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La persona que me hizo daño era un...

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Me identifico como...

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Cuando esto ocurrió, también experimenté...

Bienvenido a Our Wave.

Este es un espacio donde sobrevivientes de trauma y abuso comparten sus historias junto a aliados que los apoyan. Estas historias nos recuerdan que existe esperanza incluso en tiempos difíciles. Nunca estás solo en tu experiencia. La sanación es posible para todos.

¿Cuál cree que es el lugar adecuado para empezar hoy?
Mensaje de Sanación
De un sobreviviente
🇨🇴

poder seguir adelante y pasar un poco la pagina

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  • “A cualquiera que esté atravesando una situación similar, le aseguro que no está solo. Vale mucho y mucha gente lo ama. Es mucho más fuerte de lo que cree”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    No tengo recuerdos claros y siento mucha culpa

    Mi historia es un poco larga. Cuando tenía 15 años o 16 años, vino a mi mente el recuerdo de cosas que habían ocurrido cuando yo tenía entre 4 y 5 años. Dos tíos abusaron de mí. Los recuerdos sobre esto nunca han sido claros y ahora, muchos años después, todo se ha vuelto más lejano y confuso y he dudado varias veces de mí misma y de mi historia. Hay otras cosas que pasaron en mi infancia que sí recuerdo con más claridad: cuando tenía entre 7 y 8 años, vi a mis papás teniendo relaciones sexuales a mi lado (esa noche me había pasado a dormir con ellos en su cama). Tiempo después, se repitió la situación, pero con mi padrastro y mi mamá. También cuando tenía entre 7 y 8 años, estaba revisando unos CD'S en el DVD que había en la casa para marcarlos según el género musical o según la película que fuera. Uno de los CD'S, era una película porno. Como casi siempre, me encontraba sola en mi casa, entonces la vi completa. No recuerdo si me masturbé. Sé que desde muy niña me frotaba con peluches, muñecas y otros objetos, aunque sin mucha conciencia de lo que hacía, pero estaba presente el miedo a ser vista. Hay algo que me atormenta en este momento: cuando tenía 6 o 7 años, mi prima (ella un año mayor) y yo jugábamos a imitar algunas posiciones de un libro de kamasutra que había en su casa. También tengo leves recuerdos de una vez que, mientras nos bañábamos, frotamos nuestras partes íntimas. No sé si esto se dio en el marco de una curiosidad bilateral y por el contenido del libro al que habíamos estado expuestas o si fui yo quien generó la situación y la persuadió a ella de hacerlo o si la manipulé. No recuerdo que haya sido así, pero me da miedo que sí. ¿Y si imité lo que hacía mis tíos conmigo o lo que vi en contenido al que estuve expuesta? Siento miedo, culpa y vergüenza. Además, hace medio año, recordé que cuando tenía 10 años y cargué a mi hermanita en mi piernas (que estaba como de un mes), sentí un estímulo placentero en mi zona íntima por el contacto. Cuando esta imagen vino a mí (tampoco fue clara, como mis otros recuerdos) sentí culpa, pero no escaló a más porque entendí que fue una reacción física y nada más. Pero luego no podía dejar de pensar en ello y me cuestionaba si había prologando o intensificado el contacto y sentí muchísima culpa, asco y vergüenza. Fue tan fuerte, que tuve un episodio de TOC y siento que aún no he podido salir de ahí, porque ahora me inundan las dudas sobre lo sucedido con mi prima.

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  • Mensaje de Esperanza
    De un sobreviviente
    🇬🇧

    Si pudiéramos retroceder en el tiempo, haríamos muchas cosas de forma diferente. Pero no podemos.

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  • Tomarse un tiempo para uno mismo no siempre significa pasar el día en el spa. La salud mental también puede significar que está bien establecer límites, reconocer las emociones, priorizar el sueño y encontrar la paz en la quietud. Espero que hoy te tomes un tiempo para ti, de la manera en que más lo necesitas.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇦

    Name, solo tenía 6 años

    Tenía alrededor de 6 años, cierro los ojos y es cómo si volviera a vivir en carne propia el recuerdo, me acuerdo del ruido de la televisión, el olor del desayuno que estaba comiendo, yo solo estaba viendo caricaturas. El, un hombre de alrededor 50 años me cargó y me acomodó en sus piernas, y deslizó su mano por debajo de mis panties, TENÍA 6 AÑOS y ahí empezó mi historia de abusó sexual, una historia que me hubiese gustado no tener que experimentar. Yo hablé ya que mi mamá siempre me había enseñado a que nadie podía tocar mis partes pero en ese entonces mi mamá no tenía los recursos, vivíamos en casa de una prima (la hija de mi abusador) y nadie me creyó, dijeron que era mi imaginación. Otros sucesos pasaron cometidos por la misma persona, me arrebató mi inocencia y me rompió en pedacitos… pese a que yo hablé la primera vez, las otras veces me quedé callada porque nadie me creyó, nadie me protegió y nadie me escuchó más que mi mamá pero en ese entonces ella estaba luchando con un problema de alcoholismo y toda la familia nos dio la espalda. Después de un tiempo dejé de ver a mi abusador pero a los 8 años me volvió a pasar pero esta vez por el esposo de mi tía (la hermana de mi mamá) ellos han sido casados desde que mi tía tiene 16 años hasta el presente. Fuimos de visita a casa de mi tía, era diciembre entonces mi mamá salió con mi tía a comprar cosas para la navidad, yo, mi hermano y mi primo (hijo de mi tía) nos quedamos al cuidado del esposo de mi tía, el en ese entonces era oficial de la policía. Yo estaba jugando con mi primo y mi hermano cuando él me llamó, él estaba sentado en la mesedora viendo las noticias cuando me sentó en sus piernas y yo inmediatamente me paralice puesto que la última vez que alguien me sentó en sus piernas me manoseo, esta vez fue diferente, solo me acaricio las piernas y yo solo sentí cómo algo duro me rozaba mis glúteos, me paralicé y no sabía que hacer, hasta que tuve la fuerza y me bajé. Nunca hablé de mi segundo abusador y nunca lo he hecho, yo ya no vivo en Colombia pero cuando voy me toca actuar cómo si nada aunque por dentro sienta tantas cosas. Por mucho tiempo reprimí todo lo que me pasó, siempre decía que no me afectó y ahora a mis 22 años me está atormentando. Estoy comprometida con el amor de mi vida, siento que ha sido un regalo que Dios y la vida me dio después de tanto tormento pero hay veces que cuando vamos a tener intimidad y me toca siento una rabia en mi, ese tipo de rabia que te dan ganas de pegarle un puño en la cara a esa persona, y no lo entiendo, el no me ha hecho nada? El solo me ha ayudado y me ha tratado con amor y me ha demostrado lo mucho que me respeta y me ama, siempre quise evadir el tema y reprimirlo, no hablar de ello y pretender cómo que no me afectó pero ya llegué a un punto donde me dan unos ataques de ira que ni yo me reconozco, donde termino lastimándome a mí misma o sacando esa ira en mi prometido, hace unas noches por fin en medio de una ataque de ira donde terminé azotandome la cabeza en la pared solo repetía “no me deja en paz, me persigue, sácalo de mi cabeza” estaba en un estado de crisis y mi prometido solo pudo sujetarme en sus brazos mientras me preguntaba quién me perseguía y fue la primera vez que dije su nombre en voz alta, “Name, el hombre que me violo y me robo mi inocencia no sale de mi cabeza” no podía hablar, las lágrimas y gritos de desesperación eran más que las palabras, en ese momento me di cuenta que no importa cuánto allá crecido aquella niña de 6 años sigue dentro de mi, está enojada, está triste y rota. Mi pareja es abogado entonces el fue quien me habló sobre me too movement, me dijo que me hiciera justicia y lo denunciara pero que si no me sentía lista por miedo que navegara las opciones que me too ofrece y que quizá empezara por contar mi historia, por unos días habría la página y solo me quedaba paralizada, pero hoy me anime, ya no merezco ser prisionera de un dolor que no fue mi culpa aunque por mucho tiempo he sentido que lo es, me siento perdida y no quiero que mi pasado defina mi presente, la vida me está dando oportunidades bonitas pero mi abusó sexual no me deja avanzar, cómo me saco esta rabia que siento por dentro? Porque me volví un ser tan agrio y amargo, porque me enojo por todo? Porque no puedo disfrutar la intimidad con mi pareja si es delicado conmigo? Parece que entre más delicado es más rabia siento por dentro. Me siento muy sola y perdida. Quiero este dolor fuera de mi

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  • Si estás leyendo esto, es que has sobrevivido al 100% de tus peores días. Lo estás haciendo genial.

    Mensaje de la Comunidad
    🇺🇸

    Mueva su cuerpo de manera que le resulte agradable tanto como pueda.

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    De un sobreviviente
    🇳🇿

    #1766

    #1766
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    De un sobreviviente
    🇪🇸

    Esa noche mi hermano me tocó.

    No sé si lo que me hizo mi hermano se puede clasificar como abuso sexual. Me estaba quedando a dormir en su casa. Era tarde por la noche y estábamos viendo una película. En un momento dado, me preguntó si podía empezar a acurrucarme. De hecho, acepté, ya que somos muy cercanos y ambos disfrutamos del afecto físico. Mientras hacíamos cucharita, metió la mano debajo de mi camisa. No dijo nada, y yo tampoco. A medida que avanzaba la noche, alternaba entre caricias, besos en la cabeza o en un lado de la cara, y palabras de cariño. Le acaricié el brazo distraídamente porque me sentía incómoda allí tumbada. Finalmente, me preguntó "¿está bien?", refiriéndose a su mano subiendo lentamente por mi estómago. Le estaba dando el beneficio de la duda y seguía pensando que la acción era platónica, además de que me sentía bien, además de que soy tímida y me cuesta la confrontación, así que mi cerebro piensa que decir "no" a la gente es provocarla, así que dije "sí". En realidad no quería decirlo. No creo que quisiera decir "no", claro. No creo que quisiera decir nada en absoluto. Estaba cansada. Los dos lo estábamos. Sus caricias progresaron suavemente hasta el punto de acariciar la parte inferior de mis pechos. Fue entonces cuando empecé a cuestionar sus intenciones. Volvió a preguntar "¿está bien?". Volví a decir "sí". Cuando terminó la película, me asusté. La había estado usando para distraerme de lo que estaba pasando, y temía que, al no haber distracción, centrara toda su atención en mí e intentara hacer algo; así que me incorporé. Me apretó ligeramente la parte inferior del pecho mientras lo hacía, quizá a propósito, quizá por reflejo. Cuando se dio cuenta de que me estaba alejando de verdad, retiró las manos, dijo: "Lo siento. Tu hermano es un bicho raro", y se levantó para ducharse. Creo que en ese momento empecé a entrar en pánico. Fue lo que confirmó mis sospechas de que sus caricias realmente tenían una intención sexual. Había estado intentando engañarme a mí misma creyendo que eran afecto inocente, pero esas palabras me obligaban a afrontar la realidad de mi situación. Recuerdo que no paraba de hablar de temas sin sentido mientras desayunábamos porque temía que sacara a relucir lo que acababa de pasar y quisiera hablar de ello. No quería hablar de ello. Quería fingir que nunca había pasado. Todavía lo intento. Pero me atormenta. Él y su esposa (que habían estado durmiendo plácidamente en su habitación toda la noche) se fueron temprano por la mañana de luna de miel (yo estaba allí para cuidar la casa y había ido la noche anterior para pasar el rato con ellos antes de que se fueran). Una vez sola, me fui a dormir tranquilamente a su cama (con su permiso e insistencia, ya que no había otras camas en el apartamento). Mientras intentaba dormirme, aún podía sentir sus manos sobre mí, como una caricia fantasma. Me derrumbé en ese mismo instante. Me sentí culpable y asquerosa por no haberlo parado y por haberlo disfrutado también. Sentía que tal vez yo era la rara, y tal vez yo la que estaba convirtiendo esta interacción en algo inapropiado. Las semanas siguientes, intenté reprimir mis sentimientos. Unos días antes de Navidad, estaba en un avión con mi madre, a punto de empezar nuestras vacaciones. Estaba cerca de la regla y tenía los pechos sensibles. Eso desencadenó algo en mí y de repente lloré ahí mismo, en público. Ese dolor vago me recordó la sensación de aquel apretón que me dio en el pecho. Mi madre me vio a punto de llorar, pero mentí y le dije que era solo porque estaba cerca de la regla y me sentía deprimida (llevó un tiempo luchando contra la depresión, y ella lo sabía). Durante el viaje, tuve flashbacks aleatorios de esa noche, a veces incluso acompañados de náuseas. Sentía que estaba exagerando mi reacción mental, ya que no me habían violado y no debería estar traumatizada por un contacto que apenas puede considerarse íntimo. Al volver a casa, hice algo de lo que no sé si me arrepiento: hablé con él. Le envié un mensaje largo (vive en otra ciudad, lo que me dio más seguridad al confrontarlo) del que apenas recuerdo nada, salvo que mencionaba "esa noche" y cuánto me había afectado. Me derrumbé al escribirlo, y probablemente no era muy coherente. Mi hermano me envió muchas respuestas cortas en ráfagas rápidas al verlo. Se disculpó profusamente. Dijo "No sé qué me pasa", "Buscaré ayuda psicológica", entre muchas cosas que no recuerdo. Eso me asustó un poco. ¿Para qué necesitaba ayuda psicológica? ¿Estaba admitiendo que tenía impulsos que no podía controlar? Pero no dije nada al respecto. Tenía miedo de acusarlo, y me aseguré de aclarar que yo también era culpable por no poner límites. Ambos nos respondíamos sin pensar. Estábamos en pánico y llenos de adrenalina. Tenía miedo de perderlo. Era mi único vínculo en la ciudad donde vivíamos (muy lejos de la nuestra, donde viven nuestros padres y mis amigos). No quería molestarlo, porque es una persona muy sensible y ya me sentía culpable por cómo reaccionaba. Resolvimos el asunto por mensaje. Pero no lo hicimos. En absoluto. Fingí que sí, pero seguía atormentada por las dudas y la paranoia. Más que las caricias, lo que me atormentaba eran sus palabras: "Lo siento. Tu hermano es un bicho raro". Me conmovieron profundamente. Solo quería negar lo sucedido, pero esas palabras no me lo permitieron. La historia continúa hasta el día de hoy, pero no quiero escribir demasiado sobre las consecuencias de "esa noche", ya que escribiría demasiado y quiero centrarme en si fue un caso de abuso. En este punto, me siento un poco más centrada y capaz de aceptar que lo sucedido tuvo un trasfondo sexual. Todavía me siento avergonzada y culpable. Consentí algunas caricias. No estoy segura de si quería, pero lo hice. Normalmente, eso me haría pensar que fue un encuentro consentido y que ahora simplemente me arrepiento, pero hay muchos factores que también contribuyen a mi creencia de que esto también podría ser un caso de abuso. En primer lugar, mi hermano tenía 38 años en ese momento. Yo tenía 20, lo cual sí, es una adulta, pero aun así; él es mi hermano mucho mayor. Ya era casi un adulto cuando yo nací. Ha sido una figura de autoridad toda mi vida, aunque le gusta fingir que no lo es. Es un poco despistado en cuanto a lo que es apropiado o no en contextos sociales, pero creo que alguien de su edad debería saber que no debe meter la mano bajo la camisa de su hermana pequeña y subir tanto por su cuerpo que sus dedos rocen su areola. En segundo lugar, soy neurodivergente, aunque no se lo dije en ese momento. Sin embargo, cuando se lo conté, me dijo que ya sospechaba. A pesar de eso, siempre he sido callada y retraída, así que me molesta que empezara a tocarme bajo la apariencia de afecto inocente y luego esperara que yo pudiera expresar mi incomodidad cuando la situación se intensificara sin que él especificara qué iba a pasar. Tampoco creo que su forma de buscar consentimiento fuera nada productiva. Solo me preguntó si dos caricias específicas estaban bien, y solo después de empezar a hacerlas. No pidió permiso explícito para nada, salvo para los abrazos al principio. Lo que quiero decir es que yo era vulnerable. Soy joven, inexperta, autista, y él siempre ha sido un apoyo emocional y casi una figura paterna para mí. No sé cómo puede ser tan ingenuo como para pensar que no tiene ningún poder sobre mí. Quizás sí lo sabe, pero no estaba pensando en ese momento. Sigo sin entender por qué me tocaría así. Me consuela un poco pensar que quizás no tenía ningún control sobre ello después de todo. Pero no lo sé. Quizás sí. Soy adulta, después de todo. Y creo que se habría detenido si se lo hubiera dicho. Pero definitivamente nunca di mi consentimiento entusiasta. Me siento traicionada. Me siento perdida. Me siento enojada. Me siento triste. Llevo meses evitando pensar en ello. Esta noche, todo me volvió a la mente y me derrumbé de nuevo. De verdad que no sé qué hacer. No quiero contarle a nadie cercano lo que pasó porque me da vergüenza. Y desde luego no quiero contárselo a mis padres. En cierto modo, quiero cortar lazos con él, pero al mismo tiempo no lo hago porque creo que está arrepentido y no quiero entristecerlo. No puedo evitar ser ingenua. No sé si eso me reconforta o me avergüenza.

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  • Creemos en ti. Eres fuerte.

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    Liberarse: Escapar del control de un narcisista

    Dejar a mi ex fue una decisión marcada por años de aislamiento y maltrato físico, pero el punto de quiebre llegó cuando intentó controlar mi sustento. Quería que dejara mi trabajo, y cuando me negué, no le importó. En otra ocasión, me miró a los ojos y me dijo: «No vas a salir viva de este apartamento», antes de reírse. Ese fue el momento en que me di cuenta: ¿por qué dejaba que este hombre decidiera qué hacía con mi vida? ¿Por qué dejaba que él decidiera si iba a seguir viva o no? El día que finalmente me fui, llamé a mi madre y le dije que quería irme. Cuando mi ex amenazó con tirar todas mis pertenencias, llamé a la policía. Me dieron cinco minutos para recoger lo que pudiera. Agarré todo lo que pude cargar y me fui. Pero irme no fue el final, fue solo el principio. Me acosó sin descanso. Mensajes en redes sociales. Regalos en mi coche. Apariciones en casa de mis padres. Llamadas incesantes. Al final tuve que cambiar mi número de teléfono. Aun así, me llevó un tiempo solicitar una orden de protección porque, de alguna manera, seguía sintiéndome mal por él. Entonces, tras meses sin contacto, me lo encontré en el gimnasio. Hizo un comentario amenazante, así que lo denuncié y le prohibieron la entrada. Eso lo enfureció. Al salir del gimnasio, intentó sacarme de la carretera. Conseguí entrar en un aparcamiento donde me rodearon unos transeúntes mientras él gritaba. Llegó la policía y me dijo que debía solicitar una orden de protección de emergencia inmediatamente, algo que había pospuesto, pensando que tenía que esperar al horario de oficina. Recibí la orden y pensé que ahí se acabaría todo. Pero justo un día después de que expirara, volvió a aparecer, y esta vez no me dejó salir del aparcamiento. El pánico me invadió mientras intentaba desesperadamente llamar la atención de alguien para que llamara a la policía. Finalmente, conseguí ponerme a salvo, y alguien ya había hecho la llamada. Al empezar a conducir a casa, me di cuenta de que me seguía de nuevo. En lugar de irme, me di la vuelta y se lo dije a la policía. Se ofrecieron a seguirme y, mientras me alejaba, lo vi al otro lado de la carretera. Le hice una seña al agente, quien inmediatamente lo detuvo. Unos minutos después, el agente me llamó y me dijo que necesitaba obtener otra orden judicial contra él, advirtiéndome que tenía problemas mentales. Esperaba que al detenerlo me hubiera dado tiempo suficiente para llegar a casa sana y salva. Esta vez, tuve que solicitar una orden de paz, que solo duró seis meses. Incluso intentó apelarla, pero al final se la concedieron. Mirando hacia atrás, aprendí que el momento más peligroso para una sobreviviente no es durante la relación, sino cuando intentan irse. Esos meses después de mi partida fueron mucho más aterradores que cualquier momento que pasé con él. Pero al final, salí adelante. Y eso es lo que importa.

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    🇮🇪

    Voz autista

    Solía pensar que la violación era lo que verías en las películas. Un extraño te atacó violentamente. Resultó que estaba equivocada. Me habían violado en múltiples ocasiones y no lo comprendí del todo hasta que crecí y me volví más sabia, y también descubrí que soy autista. Esto fue lo que me ayudó a comprender lo que realmente había sucedido. Aprendí y estudié el autismo en niñas y mujeres, y a partir de ahí lo entendí. Era vulnerable, impresionable y estaba tan enmascarada que era una persona completamente diferente por fuera de lo que realmente era por dentro. Cuando era más joven y no tenía ni idea de que estaba siendo acosada debido a mi vulnerabilidad, empecé a fingir que simplemente me gustaba el sexo y era promiscua por voluntad propia. Era una mentira que me decía a mí misma y a mis amigas para no tener que afrontar el hecho de que no podía ni sabía cómo decir que no y decirlo en serio. Hay huida, lucha y también congelación. Tantas veces les decía que no y cuando no paraban me paralizaba y me daba cuenta de que mi voz no tenía sentido y que no me escuchaban. Era más fácil dejar que terminaran sin pelear y que fuera violento también. No me di cuenta de lo malo que sería el impacto mental. Una noche en particular estaba en un bar y algunos de nosotros volvimos a una fiesta en una casa. Un chico estaba mostrando interés en mí y la verdad es que me gustó. Nos besamos y nos divertimos y luego me llevó a una habitación y dudé pero acabé entrando. Cuando empezó a desvestirme, sujeté mi vestido y dije que no. Lo dije tantas veces y empezó a ponerse muy brusco y contundente y empezó a decirme cosas sobre darle esperanzas y qué creía que iba a pasar y yo solo quería que fuera brusco. Me di cuenta de que, dijera lo que dijera, iba a tener sexo, así que tenía dos opciones: luchar y ser agredida sexual y violentamente, o simplemente tener sexo sin más resistencia, lo que significaría que solo sería agredida sexualmente sin violencia adicional. Elegí la segunda opción y durante mucho tiempo creí que solo había tenido sexo esa noche. Ahora me doy cuenta de que fue una violación total. Ha afectado mi salud mental durante más de diez años y estoy lista para reconocer lo que me pasó en lugar de negarlo.

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    🇳🇱

    #627

    Un hombre conocido me agredió en mi apartamento. Ya habíamos tenido una vez, y fue rápido pero bien. Empezamos de mutuo acuerdo, pero en un momento dado empezó a dolerme y le pregunté si podíamos parar. En ese momento, me presionó la parte superior de la espalda, tan arriba que mi boca quedó medio hundida en la almohada. Me quedé paralizada y no pude moverme en absoluto. Simplemente esperé a que terminara lo que quisiera hacer. El resultado fue extremadamente confuso. Al principio pensé que solo había sido una mala experiencia. Pero a medida que pasaban los meses, me di cuenta de que me estaba dando demasiadas vueltas en la cabeza como para descartarlo. Seis meses después de la agresión, me hice unas pruebas médicas. Un año después, en medio de una serie de historias de agresión sexual en los medios, contacté con rape crisis centre para pedir ayuda. También denuncié a la Garda varios años después de mi agresión, y aunque lo gestionaron bien, también me advirtieron que si iniciaba una investigación, el proceso podría ser muy revelador, así que decidí no continuar. Mi agresión ocurrió solo seis meses después de haberme declarado queer, por lo que sentí que gran parte de lo que me había costado aceptar de mí misma y de lo que había vivido al salir del armario se vio afectado: me arrebataron la libertad de ser quien era y de disfrutar de mi sexualidad durante mucho tiempo. Mi agresión no fue la primera ni la última vez que experimenté un comportamiento no consentido, aunque fue, con mucho, el suceso más grave e impactante.

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  • “Sanar significa perdonarme a mí mismo por todas las cosas que pude haber hecho mal en el momento”.

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    Odio Halloween

    Era Halloween y lo pasé con mi mamá y la familia de mi madrina. Era buena amiga de los 3 sobrinos de mi madrina, uno era de mi edad y los otros dos eran 2 o 3 años mayores. Después de que terminamos de pedir dulces, todos volvimos a su casa y jugamos un rato. Uno de ellos, lo llamaremos R, lo convirtió en un juego para asustarme toda la noche, acercándose sigilosamente, gritándome en la cara, simplemente comportándose raramente conmigo. Estaba muy cansada y era tarde, así que R me convenció de dormir en su casa y todos dormimos en una habitación sobre almohadas y mantas en el suelo. Inicialmente me negué porque pensé que era raro ya que mi mamá me dijo que no compartiera áreas para dormir con personas del sexo opuesto, pero una vez más me asustó para que lo hiciera de todos modos. La puerta del pasillo permaneció lo suficientemente abierta como para ver dentro de la habitación. Probablemente habían pasado unas 3 horas de la noche cuando me dijo que me quitara los vaqueros para ponerme más cómoda, ya que me había estado moviendo desde que nos acostamos. No quería, así que lo hizo por mí. Era más fuerte y no quería montar un escándalo, así que lo dejé, y después también me subió la camiseta. Después de que R hiciera lo mismo consigo mismo, le dijo al primo de mi edad que se quitara también los suyos y se pusiera encima de mí, a lo que se negó y se quedó dormido. Para entonces, R me tocaba y no me dejaba dormir. Cada vez que lo hacía, me pellizcaba o apretaba y me arañaba el cuerpo. Recuerdo que se enfadó conmigo porque, como no me había venido la regla, me faltaba la parte que él buscaba, pero eso no lo detuvo. Recuerdo que me desperté sin ropa y con fluidos secos en los muslos y la cintura. Nunca se lo dije a nadie y probablemente lo olvidé al día siguiente. Cada vez que hablaba con él después de que eso pasara, o me malcriaba con juguetes y golosinas o era grosero y me rechazaba. Estaba tan confundida sobre por qué hasta que recordé lo que pasó. Me trataba como si fuera diferente a todos los demás, siempre era susceptible y se burlaba de mí cuando comencé la pubertad. Ahora que sé lo que pasó, me siento mal. Terminé volviéndome hipersexual después de todo lo que pasó y a menudo me ponía en situaciones de riesgo con chicos mayores y cualquiera que me diera su tiempo. Afectó toda mi vida y no lo supe hasta ahora. Han pasado años desde entonces y siento que debería haberlo superado, pero no es así. Tengo miedo de buscar ayuda porque eso significa que tendré que decírselo a mis padres, no quiero que se enojen conmigo por no haber dicho nada antes o que piensen que miento porque fue hace tanto tiempo. ¿Cómo lo supero sin ayuda? Está empezando a interferir con mi vida diaria y estoy harta de los flashbacks y las pesadillas.

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    20 años después y todavía estoy trabajando en la curación.

    Han pasado 20 años y sigo teniendo problemas. Soy una sobreviviente de TMS, y solo recientemente no me he considerado una víctima. He podido ocultar mis problemas con mi trauma, pero he superado momentos en los que me he vuelto insensible. Tuve otro trauma en ese momento que desencadenó mi TEPT, pero no estaba en un entorno emocionalmente seguro y mi trauma no era tan importante como el otro trauma que estaba ocurriendo. Yo no era la que necesitaba apoyo, así que sufrí en silencio mientras mis síntomas empeoraban. A medida que mis síntomas empeoraban, alejé a todos. Cuando hablo con mi esposo sobre esto, él se niega a decirme que necesito superarlo, que no puedo cambiarlo. Me dice que no debería imponérselo a mi trauma porque él no lo hizo. Sé que es cierto, pero no puedo evitar lo que me desencadena. Así que, ahora que lo pienso, sigo sin recibir el apoyo que necesito. Sé que su forma de sanarme es presionarme para que lo acepte, pero solo necesito que alguien me escuche. Lo intenta, pero no es como necesito. Cree que después de 20 años no debería tener desencadenantes, pero ya no sé qué los desencadena. Así que mi historia es esta: tenía 19 años y estaba en el ejército. Era madre primeriza, madre soltera, de una bebé prematura que acababa de salir del hospital hacía unas semanas. Tenía una compañera de piso, y como no tenía llave, la puerta estaba abierta esperando a que volviera. Estaba en mi habitación con mi hija durmiendo y de repente él estaba allí. Me estranguló hasta que me desmayé. Volví en mí y me estaba violando. Luego, cuando se aburrió, intentó obligarme a hacerle sexo oral, y yo le mordí, y él empezó a golpearme y siguió. Estaba concentrada en mi hija; no quería que le hiciera daño. Intenté defenderme, pero no funcionó. Finalmente dejó de atormentarme y se fue antes de que mi compañera de piso llegara. Recuerdo la canción exacta que sonaba, el olor de la vela, estaba nevando, hacía frío, pero no recuerdo su apellido. A veces pienso que Nombre no era su nombre de pila. Recordaba el nombre de todos los que trabajaban conmigo, pero el suyo ya no me viene. Después de que se fue, cerré la puerta con llave y abracé a mi hija todo el fin de semana. No salí de mi habitación, tenía todo lo necesario para mi bebé en mi habitación, así que no tuve que irme. Llegó el lunes y tuve que usar muchísimo maquillaje para tapar las marcas de las manos y los moretones, el ojo morado, el labio partido, era difícil ocultarlo todo. Iba caminando al trabajo y mi suboficial me vio, me vio el cuello y me dijo qué hice. Se lo dije y me dijo que no podía contárselo a nadie, nadie me creería porque era madre soltera, una mujer que obviamente no era inteligente, ya que era muy joven y había tenido un bebé con un desconocido, y quería que siguiera así porque no era asunto de nadie. Así que, después de que me rechazara, fui con mi sargento primero. Básicamente me dijo lo mismo. Añadió que él era un suboficial respetado, que nadie me creería jamás, que yo era una mujer con un bebé, soltera, una joven alistada, que andaba con la gente equivocada, etc. Después de eso, simplemente lo dejé estar, decidí que no serviría de nada seguir contándoselo a nadie. Cuando me preguntaban qué me había pasado, simplemente les decía que había tenido un fin de semana terrible. Después, recurrí al alcohol y las drogas. Iba de fiesta en exceso sin importar cuánto trabajara. Bebía y consumía drogas hasta el punto de saber que mi hija estaría más segura con mi madre hasta que pudiera regresar a Estados Unidos. Me volví un poco promiscua, pero principalmente solo salía de fiesta hasta que no podía recordar. Nota al margen, esto es algo que mi esposo no entiende y agrega cómo lo habría manejado. Quedé embarazada en diciembre de ese mismo año, me casé con él y él fue mi lugar seguro por un tiempo. Regresé a casa, tuve a mi hijo y me di cuenta de que no podría lidiar con mi trauma con dos bebés, así que aprendí a dejarlo de lado. Volví al ejército para ser desplegada, necesitaba ganar dinero para mis bebés ya que me estaba divorciando. Lo alejé tanto y sé que fue mi culpa que terminara. Bueno, fui a Irak y conocí a mi actual esposo. Él es la primera persona a la que le conté todo lo que pude sacar de esa caja en mi cabeza. En ese momento, pareció entender que estaba rota y dañada. Escuchó y entendió por qué no podía ser la misma persona que era antes de mi trauma. A lo largo de los años, ha visto problemas en mi forma de ser y no entiende que desconozco qué los desencadena. Simplemente me dice que lo supere, que no puede cambiarlo, que necesita encontrar algo que lo distraiga. Se enoja porque la intimidad va y viene, pero no puedo evitarlo; no entiendo bien mis desencadenantes, sobre todo porque ahora estoy completamente sola, mi esposo trabaja fuera del estado, todos mis hijos ya son mayores, así que estoy literalmente sola con mis pensamientos. Sé que no estoy aprendiendo a sanar, pero lo estoy descuidando y no me importa, lo cual está muy lejos de la realidad. Pasé por algo con uno de mis hijos que me llevó a estar insensible y a no preocuparme por nada durante mucho tiempo. Decidí buscar ayuda porque me afectaban cosas que no sabía ni veía desde hacía años, y mi esposo ya no aguantaba más y me convenció de que era hora de superarlo. Así que empecé este programa para supervivientes de TMS y me iba muy bien, pero entonces algo me desencadenó y no sé bien qué fue. He recaído tanto que temo que alguien venga a por mí en momentos muy inesperados. Tengo pesadillas en las que alguien me estrangula y me golpea, y luego me despierto. Tengo ataques de pánico mientras camino por un sendero en un parque lleno de gente. Me pongo paranoica en público. No duermo. Estoy despierta más de 48 horas seguidas. Y cuando duermo, son quizás dos horas. Mi esposo dijo que no es normal que dure tanto. Siento que es imposible no sentirme tan afectada de repente. Estoy en proceso de desarrollo, pero he vuelto a un punto oscuro y me asusta. No quiero volver a lo que pasó después. No quiero lidiar con esto abusando de sustancias. No soy suicida, solo estoy en una situación en la que estoy sola en todos los sentidos otra vez. No quiero desanimar a nadie leyendo esto; todos lidiamos con esto de diferentes maneras, y a veces hay algo que dificulta nuestro progreso. No podemos rendirnos ni aceptar la derrota. Si no lo hubiera dicho ya, su nombre es Nombre, y ha dañado mi vida hasta el punto de que podría perder mi matrimonio, mi seguridad y mi felicidad una vez más. No ganará esta vez; lo superaré con las fuerzas que me quedan. Gracias por permitirme expresar mis pensamientos. Lo aprecio mucho.

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  • Estás sobreviviendo y eso es suficiente.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Toda una vida

    Crecí en un ambiente de violencia: en mi barrio, en mi escuela, en mi casa. Crecí con constantes insultos e indignidades debido a la pobreza y a un hermano violento. Así que, cuando conocí a Jack a los 22 años, y él era un abusador, despectivo, insultante y emocionalmente difícil para mí, todo me pareció normal. Pero, al crecer, supe que tenía que alejarme de él. Limitaba mis relaciones y siempre encontraba maneras de subvertir mi trabajo, a la vez que me menospreciaba por no conservar mis trabajos. Intenté irme muchas veces, pero me acosó, me asustó, me suplicó, me coaccionó, me disculpó y me amenazó hasta que volví a aceptarlo. Luego, cuando yo tenía 68 años y él 69, se fue para tener una aventura egoísta con una exnovia. Esperaba volver a los dos meses. No me creyó cuando me divorciaba y firmó los papeles sin leerlos. Han pasado dos años y medio y sigo luchando en los tribunales para conseguir la pensión alimenticia que me corresponde. No soy una persona sin hogar. De hecho, vivo en la casa que compramos y remodelamos. Tengo una vida muy buena. Me convenció de que volvería a la pobreza si no fuera por él. Me siento mejor que nunca con él. Además, su negatividad, maldad y mal comportamiento en general han desaparecido de mi vida por fin. Ojalá hubiera tenido el coraje y la fuerza para irme hace años y salvarme a mí y a mis hijos de su abuso. Pero estoy feliz de sanar mis relaciones con las personas que amo y a quienes mantuvo alejadas de mí durante todos esos años.

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  • “Tú eres el autor de tu propia historia. Tu historia es tuya y solo tuya a pesar de tus experiencias”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    12 de abril de 2022

    No te lo crees cuando te dicen que tu vida puede cambiar en un instante, y de repente lo hace. Esta es mi historia, o lo que recuerdo de ella. El 12 de abril de 2022, me violaron a punta de pistola en casa. En menos de 10 minutos, me convertí en una estadística más, pero una estadística que sobrevivió... Son las 6:15 a. m. y estoy a punto de salir a ver cómo está el gato de un cliente que cuida mascotas, y luego a trabajar; una rutina habitual para mí. Era una forma de generar ingresos extra, y además fácil. Siempre me han encantado los animales, y si amas lo que haces, no trabajarás ni un solo día de tu vida. Al parecer, mi rutina era conocida por más personas que solo yo y mis animales. Al abrir la puerta para irme, un hombre estaba en mi porche y preguntó por William. Sin saber cómo esta conversación en particular moldearía mi futuro, le dije que William no vivía aquí y cerré la puerta; no era raro que los desconocidos llamaran. Antes que yo, una anciana había vivido aquí con su hijo, ¿sabes?, y la gente venía a buscarlos constantemente, así que no le di importancia. Supuse que se habría ido para cuando volviera a abrir la puerta. Me equivoqué, y me he odiado por abrir esa puerta por segunda vez. Nunca antes me había enfrentado a la muerte, nunca me había enfrentado a un mal tan potente que se pudiera sentir en el aire... pero puedo decir con certeza que sí. Me empujaron hacia atrás, no con un toque físico, sino con la amenaza que ahora se cernía frente a mí. Él revisó el dormitorio a su izquierda, que daba a la entrada de la casa, buscando a otros habitantes; no había ninguno. Vivía sola, aparte de mis animales, lo cual no le inmutó. Mirando hacia atrás, esto me dice que me había estado observando durante un tiempo, esperando. Me empujó aún más hacia atrás, hacia la cocina. Me pidió mi teléfono y me dijo que lo desbloqueara. No me quedaba otra opción, así que acepté. Para intentar imponerme, le pregunté desesperadamente si podía ver cómo estaban mis mascotas de acogida, ya que estaban en la habitación contigua. Sorprendido, aceptó. Revisó la habitación (de nuevo, por si había otros ocupantes), y mientras revisaba mi teléfono, presioné un botón de pánico que estaba en la pared que él no podía ver, debajo de un interruptor de luz... 1... 2... 3... y lo solté. Rezando a alguna deidad para que la ayuda llegara a tiempo... Fue en ese momento que se sentó a la mesa de la cocina e intentó que me uniera a él... como una mujer bocazas, empecé a preguntarle en voz alta: "¿POR QUÉ? ¡Soy una buena persona! ¡¿Por qué me haces esto?!". Cámara lenta... se levanta de la mesa... me dice que me ponga de cara a la pared... "¿Está pasando esto? Quizás se vaya", pensé tontamente... Me levantó el vestido y me giré para detenerlo, sin querer lo que estaba a punto de pasar. "Déjalo parar unos minutos más, que viene la ayuda, puedes con esto". Pero no pude. Me empujó por la cocina, contra la encimera... y forcejeé. Claro que forcejeé. Mis padres criaron a un luchador, y no quería rendirme sin luchar... Pero él era más grande, más fuerte, y tenía un arma. Nunca había conocido el miedo, el miedo verdadero, hasta que probé el acero, o lo que sea que estén hechas las armas. Ahora solo sé que el miedo puro debe de tener un sabor metálico. "Cállate, zorra, ¿entiendes?", y solo pude asentir. No le doy mucha importancia a la religión, la verdad, no, y si hay un dios ahí arriba, me pregunto cómo puede hacer que sea tan fácil violar a una persona. Por qué no hay salvaguardas para detenerlo; no es una puerta que podamos controlar. ¿Qué clase de dios podría convertirnos en blancos tan fáciles? Puedes creer lo que quieras, y puede que me critiquen por esto, y no pasa nada. Tengo derecho a pensar, como a todos los demás. Mi cuerpo no controlaba quién estaba dentro. No tenía control. Mientras él se daba placer, yo tenía que aguantarlo, o morir, e incluso así era muy poco probable que saliera con vida. Sabía que mis posibilidades, y la posibilidad de que me dejara ver su rostro y de que sobreviviera de alguna manera, no eran muy buenas. Lo sabía, incluso entonces. Entonces sonó el timbre. Este pervertido, este desperdicio de espacio, saltó y miró a la vuelta de la esquina, para ver quién podría estar mirando por la ventana de la sala. Cuando vio quién era... dijo: "¡Levántate, perra!", se subió los pantalones, agarró su arma y salió corriendo por la puerta trasera. En shock, hice lo que me dijeron y me quedé allí parada mientras corría; pero cuando mi mente comprendió que la amenaza había desaparecido, mi cuerpo se impulsó hacia la puerta principal y salió corriendo; no aprecié lo hermoso que era. Pero no había tiempo para disfrutar de la seguridad; la amenaza no estaba lejos. Grité a la policía que lo atraparan, que había salido corriendo por la parte de atrás... preguntaron quién. El tipo que me violó. El 12 de abril de 2022, alrededor de las 6:30 a. m., me convertí en una estadística. Poco después, sentí que toda la policía de ciudad estaba en la escena, y creo que lo estaban. Durante una hora, no me permitieron cambiarme de ropa. Todavía puedo olerlo. Todavía puedo sentirlo. Mientras estaba en urgencias, revisé mi teléfono y descubrí que todas mis grabaciones de seguridad... habían desaparecido. Simplemente habían desaparecido. Por suerte para mí, y por desgracia para él, pagué una suscripción mensual por un servicio en la nube. Mientras me violaban, una vez más, capturé su rostro. No puedes esconderte de mí, no por mucho tiempo. Mientras mi madre se sienta a mi lado, le envío su rostro al detective. Bromeo con el médico y las enfermeras, lidiando con la situación de la única manera que puedo, y como he visto hacer a mi padre en el pasado: forjando conexiones y usándolas como un camino de regreso a la orilla. Mantente a flote, solo un poco más. Un segundo, un minuto, una hora, un día, todo lo que puedas. Después, a la comisaría para declarar. Nadie puede volver conmigo. Más tarde esa noche, recibo una llamada para ver una rueda de reconocimiento. Incluso menos de un día después, mi cerebro intenta protegerme: bloquear su rostro, por todos los medios posibles. Desenfocarlo hasta que sea irreconocible. Pero tengo su cara. Mi cerebro no puede oponerse a esto. De camino a la comisaría, con mis padres a cuestas, la observo. Imagínatela con otra barba, con otro peinado. Seguía sin estar lista. De nuevo, nadie podía volver conmigo. Cuando apareció su foto, no sabía que era él. No estaba segura. Pero tuve lo que llaman una "reacción visceral". Me temblaban las manos, la voz y sentía tanto frío que no podía dejar de tiritar. Algo dentro de mí lo sabía. Luché con esa culpa durante semanas: ¿y si había encerrado a la persona equivocada? ¿Y si me equivocaba? Entonces llegó el mensaje del detective, sobre mi kit de violación. "Era compatible". Gracias. Muchísimas gracias. Tenía razón. Maldita sea, tenía razón. El 12 de abril de 2022, aproximadamente a las 6:30 a. m., me convertí en una estadística. Pero una estadística que sobrevivió. Una estadística que se defendió, y una estadística que no se ha rendido, todavía no. Nunca. No me avergüenzo. Formo parte de una familia más grande de lo que debería ser, de sobrevivientes como yo. Somos sobrevivientes. Lecciones que podemos sacar de esto: Mira afuera antes de abrir la puerta. Invierte en un sistema de seguridad. Invierte en un botón de pánico. Practica cómo sobrevivirás el tiempo suficiente para superar una situación; ensaya todos los escenarios posibles. Mantén la calma; nunca se sabe cuándo podrían salvarte la vida. Nada es 100% seguro, pero incluso la cosa más pequeña podría salvarte para ver otro día.

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    De un sobreviviente
    🇬🇧

    “Toda víctima debería tener la oportunidad de convertirse en un sobreviviente”.

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  • “Puede resultar muy difícil pedir ayuda cuando estás pasando por un momento difícil. La recuperación es un gran peso que hay que soportar, pero no es necesario que lo lleves tú solo”.

    Bienvenido a Our Wave.

    Este es un espacio donde sobrevivientes de trauma y abuso comparten sus historias junto a aliados que los apoyan. Estas historias nos recuerdan que existe esperanza incluso en tiempos difíciles. Nunca estás solo en tu experiencia. La sanación es posible para todos.

    ¿Cuál cree que es el lugar adecuado para empezar hoy?
    Historia
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    🇨🇴

    No tengo recuerdos claros y siento mucha culpa

    Mi historia es un poco larga. Cuando tenía 15 años o 16 años, vino a mi mente el recuerdo de cosas que habían ocurrido cuando yo tenía entre 4 y 5 años. Dos tíos abusaron de mí. Los recuerdos sobre esto nunca han sido claros y ahora, muchos años después, todo se ha vuelto más lejano y confuso y he dudado varias veces de mí misma y de mi historia. Hay otras cosas que pasaron en mi infancia que sí recuerdo con más claridad: cuando tenía entre 7 y 8 años, vi a mis papás teniendo relaciones sexuales a mi lado (esa noche me había pasado a dormir con ellos en su cama). Tiempo después, se repitió la situación, pero con mi padrastro y mi mamá. También cuando tenía entre 7 y 8 años, estaba revisando unos CD'S en el DVD que había en la casa para marcarlos según el género musical o según la película que fuera. Uno de los CD'S, era una película porno. Como casi siempre, me encontraba sola en mi casa, entonces la vi completa. No recuerdo si me masturbé. Sé que desde muy niña me frotaba con peluches, muñecas y otros objetos, aunque sin mucha conciencia de lo que hacía, pero estaba presente el miedo a ser vista. Hay algo que me atormenta en este momento: cuando tenía 6 o 7 años, mi prima (ella un año mayor) y yo jugábamos a imitar algunas posiciones de un libro de kamasutra que había en su casa. También tengo leves recuerdos de una vez que, mientras nos bañábamos, frotamos nuestras partes íntimas. No sé si esto se dio en el marco de una curiosidad bilateral y por el contenido del libro al que habíamos estado expuestas o si fui yo quien generó la situación y la persuadió a ella de hacerlo o si la manipulé. No recuerdo que haya sido así, pero me da miedo que sí. ¿Y si imité lo que hacía mis tíos conmigo o lo que vi en contenido al que estuve expuesta? Siento miedo, culpa y vergüenza. Además, hace medio año, recordé que cuando tenía 10 años y cargué a mi hermanita en mi piernas (que estaba como de un mes), sentí un estímulo placentero en mi zona íntima por el contacto. Cuando esta imagen vino a mí (tampoco fue clara, como mis otros recuerdos) sentí culpa, pero no escaló a más porque entendí que fue una reacción física y nada más. Pero luego no podía dejar de pensar en ello y me cuestionaba si había prologando o intensificado el contacto y sentí muchísima culpa, asco y vergüenza. Fue tan fuerte, que tuve un episodio de TOC y siento que aún no he podido salir de ahí, porque ahora me inundan las dudas sobre lo sucedido con mi prima.

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    🇬🇧

    Si pudiéramos retroceder en el tiempo, haríamos muchas cosas de forma diferente. Pero no podemos.

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    🇨🇦

    Name, solo tenía 6 años

    Tenía alrededor de 6 años, cierro los ojos y es cómo si volviera a vivir en carne propia el recuerdo, me acuerdo del ruido de la televisión, el olor del desayuno que estaba comiendo, yo solo estaba viendo caricaturas. El, un hombre de alrededor 50 años me cargó y me acomodó en sus piernas, y deslizó su mano por debajo de mis panties, TENÍA 6 AÑOS y ahí empezó mi historia de abusó sexual, una historia que me hubiese gustado no tener que experimentar. Yo hablé ya que mi mamá siempre me había enseñado a que nadie podía tocar mis partes pero en ese entonces mi mamá no tenía los recursos, vivíamos en casa de una prima (la hija de mi abusador) y nadie me creyó, dijeron que era mi imaginación. Otros sucesos pasaron cometidos por la misma persona, me arrebató mi inocencia y me rompió en pedacitos… pese a que yo hablé la primera vez, las otras veces me quedé callada porque nadie me creyó, nadie me protegió y nadie me escuchó más que mi mamá pero en ese entonces ella estaba luchando con un problema de alcoholismo y toda la familia nos dio la espalda. Después de un tiempo dejé de ver a mi abusador pero a los 8 años me volvió a pasar pero esta vez por el esposo de mi tía (la hermana de mi mamá) ellos han sido casados desde que mi tía tiene 16 años hasta el presente. Fuimos de visita a casa de mi tía, era diciembre entonces mi mamá salió con mi tía a comprar cosas para la navidad, yo, mi hermano y mi primo (hijo de mi tía) nos quedamos al cuidado del esposo de mi tía, el en ese entonces era oficial de la policía. Yo estaba jugando con mi primo y mi hermano cuando él me llamó, él estaba sentado en la mesedora viendo las noticias cuando me sentó en sus piernas y yo inmediatamente me paralice puesto que la última vez que alguien me sentó en sus piernas me manoseo, esta vez fue diferente, solo me acaricio las piernas y yo solo sentí cómo algo duro me rozaba mis glúteos, me paralicé y no sabía que hacer, hasta que tuve la fuerza y me bajé. Nunca hablé de mi segundo abusador y nunca lo he hecho, yo ya no vivo en Colombia pero cuando voy me toca actuar cómo si nada aunque por dentro sienta tantas cosas. Por mucho tiempo reprimí todo lo que me pasó, siempre decía que no me afectó y ahora a mis 22 años me está atormentando. Estoy comprometida con el amor de mi vida, siento que ha sido un regalo que Dios y la vida me dio después de tanto tormento pero hay veces que cuando vamos a tener intimidad y me toca siento una rabia en mi, ese tipo de rabia que te dan ganas de pegarle un puño en la cara a esa persona, y no lo entiendo, el no me ha hecho nada? El solo me ha ayudado y me ha tratado con amor y me ha demostrado lo mucho que me respeta y me ama, siempre quise evadir el tema y reprimirlo, no hablar de ello y pretender cómo que no me afectó pero ya llegué a un punto donde me dan unos ataques de ira que ni yo me reconozco, donde termino lastimándome a mí misma o sacando esa ira en mi prometido, hace unas noches por fin en medio de una ataque de ira donde terminé azotandome la cabeza en la pared solo repetía “no me deja en paz, me persigue, sácalo de mi cabeza” estaba en un estado de crisis y mi prometido solo pudo sujetarme en sus brazos mientras me preguntaba quién me perseguía y fue la primera vez que dije su nombre en voz alta, “Name, el hombre que me violo y me robo mi inocencia no sale de mi cabeza” no podía hablar, las lágrimas y gritos de desesperación eran más que las palabras, en ese momento me di cuenta que no importa cuánto allá crecido aquella niña de 6 años sigue dentro de mi, está enojada, está triste y rota. Mi pareja es abogado entonces el fue quien me habló sobre me too movement, me dijo que me hiciera justicia y lo denunciara pero que si no me sentía lista por miedo que navegara las opciones que me too ofrece y que quizá empezara por contar mi historia, por unos días habría la página y solo me quedaba paralizada, pero hoy me anime, ya no merezco ser prisionera de un dolor que no fue mi culpa aunque por mucho tiempo he sentido que lo es, me siento perdida y no quiero que mi pasado defina mi presente, la vida me está dando oportunidades bonitas pero mi abusó sexual no me deja avanzar, cómo me saco esta rabia que siento por dentro? Porque me volví un ser tan agrio y amargo, porque me enojo por todo? Porque no puedo disfrutar la intimidad con mi pareja si es delicado conmigo? Parece que entre más delicado es más rabia siento por dentro. Me siento muy sola y perdida. Quiero este dolor fuera de mi

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    🇳🇿

    #1766

    #1766
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    🇳🇱

    #627

    Un hombre conocido me agredió en mi apartamento. Ya habíamos tenido una vez, y fue rápido pero bien. Empezamos de mutuo acuerdo, pero en un momento dado empezó a dolerme y le pregunté si podíamos parar. En ese momento, me presionó la parte superior de la espalda, tan arriba que mi boca quedó medio hundida en la almohada. Me quedé paralizada y no pude moverme en absoluto. Simplemente esperé a que terminara lo que quisiera hacer. El resultado fue extremadamente confuso. Al principio pensé que solo había sido una mala experiencia. Pero a medida que pasaban los meses, me di cuenta de que me estaba dando demasiadas vueltas en la cabeza como para descartarlo. Seis meses después de la agresión, me hice unas pruebas médicas. Un año después, en medio de una serie de historias de agresión sexual en los medios, contacté con rape crisis centre para pedir ayuda. También denuncié a la Garda varios años después de mi agresión, y aunque lo gestionaron bien, también me advirtieron que si iniciaba una investigación, el proceso podría ser muy revelador, así que decidí no continuar. Mi agresión ocurrió solo seis meses después de haberme declarado queer, por lo que sentí que gran parte de lo que me había costado aceptar de mí misma y de lo que había vivido al salir del armario se vio afectado: me arrebataron la libertad de ser quien era y de disfrutar de mi sexualidad durante mucho tiempo. Mi agresión no fue la primera ni la última vez que experimenté un comportamiento no consentido, aunque fue, con mucho, el suceso más grave e impactante.

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    Odio Halloween

    Era Halloween y lo pasé con mi mamá y la familia de mi madrina. Era buena amiga de los 3 sobrinos de mi madrina, uno era de mi edad y los otros dos eran 2 o 3 años mayores. Después de que terminamos de pedir dulces, todos volvimos a su casa y jugamos un rato. Uno de ellos, lo llamaremos R, lo convirtió en un juego para asustarme toda la noche, acercándose sigilosamente, gritándome en la cara, simplemente comportándose raramente conmigo. Estaba muy cansada y era tarde, así que R me convenció de dormir en su casa y todos dormimos en una habitación sobre almohadas y mantas en el suelo. Inicialmente me negué porque pensé que era raro ya que mi mamá me dijo que no compartiera áreas para dormir con personas del sexo opuesto, pero una vez más me asustó para que lo hiciera de todos modos. La puerta del pasillo permaneció lo suficientemente abierta como para ver dentro de la habitación. Probablemente habían pasado unas 3 horas de la noche cuando me dijo que me quitara los vaqueros para ponerme más cómoda, ya que me había estado moviendo desde que nos acostamos. No quería, así que lo hizo por mí. Era más fuerte y no quería montar un escándalo, así que lo dejé, y después también me subió la camiseta. Después de que R hiciera lo mismo consigo mismo, le dijo al primo de mi edad que se quitara también los suyos y se pusiera encima de mí, a lo que se negó y se quedó dormido. Para entonces, R me tocaba y no me dejaba dormir. Cada vez que lo hacía, me pellizcaba o apretaba y me arañaba el cuerpo. Recuerdo que se enfadó conmigo porque, como no me había venido la regla, me faltaba la parte que él buscaba, pero eso no lo detuvo. Recuerdo que me desperté sin ropa y con fluidos secos en los muslos y la cintura. Nunca se lo dije a nadie y probablemente lo olvidé al día siguiente. Cada vez que hablaba con él después de que eso pasara, o me malcriaba con juguetes y golosinas o era grosero y me rechazaba. Estaba tan confundida sobre por qué hasta que recordé lo que pasó. Me trataba como si fuera diferente a todos los demás, siempre era susceptible y se burlaba de mí cuando comencé la pubertad. Ahora que sé lo que pasó, me siento mal. Terminé volviéndome hipersexual después de todo lo que pasó y a menudo me ponía en situaciones de riesgo con chicos mayores y cualquiera que me diera su tiempo. Afectó toda mi vida y no lo supe hasta ahora. Han pasado años desde entonces y siento que debería haberlo superado, pero no es así. Tengo miedo de buscar ayuda porque eso significa que tendré que decírselo a mis padres, no quiero que se enojen conmigo por no haber dicho nada antes o que piensen que miento porque fue hace tanto tiempo. ¿Cómo lo supero sin ayuda? Está empezando a interferir con mi vida diaria y estoy harta de los flashbacks y las pesadillas.

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    Toda una vida

    Crecí en un ambiente de violencia: en mi barrio, en mi escuela, en mi casa. Crecí con constantes insultos e indignidades debido a la pobreza y a un hermano violento. Así que, cuando conocí a Jack a los 22 años, y él era un abusador, despectivo, insultante y emocionalmente difícil para mí, todo me pareció normal. Pero, al crecer, supe que tenía que alejarme de él. Limitaba mis relaciones y siempre encontraba maneras de subvertir mi trabajo, a la vez que me menospreciaba por no conservar mis trabajos. Intenté irme muchas veces, pero me acosó, me asustó, me suplicó, me coaccionó, me disculpó y me amenazó hasta que volví a aceptarlo. Luego, cuando yo tenía 68 años y él 69, se fue para tener una aventura egoísta con una exnovia. Esperaba volver a los dos meses. No me creyó cuando me divorciaba y firmó los papeles sin leerlos. Han pasado dos años y medio y sigo luchando en los tribunales para conseguir la pensión alimenticia que me corresponde. No soy una persona sin hogar. De hecho, vivo en la casa que compramos y remodelamos. Tengo una vida muy buena. Me convenció de que volvería a la pobreza si no fuera por él. Me siento mejor que nunca con él. Además, su negatividad, maldad y mal comportamiento en general han desaparecido de mi vida por fin. Ojalá hubiera tenido el coraje y la fuerza para irme hace años y salvarme a mí y a mis hijos de su abuso. Pero estoy feliz de sanar mis relaciones con las personas que amo y a quienes mantuvo alejadas de mí durante todos esos años.

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    “Toda víctima debería tener la oportunidad de convertirse en un sobreviviente”.

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  • “A cualquiera que esté atravesando una situación similar, le aseguro que no está solo. Vale mucho y mucha gente lo ama. Es mucho más fuerte de lo que cree”.

    Tomarse un tiempo para uno mismo no siempre significa pasar el día en el spa. La salud mental también puede significar que está bien establecer límites, reconocer las emociones, priorizar el sueño y encontrar la paz en la quietud. Espero que hoy te tomes un tiempo para ti, de la manera en que más lo necesitas.

    Si estás leyendo esto, es que has sobrevivido al 100% de tus peores días. Lo estás haciendo genial.

    Creemos en ti. Eres fuerte.

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    Voz autista

    Solía pensar que la violación era lo que verías en las películas. Un extraño te atacó violentamente. Resultó que estaba equivocada. Me habían violado en múltiples ocasiones y no lo comprendí del todo hasta que crecí y me volví más sabia, y también descubrí que soy autista. Esto fue lo que me ayudó a comprender lo que realmente había sucedido. Aprendí y estudié el autismo en niñas y mujeres, y a partir de ahí lo entendí. Era vulnerable, impresionable y estaba tan enmascarada que era una persona completamente diferente por fuera de lo que realmente era por dentro. Cuando era más joven y no tenía ni idea de que estaba siendo acosada debido a mi vulnerabilidad, empecé a fingir que simplemente me gustaba el sexo y era promiscua por voluntad propia. Era una mentira que me decía a mí misma y a mis amigas para no tener que afrontar el hecho de que no podía ni sabía cómo decir que no y decirlo en serio. Hay huida, lucha y también congelación. Tantas veces les decía que no y cuando no paraban me paralizaba y me daba cuenta de que mi voz no tenía sentido y que no me escuchaban. Era más fácil dejar que terminaran sin pelear y que fuera violento también. No me di cuenta de lo malo que sería el impacto mental. Una noche en particular estaba en un bar y algunos de nosotros volvimos a una fiesta en una casa. Un chico estaba mostrando interés en mí y la verdad es que me gustó. Nos besamos y nos divertimos y luego me llevó a una habitación y dudé pero acabé entrando. Cuando empezó a desvestirme, sujeté mi vestido y dije que no. Lo dije tantas veces y empezó a ponerse muy brusco y contundente y empezó a decirme cosas sobre darle esperanzas y qué creía que iba a pasar y yo solo quería que fuera brusco. Me di cuenta de que, dijera lo que dijera, iba a tener sexo, así que tenía dos opciones: luchar y ser agredida sexual y violentamente, o simplemente tener sexo sin más resistencia, lo que significaría que solo sería agredida sexualmente sin violencia adicional. Elegí la segunda opción y durante mucho tiempo creí que solo había tenido sexo esa noche. Ahora me doy cuenta de que fue una violación total. Ha afectado mi salud mental durante más de diez años y estoy lista para reconocer lo que me pasó en lugar de negarlo.

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  • “Sanar significa perdonarme a mí mismo por todas las cosas que pude haber hecho mal en el momento”.

    Estás sobreviviendo y eso es suficiente.

    “Tú eres el autor de tu propia historia. Tu historia es tuya y solo tuya a pesar de tus experiencias”.

    “Puede resultar muy difícil pedir ayuda cuando estás pasando por un momento difícil. La recuperación es un gran peso que hay que soportar, pero no es necesario que lo lleves tú solo”.

    Mensaje de Sanación
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    poder seguir adelante y pasar un poco la pagina

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  • Mensaje de la Comunidad
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    Mueva su cuerpo de manera que le resulte agradable tanto como pueda.

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    Esa noche mi hermano me tocó.

    No sé si lo que me hizo mi hermano se puede clasificar como abuso sexual. Me estaba quedando a dormir en su casa. Era tarde por la noche y estábamos viendo una película. En un momento dado, me preguntó si podía empezar a acurrucarme. De hecho, acepté, ya que somos muy cercanos y ambos disfrutamos del afecto físico. Mientras hacíamos cucharita, metió la mano debajo de mi camisa. No dijo nada, y yo tampoco. A medida que avanzaba la noche, alternaba entre caricias, besos en la cabeza o en un lado de la cara, y palabras de cariño. Le acaricié el brazo distraídamente porque me sentía incómoda allí tumbada. Finalmente, me preguntó "¿está bien?", refiriéndose a su mano subiendo lentamente por mi estómago. Le estaba dando el beneficio de la duda y seguía pensando que la acción era platónica, además de que me sentía bien, además de que soy tímida y me cuesta la confrontación, así que mi cerebro piensa que decir "no" a la gente es provocarla, así que dije "sí". En realidad no quería decirlo. No creo que quisiera decir "no", claro. No creo que quisiera decir nada en absoluto. Estaba cansada. Los dos lo estábamos. Sus caricias progresaron suavemente hasta el punto de acariciar la parte inferior de mis pechos. Fue entonces cuando empecé a cuestionar sus intenciones. Volvió a preguntar "¿está bien?". Volví a decir "sí". Cuando terminó la película, me asusté. La había estado usando para distraerme de lo que estaba pasando, y temía que, al no haber distracción, centrara toda su atención en mí e intentara hacer algo; así que me incorporé. Me apretó ligeramente la parte inferior del pecho mientras lo hacía, quizá a propósito, quizá por reflejo. Cuando se dio cuenta de que me estaba alejando de verdad, retiró las manos, dijo: "Lo siento. Tu hermano es un bicho raro", y se levantó para ducharse. Creo que en ese momento empecé a entrar en pánico. Fue lo que confirmó mis sospechas de que sus caricias realmente tenían una intención sexual. Había estado intentando engañarme a mí misma creyendo que eran afecto inocente, pero esas palabras me obligaban a afrontar la realidad de mi situación. Recuerdo que no paraba de hablar de temas sin sentido mientras desayunábamos porque temía que sacara a relucir lo que acababa de pasar y quisiera hablar de ello. No quería hablar de ello. Quería fingir que nunca había pasado. Todavía lo intento. Pero me atormenta. Él y su esposa (que habían estado durmiendo plácidamente en su habitación toda la noche) se fueron temprano por la mañana de luna de miel (yo estaba allí para cuidar la casa y había ido la noche anterior para pasar el rato con ellos antes de que se fueran). Una vez sola, me fui a dormir tranquilamente a su cama (con su permiso e insistencia, ya que no había otras camas en el apartamento). Mientras intentaba dormirme, aún podía sentir sus manos sobre mí, como una caricia fantasma. Me derrumbé en ese mismo instante. Me sentí culpable y asquerosa por no haberlo parado y por haberlo disfrutado también. Sentía que tal vez yo era la rara, y tal vez yo la que estaba convirtiendo esta interacción en algo inapropiado. Las semanas siguientes, intenté reprimir mis sentimientos. Unos días antes de Navidad, estaba en un avión con mi madre, a punto de empezar nuestras vacaciones. Estaba cerca de la regla y tenía los pechos sensibles. Eso desencadenó algo en mí y de repente lloré ahí mismo, en público. Ese dolor vago me recordó la sensación de aquel apretón que me dio en el pecho. Mi madre me vio a punto de llorar, pero mentí y le dije que era solo porque estaba cerca de la regla y me sentía deprimida (llevó un tiempo luchando contra la depresión, y ella lo sabía). Durante el viaje, tuve flashbacks aleatorios de esa noche, a veces incluso acompañados de náuseas. Sentía que estaba exagerando mi reacción mental, ya que no me habían violado y no debería estar traumatizada por un contacto que apenas puede considerarse íntimo. Al volver a casa, hice algo de lo que no sé si me arrepiento: hablé con él. Le envié un mensaje largo (vive en otra ciudad, lo que me dio más seguridad al confrontarlo) del que apenas recuerdo nada, salvo que mencionaba "esa noche" y cuánto me había afectado. Me derrumbé al escribirlo, y probablemente no era muy coherente. Mi hermano me envió muchas respuestas cortas en ráfagas rápidas al verlo. Se disculpó profusamente. Dijo "No sé qué me pasa", "Buscaré ayuda psicológica", entre muchas cosas que no recuerdo. Eso me asustó un poco. ¿Para qué necesitaba ayuda psicológica? ¿Estaba admitiendo que tenía impulsos que no podía controlar? Pero no dije nada al respecto. Tenía miedo de acusarlo, y me aseguré de aclarar que yo también era culpable por no poner límites. Ambos nos respondíamos sin pensar. Estábamos en pánico y llenos de adrenalina. Tenía miedo de perderlo. Era mi único vínculo en la ciudad donde vivíamos (muy lejos de la nuestra, donde viven nuestros padres y mis amigos). No quería molestarlo, porque es una persona muy sensible y ya me sentía culpable por cómo reaccionaba. Resolvimos el asunto por mensaje. Pero no lo hicimos. En absoluto. Fingí que sí, pero seguía atormentada por las dudas y la paranoia. Más que las caricias, lo que me atormentaba eran sus palabras: "Lo siento. Tu hermano es un bicho raro". Me conmovieron profundamente. Solo quería negar lo sucedido, pero esas palabras no me lo permitieron. La historia continúa hasta el día de hoy, pero no quiero escribir demasiado sobre las consecuencias de "esa noche", ya que escribiría demasiado y quiero centrarme en si fue un caso de abuso. En este punto, me siento un poco más centrada y capaz de aceptar que lo sucedido tuvo un trasfondo sexual. Todavía me siento avergonzada y culpable. Consentí algunas caricias. No estoy segura de si quería, pero lo hice. Normalmente, eso me haría pensar que fue un encuentro consentido y que ahora simplemente me arrepiento, pero hay muchos factores que también contribuyen a mi creencia de que esto también podría ser un caso de abuso. En primer lugar, mi hermano tenía 38 años en ese momento. Yo tenía 20, lo cual sí, es una adulta, pero aun así; él es mi hermano mucho mayor. Ya era casi un adulto cuando yo nací. Ha sido una figura de autoridad toda mi vida, aunque le gusta fingir que no lo es. Es un poco despistado en cuanto a lo que es apropiado o no en contextos sociales, pero creo que alguien de su edad debería saber que no debe meter la mano bajo la camisa de su hermana pequeña y subir tanto por su cuerpo que sus dedos rocen su areola. En segundo lugar, soy neurodivergente, aunque no se lo dije en ese momento. Sin embargo, cuando se lo conté, me dijo que ya sospechaba. A pesar de eso, siempre he sido callada y retraída, así que me molesta que empezara a tocarme bajo la apariencia de afecto inocente y luego esperara que yo pudiera expresar mi incomodidad cuando la situación se intensificara sin que él especificara qué iba a pasar. Tampoco creo que su forma de buscar consentimiento fuera nada productiva. Solo me preguntó si dos caricias específicas estaban bien, y solo después de empezar a hacerlas. No pidió permiso explícito para nada, salvo para los abrazos al principio. Lo que quiero decir es que yo era vulnerable. Soy joven, inexperta, autista, y él siempre ha sido un apoyo emocional y casi una figura paterna para mí. No sé cómo puede ser tan ingenuo como para pensar que no tiene ningún poder sobre mí. Quizás sí lo sabe, pero no estaba pensando en ese momento. Sigo sin entender por qué me tocaría así. Me consuela un poco pensar que quizás no tenía ningún control sobre ello después de todo. Pero no lo sé. Quizás sí. Soy adulta, después de todo. Y creo que se habría detenido si se lo hubiera dicho. Pero definitivamente nunca di mi consentimiento entusiasta. Me siento traicionada. Me siento perdida. Me siento enojada. Me siento triste. Llevo meses evitando pensar en ello. Esta noche, todo me volvió a la mente y me derrumbé de nuevo. De verdad que no sé qué hacer. No quiero contarle a nadie cercano lo que pasó porque me da vergüenza. Y desde luego no quiero contárselo a mis padres. En cierto modo, quiero cortar lazos con él, pero al mismo tiempo no lo hago porque creo que está arrepentido y no quiero entristecerlo. No puedo evitar ser ingenua. No sé si eso me reconforta o me avergüenza.

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    Liberarse: Escapar del control de un narcisista

    Dejar a mi ex fue una decisión marcada por años de aislamiento y maltrato físico, pero el punto de quiebre llegó cuando intentó controlar mi sustento. Quería que dejara mi trabajo, y cuando me negué, no le importó. En otra ocasión, me miró a los ojos y me dijo: «No vas a salir viva de este apartamento», antes de reírse. Ese fue el momento en que me di cuenta: ¿por qué dejaba que este hombre decidiera qué hacía con mi vida? ¿Por qué dejaba que él decidiera si iba a seguir viva o no? El día que finalmente me fui, llamé a mi madre y le dije que quería irme. Cuando mi ex amenazó con tirar todas mis pertenencias, llamé a la policía. Me dieron cinco minutos para recoger lo que pudiera. Agarré todo lo que pude cargar y me fui. Pero irme no fue el final, fue solo el principio. Me acosó sin descanso. Mensajes en redes sociales. Regalos en mi coche. Apariciones en casa de mis padres. Llamadas incesantes. Al final tuve que cambiar mi número de teléfono. Aun así, me llevó un tiempo solicitar una orden de protección porque, de alguna manera, seguía sintiéndome mal por él. Entonces, tras meses sin contacto, me lo encontré en el gimnasio. Hizo un comentario amenazante, así que lo denuncié y le prohibieron la entrada. Eso lo enfureció. Al salir del gimnasio, intentó sacarme de la carretera. Conseguí entrar en un aparcamiento donde me rodearon unos transeúntes mientras él gritaba. Llegó la policía y me dijo que debía solicitar una orden de protección de emergencia inmediatamente, algo que había pospuesto, pensando que tenía que esperar al horario de oficina. Recibí la orden y pensé que ahí se acabaría todo. Pero justo un día después de que expirara, volvió a aparecer, y esta vez no me dejó salir del aparcamiento. El pánico me invadió mientras intentaba desesperadamente llamar la atención de alguien para que llamara a la policía. Finalmente, conseguí ponerme a salvo, y alguien ya había hecho la llamada. Al empezar a conducir a casa, me di cuenta de que me seguía de nuevo. En lugar de irme, me di la vuelta y se lo dije a la policía. Se ofrecieron a seguirme y, mientras me alejaba, lo vi al otro lado de la carretera. Le hice una seña al agente, quien inmediatamente lo detuvo. Unos minutos después, el agente me llamó y me dijo que necesitaba obtener otra orden judicial contra él, advirtiéndome que tenía problemas mentales. Esperaba que al detenerlo me hubiera dado tiempo suficiente para llegar a casa sana y salva. Esta vez, tuve que solicitar una orden de paz, que solo duró seis meses. Incluso intentó apelarla, pero al final se la concedieron. Mirando hacia atrás, aprendí que el momento más peligroso para una sobreviviente no es durante la relación, sino cuando intentan irse. Esos meses después de mi partida fueron mucho más aterradores que cualquier momento que pasé con él. Pero al final, salí adelante. Y eso es lo que importa.

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    20 años después y todavía estoy trabajando en la curación.

    Han pasado 20 años y sigo teniendo problemas. Soy una sobreviviente de TMS, y solo recientemente no me he considerado una víctima. He podido ocultar mis problemas con mi trauma, pero he superado momentos en los que me he vuelto insensible. Tuve otro trauma en ese momento que desencadenó mi TEPT, pero no estaba en un entorno emocionalmente seguro y mi trauma no era tan importante como el otro trauma que estaba ocurriendo. Yo no era la que necesitaba apoyo, así que sufrí en silencio mientras mis síntomas empeoraban. A medida que mis síntomas empeoraban, alejé a todos. Cuando hablo con mi esposo sobre esto, él se niega a decirme que necesito superarlo, que no puedo cambiarlo. Me dice que no debería imponérselo a mi trauma porque él no lo hizo. Sé que es cierto, pero no puedo evitar lo que me desencadena. Así que, ahora que lo pienso, sigo sin recibir el apoyo que necesito. Sé que su forma de sanarme es presionarme para que lo acepte, pero solo necesito que alguien me escuche. Lo intenta, pero no es como necesito. Cree que después de 20 años no debería tener desencadenantes, pero ya no sé qué los desencadena. Así que mi historia es esta: tenía 19 años y estaba en el ejército. Era madre primeriza, madre soltera, de una bebé prematura que acababa de salir del hospital hacía unas semanas. Tenía una compañera de piso, y como no tenía llave, la puerta estaba abierta esperando a que volviera. Estaba en mi habitación con mi hija durmiendo y de repente él estaba allí. Me estranguló hasta que me desmayé. Volví en mí y me estaba violando. Luego, cuando se aburrió, intentó obligarme a hacerle sexo oral, y yo le mordí, y él empezó a golpearme y siguió. Estaba concentrada en mi hija; no quería que le hiciera daño. Intenté defenderme, pero no funcionó. Finalmente dejó de atormentarme y se fue antes de que mi compañera de piso llegara. Recuerdo la canción exacta que sonaba, el olor de la vela, estaba nevando, hacía frío, pero no recuerdo su apellido. A veces pienso que Nombre no era su nombre de pila. Recordaba el nombre de todos los que trabajaban conmigo, pero el suyo ya no me viene. Después de que se fue, cerré la puerta con llave y abracé a mi hija todo el fin de semana. No salí de mi habitación, tenía todo lo necesario para mi bebé en mi habitación, así que no tuve que irme. Llegó el lunes y tuve que usar muchísimo maquillaje para tapar las marcas de las manos y los moretones, el ojo morado, el labio partido, era difícil ocultarlo todo. Iba caminando al trabajo y mi suboficial me vio, me vio el cuello y me dijo qué hice. Se lo dije y me dijo que no podía contárselo a nadie, nadie me creería porque era madre soltera, una mujer que obviamente no era inteligente, ya que era muy joven y había tenido un bebé con un desconocido, y quería que siguiera así porque no era asunto de nadie. Así que, después de que me rechazara, fui con mi sargento primero. Básicamente me dijo lo mismo. Añadió que él era un suboficial respetado, que nadie me creería jamás, que yo era una mujer con un bebé, soltera, una joven alistada, que andaba con la gente equivocada, etc. Después de eso, simplemente lo dejé estar, decidí que no serviría de nada seguir contándoselo a nadie. Cuando me preguntaban qué me había pasado, simplemente les decía que había tenido un fin de semana terrible. Después, recurrí al alcohol y las drogas. Iba de fiesta en exceso sin importar cuánto trabajara. Bebía y consumía drogas hasta el punto de saber que mi hija estaría más segura con mi madre hasta que pudiera regresar a Estados Unidos. Me volví un poco promiscua, pero principalmente solo salía de fiesta hasta que no podía recordar. Nota al margen, esto es algo que mi esposo no entiende y agrega cómo lo habría manejado. Quedé embarazada en diciembre de ese mismo año, me casé con él y él fue mi lugar seguro por un tiempo. Regresé a casa, tuve a mi hijo y me di cuenta de que no podría lidiar con mi trauma con dos bebés, así que aprendí a dejarlo de lado. Volví al ejército para ser desplegada, necesitaba ganar dinero para mis bebés ya que me estaba divorciando. Lo alejé tanto y sé que fue mi culpa que terminara. Bueno, fui a Irak y conocí a mi actual esposo. Él es la primera persona a la que le conté todo lo que pude sacar de esa caja en mi cabeza. En ese momento, pareció entender que estaba rota y dañada. Escuchó y entendió por qué no podía ser la misma persona que era antes de mi trauma. A lo largo de los años, ha visto problemas en mi forma de ser y no entiende que desconozco qué los desencadena. Simplemente me dice que lo supere, que no puede cambiarlo, que necesita encontrar algo que lo distraiga. Se enoja porque la intimidad va y viene, pero no puedo evitarlo; no entiendo bien mis desencadenantes, sobre todo porque ahora estoy completamente sola, mi esposo trabaja fuera del estado, todos mis hijos ya son mayores, así que estoy literalmente sola con mis pensamientos. Sé que no estoy aprendiendo a sanar, pero lo estoy descuidando y no me importa, lo cual está muy lejos de la realidad. Pasé por algo con uno de mis hijos que me llevó a estar insensible y a no preocuparme por nada durante mucho tiempo. Decidí buscar ayuda porque me afectaban cosas que no sabía ni veía desde hacía años, y mi esposo ya no aguantaba más y me convenció de que era hora de superarlo. Así que empecé este programa para supervivientes de TMS y me iba muy bien, pero entonces algo me desencadenó y no sé bien qué fue. He recaído tanto que temo que alguien venga a por mí en momentos muy inesperados. Tengo pesadillas en las que alguien me estrangula y me golpea, y luego me despierto. Tengo ataques de pánico mientras camino por un sendero en un parque lleno de gente. Me pongo paranoica en público. No duermo. Estoy despierta más de 48 horas seguidas. Y cuando duermo, son quizás dos horas. Mi esposo dijo que no es normal que dure tanto. Siento que es imposible no sentirme tan afectada de repente. Estoy en proceso de desarrollo, pero he vuelto a un punto oscuro y me asusta. No quiero volver a lo que pasó después. No quiero lidiar con esto abusando de sustancias. No soy suicida, solo estoy en una situación en la que estoy sola en todos los sentidos otra vez. No quiero desanimar a nadie leyendo esto; todos lidiamos con esto de diferentes maneras, y a veces hay algo que dificulta nuestro progreso. No podemos rendirnos ni aceptar la derrota. Si no lo hubiera dicho ya, su nombre es Nombre, y ha dañado mi vida hasta el punto de que podría perder mi matrimonio, mi seguridad y mi felicidad una vez más. No ganará esta vez; lo superaré con las fuerzas que me quedan. Gracias por permitirme expresar mis pensamientos. Lo aprecio mucho.

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    12 de abril de 2022

    No te lo crees cuando te dicen que tu vida puede cambiar en un instante, y de repente lo hace. Esta es mi historia, o lo que recuerdo de ella. El 12 de abril de 2022, me violaron a punta de pistola en casa. En menos de 10 minutos, me convertí en una estadística más, pero una estadística que sobrevivió... Son las 6:15 a. m. y estoy a punto de salir a ver cómo está el gato de un cliente que cuida mascotas, y luego a trabajar; una rutina habitual para mí. Era una forma de generar ingresos extra, y además fácil. Siempre me han encantado los animales, y si amas lo que haces, no trabajarás ni un solo día de tu vida. Al parecer, mi rutina era conocida por más personas que solo yo y mis animales. Al abrir la puerta para irme, un hombre estaba en mi porche y preguntó por William. Sin saber cómo esta conversación en particular moldearía mi futuro, le dije que William no vivía aquí y cerré la puerta; no era raro que los desconocidos llamaran. Antes que yo, una anciana había vivido aquí con su hijo, ¿sabes?, y la gente venía a buscarlos constantemente, así que no le di importancia. Supuse que se habría ido para cuando volviera a abrir la puerta. Me equivoqué, y me he odiado por abrir esa puerta por segunda vez. Nunca antes me había enfrentado a la muerte, nunca me había enfrentado a un mal tan potente que se pudiera sentir en el aire... pero puedo decir con certeza que sí. Me empujaron hacia atrás, no con un toque físico, sino con la amenaza que ahora se cernía frente a mí. Él revisó el dormitorio a su izquierda, que daba a la entrada de la casa, buscando a otros habitantes; no había ninguno. Vivía sola, aparte de mis animales, lo cual no le inmutó. Mirando hacia atrás, esto me dice que me había estado observando durante un tiempo, esperando. Me empujó aún más hacia atrás, hacia la cocina. Me pidió mi teléfono y me dijo que lo desbloqueara. No me quedaba otra opción, así que acepté. Para intentar imponerme, le pregunté desesperadamente si podía ver cómo estaban mis mascotas de acogida, ya que estaban en la habitación contigua. Sorprendido, aceptó. Revisó la habitación (de nuevo, por si había otros ocupantes), y mientras revisaba mi teléfono, presioné un botón de pánico que estaba en la pared que él no podía ver, debajo de un interruptor de luz... 1... 2... 3... y lo solté. Rezando a alguna deidad para que la ayuda llegara a tiempo... Fue en ese momento que se sentó a la mesa de la cocina e intentó que me uniera a él... como una mujer bocazas, empecé a preguntarle en voz alta: "¿POR QUÉ? ¡Soy una buena persona! ¡¿Por qué me haces esto?!". Cámara lenta... se levanta de la mesa... me dice que me ponga de cara a la pared... "¿Está pasando esto? Quizás se vaya", pensé tontamente... Me levantó el vestido y me giré para detenerlo, sin querer lo que estaba a punto de pasar. "Déjalo parar unos minutos más, que viene la ayuda, puedes con esto". Pero no pude. Me empujó por la cocina, contra la encimera... y forcejeé. Claro que forcejeé. Mis padres criaron a un luchador, y no quería rendirme sin luchar... Pero él era más grande, más fuerte, y tenía un arma. Nunca había conocido el miedo, el miedo verdadero, hasta que probé el acero, o lo que sea que estén hechas las armas. Ahora solo sé que el miedo puro debe de tener un sabor metálico. "Cállate, zorra, ¿entiendes?", y solo pude asentir. No le doy mucha importancia a la religión, la verdad, no, y si hay un dios ahí arriba, me pregunto cómo puede hacer que sea tan fácil violar a una persona. Por qué no hay salvaguardas para detenerlo; no es una puerta que podamos controlar. ¿Qué clase de dios podría convertirnos en blancos tan fáciles? Puedes creer lo que quieras, y puede que me critiquen por esto, y no pasa nada. Tengo derecho a pensar, como a todos los demás. Mi cuerpo no controlaba quién estaba dentro. No tenía control. Mientras él se daba placer, yo tenía que aguantarlo, o morir, e incluso así era muy poco probable que saliera con vida. Sabía que mis posibilidades, y la posibilidad de que me dejara ver su rostro y de que sobreviviera de alguna manera, no eran muy buenas. Lo sabía, incluso entonces. Entonces sonó el timbre. Este pervertido, este desperdicio de espacio, saltó y miró a la vuelta de la esquina, para ver quién podría estar mirando por la ventana de la sala. Cuando vio quién era... dijo: "¡Levántate, perra!", se subió los pantalones, agarró su arma y salió corriendo por la puerta trasera. En shock, hice lo que me dijeron y me quedé allí parada mientras corría; pero cuando mi mente comprendió que la amenaza había desaparecido, mi cuerpo se impulsó hacia la puerta principal y salió corriendo; no aprecié lo hermoso que era. Pero no había tiempo para disfrutar de la seguridad; la amenaza no estaba lejos. Grité a la policía que lo atraparan, que había salido corriendo por la parte de atrás... preguntaron quién. El tipo que me violó. El 12 de abril de 2022, alrededor de las 6:30 a. m., me convertí en una estadística. Poco después, sentí que toda la policía de ciudad estaba en la escena, y creo que lo estaban. Durante una hora, no me permitieron cambiarme de ropa. Todavía puedo olerlo. Todavía puedo sentirlo. Mientras estaba en urgencias, revisé mi teléfono y descubrí que todas mis grabaciones de seguridad... habían desaparecido. Simplemente habían desaparecido. Por suerte para mí, y por desgracia para él, pagué una suscripción mensual por un servicio en la nube. Mientras me violaban, una vez más, capturé su rostro. No puedes esconderte de mí, no por mucho tiempo. Mientras mi madre se sienta a mi lado, le envío su rostro al detective. Bromeo con el médico y las enfermeras, lidiando con la situación de la única manera que puedo, y como he visto hacer a mi padre en el pasado: forjando conexiones y usándolas como un camino de regreso a la orilla. Mantente a flote, solo un poco más. Un segundo, un minuto, una hora, un día, todo lo que puedas. Después, a la comisaría para declarar. Nadie puede volver conmigo. Más tarde esa noche, recibo una llamada para ver una rueda de reconocimiento. Incluso menos de un día después, mi cerebro intenta protegerme: bloquear su rostro, por todos los medios posibles. Desenfocarlo hasta que sea irreconocible. Pero tengo su cara. Mi cerebro no puede oponerse a esto. De camino a la comisaría, con mis padres a cuestas, la observo. Imagínatela con otra barba, con otro peinado. Seguía sin estar lista. De nuevo, nadie podía volver conmigo. Cuando apareció su foto, no sabía que era él. No estaba segura. Pero tuve lo que llaman una "reacción visceral". Me temblaban las manos, la voz y sentía tanto frío que no podía dejar de tiritar. Algo dentro de mí lo sabía. Luché con esa culpa durante semanas: ¿y si había encerrado a la persona equivocada? ¿Y si me equivocaba? Entonces llegó el mensaje del detective, sobre mi kit de violación. "Era compatible". Gracias. Muchísimas gracias. Tenía razón. Maldita sea, tenía razón. El 12 de abril de 2022, aproximadamente a las 6:30 a. m., me convertí en una estadística. Pero una estadística que sobrevivió. Una estadística que se defendió, y una estadística que no se ha rendido, todavía no. Nunca. No me avergüenzo. Formo parte de una familia más grande de lo que debería ser, de sobrevivientes como yo. Somos sobrevivientes. Lecciones que podemos sacar de esto: Mira afuera antes de abrir la puerta. Invierte en un sistema de seguridad. Invierte en un botón de pánico. Practica cómo sobrevivirás el tiempo suficiente para superar una situación; ensaya todos los escenarios posibles. Mantén la calma; nunca se sabe cuándo podrían salvarte la vida. Nada es 100% seguro, pero incluso la cosa más pequeña podría salvarte para ver otro día.

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    Actividad de puesta a tierra

    Encuentra un lugar cómodo para sentarte. Cierra los ojos suavemente y respira profundamente un par de veces: inhala por la nariz (cuenta hasta 3), exhala por la boca (cuenta hasta 3). Ahora abre los ojos y mira a tu alrededor. Nombra lo siguiente en voz alta:

    5 – cosas que puedes ver (puedes mirar dentro de la habitación y por la ventana)

    4 – cosas que puedes sentir (¿qué hay frente a ti que puedas tocar?)

    3 – cosas que puedes oír

    2 – cosas que puedes oler

    1 – cosa que te gusta de ti mismo.

    Respira hondo para terminar.

    Desde donde estás sentado, busca objetos con textura o que sean bonitos o interesantes.

    Sostén un objeto en la mano y concéntrate completamente en él. Observa dónde caen las sombras en algunas partes o quizás dónde se forman formas dentro del objeto. Siente lo pesado o ligero que es en la mano y cómo se siente la textura de la superficie bajo los dedos (esto también se puede hacer con una mascota, si tienes una).

    Respira hondo para terminar.

    Hazte las siguientes preguntas y respóndelas en voz alta:

    1. ¿Dónde estoy?

    2. ¿Qué día de la semana es hoy?

    3. ¿Qué fecha es hoy?

    4. ¿En qué mes estamos?

    5. ¿En qué año estamos?

    6. ¿Cuántos años tengo?

    7. ¿En qué estación estamos?

    Respira hondo para terminar.

    Coloca la palma de la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Coloca la palma de la mano izquierda sobre el hombro derecho. Elige una frase que te fortalezca. Por ejemplo: "Soy poderoso". Di la oración en voz alta primero y da una palmadita con la mano derecha en el hombro izquierdo, luego con la mano izquierda en el hombro derecho.

    Alterna las palmaditas. Da diez palmaditas en total, cinco de cada lado, repitiendo cada vez las oraciones en voz alta.

    Respira hondo para terminar.

    Cruza los brazos frente a ti y llévalos hacia el pecho. Con la mano derecha, sujeta el brazo izquierdo. Con la mano izquierda, sujeta el brazo derecho. Aprieta suavemente y lleva los brazos hacia adentro. Mantén la presión un rato, buscando la intensidad adecuada para ti en ese momento. Mantén la tensión y suelta. Luego, vuelve a apretar un rato y suelta. Mantén la presión un momento.

    Respira hondo para terminar.