el tema y reprimirlo, no hablar de ello y pretender cómo que no me afectó pero ya llegué a un punto donde me dan unos ataques de ira que ni yo me reconozco, donde termino lastimándome a mí misma o sacando esa ira en mi prometido, hace unas noches por fin en medio de una ataque de ira donde terminé azotandome la cabeza en la pared solo repetía “no me deja en paz, me persigue, sácalo de mi cabeza” estaba en un estado de crisis y mi prometido solo pudo sujetarme en sus brazos mientras me preguntaba quién me perseguía y fue la primera vez que dije su nombre en voz alta, “Name, el hombre que me violo y me robo mi inocencia no sale de mi cabeza” no podía hablar, las lágrimas y gritos de desesperación eran más que las palabras, en ese momento me di cuenta que no importa cuánto allá crecido aquella niña de 6 años sigue dentro de mi, está enojada, está triste y rota. Mi pareja es abogado entonces el fue quien me habló sobre me too movement, me dijo que me hiciera justicia y lo denunciara pero que si no me sentía lista por miedo que navegara las opciones que me too ofrece y que quizá empezara por contar mi historia, por unos días habría la página y solo me quedaba paralizada, pero hoy me anime, ya no merezco ser prisionera de un dolor que no fue mi culpa aunque por mucho tiempo he sentido que lo es, me siento perdida y no quiero que mi pasado defina mi presente, la vida me está dando oportunidades bonitas pero mi abusó sexual no me deja avanzar, cómo me saco esta rabia que siento por dentro? Porque me volví un ser tan agrio y amargo, porque me enojo por todo? Porque no puedo disfrutar la intimidad con mi pareja si es delicado conmigo? Parece que entre más delicado es más rabia siento por dentro. Me siento muy sola y perdida. Quiero este dolor fuera de mi

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    De un sobreviviente
    🇬🇧

    Si pudiéramos retroceder en el tiempo, haríamos muchas cosas de forma diferente. Pero no podemos.

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  • Estás sobreviviendo y eso es suficiente.

    “La curación es diferente para cada persona, pero para mí se trata de escucharme a mí misma... Me aseguro de tomarme un tiempo cada semana para ponerme a mí en primer lugar y practicar el autocuidado”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇳🇿

    #1766

    #1766
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    De un sobreviviente
    🇯🇵

    Apoyar a otros que enfrentan desafíos similares

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  • “Realmente espero que compartir mi historia ayude a otros de una manera u otra y ciertamente puedo decir que me ayudará a ser más abierta con mi historia”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Solo llámame "papá"

    En mi historia, COMENZÓ CON MI HERMANO, mencioné brevemente 3 instancias en las que evité ser violada al dejar que los hombres me tuvieran cuando parecía que iban a hacerlo sin importar si yo consentía o no. Creo que evité el trauma emocional y físico en ese momento, pero la ira, el resentimiento hacia mí misma y los sentimientos de haber sido agraviada y al respecto se acumularon después. Nunca compartí ni publiqué esas historias. Por favor, lea mi historia original para el contexto. En esta instancia, el sexo ya estaba sucediendo cuando desperté, y mi reflejo fue tomar el camino de la no confrontación. El camino fácil, no el correcto. Había llegado a casa del trabajo como mesera en mi bar y restaurante a la parrilla y mi compañera de cuarto tenía a su padre alojado con nosotros durante el fin de semana. Ya lo conocía porque condujeron directamente del aeropuerto al bar deportivo en el que trabajaba. Ahí fue donde me dijo: "Solo llámame, 'papá'". Se sentaron en mi sección, comieron y se fueron. Sin problemas. Luego, de vuelta en nuestro apartamento de dos habitaciones, hubo una pequeña fiesta para él con un par de amigos. Tomé un par de sidras fuertes y charlé sobre la universidad y mi compañera de piso, y escuché historias de cuando ella era niña. Coqueteé y seguí la corriente a las insinuaciones sexuales de "Papá" dirigidas a mí, e ignoré sus ojos de arriba abajo. Ya estaba acostumbrada. Jugué a ser la buena anfitriona y esperé hasta que todo se calmara, probablemente alrededor de las 2 o 3 de la mañana, antes de ducharme e irme a la cama. Había sido un largo día con clases y trabajo. Me desperté unas horas más tarde con "Papá" ya dentro de mí, ¡empujando dentro y fuera entre mis piernas! Por la luz que entraba a raudales por mis persianas oscuras, podía decir que era de día. ¡Pero qué diablos estaba pasando! No tenía bragas, pero sí camiseta. Debajo, la figura oscura que rápidamente pude identificar como "Papá" me acariciaba los pechos con una mano mientras me sujetaba con la otra. Todavía aturdida y confundida, supongo que lo abracé y respondí como una compañera dispuesta. Pronto terminó y luego se puso incómodo. Me dijo "Eso realmente dio en el clavo". ¡Empezó a conversar! Cuanto más tenía que pensar, más me daba cuenta de lo que había pasado. Que simplemente se había servido mientras yo dormía. Tenía 19 años y estaba saliendo con un jugador de béisbol universitario atractivo en ese momento y no me habría acercado a este tipo de cincuenta y tantos a propósito. Seguro que estaba bebiendo esa noche, pero yo solo había tomado unas pocas sidras. Así que ahí estaba yo, dándome cuenta de que me habían violado, ¡pero rehén de un sentido de la cortesía! Sin mencionar que medía 1,60 m y pesaba 50 kg, por lo que estaba la intimidación física de un hombre mucho más alto con un cuerpo de padre. Siempre orino justo después del sexo, pero me sentí cautiva por las divagaciones de "Papá" mientras se apoyaba en un codo flotando sobre mí mientras pasaba sus dedos sobre mí y me acariciaba el cabello esporádicamente. Compartí con él su lata de cerveza fría, que debió abrir justo antes de entrar a violarme, porque recuerdo haber bebido a fondo el líquido frío que me alivió la garganta seca. Sufrí algunos chistes de papá e historias que no me interesaban, además de responder algunas preguntas personales sobre mí y mi sexualidad. Buscaba un momento para levantarme y alejarme de "Papá" cuando dijo: "Estoy listo para ir otra vez, cariño". ¡No! ¡Se colocó encima de mí! En lugar de resistirme o incluso decir "no", abrí las piernas para acomodarlo. ¡Qué demonios! La segunda vez no tuvo la misma ansiedad que la primera, por desgracia. Como él mismo dijo, esta vez quería darme una lección. Supongo que sobre lo bueno que era en la cama. Un caso claro de "pene de whisky". Así que dejé que este hombre con el que nunca había querido ni considerado tener sexo me empujara en varias posturas. Era un hombre grande y mucho más fuerte que yo, era una broma. Después del misionero, me levantó para demostrarme algo y me lo hizo contra la pared junto a mi ventana. Recuerdo ver a través de las rendijas de las persianas y saber que era temprano porque el estacionamiento estaba lleno y no se movía nada. Entonces me tiré de golpe a la cama. Hicimos un 69, yo tumbada sobre él, chupándolo con todas mis fuerzas, deseando acabar con él mientras me lamía. ¡Fracasé! En un momento dado, me tuvo encima, montándolo. Estaba a gatas con él embistiendo detrás de mí cuando me desplomé boca abajo bajo su peso. Disfrutaba de las embestidas sin parar, ya que estaba completamente inmovilizada por él. Dejé que me diera dos o más orgasmos con la esperanza de que acabara. Grité tanto que me daba vergüenza que mi compañera de cuarto entrara corriendo en cualquier momento. Estaba desmayada, borracha. Finalmente se fue en cuanto terminó. Estoy segura de que tenía el ego desorbitado y ¡ese hombre tan terrible todavía piensa en mí! Me quedo tumbada en la cama, recuperando el aliento y cada vez más ansiosa. Me levanté, me puse un chándal y salí corriendo hacia el gimnasio. Tenía muchísimas ganas de escaparme. Bebí agua como si acabara de salir de un desierto. Me duché un buen rato en el gimnasio vacío del sábado por la mañana, sin más productos que jabón de manos. Luego empecé a entrenar como una loca, con tres horas de sueño y agotada. Intentaba sacármelo de encima sudando, gritando y haciendo ejercicio a toda máquina. Me duché de nuevo, salí y me quedé dormida en el coche, en la parte de atrás del aparcamiento. El resto del fin de semana solo iba a mi apartamento unos minutos a la vez para recoger cosas que necesitaba. ¡Y desde luego que no dormí allí! Cuando se fue, respondí a las preguntas de mi compañera de piso, que había estado ignorando con mentiras y respuestas cortas. Le dije la verdad. Se encogió de hombros y me miró con escepticismo, como si fuera una de esas cosas. Fui promiscua en la universidad y ella lo sabía. Hicimos una especie de broma y seguimos adelante. De la forma fácil, no de la correcta. Todavía me siento muy culpable por cómo era entonces. En aquel entonces, mi problema no era "ojalá hubiera peleado con él". ¡Lo que deseaba era haber estado demasiado borracho para recordarlo! Así que eso fue todo. Algo que guardé dentro, supurando. Otras cosas se sumaron y lo escondí bajo la alfombra de mi mente dañada. No es uno de los peores esqueletos en mi armario, pero por ahora estoy dispuesta a compartirlo. Estoy trabajando en las demás. Mi primera historia me ayudó mucho. Espero que también le haya ayudado a alguien más. Les agradezco a todos y me solidarizo. Leeré sus historias y los apoyaré en mis pensamientos y oraciones.

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    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Acoso sexual grave

    Empezó como acoso sexual. Y lo dejé pasar. ¡No dejes que te pase! Era una becaria universitaria que cursaba mi especialización en gestión de la cadena de suministro. En la escuela de negocios, sabes que no se obtiene un título y ¡zas! Un trabajo te espera por arte de magia. A menos que ya tengas contactos. Era una mujer soltera que recibía ayuda financiera y no tenía prácticamente ningún contacto familiar. Necesitaba hacer algunos contactos mientras estudiaba para ascender. Es un mundo muy competitivo. Una época en la que no nos importa tanto dónde trabajamos, siempre y cuando tenga perspectivas de ascenso y de ganar dinero. Estaba haciendo prácticas en las oficinas corporativas de una empresa de alquiler de coches. Me dieron mi primera opción para una clase en la que teníamos que hacer prácticas en una empresa real. Mi grupo de cuatro estaba en sus oficinas de logística y no teníamos un trabajo definido en ese momento, pero mi escuela había enviado estudiantes durante un tiempo, así que teníamos una persona de contacto y una idea vaga de un proyecto que mi grupo de cuatro tenía que organizar y ejecutar para nuestro grado. Bueno, eso fue un poco torpe y seguí con la mala idea de planificar rutas de distribución más eficientes para los coches que entraban en la flota. Fue una ingenuidad, ya que la empresa contaba con auténticos profesionales que diseñaron el sistema. Pero, gracias a mis artimañas femeninas, un alto directivo me invitó a ayudar en mi tiempo libre. Solo yo. Aproveché la oportunidad y, en mis días libres, llegaba temprano por la mañana e intentaba ser parte del equipo. Era un ambiente muy masculino. Intenté quedarme a pesar de las pretensiones de trato especial. "¿No serás de esas feministas que se ponen a llorar a Recursos Humanos si un hombre te hace un cumplido o una palmadita en el trasero?", me había preguntado el hombre que me invitó primero. Lo llamaremos XX. Le aseguré que no, anticipándome a su respuesta. "Trabaja duro, diviértete mucho", fue algo que dije en mi negación de unos valores a los que obviamente se oponía. Así que las dos veces que XX me presentó como su amante, le seguí la broma. Otro error estúpido. Como ejemplo de mi entorno, después de que un hombre Y del departamento me enseñara a usar parte de un programa que calcula las faltantes de existencias, me hizo sentarme a probarlo y me dio un masaje que no pedí temprano por la mañana. Pues bien, XX se acercó y bromeó sobre que Y le había metido las manos a su novia. Tuvieron un momento de camaradería cuando el hombre Y le preguntó si hablaba en serio, diciendo algo sobre la esposa de XX, a lo que XX se retractó y dijo algo como: "Es solo una broma. Me encantaría en mis fantasías, pero es propiedad de la empresa, hermano". ¡¿Propiedad de la empresa?! ¡Estaba sentada allí mismo! Me tensé, pero intenté fingir que estaba absorta en la clase de informática mientras XX se iba y el hombre Y volvió a masajearme, pero esta vez con más intensidad. Bajó por mi espalda baja y la parte superior de los glúteos, luego por los brazos hasta los muslos, impidiéndome hacer cualquier trabajo mientras me rozaba el pecho con los antebrazos y las manos. Me sentí tan débil y casi paralizada cuando me obligué a levantarme para ir al baño, deteniéndolo. Podría haberlo hecho al principio, pero no lo hice. Más tarde, ese mismo día, XX me invitó a almorzar con él y a tomar una cerveza en un bar con mesa de billar. Tenía 20 años, pero no me pidieron el DNI porque estaba con XX. Casi nunca jugaba al billar y, mientras esperábamos la comida, él me "enseñó" a jugar. Se burló del cliché del cine y la televisión donde un hombre hace que una mujer se incline sobre la mesa de billar para disparar, solo para presionar su entrepierna contra su trasero en un gesto sugerente y luego inclinarse sobre ella con los brazos a cada lado para enseñarle a deslizar el palo. ¡Pero mientras bromeaba, me hizo esas cosas a mí! Fue un buen día para mis dos principales abusadores y un día horrible para mí. XX me abrazó mientras nos levantábamos riéndonos y, al parecer, ahora tenía licencia para abusar de mi cuerpo cuando quisiera. Me volví insensible en algunos aspectos, pero emocionalmente estaba más nerviosa. Me tocaban el trasero o me azotaban juguetonamente en el departamento, incluso por parte de un hombre Y. Algunos otros hombres eran muy coquetos. Me frotaban los hombros, me abrazaban incluso al saludo más breve con XX, y finalmente se suponía que también me acostumbraría a los pequeños besos en los labios. Sentía una constante angustia mental y una actitud defensiva. Mi cuerpo podía ser atacado en cualquier momento. ¡Pero no me defendí! Les decía claramente a XX y a algunos otros que quería ser respetada y considerada como una más y tener un trabajo allí cuando me graduara, y ellos lo afirmaban. Los dos principales abusadores me animaron, pero aun así me acosaron sexualmente. ¡Con mi bendición estúpida! El semestre terminó y seguí yendo a diario durante las vacaciones de verano. Era mi única vía de escape para un posible trabajo después de graduarme un año después. Estaba tan preparada que no fue un gran salto cuando XX me presionó para que se la hiciera en su oficina. Me negué con una sonrisa y un movimiento de cabeza, y él respondió con una justificación: que le debía una, que lo necesitaba en ese preciso instante. No aceptaba un no por respuesta. La primera vez que me arrodillé frente a su escritorio y lo tomé en mi boca, me temblaban las manos, se me saltaron las lágrimas y tuve que escurrir los mocos. ¡Yo era la que estaba avergonzada! Fue como una experiencia extracorpórea, y se me secó la boca hasta el punto de tener que pedirle un poco de su bebida energética. En mi interior, hubo un cambio enorme de inmediato. Quedé destrozada por todo orgullo y autoestima. Era como un zombi. Apenas comía. Mucho café. Aparecía, hacía los informes que se habían convertido en mi responsabilidad y, mecánicamente, le daba a XX su mamada diaria por la tarde en su pequeña y sosa oficina con una ventana pequeña. Empecé a tener migrañas ese verano. Conduje a casa para el 4 de julio y me emborraché tanto que acabé durmiendo con el exmarido de mi hermana, mucho mayor, en la parte trasera de su camioneta. Esa fue una terrible llamada de atención. Sabía que no podía fingir mucho más sin una crisis nerviosa, así que pasé mis dos semanas en la empresa de alquiler de coches donde trabajaba gratis. Para asegurar mi futuro, me aseguré de mantener un ambiente amistoso y de decir "sabes que volveré a trabajar aquí el año que viene". La idea de que todo el tiempo y la humillación que había invertido se perdieran en nada era un gran miedo. Me sometí a eso durante las últimas dos semanas. Tuve sexo rápido con XX dos veces encima y encima de su escritorio. Cedí a la presión extrema y también le hice una mamada a Y cuando lo mencionó explícitamente por una carta de recomendación. Sabía que lo hacía por XX. Ni siquiera tenía despacho propio y teníamos que usar las escaleras. Durante mi último año de universidad, me di cuenta de que estaba demasiado traumatizada como para volver allí. El grado de utilización y abuso que había sufrido se hizo evidente para mí, cuando antes no. Como si hubiera estado viviendo en una neblina de negación. Fue una época dolorosa. Fui un poco imprudente. Saqué una C en la asignatura optativa de economía de alto nivel que cursé. Acepté varias citas para evitar estar sola y, o bien me acosté con ellas, o bien me enfurecí. Al ver que necesitaba la falsa pasantía de alquiler de coches en mi currículum, les escribí a ambos abusadores para pedirles cartas de recomendación y recibí una buena del hombre Y, pero una muy impersonal y genérica de XX. Estaba tan abatida y enfadada. Finalmente, se lo conté a mi hermana, la que me confrontó por su exmarido. SE LO CONTÉ TODO Y ESE FUE MI PRIMER PASO HACIA LA RECUPERACIÓN. A desahogarme, a gritarme en el espejo, a golpear el saco de boxeo en un gimnasio al que me apunté, y a ver a mi primer psicólogo y psiquiatra. La terapia me ayudó más que el Celexa y el antipsych. El grupo de apoyo me ayudó aún más. Conocí a dos amigas para toda la vida que me apoyan en momentos de dolor. Debo repetir que no es mi culpa haber sufrido abuso, aunque en parte sí lo fue. ¡No dejes que te pase! Te quitarán todo lo que puedan. ¡Planifica tus límites ahora y sé asertiva! Denuncia el acoso inmediatamente. Al hacerlo, te convertirás en una heroína y protegerás a otras mujeres y a ti misma. Si ya has sufrido abuso, ¡sal de la situación y habla con alguien cuanto antes! ¡No ganas nada permitiendo que el abuso continúe! Hablar con alguien lo hace real y te permite comenzar a odiar menos y a aprender a amarte de nuevo. Mereces amor verdadero.

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  • Eres maravillosa, fuerte y valiosa. De un sobreviviente a otro.

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    Tener familia y amigos, así como dos gatos cerca que te aman y no te juzgan por eso.

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    🇮🇪

    Voz autista

    Solía pensar que la violación era lo que verías en las películas. Un extraño te atacó violentamente. Resultó que estaba equivocada. Me habían violado en múltiples ocasiones y no lo comprendí del todo hasta que crecí y me volví más sabia, y también descubrí que soy autista. Esto fue lo que me ayudó a comprender lo que realmente había sucedido. Aprendí y estudié el autismo en niñas y mujeres, y a partir de ahí lo entendí. Era vulnerable, impresionable y estaba tan enmascarada que era una persona completamente diferente por fuera de lo que realmente era por dentro. Cuando era más joven y no tenía ni idea de que estaba siendo acosada debido a mi vulnerabilidad, empecé a fingir que simplemente me gustaba el sexo y era promiscua por voluntad propia. Era una mentira que me decía a mí misma y a mis amigas para no tener que afrontar el hecho de que no podía ni sabía cómo decir que no y decirlo en serio. Hay huida, lucha y también congelación. Tantas veces les decía que no y cuando no paraban me paralizaba y me daba cuenta de que mi voz no tenía sentido y que no me escuchaban. Era más fácil dejar que terminaran sin pelear y que fuera violento también. No me di cuenta de lo malo que sería el impacto mental. Una noche en particular estaba en un bar y algunos de nosotros volvimos a una fiesta en una casa. Un chico estaba mostrando interés en mí y la verdad es que me gustó. Nos besamos y nos divertimos y luego me llevó a una habitación y dudé pero acabé entrando. Cuando empezó a desvestirme, sujeté mi vestido y dije que no. Lo dije tantas veces y empezó a ponerse muy brusco y contundente y empezó a decirme cosas sobre darle esperanzas y qué creía que iba a pasar y yo solo quería que fuera brusco. Me di cuenta de que, dijera lo que dijera, iba a tener sexo, así que tenía dos opciones: luchar y ser agredida sexual y violentamente, o simplemente tener sexo sin más resistencia, lo que significaría que solo sería agredida sexualmente sin violencia adicional. Elegí la segunda opción y durante mucho tiempo creí que solo había tenido sexo esa noche. Ahora me doy cuenta de que fue una violación total. Ha afectado mi salud mental durante más de diez años y estoy lista para reconocer lo que me pasó en lugar de negarlo.

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  • “Para mí, sanar significa que todas estas cosas que sucedieron no tienen por qué definirme”.

    Mensaje de Esperanza
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    🇮🇪

    ¡Lo lograste! Eres increíblemente fuerte y no estás solo.

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    Sentí que no tenía opción si quería trabajar.

    Tenía 17 años y empecé a trabajar en Ubicación 1. Estaba distanciado de mi familia y vivía en casa, buscando trabajo para intentar terminar la secundaria y conseguir mi propia casa. Iba a la escuela todo el día y trabajaba de 3 a 11 todas las noches. En aquel entonces, el salario mínimo era menos de dos dólares la hora, así que imagínense lo duro que tenía que trabajar para ahorrar. El gerente de la empresa tenía una discapacidad en una mano, así que no podía hacer mucho ejercicio con ella. Así que llegábamos al trabajo y se metía con solo unas cuantas chicas, pero sobre todo conmigo. Me gritaba, me insultaba, me decía cosas horribles y sexuales, me decía que no servía para nada y luego tenía que limpiar baños durante cuatro horas o me despedirían. Me seguía al baño de mujeres e intentaba tocarme y no paraba de hablar de cosas sexuales. Me sentía tan incómoda, tenía miedo. Tenía 17 años y no sabía qué hacer. Esto continuó repetidamente estando atrapada en la habitación del baño de mujeres o atrapada en la esquina de la cocina siempre con sus manos sobre mí. Hice todo lo que pude para alejarme de él, pero él seguía tocándome y si me alejaba, él comenzaba a insultarme y a llamarme nombres horrendos mientras continuaba amenazando mi trabajo. Amenazó con llamar a la policía porque tenía 17 años, amenazó con llamar al estado si no lo dejaba tocarme y besarme. Estaba tan asustada, estaba tan preocupada y seguí alejándome de él mientras él literalmente se lanzaba sobre mí y era simplemente horrible, me tocaba en todas partes, intentaba besarme, me empujaba y simplemente odiaba ir a trabajar al día siguiente porque sabía que sucedería de nuevo. Tenía tanto miedo de que me despidiera y me denunciara al estado por ser menor de edad. Pero después de siete días y mi primer cheque de pago, simplemente no podía volver más. Así que simplemente no volví, no llamé, simplemente no me presenté. Tengo 55 años y todavía me afecta hasta el día de hoy. Luego continuó, mi siguiente trabajo fue un equipo trabajando para Persona 1 en Ubicación 2. La Persona 2 solía acorralarme en la sala de fotocopias con las manos sobre mí y uno llegó tan lejos como para seguirme a casa aterrorizado. Me agredió sexualmente y nunca dije nada, simplemente nunca volví a trabajar. Luego acepté un trabajo en el supermercado Wises y Ubicación 3 en el departamento de carne y panadería pensando que podría estar lejos de la gente. Y el carnicero solía acorralarme en el congelador, intentaba besarme constantemente, me ponía las manos encima, constantemente hacía comentarios sexuales, simplemente nunca terminó. Logré seguir adelante durante un año soportando eso, pero finalmente lo dejé. Fui a la escuela de enfermería y luego conseguí un trabajo trabajando con médicos y hacían lo mismo, un médico o dentista en particular me avergonzaba por mi cuerpo, me hacía sentir como si fuera menos mujer, pero luego hacía comentarios sobre las partes femeninas de mi cuerpo continuamente. Llegó un punto en el que sentí que no había otra opción. Si quería trabajar, tenía que aguantarlo. Ojalá las cosas fueran diferentes entonces, como ahora. El trastorno de estrés postraumático (TEPT) que sufro es tremendo.

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  • “A cualquiera que esté atravesando una situación similar, le aseguro que no está solo. Vale mucho y mucha gente lo ama. Es mucho más fuerte de lo que cree”.

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    La curación es ya no tener miedo, pero todavía tengo miedo.

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    Viernes, 13

    La mañana del viernes 13, [mi mejor amigo/su esposa] me preguntó si podía ir a cuidar a [niño] esa noche, así que fui. Se acostó sobre las 4 p. m. y solo estábamos él, [niño] y yo, además de ella. [Su pareja de compañeros de piso] estaba en el trabajo y [el bebé de la pareja] estaba en casa de su abuela. Cenamos Plato Completo sobre las 5:30 p. m., según le había pedido, comida china cuando me preguntó qué quería cenar. Al volver de recoger la comida, empezó a hacerme una pregunta muy personal. Preguntó: "¿Cuánto tiempo hace que no te comen fuera?". Me quedé callada, pero luego le dije que no quería responder, pero él siguió preguntando. Silencio. Empezó a adivinar: "¿Un año?", "¿Dos años?", "¿Tres años?", "¿Cuatro años?", "¿Cinco años?". Finalmente respondí: "Sí" cuando dijo 5 años. Dijo que eso cambiaría esta noche y yo le dije: "No, no va a cambiar, estoy bien, no va a pasar nada". Insistió y dijo que "prometía" que algo sí pasaría, y yo seguí en desacuerdo hasta que volvimos a casa. Preparé el plato de [niña] y pasó muy cerca de mí en la cocina, así que corrí a sentarme en el sofá (un sofá grande, me senté en la esquina) con su comida y la mía. Comimos todos y puse "La Niñera" para ver. Hizo algunos comentarios que no recuerdo, pero sí recuerdo que dijo: "Si quieres sexo, despierta a tu mujer". Después de comer, jugué con [niña] y se acercó mucho y empezó a jugar con ella también. Le estaba haciendo cosquillas y estábamos jugando cuando él empezó a hacerme cosquillas a mí también, lo cual me pareció extraño, pero no dañino. (Mis pantalones se me resbalaban constantemente por moverme y tenía que subírmelo constantemente. Él se daba cuenta). Esto continuó hasta que mandó a [niña] a la cama a las 7 p. m., lo cual era raro porque no se acostaba hasta las 8 p. m. Pero es su padre, así que no lo cuestionaba. Puse "La Niñera: Killer Queen" porque quería ver la segunda película y estuvo de acuerdo. Entonces empezó a decir que tenía las manos frías y empezó a meterlas en el bolsillo izquierdo de mis vaqueros y en mi camisa. En cualquier lugar cerca de mí, en realidad. Sacó la mano de mi camisa, pero dejó la otra en mi bolsillo, y yo seguía pidiéndole que me devolviera el bolsillo, pero él solo decía "mi bolsillo", así que pensé que era una broma, una broma rara, pero aun así parecía una broma. Le repetía una y otra vez que era mi bolsillo y él repetía que era suyo. Intenté sacarle las manos de mi bolsillo y le dije que parara y me diera el mío cuando empezó a buscar el otro bolsillo también. Cada vez que intentaba apartarle las manos, me apretaba con fuerza, formando un puño con la tela de mi bolsillo en medio. No podía quitármelas de encima. Ya empezaba a sentirme incómoda, pero no quería parecer grosera ni molestarlo. Es un tipo grande y me domina con facilidad. Al principio, también metió la mano en mi bolsillo derecho, luego nos giramos hacia el cine y la sacó. Después de un minuto, intentó volver a meterla en mi bolsillo derecho, pero terminó abriéndome los pantalones y metiendo la mano ahí. Dije: «[su nombre], para, eso no es un bolsillo» con los ojos muy abiertos. Sé que tenía los ojos muy abiertos, lo notaba. Dijo: «Mejor aún», y luego su mano se metió en mis bragas y me tocó la vagina. Dijo: «¡Uy, y está depilada!». Sentí náuseas pensando en lo que iba a pasar, así que le dije que no e intenté sacarle las manos de nuevo. No se movía. Me quitó la manta que llevaba puesta y me bajó los pantalones para ver la zona sobre la vagina. Me mordió el muslo y luego puso su boca en esa zona. Empezó a penetrar más en mi espacio y me miró expectante. No quería resistirme ni molestarlo. "No" y "Para" no funcionaban. Así que empecé a fingir que me gustaba para que pasara más rápido. Me bajé los pantalones hasta los muslos para que pareciera que lo disfrutaba y él se movió entre mis piernas y empezó a lamerme y morderme ahí abajo. Aparté la mirada y cerré los ojos con fuerza. Intentaba abrirme más las piernas y me dolía por los vaqueros, así que saqué la pierna izquierda y las separé más para que dejara de empujar. Se sentía tan mal. Intentaba no llorar en ese momento. Terminó después de unos 30 segundos de fingir gemidos e incluso un orgasmo para que parara más rápido. Se acercó, me subí los pantalones enseguida y me dijo: «Te prometí que no te haría más que eso». Luego dijo: «Tienes buen sabor», me agarró del cuello y metió la lengua en mi boca. Intenté corresponderle el beso para que se sintiera satisfecho, pero terminé tumbada, recibiendo su lengua. Me sentí como una muñeca de trapo, siendo utilizada. Cuando dejó de besarme, me tapé con la manta para protegerme un poco. Se movió, se sentó en el otro extremo del sofá y me pidió que fuera a abrazarlo. No dejaba de decir «ven aquí» y palmeaba el sofá entre sus piernas. Cuando me negué, me preguntó qué le pasaba y luego volvió a mi espacio. Le dije que me sentía mal y culpable para que él también se sintiera culpable. Dijo «Shhh» y volvió a meter la mano en mis pantalones. Intenté desviar su atención hacia la película, pero no funcionó y puso la cabeza delante del televisor para que no pudiera verlo. Intenté de nuevo atraer su atención hacia la película, pero fue en vano. Entonces empezó a tocarme, me levantó la camiseta y el sujetador y se llevó mi pezón izquierdo a la boca. De nuevo, fingí que me gustaba. Pensé que se me pasaría más rápido si fingía tener un orgasmo rápido. Terminó y me hizo saborearme en sus dedos. Luego vimos la película un rato y me puse la sudadera sobre la cara para ocultarme. Comentamos un poco la película. Intentó que me acurrucara o algo con él otra vez, pero negué con la cabeza. Entonces se levantó, se acercó a mí, me separó las piernas, se tumbó entre ellas y se presionó contra mí. Luego volvió a mi lado, me desabrochó los pantalones y me tocó de nuevo. Fingí que me gustaba. Me besó de nuevo y esta vez ni siquiera lo intenté. Me quedé allí tumbada otra vez, con la boca abierta y los ojos cerrados. Cuando terminó, me dijo: "No se lo cuentes a nadie" y que no lo haría. Le dije que no podía volver a mencionar una "propina". Le dije que sería "solo una noche porque ya está saciado", con la esperanza de que aceptara y no lo volviera a hacer. Dijo que no estaba saciado. (La "propina" que menciona fue un día, hace meses, que fuimos a comprar pizza y fui con él. Me la dio y me pidió propina. Le hice una broma y fingí subirme la camisa y enseñarle el cuerpo. Desde entonces no ha parado de hacerme bromas sexuales). En fin, dijo: "Quizás no, al menos no con ella cerca", y señaló la habitación donde dormía su esposa porque tenía que estar en el trabajo a las 11 de la noche. Me pidió que me acercara, donde estaba apoyado en él, y luego me preguntó cuánto tiempo llevaba deseando que eso pasara. Me quedé callado, porque no quería que pasara nunca. Me preguntó de nuevo y dijo: "Vamos, sé que lo pensaste. ¿Cuánto tiempo llevabas queriendo que pasara?". No lo pensé ni una sola vez, pero no quería molestarlo, así que dije: "No pensé que eso pasaría nunca", esperando que fuera suficiente. No lo fue. Volvió a preguntar: "¿Cuánto tiempo?". Volví a mentir. Le dije que lo había deseado "las últimas dos veces", murmuré, esperando que esta vez fuera una respuesta suficiente. Me aparté de él y volví a mi sitio. Sonrió e intentó tomarme la mano, pero después de unos dos segundos la solté y volvió al otro lado del sofá y me pidió que me acercara a él por segunda vez. Volví a negarme. (Nota al margen: Mientras me tocaba, me hacía mirarlo cuando intentaba apartar la mirada, me bajaba la sudadera con capucha cuando intentaba ocultar mi cara. Intentaba cerrar las piernas unas cuantas veces mientras él también me tocaba para que se detuviera, pero luego me obligaba a separar las piernas de nuevo y me decía que las mantuviera abiertas). (En algún momento hizo una broma sobre que tenía algo que escupe o que es como una fuente. Algo solo en esas líneas, refiriéndose a su pene. No quería que se intensificara más, así que esperaba que no intentara hacerme tocarlo o, Dios no lo quiera, chuparlo. Me siento mal incluso de pensarlo). Eran exactamente las 9:27 p. m., unos minutos después de que terminara y se había sentado lejos de mí otra vez, y le dije que necesitaba ir al baño. Me levanté y fui hacia él porque tengo que pasar por donde está sentado para llegar al baño. Él me dijo que viniera aquí inclinó su cabeza para un beso y me ayudó en el brazo mientras me agachaba para darle uno. Intentó jalarme a su regazo, pero le dije que me dejara ir al baño y me soltó. Llegué al baño y me senté en el inodoro para usarlo. Inmediatamente saqué mi teléfono de mi sudadera para enviarle un mensaje de texto a mi otra mejor amiga sobre lo que había sucedido. Ella me dijo que lo que hizo fue violarme. Sabía que lo era, pero nunca creí que él haría eso y me sentí desconsolada porque solía ser un amigo en quien confiaba. Ella me dijo que necesitaba decirle [a mi mejor amigo/su esposa] y acepté que quería hacerlo, pero no quería que pareciera que solo estaba tratando de arruinar su matrimonio o que pensara que solo estaba durmiendo con su esposo. Planeaba mantenerme callada. Llamó a la puerta y me preguntó si estaba haciendo caca y dije que sí, lo cual era mentira, simplemente no quería volver a salir allí. Me quedé en el baño hasta las 9:50 p. m., cuando sentí que la historia de la caca ya no me parecía creíble. Volví a sentarme en el sofá e intenté jugar con el móvil y escribirle a mi otro mejor amigo, pero no quería que supiera que se lo había contado a nadie, así que terminé dejándolo. [Mi mejor amigo/su esposa] se levantó para ir a trabajar poco después, él entró en la habitación con ella. Salió con el uniforme puesto y me preguntó: "¿Cómo conseguiste que aceptara comida china?". Le dije: "Me preguntó qué quería, le dije comida china". Me dio un beso en la mejilla y se fue a trabajar. Había aceptado que me quedara con su móvil mientras estaba en el trabajo porque su perro había mordido el mando a distancia, y ella tenía uno en el suyo y yo no tenía espacio para descargar la aplicación. Así que se fue sin el móvil, porque yo lo tenía. No le conté lo que había pasado todavía porque él seguía despierto, y ahora no podía escribirle. En cuanto ella salió, él corrió a la ventana para asegurarse de que su camioneta saliera de la entrada. Luego me miró y me preguntó: "¿Quieres follar?". Negué con la cabeza y me preguntó: "¿Por qué? ¿No quieres terminar otra vez?". Tenía una sonrisa burlona. Negué con la cabeza de nuevo y me dijo: "Bueno, entonces me voy a la cama". Se fue a la cama y, unos minutos después, [la pareja que comparte piso con su bebé] llegó a casa. Yo también soy la niñera de [el bebé], así que no se explicaban por qué estaba allí y les dije que a última hora debía cuidar a [la niña], pero en realidad no la cuidé, así que estaba allí sin ningún motivo. Me entregaron a [el bebé] y lo tuve hasta la 1:30 a. m. porque se negaba a dormir. Lo llevaron a la cama a esa hora y me quedé dormida sobre las 2 a. m. mientras veía YouTube. Me desperté de golpe a las 5 a. m. con ganas de cargar el teléfono, ya que no lo había hecho la noche anterior. Fui al baño, luego comí un donut azucarado (venía con comida china de la noche anterior) del refrigerador. Y me acosté y me cubrí en el sofá otra vez. Unos minutos después, alrededor de las 5:15 AM escuché la manija de la puerta del dormitorio y fingí estar dormida con los ojos apenas abiertos para poder ver. Caminó hacia la puerta y miró por la ventana con sus mismos pantalones cortos de la noche anterior. Regresó a su habitación y abrí los ojos y luego los volví a cerrar sabiendo que iba a salir a trabajar pronto. Tenía su uniforme de trabajo puesto cuando salió de nuevo y se sentó directamente a mi lado pensando que estaba dormida. Estaba acostada de lado y él me quitó la manta, tiró del botón de mis jeans, los bajó y metió su mano en mis pantalones otra vez. Me retorcí para hacer parecer que acababa de despertar y luego me detuve y fingí dormir otra vez en una posición diferente. Sus manos nunca se detuvieron. Finalmente supe que no podía fingir que dormía durante todo el incidente, así que abrí los ojos y fingí estar de mal humor porque me habían despertado. Me pidió que me diera la vuelta y volví a recostar la cabeza después de negar con la cabeza y refunfuñar. Me preguntó qué me pasaba y le dije que estaba cansada. No paró. Siguió y le dije que tenía sueño otra vez. Finalmente, retiró la mano y dijo: "Bueno, pues duérmete, abróchate los pantalones primero". Así que los abroché, subí la cremallera y me volví a acostar con los ojos cerrados hasta que se fue y lo oí alejarse en su camioneta. Me levanté, corrí al baño y le escribí a mi otro mejor amigo sobre lo que acababa de pasar. Me quedé despierta llorando y conecté el teléfono de [mi mejor amigo/su esposa] en la habitación un rato porque lo necesitaba para ver la televisión. Se cargó lo suficiente como para poder ver YouTube en la televisión y calmarme. Sobre las 7:30 a. m., [mi mejor amigo/su esposa] llegó del trabajo, se quitó la chaqueta, guardó las llaves y me preguntó qué me pasaba. Al principio no le dije nada, pero me conoce desde hace 10 años. Así que supo que algo andaba mal por mi aspecto. Estaba acurrucado con la cara en la sudadera y evitando el contacto visual. No quería que fuera tan obvio que algo pasaba. Pensé que intentaba ocultarlo. Seguí negando con la cabeza, pero ella insistió, y me quebré y empecé a llorar y le dije que era [su nombre], pero que no podía decirlo porque se enojaría y me odiaría. Se puso muy seria y me dijo que no le importaba si estaba enojado o no, que tenía que contárselo. Le conté brevemente lo sucedido y me abrazó y me dijo que no era mi culpa. Todavía lo siento. Seguí disculpándome y para entonces ya estaba sollozando. Se levantó, se puso la chaqueta de nuevo y se dirigió a la puerta. Le pregunté adónde iba. Dijo que tenía que calmarse antes de dispararle. Salió por la puerta y yo me acerqué a la ventana para ver qué hacía. Volvió, descolgó las llaves y me dijo que volvería. Se fue y miré su ubicación en Life 360. Fue a su trabajo (trabajan en el mismo sitio, con horarios diferentes). Volvió un rato después y le pregunté qué había pasado. Dijo "mucho", luego sonó el teléfono y contestó y dijo "no te acerques a esta casa ahora mismo", así que supe que era él. Entonces oí su camioneta y me puse nerviosa. Me levanté y me dijo que me quedara dentro. Corrí al baño y me encerré con el teléfono. Lo oí salir, pero no la oí volver, así que revisé Life 360 y vi que se habían ido juntos. Salí del baño. Vi YouTube en el teléfono durante casi una hora mientras veía Life 360. Vi que se dirigía de vuelta a casa, así que cogí todas mis cosas y corrí al baño. Volvió, pero yo también lo oí. Llamó a la puerta, pero no abrí hasta que oí su voz y la hice cerrar la puerta del baño para no verlo. Me dijo que estaba en la habitación y que no iba a salir, y que podía entrar en la sala sin problema. Nos quedamos un minuto en el baño, y yo seguía llorando, y ella también, e hicimos bromas al respecto, porque así es como nos las arreglamos. Dijo que él quería disculparse, pero que yo ni siquiera podía mirarlo, y sigo sin poder hacerlo. Una foto de él me hizo llorar antes de salir de su casa. Él no creía haber hecho nada malo, salvo engañarla, hasta que ella lo confrontó. Ella insistía en que le dejara disculparse, porque no quería que me fuera cuando me sentía así, pero no pude. No puedo volver a verlo. [Niño] se despertó y [mi mejor amigo/su esposa] la dejó conmigo y se fue a la habitación con él. Le preparé a [niño] unas sobras de la noche anterior y comí un rollo de huevo y un wonton. Le di un beso de despedida y nos fuimos. Mientras conducíamos, [mi mejor amigo/su esposa] me dijo que todavía estaba pensando en dejarlo y que él lloró porque pensó que ella lo dejaría. Ella dijo que él no sabía qué había hecho y que le había dicho que había estado pensando en ella todo el tiempo. Entonces, ¿por qué no paró? Debería haberlo hecho. Creo que una parte de él sabía que me sentía incómoda. Siento que era obvio. Ni una sola vez le dije que sí. Ella dijo que él se sentía como su padre porque yo me siento así (otra historia triste sobre su padre). [Su nombre] no sintió que fuera una agresión sexual, yo sí. Al parecer, se siente mal por eso. Se supone que debería perdonarlo, pero no puedo. Ahora mismo es martes 17 y todavía estoy escribiendo partes de esto con ganas. Salimos con su tarjeta de crédito y fuimos a Dunkin Donuts a tomar un café. Intenté fingir que estaba bien y creo que funcionó. No lo pensamos durante un rato. Fuimos de compras a una tienda de ropa para ella y me compró una camisa. Sé que tenía buenas intenciones, pero parece que un café y una camisa son suficientes disculpas por haber sido agredida. No lo son. Intenté decir su nombre cuando me llevó a casa y lo dije, dudé y terminé diciendo "él" o "él". Ella dijo que se queda con él. No tengo a nadie de mi lado. Tengo pequeños ataques durante todo el día porque recuerdo cómo se sentía sobre mí y me retuerzo y tiemblo de la incomodidad. Lloro y a veces golpeo algo como la pared o mi cama porque es abrumador. Siento como si su olor se hubiera grabado en mi nariz. Odio esto. Ni siquiera puedo mirarme al espejo sin llorar. No puedo contárselo a nadie. La otra mejor amiga que lo sabe no quiere hablar de ello, no quiero mencionarlo con [mi mejor amiga/su esposa] porque siento que solo quiere olvidarlo. Mis padres no lo saben. Solo saben que he estado encerrada en mi habitación durante casi 4 días con muy poco contacto. Mi papá lo mataría si supiera lo que pasó y no quiero que mi papá vaya a la cárcel. La pareja (mis amigos) que vive con nosotros pensó que hicieron algo malo. Les dije que no eran ellos y me compraron chocolate y un narval de peluche porque he estado "triste". Tampoco puedo contarles lo que pasó. Es uno de sus padres adoptivos. No es justo para ella. No tener a nadie no es justo para mí, pero no es la primera vez que tengo que lidiar con un trauma sola. Sobreviviré. Escribí esto como una entrada de diario para mí misma y lo escribí de una manera que no se pueda rastrear hasta mí. Pero me ha estado carcomiendo, así que tengo que compartirlo por mi propia cordura. Estoy tan jodidamente sola y me está matando. Hoy hará una semana y sé que es pronto, pero tengo tantas emociones encontradas y no sé qué hacer. He empezado a ser hipersexual y a masturbarme más de lo que lloro después, y no sé cómo parar. Esto no puede ser normal.

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  • Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    La curación es tener amor propio, autocompasión y saber el propio valor.

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  • Historia
    De un sobreviviente
    🇿🇦

    #523

    Era tan pequeño y todavía tengo recuerdos.

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  • Mensaje de Esperanza
    De un sobreviviente
    🇹🇹

    Creo que con cada día pronto podré superarlo por completo y esto sería un mero recuerdo.

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  • La sanación no es lineal. Es diferente para cada persona. Es importante que seamos pacientes con nosotros mismos cuando surjan contratiempos en nuestro proceso. Perdónate por todo lo que pueda salir mal en el camino.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇦

    Carta a mi acusador.

    Le escribí esta carta a mi tío, que siempre se ha hecho la víctima. Querido tío X: Han pasado 28 años desde que esto ha atormentado a todos los involucrados y, después de todo este tiempo, nunca he hablado directamente al respecto para no armar revuelo. Pero ahora siento que debo decirlo porque no puedo permitir que esto siga atormentando a mi familia y que tú sigas atacándonos. Hasta el primer incidente, eras mi tío favorito, el que me atraía, apuesto a que nunca lo supiste. Sin embargo, también fuiste mi primer encuentro sexual, la primera vez que sentí una erección, la primera persona a la que le tuve miedo. Recuerdo subir las escaleras lentamente para ir al baño y que me llamaras a tu habitación y me metieras bajo las sábanas. Recuerdo sentir tu erección contra mi trasero mientras me dabas palmaditas; esto ocurrió muchas veces. Recuerdo dormir en el sofá y sentir tu aliento en mi cara mientras me metías la lengua en la oreja. Recuerdo la conmoción y el miedo que me causó. Recuerdo la sensación de tus manos en mis nalgas y mis pechos, recuerdo que pusiste mis pequeñas manos en tu regazo. Recuerdo esconderte en el baño con la cadena cerrada y tú apretándote contra el otro lado de la puerta preguntándome qué hacía allí, mientras yo observaba cómo tus ojos intentaban ver más allá de la cerradura. Recuerdo empujar la cómoda contra la puerta del dormitorio delantero y esperar que no entraras, escondiéndome con mis primos y mi hermana pequeña. También recuerdo cómo me sentí cuando mi abuela me dijo que no dijera nada si quería que nuestra familia siguiera unida. Recuerdo la llamada que recibieron mis padres en mitad de la noche y que les dijeran por teléfono que esto nos estaba pasando, meses después de haberles contado a nuestra abuela, tía y tío sobre los incidentes. Recuerdo oír a mi madre gritar y a mi padre chillar, recuerdo la mirada de mi hermano mientras estaba de pie al pie de las escaleras queriendo salir a buscarte, pero se detuvo porque mi padre, tu hermano mayor, estaba llorando en lo alto de las escaleras. Recuerdo el miedo, la emoción y el alivio de que finalmente lo supieran, pero también recuerdo escuchar a mi madre llorar e intentar ocultárnoslo, mientras se culpaba por no habernos protegido de ti. Recuerdo que muchos de los nuevos nos culpan por tus acciones. Recuerdo estar sentada frente a un desconocido en una habitación cerrada mientras le contaba lo que nos hiciste. Recuerdo abrazar a mi hermanita, que intentó mantenerse fuerte y protegerme mientras yo me sentía culpable por no haber podido protegerla. ¿Suena esto como una chica que sedujo a su tío (como diría la abuela), que tenía al diablo en la mirada? ¿Que está siendo vengativa y te está arruinando la vida? Se suponía que debías protegernos, pero no lo hiciste y, peor aún, nos culpaste. Te hiciste la víctima, te hiciste la víctima, la que está herida por todo esto y afirma que te destruyó la vida. Tú, que te casaste, tuviste hijos y tienes una casa, tú, que has tenido a la mayoría de tus hermanos a tu lado en aquel entonces. Has logrado convencer a tu esposa de que te sedujimos. Yo era la mayor y tenía solo 12 años, una niña muy ingenua de 12 años, mi hermana era la más pequeña con 10, cuatro niños, cuatro personas cuyas vidas cambiaron para siempre debido a tus impulsos sexuales. Imagina por un momento que este fuera tu hijo o tus hijastros quienes estaban siendo abusados y la gente los culpaba por ello, diciendo que sedujeron a un hombre adulto, luego intenta imaginar a esa persona regresando una y otra vez diciendo que tu hijo está mintiendo, que es su culpa y que arruinó la vida de ese hombre adulto, así es como nos ha sentido una y otra vez. Tus acciones nos han pasado factura. ¿Tienes alguna idea de lo que es escuchar a tu propia abuela decir que tenías al diablo dentro? ¿Sabes lo que es recibir cartas diciendo que creían que actuamos de manera inapropiada y que no nos acercaríamos a sus esposos porque los seduciríamos? Éramos solo niñas. Una semana después de mi boda, mi madre tuvo que echar a mi abuela del jardín delantero mientras les gritaba a mis padres que "si nos hubieran criado bien, esto nunca habría pasado" delante de los vecinos. Mi luna de miel se vio empañada porque ambos pensaron que debíamos ayudar a aliviar sus vidas. Todo en mi vida cambió en un instante; cambió la primera vez que decides dar rienda suelta a tus impulsos sexuales con niños. No puedo hablar del comportamiento de las otras víctimas, pero sí diré esto: míralas, observa sus vidas actuales y dónde han terminado, y recuerda que podrían haber sido diferentes si te hubieras mantenido callado. Cada uno de nosotros ha estado luchando contra sus propios demonios en esta etapa de nuestras vidas: dejaste que otros nos atacaran verbalmente por cobarde y dejaste que los niños asumieran la culpa de tus impulsos; dejaste que la familia se destruyera porque no hiciste lo correcto. Pasé muchas horas intentando aceptarlo todo y el daño que me causó. Luché con ello todos los días; no se trata solo de los tocamientos inapropiados, sino de cómo se manejó. Así es como tú, mi abuela y quienes me conocían me hicieron sentir. Ni una sola vez se han puesto de pie y han dicho que hicieron algo mal; eligen culpar a los niños en lugar de admitir que fueron ustedes. Ahora tengo 40 años, tengo dos hijos maravillosos y una excelente carrera como enfermera titulada en cuidados intensivos. Obtuve mi Licenciatura en Enfermería, un diploma en Ciencias Pre-Salud y un diploma en Administración de Consultorios Médicos, todos con honores, y todo esto como madre divorciada, soltera y a tiempo completo. He tenido muchos altibajos, pero soy fuerte, soy una luchadora, soy inteligente, compasiva y, sobre todo, una madre excepcional para mis hijos. Sus acciones ya no tendrán peso en mi vida, ya no me definirán, ya no serán algo a lo que haya sobrevivido; elijo triunfar y superarlo, elijo perdonar a mi familia extendida por sus responsabilidades porque elijo amarme. Sin embargo, es gracioso, la línea que sobresale en todo el archivo CAS, que tiene 32 páginas, es la que dices: "Te estoy tocando porque necesito una novia", esta es la razón por la que nuestras vidas cambiaron para siempre.

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  • Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Sanar es darme cuenta de que lo que estoy experimentando fue deliberado, vil, premeditado y planeado para aniquilarme. Sanar para mí significa ver que la vida que me ha sido dada, por un poder que aún no comprendo plenamente, me amó lo suficiente como para permitirme usar estas capacidades, que no doy por sentado y que aprovecho al máximo. Como bien: alimentos que me hacen bien. Mi higiene es impecable y me cuido mucho a mí mismo, a mis dientes, a mi piel y a mis ojos, mientras visito a mis profesionales de la salud de forma regular. Sanar para mí significa que mi perspectiva, mi entorno y mi hogar estén cuidados de forma impecable y meticulosa, y que sea el paraíso en el que me gustaría vivir; yo lo hago realidad. Sanar para mí es asumir la responsabilidad de mí mismo. Mientras busco a otros que me ayuden y defiendan, y hasta ahora no he encontrado absolutamente ninguno, sigo convencido de que de mí depende que haya algún cambio, incluso después de cinco años viviendo en total aislamiento. Sanar para mí es asegurarme de controlar las cosas de las que soy responsable y no convertirlas en algo perjudicial, dándole más peso a mi abuso. Sanar para mí es hacer las cosas que disfruto; que sean viajar, aunque viaje sola y tenga que dar el número de un abogado, ya que no tengo a nadie "en caso de emergencia" a quien recurrir, tras haber estado totalmente aislada. Sanar para mí es darme cuenta de que, a pesar de ver que todo el mundo está en mi contra, puedo defenderme con cualquiera de esas personas que se han alzado en armas contra mí. Sanar para mí es simplemente ser mi yo radiante y hermoso cada día, dondequiera que vaya, a pesar de saber que mi abusador ha arruinado cada conexión, cada conexión y cada posibilidad potencial que se me presenta.

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  • Bienvenido a Our Wave.

    Este es un espacio donde sobrevivientes de trauma y abuso comparten sus historias junto a aliados que los apoyan. Estas historias nos recuerdan que existe esperanza incluso en tiempos difíciles. Nunca estás solo en tu experiencia. La sanación es posible para todos.

    ¿Cuál cree que es el lugar adecuado para empezar hoy?
    Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    No tengo recuerdos claros y siento mucha culpa

    Mi historia es un poco larga. Cuando tenía 15 años o 16 años, vino a mi mente el recuerdo de cosas que habían ocurrido cuando yo tenía entre 4 y 5 años. Dos tíos abusaron de mí. Los recuerdos sobre esto nunca han sido claros y ahora, muchos años después, todo se ha vuelto más lejano y confuso y he dudado varias veces de mí misma y de mi historia. Hay otras cosas que pasaron en mi infancia que sí recuerdo con más claridad: cuando tenía entre 7 y 8 años, vi a mis papás teniendo relaciones sexuales a mi lado (esa noche me había pasado a dormir con ellos en su cama). Tiempo después, se repitió la situación, pero con mi padrastro y mi mamá. También cuando tenía entre 7 y 8 años, estaba revisando unos CD'S en el DVD que había en la casa para marcarlos según el género musical o según la película que fuera. Uno de los CD'S, era una película porno. Como casi siempre, me encontraba sola en mi casa, entonces la vi completa. No recuerdo si me masturbé. Sé que desde muy niña me frotaba con peluches, muñecas y otros objetos, aunque sin mucha conciencia de lo que hacía, pero estaba presente el miedo a ser vista. Hay algo que me atormenta en este momento: cuando tenía 6 o 7 años, mi prima (ella un año mayor) y yo jugábamos a imitar algunas posiciones de un libro de kamasutra que había en su casa. También tengo leves recuerdos de una vez que, mientras nos bañábamos, frotamos nuestras partes íntimas. No sé si esto se dio en el marco de una curiosidad bilateral y por el contenido del libro al que habíamos estado expuestas o si fui yo quien generó la situación y la persuadió a ella de hacerlo o si la manipulé. No recuerdo que haya sido así, pero me da miedo que sí. ¿Y si imité lo que hacía mis tíos conmigo o lo que vi en contenido al que estuve expuesta? Siento miedo, culpa y vergüenza. Además, hace medio año, recordé que cuando tenía 10 años y cargué a mi hermanita en mi piernas (que estaba como de un mes), sentí un estímulo placentero en mi zona íntima por el contacto. Cuando esta imagen vino a mí (tampoco fue clara, como mis otros recuerdos) sentí culpa, pero no escaló a más porque entendí que fue una reacción física y nada más. Pero luego no podía dejar de pensar en ello y me cuestionaba si había prologando o intensificado el contacto y sentí muchísima culpa, asco y vergüenza. Fue tan fuerte, que tuve un episodio de TOC y siento que aún no he podido salir de ahí, porque ahora me inundan las dudas sobre lo sucedido con mi prima.

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  • Mensaje de Esperanza
    De un sobreviviente
    🇬🇧

    Si pudiéramos retroceder en el tiempo, haríamos muchas cosas de forma diferente. Pero no podemos.

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    🇳🇿

    #1766

    #1766
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    De un sobreviviente
    🇯🇵

    Apoyar a otros que enfrentan desafíos similares

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  • Mensaje de Esperanza
    De un sobreviviente
    🇮🇪

    ¡Lo lograste! Eres increíblemente fuerte y no estás solo.

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  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Sentí que no tenía opción si quería trabajar.

    Tenía 17 años y empecé a trabajar en Ubicación 1. Estaba distanciado de mi familia y vivía en casa, buscando trabajo para intentar terminar la secundaria y conseguir mi propia casa. Iba a la escuela todo el día y trabajaba de 3 a 11 todas las noches. En aquel entonces, el salario mínimo era menos de dos dólares la hora, así que imagínense lo duro que tenía que trabajar para ahorrar. El gerente de la empresa tenía una discapacidad en una mano, así que no podía hacer mucho ejercicio con ella. Así que llegábamos al trabajo y se metía con solo unas cuantas chicas, pero sobre todo conmigo. Me gritaba, me insultaba, me decía cosas horribles y sexuales, me decía que no servía para nada y luego tenía que limpiar baños durante cuatro horas o me despedirían. Me seguía al baño de mujeres e intentaba tocarme y no paraba de hablar de cosas sexuales. Me sentía tan incómoda, tenía miedo. Tenía 17 años y no sabía qué hacer. Esto continuó repetidamente estando atrapada en la habitación del baño de mujeres o atrapada en la esquina de la cocina siempre con sus manos sobre mí. Hice todo lo que pude para alejarme de él, pero él seguía tocándome y si me alejaba, él comenzaba a insultarme y a llamarme nombres horrendos mientras continuaba amenazando mi trabajo. Amenazó con llamar a la policía porque tenía 17 años, amenazó con llamar al estado si no lo dejaba tocarme y besarme. Estaba tan asustada, estaba tan preocupada y seguí alejándome de él mientras él literalmente se lanzaba sobre mí y era simplemente horrible, me tocaba en todas partes, intentaba besarme, me empujaba y simplemente odiaba ir a trabajar al día siguiente porque sabía que sucedería de nuevo. Tenía tanto miedo de que me despidiera y me denunciara al estado por ser menor de edad. Pero después de siete días y mi primer cheque de pago, simplemente no podía volver más. Así que simplemente no volví, no llamé, simplemente no me presenté. Tengo 55 años y todavía me afecta hasta el día de hoy. Luego continuó, mi siguiente trabajo fue un equipo trabajando para Persona 1 en Ubicación 2. La Persona 2 solía acorralarme en la sala de fotocopias con las manos sobre mí y uno llegó tan lejos como para seguirme a casa aterrorizado. Me agredió sexualmente y nunca dije nada, simplemente nunca volví a trabajar. Luego acepté un trabajo en el supermercado Wises y Ubicación 3 en el departamento de carne y panadería pensando que podría estar lejos de la gente. Y el carnicero solía acorralarme en el congelador, intentaba besarme constantemente, me ponía las manos encima, constantemente hacía comentarios sexuales, simplemente nunca terminó. Logré seguir adelante durante un año soportando eso, pero finalmente lo dejé. Fui a la escuela de enfermería y luego conseguí un trabajo trabajando con médicos y hacían lo mismo, un médico o dentista en particular me avergonzaba por mi cuerpo, me hacía sentir como si fuera menos mujer, pero luego hacía comentarios sobre las partes femeninas de mi cuerpo continuamente. Llegó un punto en el que sentí que no había otra opción. Si quería trabajar, tenía que aguantarlo. Ojalá las cosas fueran diferentes entonces, como ahora. El trastorno de estrés postraumático (TEPT) que sufro es tremendo.

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    De un sobreviviente
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    Viernes, 13

    La mañana del viernes 13, [mi mejor amigo/su esposa] me preguntó si podía ir a cuidar a [niño] esa noche, así que fui. Se acostó sobre las 4 p. m. y solo estábamos él, [niño] y yo, además de ella. [Su pareja de compañeros de piso] estaba en el trabajo y [el bebé de la pareja] estaba en casa de su abuela. Cenamos Plato Completo sobre las 5:30 p. m., según le había pedido, comida china cuando me preguntó qué quería cenar. Al volver de recoger la comida, empezó a hacerme una pregunta muy personal. Preguntó: "¿Cuánto tiempo hace que no te comen fuera?". Me quedé callada, pero luego le dije que no quería responder, pero él siguió preguntando. Silencio. Empezó a adivinar: "¿Un año?", "¿Dos años?", "¿Tres años?", "¿Cuatro años?", "¿Cinco años?". Finalmente respondí: "Sí" cuando dijo 5 años. Dijo que eso cambiaría esta noche y yo le dije: "No, no va a cambiar, estoy bien, no va a pasar nada". Insistió y dijo que "prometía" que algo sí pasaría, y yo seguí en desacuerdo hasta que volvimos a casa. Preparé el plato de [niña] y pasó muy cerca de mí en la cocina, así que corrí a sentarme en el sofá (un sofá grande, me senté en la esquina) con su comida y la mía. Comimos todos y puse "La Niñera" para ver. Hizo algunos comentarios que no recuerdo, pero sí recuerdo que dijo: "Si quieres sexo, despierta a tu mujer". Después de comer, jugué con [niña] y se acercó mucho y empezó a jugar con ella también. Le estaba haciendo cosquillas y estábamos jugando cuando él empezó a hacerme cosquillas a mí también, lo cual me pareció extraño, pero no dañino. (Mis pantalones se me resbalaban constantemente por moverme y tenía que subírmelo constantemente. Él se daba cuenta). Esto continuó hasta que mandó a [niña] a la cama a las 7 p. m., lo cual era raro porque no se acostaba hasta las 8 p. m. Pero es su padre, así que no lo cuestionaba. Puse "La Niñera: Killer Queen" porque quería ver la segunda película y estuvo de acuerdo. Entonces empezó a decir que tenía las manos frías y empezó a meterlas en el bolsillo izquierdo de mis vaqueros y en mi camisa. En cualquier lugar cerca de mí, en realidad. Sacó la mano de mi camisa, pero dejó la otra en mi bolsillo, y yo seguía pidiéndole que me devolviera el bolsillo, pero él solo decía "mi bolsillo", así que pensé que era una broma, una broma rara, pero aun así parecía una broma. Le repetía una y otra vez que era mi bolsillo y él repetía que era suyo. Intenté sacarle las manos de mi bolsillo y le dije que parara y me diera el mío cuando empezó a buscar el otro bolsillo también. Cada vez que intentaba apartarle las manos, me apretaba con fuerza, formando un puño con la tela de mi bolsillo en medio. No podía quitármelas de encima. Ya empezaba a sentirme incómoda, pero no quería parecer grosera ni molestarlo. Es un tipo grande y me domina con facilidad. Al principio, también metió la mano en mi bolsillo derecho, luego nos giramos hacia el cine y la sacó. Después de un minuto, intentó volver a meterla en mi bolsillo derecho, pero terminó abriéndome los pantalones y metiendo la mano ahí. Dije: «[su nombre], para, eso no es un bolsillo» con los ojos muy abiertos. Sé que tenía los ojos muy abiertos, lo notaba. Dijo: «Mejor aún», y luego su mano se metió en mis bragas y me tocó la vagina. Dijo: «¡Uy, y está depilada!». Sentí náuseas pensando en lo que iba a pasar, así que le dije que no e intenté sacarle las manos de nuevo. No se movía. Me quitó la manta que llevaba puesta y me bajó los pantalones para ver la zona sobre la vagina. Me mordió el muslo y luego puso su boca en esa zona. Empezó a penetrar más en mi espacio y me miró expectante. No quería resistirme ni molestarlo. "No" y "Para" no funcionaban. Así que empecé a fingir que me gustaba para que pasara más rápido. Me bajé los pantalones hasta los muslos para que pareciera que lo disfrutaba y él se movió entre mis piernas y empezó a lamerme y morderme ahí abajo. Aparté la mirada y cerré los ojos con fuerza. Intentaba abrirme más las piernas y me dolía por los vaqueros, así que saqué la pierna izquierda y las separé más para que dejara de empujar. Se sentía tan mal. Intentaba no llorar en ese momento. Terminó después de unos 30 segundos de fingir gemidos e incluso un orgasmo para que parara más rápido. Se acercó, me subí los pantalones enseguida y me dijo: «Te prometí que no te haría más que eso». Luego dijo: «Tienes buen sabor», me agarró del cuello y metió la lengua en mi boca. Intenté corresponderle el beso para que se sintiera satisfecho, pero terminé tumbada, recibiendo su lengua. Me sentí como una muñeca de trapo, siendo utilizada. Cuando dejó de besarme, me tapé con la manta para protegerme un poco. Se movió, se sentó en el otro extremo del sofá y me pidió que fuera a abrazarlo. No dejaba de decir «ven aquí» y palmeaba el sofá entre sus piernas. Cuando me negué, me preguntó qué le pasaba y luego volvió a mi espacio. Le dije que me sentía mal y culpable para que él también se sintiera culpable. Dijo «Shhh» y volvió a meter la mano en mis pantalones. Intenté desviar su atención hacia la película, pero no funcionó y puso la cabeza delante del televisor para que no pudiera verlo. Intenté de nuevo atraer su atención hacia la película, pero fue en vano. Entonces empezó a tocarme, me levantó la camiseta y el sujetador y se llevó mi pezón izquierdo a la boca. De nuevo, fingí que me gustaba. Pensé que se me pasaría más rápido si fingía tener un orgasmo rápido. Terminó y me hizo saborearme en sus dedos. Luego vimos la película un rato y me puse la sudadera sobre la cara para ocultarme. Comentamos un poco la película. Intentó que me acurrucara o algo con él otra vez, pero negué con la cabeza. Entonces se levantó, se acercó a mí, me separó las piernas, se tumbó entre ellas y se presionó contra mí. Luego volvió a mi lado, me desabrochó los pantalones y me tocó de nuevo. Fingí que me gustaba. Me besó de nuevo y esta vez ni siquiera lo intenté. Me quedé allí tumbada otra vez, con la boca abierta y los ojos cerrados. Cuando terminó, me dijo: "No se lo cuentes a nadie" y que no lo haría. Le dije que no podía volver a mencionar una "propina". Le dije que sería "solo una noche porque ya está saciado", con la esperanza de que aceptara y no lo volviera a hacer. Dijo que no estaba saciado. (La "propina" que menciona fue un día, hace meses, que fuimos a comprar pizza y fui con él. Me la dio y me pidió propina. Le hice una broma y fingí subirme la camisa y enseñarle el cuerpo. Desde entonces no ha parado de hacerme bromas sexuales). En fin, dijo: "Quizás no, al menos no con ella cerca", y señaló la habitación donde dormía su esposa porque tenía que estar en el trabajo a las 11 de la noche. Me pidió que me acercara, donde estaba apoyado en él, y luego me preguntó cuánto tiempo llevaba deseando que eso pasara. Me quedé callado, porque no quería que pasara nunca. Me preguntó de nuevo y dijo: "Vamos, sé que lo pensaste. ¿Cuánto tiempo llevabas queriendo que pasara?". No lo pensé ni una sola vez, pero no quería molestarlo, así que dije: "No pensé que eso pasaría nunca", esperando que fuera suficiente. No lo fue. Volvió a preguntar: "¿Cuánto tiempo?". Volví a mentir. Le dije que lo había deseado "las últimas dos veces", murmuré, esperando que esta vez fuera una respuesta suficiente. Me aparté de él y volví a mi sitio. Sonrió e intentó tomarme la mano, pero después de unos dos segundos la solté y volvió al otro lado del sofá y me pidió que me acercara a él por segunda vez. Volví a negarme. (Nota al margen: Mientras me tocaba, me hacía mirarlo cuando intentaba apartar la mirada, me bajaba la sudadera con capucha cuando intentaba ocultar mi cara. Intentaba cerrar las piernas unas cuantas veces mientras él también me tocaba para que se detuviera, pero luego me obligaba a separar las piernas de nuevo y me decía que las mantuviera abiertas). (En algún momento hizo una broma sobre que tenía algo que escupe o que es como una fuente. Algo solo en esas líneas, refiriéndose a su pene. No quería que se intensificara más, así que esperaba que no intentara hacerme tocarlo o, Dios no lo quiera, chuparlo. Me siento mal incluso de pensarlo). Eran exactamente las 9:27 p. m., unos minutos después de que terminara y se había sentado lejos de mí otra vez, y le dije que necesitaba ir al baño. Me levanté y fui hacia él porque tengo que pasar por donde está sentado para llegar al baño. Él me dijo que viniera aquí inclinó su cabeza para un beso y me ayudó en el brazo mientras me agachaba para darle uno. Intentó jalarme a su regazo, pero le dije que me dejara ir al baño y me soltó. Llegué al baño y me senté en el inodoro para usarlo. Inmediatamente saqué mi teléfono de mi sudadera para enviarle un mensaje de texto a mi otra mejor amiga sobre lo que había sucedido. Ella me dijo que lo que hizo fue violarme. Sabía que lo era, pero nunca creí que él haría eso y me sentí desconsolada porque solía ser un amigo en quien confiaba. Ella me dijo que necesitaba decirle [a mi mejor amigo/su esposa] y acepté que quería hacerlo, pero no quería que pareciera que solo estaba tratando de arruinar su matrimonio o que pensara que solo estaba durmiendo con su esposo. Planeaba mantenerme callada. Llamó a la puerta y me preguntó si estaba haciendo caca y dije que sí, lo cual era mentira, simplemente no quería volver a salir allí. Me quedé en el baño hasta las 9:50 p. m., cuando sentí que la historia de la caca ya no me parecía creíble. Volví a sentarme en el sofá e intenté jugar con el móvil y escribirle a mi otro mejor amigo, pero no quería que supiera que se lo había contado a nadie, así que terminé dejándolo. [Mi mejor amigo/su esposa] se levantó para ir a trabajar poco después, él entró en la habitación con ella. Salió con el uniforme puesto y me preguntó: "¿Cómo conseguiste que aceptara comida china?". Le dije: "Me preguntó qué quería, le dije comida china". Me dio un beso en la mejilla y se fue a trabajar. Había aceptado que me quedara con su móvil mientras estaba en el trabajo porque su perro había mordido el mando a distancia, y ella tenía uno en el suyo y yo no tenía espacio para descargar la aplicación. Así que se fue sin el móvil, porque yo lo tenía. No le conté lo que había pasado todavía porque él seguía despierto, y ahora no podía escribirle. En cuanto ella salió, él corrió a la ventana para asegurarse de que su camioneta saliera de la entrada. Luego me miró y me preguntó: "¿Quieres follar?". Negué con la cabeza y me preguntó: "¿Por qué? ¿No quieres terminar otra vez?". Tenía una sonrisa burlona. Negué con la cabeza de nuevo y me dijo: "Bueno, entonces me voy a la cama". Se fue a la cama y, unos minutos después, [la pareja que comparte piso con su bebé] llegó a casa. Yo también soy la niñera de [el bebé], así que no se explicaban por qué estaba allí y les dije que a última hora debía cuidar a [la niña], pero en realidad no la cuidé, así que estaba allí sin ningún motivo. Me entregaron a [el bebé] y lo tuve hasta la 1:30 a. m. porque se negaba a dormir. Lo llevaron a la cama a esa hora y me quedé dormida sobre las 2 a. m. mientras veía YouTube. Me desperté de golpe a las 5 a. m. con ganas de cargar el teléfono, ya que no lo había hecho la noche anterior. Fui al baño, luego comí un donut azucarado (venía con comida china de la noche anterior) del refrigerador. Y me acosté y me cubrí en el sofá otra vez. Unos minutos después, alrededor de las 5:15 AM escuché la manija de la puerta del dormitorio y fingí estar dormida con los ojos apenas abiertos para poder ver. Caminó hacia la puerta y miró por la ventana con sus mismos pantalones cortos de la noche anterior. Regresó a su habitación y abrí los ojos y luego los volví a cerrar sabiendo que iba a salir a trabajar pronto. Tenía su uniforme de trabajo puesto cuando salió de nuevo y se sentó directamente a mi lado pensando que estaba dormida. Estaba acostada de lado y él me quitó la manta, tiró del botón de mis jeans, los bajó y metió su mano en mis pantalones otra vez. Me retorcí para hacer parecer que acababa de despertar y luego me detuve y fingí dormir otra vez en una posición diferente. Sus manos nunca se detuvieron. Finalmente supe que no podía fingir que dormía durante todo el incidente, así que abrí los ojos y fingí estar de mal humor porque me habían despertado. Me pidió que me diera la vuelta y volví a recostar la cabeza después de negar con la cabeza y refunfuñar. Me preguntó qué me pasaba y le dije que estaba cansada. No paró. Siguió y le dije que tenía sueño otra vez. Finalmente, retiró la mano y dijo: "Bueno, pues duérmete, abróchate los pantalones primero". Así que los abroché, subí la cremallera y me volví a acostar con los ojos cerrados hasta que se fue y lo oí alejarse en su camioneta. Me levanté, corrí al baño y le escribí a mi otro mejor amigo sobre lo que acababa de pasar. Me quedé despierta llorando y conecté el teléfono de [mi mejor amigo/su esposa] en la habitación un rato porque lo necesitaba para ver la televisión. Se cargó lo suficiente como para poder ver YouTube en la televisión y calmarme. Sobre las 7:30 a. m., [mi mejor amigo/su esposa] llegó del trabajo, se quitó la chaqueta, guardó las llaves y me preguntó qué me pasaba. Al principio no le dije nada, pero me conoce desde hace 10 años. Así que supo que algo andaba mal por mi aspecto. Estaba acurrucado con la cara en la sudadera y evitando el contacto visual. No quería que fuera tan obvio que algo pasaba. Pensé que intentaba ocultarlo. Seguí negando con la cabeza, pero ella insistió, y me quebré y empecé a llorar y le dije que era [su nombre], pero que no podía decirlo porque se enojaría y me odiaría. Se puso muy seria y me dijo que no le importaba si estaba enojado o no, que tenía que contárselo. Le conté brevemente lo sucedido y me abrazó y me dijo que no era mi culpa. Todavía lo siento. Seguí disculpándome y para entonces ya estaba sollozando. Se levantó, se puso la chaqueta de nuevo y se dirigió a la puerta. Le pregunté adónde iba. Dijo que tenía que calmarse antes de dispararle. Salió por la puerta y yo me acerqué a la ventana para ver qué hacía. Volvió, descolgó las llaves y me dijo que volvería. Se fue y miré su ubicación en Life 360. Fue a su trabajo (trabajan en el mismo sitio, con horarios diferentes). Volvió un rato después y le pregunté qué había pasado. Dijo "mucho", luego sonó el teléfono y contestó y dijo "no te acerques a esta casa ahora mismo", así que supe que era él. Entonces oí su camioneta y me puse nerviosa. Me levanté y me dijo que me quedara dentro. Corrí al baño y me encerré con el teléfono. Lo oí salir, pero no la oí volver, así que revisé Life 360 y vi que se habían ido juntos. Salí del baño. Vi YouTube en el teléfono durante casi una hora mientras veía Life 360. Vi que se dirigía de vuelta a casa, así que cogí todas mis cosas y corrí al baño. Volvió, pero yo también lo oí. Llamó a la puerta, pero no abrí hasta que oí su voz y la hice cerrar la puerta del baño para no verlo. Me dijo que estaba en la habitación y que no iba a salir, y que podía entrar en la sala sin problema. Nos quedamos un minuto en el baño, y yo seguía llorando, y ella también, e hicimos bromas al respecto, porque así es como nos las arreglamos. Dijo que él quería disculparse, pero que yo ni siquiera podía mirarlo, y sigo sin poder hacerlo. Una foto de él me hizo llorar antes de salir de su casa. Él no creía haber hecho nada malo, salvo engañarla, hasta que ella lo confrontó. Ella insistía en que le dejara disculparse, porque no quería que me fuera cuando me sentía así, pero no pude. No puedo volver a verlo. [Niño] se despertó y [mi mejor amigo/su esposa] la dejó conmigo y se fue a la habitación con él. Le preparé a [niño] unas sobras de la noche anterior y comí un rollo de huevo y un wonton. Le di un beso de despedida y nos fuimos. Mientras conducíamos, [mi mejor amigo/su esposa] me dijo que todavía estaba pensando en dejarlo y que él lloró porque pensó que ella lo dejaría. Ella dijo que él no sabía qué había hecho y que le había dicho que había estado pensando en ella todo el tiempo. Entonces, ¿por qué no paró? Debería haberlo hecho. Creo que una parte de él sabía que me sentía incómoda. Siento que era obvio. Ni una sola vez le dije que sí. Ella dijo que él se sentía como su padre porque yo me siento así (otra historia triste sobre su padre). [Su nombre] no sintió que fuera una agresión sexual, yo sí. Al parecer, se siente mal por eso. Se supone que debería perdonarlo, pero no puedo. Ahora mismo es martes 17 y todavía estoy escribiendo partes de esto con ganas. Salimos con su tarjeta de crédito y fuimos a Dunkin Donuts a tomar un café. Intenté fingir que estaba bien y creo que funcionó. No lo pensamos durante un rato. Fuimos de compras a una tienda de ropa para ella y me compró una camisa. Sé que tenía buenas intenciones, pero parece que un café y una camisa son suficientes disculpas por haber sido agredida. No lo son. Intenté decir su nombre cuando me llevó a casa y lo dije, dudé y terminé diciendo "él" o "él". Ella dijo que se queda con él. No tengo a nadie de mi lado. Tengo pequeños ataques durante todo el día porque recuerdo cómo se sentía sobre mí y me retuerzo y tiemblo de la incomodidad. Lloro y a veces golpeo algo como la pared o mi cama porque es abrumador. Siento como si su olor se hubiera grabado en mi nariz. Odio esto. Ni siquiera puedo mirarme al espejo sin llorar. No puedo contárselo a nadie. La otra mejor amiga que lo sabe no quiere hablar de ello, no quiero mencionarlo con [mi mejor amiga/su esposa] porque siento que solo quiere olvidarlo. Mis padres no lo saben. Solo saben que he estado encerrada en mi habitación durante casi 4 días con muy poco contacto. Mi papá lo mataría si supiera lo que pasó y no quiero que mi papá vaya a la cárcel. La pareja (mis amigos) que vive con nosotros pensó que hicieron algo malo. Les dije que no eran ellos y me compraron chocolate y un narval de peluche porque he estado "triste". Tampoco puedo contarles lo que pasó. Es uno de sus padres adoptivos. No es justo para ella. No tener a nadie no es justo para mí, pero no es la primera vez que tengo que lidiar con un trauma sola. Sobreviviré. Escribí esto como una entrada de diario para mí misma y lo escribí de una manera que no se pueda rastrear hasta mí. Pero me ha estado carcomiendo, así que tengo que compartirlo por mi propia cordura. Estoy tan jodidamente sola y me está matando. Hoy hará una semana y sé que es pronto, pero tengo tantas emociones encontradas y no sé qué hacer. He empezado a ser hipersexual y a masturbarme más de lo que lloro después, y no sé cómo parar. Esto no puede ser normal.

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  • Mensaje de Esperanza
    De un sobreviviente
    🇹🇹

    Creo que con cada día pronto podré superarlo por completo y esto sería un mero recuerdo.

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  • Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Sanar es darme cuenta de que lo que estoy experimentando fue deliberado, vil, premeditado y planeado para aniquilarme. Sanar para mí significa ver que la vida que me ha sido dada, por un poder que aún no comprendo plenamente, me amó lo suficiente como para permitirme usar estas capacidades, que no doy por sentado y que aprovecho al máximo. Como bien: alimentos que me hacen bien. Mi higiene es impecable y me cuido mucho a mí mismo, a mis dientes, a mi piel y a mis ojos, mientras visito a mis profesionales de la salud de forma regular. Sanar para mí significa que mi perspectiva, mi entorno y mi hogar estén cuidados de forma impecable y meticulosa, y que sea el paraíso en el que me gustaría vivir; yo lo hago realidad. Sanar para mí es asumir la responsabilidad de mí mismo. Mientras busco a otros que me ayuden y defiendan, y hasta ahora no he encontrado absolutamente ninguno, sigo convencido de que de mí depende que haya algún cambio, incluso después de cinco años viviendo en total aislamiento. Sanar para mí es asegurarme de controlar las cosas de las que soy responsable y no convertirlas en algo perjudicial, dándole más peso a mi abuso. Sanar para mí es hacer las cosas que disfruto; que sean viajar, aunque viaje sola y tenga que dar el número de un abogado, ya que no tengo a nadie "en caso de emergencia" a quien recurrir, tras haber estado totalmente aislada. Sanar para mí es darme cuenta de que, a pesar de ver que todo el mundo está en mi contra, puedo defenderme con cualquiera de esas personas que se han alzado en armas contra mí. Sanar para mí es simplemente ser mi yo radiante y hermoso cada día, dondequiera que vaya, a pesar de saber que mi abusador ha arruinado cada conexión, cada conexión y cada posibilidad potencial que se me presenta.

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  • Cada paso adelante, por pequeño que sea, sigue siendo un paso adelante. Tómate todo el tiempo que necesites para dar esos pasos.

    Estás sobreviviendo y eso es suficiente.

    “La curación es diferente para cada persona, pero para mí se trata de escucharme a mí misma... Me aseguro de tomarme un tiempo cada semana para ponerme a mí en primer lugar y practicar el autocuidado”.

    “Realmente espero que compartir mi historia ayude a otros de una manera u otra y ciertamente puedo decir que me ayudará a ser más abierta con mi historia”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Acoso sexual grave

    Empezó como acoso sexual. Y lo dejé pasar. ¡No dejes que te pase! Era una becaria universitaria que cursaba mi especialización en gestión de la cadena de suministro. En la escuela de negocios, sabes que no se obtiene un título y ¡zas! Un trabajo te espera por arte de magia. A menos que ya tengas contactos. Era una mujer soltera que recibía ayuda financiera y no tenía prácticamente ningún contacto familiar. Necesitaba hacer algunos contactos mientras estudiaba para ascender. Es un mundo muy competitivo. Una época en la que no nos importa tanto dónde trabajamos, siempre y cuando tenga perspectivas de ascenso y de ganar dinero. Estaba haciendo prácticas en las oficinas corporativas de una empresa de alquiler de coches. Me dieron mi primera opción para una clase en la que teníamos que hacer prácticas en una empresa real. Mi grupo de cuatro estaba en sus oficinas de logística y no teníamos un trabajo definido en ese momento, pero mi escuela había enviado estudiantes durante un tiempo, así que teníamos una persona de contacto y una idea vaga de un proyecto que mi grupo de cuatro tenía que organizar y ejecutar para nuestro grado. Bueno, eso fue un poco torpe y seguí con la mala idea de planificar rutas de distribución más eficientes para los coches que entraban en la flota. Fue una ingenuidad, ya que la empresa contaba con auténticos profesionales que diseñaron el sistema. Pero, gracias a mis artimañas femeninas, un alto directivo me invitó a ayudar en mi tiempo libre. Solo yo. Aproveché la oportunidad y, en mis días libres, llegaba temprano por la mañana e intentaba ser parte del equipo. Era un ambiente muy masculino. Intenté quedarme a pesar de las pretensiones de trato especial. "¿No serás de esas feministas que se ponen a llorar a Recursos Humanos si un hombre te hace un cumplido o una palmadita en el trasero?", me había preguntado el hombre que me invitó primero. Lo llamaremos XX. Le aseguré que no, anticipándome a su respuesta. "Trabaja duro, diviértete mucho", fue algo que dije en mi negación de unos valores a los que obviamente se oponía. Así que las dos veces que XX me presentó como su amante, le seguí la broma. Otro error estúpido. Como ejemplo de mi entorno, después de que un hombre Y del departamento me enseñara a usar parte de un programa que calcula las faltantes de existencias, me hizo sentarme a probarlo y me dio un masaje que no pedí temprano por la mañana. Pues bien, XX se acercó y bromeó sobre que Y le había metido las manos a su novia. Tuvieron un momento de camaradería cuando el hombre Y le preguntó si hablaba en serio, diciendo algo sobre la esposa de XX, a lo que XX se retractó y dijo algo como: "Es solo una broma. Me encantaría en mis fantasías, pero es propiedad de la empresa, hermano". ¡¿Propiedad de la empresa?! ¡Estaba sentada allí mismo! Me tensé, pero intenté fingir que estaba absorta en la clase de informática mientras XX se iba y el hombre Y volvió a masajearme, pero esta vez con más intensidad. Bajó por mi espalda baja y la parte superior de los glúteos, luego por los brazos hasta los muslos, impidiéndome hacer cualquier trabajo mientras me rozaba el pecho con los antebrazos y las manos. Me sentí tan débil y casi paralizada cuando me obligué a levantarme para ir al baño, deteniéndolo. Podría haberlo hecho al principio, pero no lo hice. Más tarde, ese mismo día, XX me invitó a almorzar con él y a tomar una cerveza en un bar con mesa de billar. Tenía 20 años, pero no me pidieron el DNI porque estaba con XX. Casi nunca jugaba al billar y, mientras esperábamos la comida, él me "enseñó" a jugar. Se burló del cliché del cine y la televisión donde un hombre hace que una mujer se incline sobre la mesa de billar para disparar, solo para presionar su entrepierna contra su trasero en un gesto sugerente y luego inclinarse sobre ella con los brazos a cada lado para enseñarle a deslizar el palo. ¡Pero mientras bromeaba, me hizo esas cosas a mí! Fue un buen día para mis dos principales abusadores y un día horrible para mí. XX me abrazó mientras nos levantábamos riéndonos y, al parecer, ahora tenía licencia para abusar de mi cuerpo cuando quisiera. Me volví insensible en algunos aspectos, pero emocionalmente estaba más nerviosa. Me tocaban el trasero o me azotaban juguetonamente en el departamento, incluso por parte de un hombre Y. Algunos otros hombres eran muy coquetos. Me frotaban los hombros, me abrazaban incluso al saludo más breve con XX, y finalmente se suponía que también me acostumbraría a los pequeños besos en los labios. Sentía una constante angustia mental y una actitud defensiva. Mi cuerpo podía ser atacado en cualquier momento. ¡Pero no me defendí! Les decía claramente a XX y a algunos otros que quería ser respetada y considerada como una más y tener un trabajo allí cuando me graduara, y ellos lo afirmaban. Los dos principales abusadores me animaron, pero aun así me acosaron sexualmente. ¡Con mi bendición estúpida! El semestre terminó y seguí yendo a diario durante las vacaciones de verano. Era mi única vía de escape para un posible trabajo después de graduarme un año después. Estaba tan preparada que no fue un gran salto cuando XX me presionó para que se la hiciera en su oficina. Me negué con una sonrisa y un movimiento de cabeza, y él respondió con una justificación: que le debía una, que lo necesitaba en ese preciso instante. No aceptaba un no por respuesta. La primera vez que me arrodillé frente a su escritorio y lo tomé en mi boca, me temblaban las manos, se me saltaron las lágrimas y tuve que escurrir los mocos. ¡Yo era la que estaba avergonzada! Fue como una experiencia extracorpórea, y se me secó la boca hasta el punto de tener que pedirle un poco de su bebida energética. En mi interior, hubo un cambio enorme de inmediato. Quedé destrozada por todo orgullo y autoestima. Era como un zombi. Apenas comía. Mucho café. Aparecía, hacía los informes que se habían convertido en mi responsabilidad y, mecánicamente, le daba a XX su mamada diaria por la tarde en su pequeña y sosa oficina con una ventana pequeña. Empecé a tener migrañas ese verano. Conduje a casa para el 4 de julio y me emborraché tanto que acabé durmiendo con el exmarido de mi hermana, mucho mayor, en la parte trasera de su camioneta. Esa fue una terrible llamada de atención. Sabía que no podía fingir mucho más sin una crisis nerviosa, así que pasé mis dos semanas en la empresa de alquiler de coches donde trabajaba gratis. Para asegurar mi futuro, me aseguré de mantener un ambiente amistoso y de decir "sabes que volveré a trabajar aquí el año que viene". La idea de que todo el tiempo y la humillación que había invertido se perdieran en nada era un gran miedo. Me sometí a eso durante las últimas dos semanas. Tuve sexo rápido con XX dos veces encima y encima de su escritorio. Cedí a la presión extrema y también le hice una mamada a Y cuando lo mencionó explícitamente por una carta de recomendación. Sabía que lo hacía por XX. Ni siquiera tenía despacho propio y teníamos que usar las escaleras. Durante mi último año de universidad, me di cuenta de que estaba demasiado traumatizada como para volver allí. El grado de utilización y abuso que había sufrido se hizo evidente para mí, cuando antes no. Como si hubiera estado viviendo en una neblina de negación. Fue una época dolorosa. Fui un poco imprudente. Saqué una C en la asignatura optativa de economía de alto nivel que cursé. Acepté varias citas para evitar estar sola y, o bien me acosté con ellas, o bien me enfurecí. Al ver que necesitaba la falsa pasantía de alquiler de coches en mi currículum, les escribí a ambos abusadores para pedirles cartas de recomendación y recibí una buena del hombre Y, pero una muy impersonal y genérica de XX. Estaba tan abatida y enfadada. Finalmente, se lo conté a mi hermana, la que me confrontó por su exmarido. SE LO CONTÉ TODO Y ESE FUE MI PRIMER PASO HACIA LA RECUPERACIÓN. A desahogarme, a gritarme en el espejo, a golpear el saco de boxeo en un gimnasio al que me apunté, y a ver a mi primer psicólogo y psiquiatra. La terapia me ayudó más que el Celexa y el antipsych. El grupo de apoyo me ayudó aún más. Conocí a dos amigas para toda la vida que me apoyan en momentos de dolor. Debo repetir que no es mi culpa haber sufrido abuso, aunque en parte sí lo fue. ¡No dejes que te pase! Te quitarán todo lo que puedan. ¡Planifica tus límites ahora y sé asertiva! Denuncia el acoso inmediatamente. Al hacerlo, te convertirás en una heroína y protegerás a otras mujeres y a ti misma. Si ya has sufrido abuso, ¡sal de la situación y habla con alguien cuanto antes! ¡No ganas nada permitiendo que el abuso continúe! Hablar con alguien lo hace real y te permite comenzar a odiar menos y a aprender a amarte de nuevo. Mereces amor verdadero.

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  • Eres maravillosa, fuerte y valiosa. De un sobreviviente a otro.

    “Para mí, sanar significa que todas estas cosas que sucedieron no tienen por qué definirme”.

    “A cualquiera que esté atravesando una situación similar, le aseguro que no está solo. Vale mucho y mucha gente lo ama. Es mucho más fuerte de lo que cree”.

    Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    La curación es tener amor propio, autocompasión y saber el propio valor.

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  • La sanación no es lineal. Es diferente para cada persona. Es importante que seamos pacientes con nosotros mismos cuando surjan contratiempos en nuestro proceso. Perdónate por todo lo que pueda salir mal en el camino.

    Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    poder seguir adelante y pasar un poco la pagina

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  • Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇦

    Name, solo tenía 6 años

    Tenía alrededor de 6 años, cierro los ojos y es cómo si volviera a vivir en carne propia el recuerdo, me acuerdo del ruido de la televisión, el olor del desayuno que estaba comiendo, yo solo estaba viendo caricaturas. El, un hombre de alrededor 50 años me cargó y me acomodó en sus piernas, y deslizó su mano por debajo de mis panties, TENÍA 6 AÑOS y ahí empezó mi historia de abusó sexual, una historia que me hubiese gustado no tener que experimentar. Yo hablé ya que mi mamá siempre me había enseñado a que nadie podía tocar mis partes pero en ese entonces mi mamá no tenía los recursos, vivíamos en casa de una prima (la hija de mi abusador) y nadie me creyó, dijeron que era mi imaginación. Otros sucesos pasaron cometidos por la misma persona, me arrebató mi inocencia y me rompió en pedacitos… pese a que yo hablé la primera vez, las otras veces me quedé callada porque nadie me creyó, nadie me protegió y nadie me escuchó más que mi mamá pero en ese entonces ella estaba luchando con un problema de alcoholismo y toda la familia nos dio la espalda. Después de un tiempo dejé de ver a mi abusador pero a los 8 años me volvió a pasar pero esta vez por el esposo de mi tía (la hermana de mi mamá) ellos han sido casados desde que mi tía tiene 16 años hasta el presente. Fuimos de visita a casa de mi tía, era diciembre entonces mi mamá salió con mi tía a comprar cosas para la navidad, yo, mi hermano y mi primo (hijo de mi tía) nos quedamos al cuidado del esposo de mi tía, el en ese entonces era oficial de la policía. Yo estaba jugando con mi primo y mi hermano cuando él me llamó, él estaba sentado en la mesedora viendo las noticias cuando me sentó en sus piernas y yo inmediatamente me paralice puesto que la última vez que alguien me sentó en sus piernas me manoseo, esta vez fue diferente, solo me acaricio las piernas y yo solo sentí cómo algo duro me rozaba mis glúteos, me paralicé y no sabía que hacer, hasta que tuve la fuerza y me bajé. Nunca hablé de mi segundo abusador y nunca lo he hecho, yo ya no vivo en Colombia pero cuando voy me toca actuar cómo si nada aunque por dentro sienta tantas cosas. Por mucho tiempo reprimí todo lo que me pasó, siempre decía que no me afectó y ahora a mis 22 años me está atormentando. Estoy comprometida con el amor de mi vida, siento que ha sido un regalo que Dios y la vida me dio después de tanto tormento pero hay veces que cuando vamos a tener intimidad y me toca siento una rabia en mi, ese tipo de rabia que te dan ganas de pegarle un puño en la cara a esa persona, y no lo entiendo, el no me ha hecho nada? El solo me ha ayudado y me ha tratado con amor y me ha demostrado lo mucho que me respeta y me ama, siempre quise evadir el tema y reprimirlo, no hablar de ello y pretender cómo que no me afectó pero ya llegué a un punto donde me dan unos ataques de ira que ni yo me reconozco, donde termino lastimándome a mí misma o sacando esa ira en mi prometido, hace unas noches por fin en medio de una ataque de ira donde terminé azotandome la cabeza en la pared solo repetía “no me deja en paz, me persigue, sácalo de mi cabeza” estaba en un estado de crisis y mi prometido solo pudo sujetarme en sus brazos mientras me preguntaba quién me perseguía y fue la primera vez que dije su nombre en voz alta, “Name, el hombre que me violo y me robo mi inocencia no sale de mi cabeza” no podía hablar, las lágrimas y gritos de desesperación eran más que las palabras, en ese momento me di cuenta que no importa cuánto allá crecido aquella niña de 6 años sigue dentro de mi, está enojada, está triste y rota. Mi pareja es abogado entonces el fue quien me habló sobre me too movement, me dijo que me hiciera justicia y lo denunciara pero que si no me sentía lista por miedo que navegara las opciones que me too ofrece y que quizá empezara por contar mi historia, por unos días habría la página y solo me quedaba paralizada, pero hoy me anime, ya no merezco ser prisionera de un dolor que no fue mi culpa aunque por mucho tiempo he sentido que lo es, me siento perdida y no quiero que mi pasado defina mi presente, la vida me está dando oportunidades bonitas pero mi abusó sexual no me deja avanzar, cómo me saco esta rabia que siento por dentro? Porque me volví un ser tan agrio y amargo, porque me enojo por todo? Porque no puedo disfrutar la intimidad con mi pareja si es delicado conmigo? Parece que entre más delicado es más rabia siento por dentro. Me siento muy sola y perdida. Quiero este dolor fuera de mi

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  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Solo llámame "papá"

    En mi historia, COMENZÓ CON MI HERMANO, mencioné brevemente 3 instancias en las que evité ser violada al dejar que los hombres me tuvieran cuando parecía que iban a hacerlo sin importar si yo consentía o no. Creo que evité el trauma emocional y físico en ese momento, pero la ira, el resentimiento hacia mí misma y los sentimientos de haber sido agraviada y al respecto se acumularon después. Nunca compartí ni publiqué esas historias. Por favor, lea mi historia original para el contexto. En esta instancia, el sexo ya estaba sucediendo cuando desperté, y mi reflejo fue tomar el camino de la no confrontación. El camino fácil, no el correcto. Había llegado a casa del trabajo como mesera en mi bar y restaurante a la parrilla y mi compañera de cuarto tenía a su padre alojado con nosotros durante el fin de semana. Ya lo conocía porque condujeron directamente del aeropuerto al bar deportivo en el que trabajaba. Ahí fue donde me dijo: "Solo llámame, 'papá'". Se sentaron en mi sección, comieron y se fueron. Sin problemas. Luego, de vuelta en nuestro apartamento de dos habitaciones, hubo una pequeña fiesta para él con un par de amigos. Tomé un par de sidras fuertes y charlé sobre la universidad y mi compañera de piso, y escuché historias de cuando ella era niña. Coqueteé y seguí la corriente a las insinuaciones sexuales de "Papá" dirigidas a mí, e ignoré sus ojos de arriba abajo. Ya estaba acostumbrada. Jugué a ser la buena anfitriona y esperé hasta que todo se calmara, probablemente alrededor de las 2 o 3 de la mañana, antes de ducharme e irme a la cama. Había sido un largo día con clases y trabajo. Me desperté unas horas más tarde con "Papá" ya dentro de mí, ¡empujando dentro y fuera entre mis piernas! Por la luz que entraba a raudales por mis persianas oscuras, podía decir que era de día. ¡Pero qué diablos estaba pasando! No tenía bragas, pero sí camiseta. Debajo, la figura oscura que rápidamente pude identificar como "Papá" me acariciaba los pechos con una mano mientras me sujetaba con la otra. Todavía aturdida y confundida, supongo que lo abracé y respondí como una compañera dispuesta. Pronto terminó y luego se puso incómodo. Me dijo "Eso realmente dio en el clavo". ¡Empezó a conversar! Cuanto más tenía que pensar, más me daba cuenta de lo que había pasado. Que simplemente se había servido mientras yo dormía. Tenía 19 años y estaba saliendo con un jugador de béisbol universitario atractivo en ese momento y no me habría acercado a este tipo de cincuenta y tantos a propósito. Seguro que estaba bebiendo esa noche, pero yo solo había tomado unas pocas sidras. Así que ahí estaba yo, dándome cuenta de que me habían violado, ¡pero rehén de un sentido de la cortesía! Sin mencionar que medía 1,60 m y pesaba 50 kg, por lo que estaba la intimidación física de un hombre mucho más alto con un cuerpo de padre. Siempre orino justo después del sexo, pero me sentí cautiva por las divagaciones de "Papá" mientras se apoyaba en un codo flotando sobre mí mientras pasaba sus dedos sobre mí y me acariciaba el cabello esporádicamente. Compartí con él su lata de cerveza fría, que debió abrir justo antes de entrar a violarme, porque recuerdo haber bebido a fondo el líquido frío que me alivió la garganta seca. Sufrí algunos chistes de papá e historias que no me interesaban, además de responder algunas preguntas personales sobre mí y mi sexualidad. Buscaba un momento para levantarme y alejarme de "Papá" cuando dijo: "Estoy listo para ir otra vez, cariño". ¡No! ¡Se colocó encima de mí! En lugar de resistirme o incluso decir "no", abrí las piernas para acomodarlo. ¡Qué demonios! La segunda vez no tuvo la misma ansiedad que la primera, por desgracia. Como él mismo dijo, esta vez quería darme una lección. Supongo que sobre lo bueno que era en la cama. Un caso claro de "pene de whisky". Así que dejé que este hombre con el que nunca había querido ni considerado tener sexo me empujara en varias posturas. Era un hombre grande y mucho más fuerte que yo, era una broma. Después del misionero, me levantó para demostrarme algo y me lo hizo contra la pared junto a mi ventana. Recuerdo ver a través de las rendijas de las persianas y saber que era temprano porque el estacionamiento estaba lleno y no se movía nada. Entonces me tiré de golpe a la cama. Hicimos un 69, yo tumbada sobre él, chupándolo con todas mis fuerzas, deseando acabar con él mientras me lamía. ¡Fracasé! En un momento dado, me tuvo encima, montándolo. Estaba a gatas con él embistiendo detrás de mí cuando me desplomé boca abajo bajo su peso. Disfrutaba de las embestidas sin parar, ya que estaba completamente inmovilizada por él. Dejé que me diera dos o más orgasmos con la esperanza de que acabara. Grité tanto que me daba vergüenza que mi compañera de cuarto entrara corriendo en cualquier momento. Estaba desmayada, borracha. Finalmente se fue en cuanto terminó. Estoy segura de que tenía el ego desorbitado y ¡ese hombre tan terrible todavía piensa en mí! Me quedo tumbada en la cama, recuperando el aliento y cada vez más ansiosa. Me levanté, me puse un chándal y salí corriendo hacia el gimnasio. Tenía muchísimas ganas de escaparme. Bebí agua como si acabara de salir de un desierto. Me duché un buen rato en el gimnasio vacío del sábado por la mañana, sin más productos que jabón de manos. Luego empecé a entrenar como una loca, con tres horas de sueño y agotada. Intentaba sacármelo de encima sudando, gritando y haciendo ejercicio a toda máquina. Me duché de nuevo, salí y me quedé dormida en el coche, en la parte de atrás del aparcamiento. El resto del fin de semana solo iba a mi apartamento unos minutos a la vez para recoger cosas que necesitaba. ¡Y desde luego que no dormí allí! Cuando se fue, respondí a las preguntas de mi compañera de piso, que había estado ignorando con mentiras y respuestas cortas. Le dije la verdad. Se encogió de hombros y me miró con escepticismo, como si fuera una de esas cosas. Fui promiscua en la universidad y ella lo sabía. Hicimos una especie de broma y seguimos adelante. De la forma fácil, no de la correcta. Todavía me siento muy culpable por cómo era entonces. En aquel entonces, mi problema no era "ojalá hubiera peleado con él". ¡Lo que deseaba era haber estado demasiado borracho para recordarlo! Así que eso fue todo. Algo que guardé dentro, supurando. Otras cosas se sumaron y lo escondí bajo la alfombra de mi mente dañada. No es uno de los peores esqueletos en mi armario, pero por ahora estoy dispuesta a compartirlo. Estoy trabajando en las demás. Mi primera historia me ayudó mucho. Espero que también le haya ayudado a alguien más. Les agradezco a todos y me solidarizo. Leeré sus historias y los apoyaré en mis pensamientos y oraciones.

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    Tener familia y amigos, así como dos gatos cerca que te aman y no te juzgan por eso.

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    🇮🇪

    Voz autista

    Solía pensar que la violación era lo que verías en las películas. Un extraño te atacó violentamente. Resultó que estaba equivocada. Me habían violado en múltiples ocasiones y no lo comprendí del todo hasta que crecí y me volví más sabia, y también descubrí que soy autista. Esto fue lo que me ayudó a comprender lo que realmente había sucedido. Aprendí y estudié el autismo en niñas y mujeres, y a partir de ahí lo entendí. Era vulnerable, impresionable y estaba tan enmascarada que era una persona completamente diferente por fuera de lo que realmente era por dentro. Cuando era más joven y no tenía ni idea de que estaba siendo acosada debido a mi vulnerabilidad, empecé a fingir que simplemente me gustaba el sexo y era promiscua por voluntad propia. Era una mentira que me decía a mí misma y a mis amigas para no tener que afrontar el hecho de que no podía ni sabía cómo decir que no y decirlo en serio. Hay huida, lucha y también congelación. Tantas veces les decía que no y cuando no paraban me paralizaba y me daba cuenta de que mi voz no tenía sentido y que no me escuchaban. Era más fácil dejar que terminaran sin pelear y que fuera violento también. No me di cuenta de lo malo que sería el impacto mental. Una noche en particular estaba en un bar y algunos de nosotros volvimos a una fiesta en una casa. Un chico estaba mostrando interés en mí y la verdad es que me gustó. Nos besamos y nos divertimos y luego me llevó a una habitación y dudé pero acabé entrando. Cuando empezó a desvestirme, sujeté mi vestido y dije que no. Lo dije tantas veces y empezó a ponerse muy brusco y contundente y empezó a decirme cosas sobre darle esperanzas y qué creía que iba a pasar y yo solo quería que fuera brusco. Me di cuenta de que, dijera lo que dijera, iba a tener sexo, así que tenía dos opciones: luchar y ser agredida sexual y violentamente, o simplemente tener sexo sin más resistencia, lo que significaría que solo sería agredida sexualmente sin violencia adicional. Elegí la segunda opción y durante mucho tiempo creí que solo había tenido sexo esa noche. Ahora me doy cuenta de que fue una violación total. Ha afectado mi salud mental durante más de diez años y estoy lista para reconocer lo que me pasó en lugar de negarlo.

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    La curación es ya no tener miedo, pero todavía tengo miedo.

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    🇿🇦

    #523

    Era tan pequeño y todavía tengo recuerdos.

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    Carta a mi acusador.

    Le escribí esta carta a mi tío, que siempre se ha hecho la víctima. Querido tío X: Han pasado 28 años desde que esto ha atormentado a todos los involucrados y, después de todo este tiempo, nunca he hablado directamente al respecto para no armar revuelo. Pero ahora siento que debo decirlo porque no puedo permitir que esto siga atormentando a mi familia y que tú sigas atacándonos. Hasta el primer incidente, eras mi tío favorito, el que me atraía, apuesto a que nunca lo supiste. Sin embargo, también fuiste mi primer encuentro sexual, la primera vez que sentí una erección, la primera persona a la que le tuve miedo. Recuerdo subir las escaleras lentamente para ir al baño y que me llamaras a tu habitación y me metieras bajo las sábanas. Recuerdo sentir tu erección contra mi trasero mientras me dabas palmaditas; esto ocurrió muchas veces. Recuerdo dormir en el sofá y sentir tu aliento en mi cara mientras me metías la lengua en la oreja. Recuerdo la conmoción y el miedo que me causó. Recuerdo la sensación de tus manos en mis nalgas y mis pechos, recuerdo que pusiste mis pequeñas manos en tu regazo. Recuerdo esconderte en el baño con la cadena cerrada y tú apretándote contra el otro lado de la puerta preguntándome qué hacía allí, mientras yo observaba cómo tus ojos intentaban ver más allá de la cerradura. Recuerdo empujar la cómoda contra la puerta del dormitorio delantero y esperar que no entraras, escondiéndome con mis primos y mi hermana pequeña. También recuerdo cómo me sentí cuando mi abuela me dijo que no dijera nada si quería que nuestra familia siguiera unida. Recuerdo la llamada que recibieron mis padres en mitad de la noche y que les dijeran por teléfono que esto nos estaba pasando, meses después de haberles contado a nuestra abuela, tía y tío sobre los incidentes. Recuerdo oír a mi madre gritar y a mi padre chillar, recuerdo la mirada de mi hermano mientras estaba de pie al pie de las escaleras queriendo salir a buscarte, pero se detuvo porque mi padre, tu hermano mayor, estaba llorando en lo alto de las escaleras. Recuerdo el miedo, la emoción y el alivio de que finalmente lo supieran, pero también recuerdo escuchar a mi madre llorar e intentar ocultárnoslo, mientras se culpaba por no habernos protegido de ti. Recuerdo que muchos de los nuevos nos culpan por tus acciones. Recuerdo estar sentada frente a un desconocido en una habitación cerrada mientras le contaba lo que nos hiciste. Recuerdo abrazar a mi hermanita, que intentó mantenerse fuerte y protegerme mientras yo me sentía culpable por no haber podido protegerla. ¿Suena esto como una chica que sedujo a su tío (como diría la abuela), que tenía al diablo en la mirada? ¿Que está siendo vengativa y te está arruinando la vida? Se suponía que debías protegernos, pero no lo hiciste y, peor aún, nos culpaste. Te hiciste la víctima, te hiciste la víctima, la que está herida por todo esto y afirma que te destruyó la vida. Tú, que te casaste, tuviste hijos y tienes una casa, tú, que has tenido a la mayoría de tus hermanos a tu lado en aquel entonces. Has logrado convencer a tu esposa de que te sedujimos. Yo era la mayor y tenía solo 12 años, una niña muy ingenua de 12 años, mi hermana era la más pequeña con 10, cuatro niños, cuatro personas cuyas vidas cambiaron para siempre debido a tus impulsos sexuales. Imagina por un momento que este fuera tu hijo o tus hijastros quienes estaban siendo abusados y la gente los culpaba por ello, diciendo que sedujeron a un hombre adulto, luego intenta imaginar a esa persona regresando una y otra vez diciendo que tu hijo está mintiendo, que es su culpa y que arruinó la vida de ese hombre adulto, así es como nos ha sentido una y otra vez. Tus acciones nos han pasado factura. ¿Tienes alguna idea de lo que es escuchar a tu propia abuela decir que tenías al diablo dentro? ¿Sabes lo que es recibir cartas diciendo que creían que actuamos de manera inapropiada y que no nos acercaríamos a sus esposos porque los seduciríamos? Éramos solo niñas. Una semana después de mi boda, mi madre tuvo que echar a mi abuela del jardín delantero mientras les gritaba a mis padres que "si nos hubieran criado bien, esto nunca habría pasado" delante de los vecinos. Mi luna de miel se vio empañada porque ambos pensaron que debíamos ayudar a aliviar sus vidas. Todo en mi vida cambió en un instante; cambió la primera vez que decides dar rienda suelta a tus impulsos sexuales con niños. No puedo hablar del comportamiento de las otras víctimas, pero sí diré esto: míralas, observa sus vidas actuales y dónde han terminado, y recuerda que podrían haber sido diferentes si te hubieras mantenido callado. Cada uno de nosotros ha estado luchando contra sus propios demonios en esta etapa de nuestras vidas: dejaste que otros nos atacaran verbalmente por cobarde y dejaste que los niños asumieran la culpa de tus impulsos; dejaste que la familia se destruyera porque no hiciste lo correcto. Pasé muchas horas intentando aceptarlo todo y el daño que me causó. Luché con ello todos los días; no se trata solo de los tocamientos inapropiados, sino de cómo se manejó. Así es como tú, mi abuela y quienes me conocían me hicieron sentir. Ni una sola vez se han puesto de pie y han dicho que hicieron algo mal; eligen culpar a los niños en lugar de admitir que fueron ustedes. Ahora tengo 40 años, tengo dos hijos maravillosos y una excelente carrera como enfermera titulada en cuidados intensivos. Obtuve mi Licenciatura en Enfermería, un diploma en Ciencias Pre-Salud y un diploma en Administración de Consultorios Médicos, todos con honores, y todo esto como madre divorciada, soltera y a tiempo completo. He tenido muchos altibajos, pero soy fuerte, soy una luchadora, soy inteligente, compasiva y, sobre todo, una madre excepcional para mis hijos. Sus acciones ya no tendrán peso en mi vida, ya no me definirán, ya no serán algo a lo que haya sobrevivido; elijo triunfar y superarlo, elijo perdonar a mi familia extendida por sus responsabilidades porque elijo amarme. Sin embargo, es gracioso, la línea que sobresale en todo el archivo CAS, que tiene 32 páginas, es la que dices: "Te estoy tocando porque necesito una novia", esta es la razón por la que nuestras vidas cambiaron para siempre.

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    Actividad de puesta a tierra

    Encuentra un lugar cómodo para sentarte. Cierra los ojos suavemente y respira profundamente un par de veces: inhala por la nariz (cuenta hasta 3), exhala por la boca (cuenta hasta 3). Ahora abre los ojos y mira a tu alrededor. Nombra lo siguiente en voz alta:

    5 – cosas que puedes ver (puedes mirar dentro de la habitación y por la ventana)

    4 – cosas que puedes sentir (¿qué hay frente a ti que puedas tocar?)

    3 – cosas que puedes oír

    2 – cosas que puedes oler

    1 – cosa que te gusta de ti mismo.

    Respira hondo para terminar.

    Desde donde estás sentado, busca objetos con textura o que sean bonitos o interesantes.

    Sostén un objeto en la mano y concéntrate completamente en él. Observa dónde caen las sombras en algunas partes o quizás dónde se forman formas dentro del objeto. Siente lo pesado o ligero que es en la mano y cómo se siente la textura de la superficie bajo los dedos (esto también se puede hacer con una mascota, si tienes una).

    Respira hondo para terminar.

    Hazte las siguientes preguntas y respóndelas en voz alta:

    1. ¿Dónde estoy?

    2. ¿Qué día de la semana es hoy?

    3. ¿Qué fecha es hoy?

    4. ¿En qué mes estamos?

    5. ¿En qué año estamos?

    6. ¿Cuántos años tengo?

    7. ¿En qué estación estamos?

    Respira hondo para terminar.

    Coloca la palma de la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Coloca la palma de la mano izquierda sobre el hombro derecho. Elige una frase que te fortalezca. Por ejemplo: "Soy poderoso". Di la oración en voz alta primero y da una palmadita con la mano derecha en el hombro izquierdo, luego con la mano izquierda en el hombro derecho.

    Alterna las palmaditas. Da diez palmaditas en total, cinco de cada lado, repitiendo cada vez las oraciones en voz alta.

    Respira hondo para terminar.

    Cruza los brazos frente a ti y llévalos hacia el pecho. Con la mano derecha, sujeta el brazo izquierdo. Con la mano izquierda, sujeta el brazo derecho. Aprieta suavemente y lleva los brazos hacia adentro. Mantén la presión un rato, buscando la intensidad adecuada para ti en ese momento. Mantén la tensión y suelta. Luego, vuelve a apretar un rato y suelta. Mantén la presión un momento.

    Respira hondo para terminar.