Comunidad

Ordenar por

  • Seleccionado

  • Más reciente

Formato

  • Narrativa

  • Obra de arte

Yo estaba...

La persona que me hizo daño era un...

Me identifico como...

Mi orientación sexual es...

Me identifico como...

Yo era...

Cuando esto ocurrió, también experimenté...

Bienvenido a Our Wave.

Este es un espacio donde sobrevivientes de trauma y abuso comparten sus historias junto a aliados que los apoyan. Estas historias nos recuerdan que existe esperanza incluso en tiempos difíciles. Nunca estás solo en tu experiencia. La sanación es posible para todos.

¿Cuál cree que es el lugar adecuado para empezar hoy?
Historia
De un sobreviviente
🇨🇦

Name, solo tenía 6 años

Tenía alrededor de 6 años, cierro los ojos y es cómo si volviera a vivir en carne propia el recuerdo, me acuerdo del ruido de la televisión, el olor del desayuno que estaba comiendo, yo solo estaba viendo caricaturas. El, un hombre de alrededor 50 años me cargó y me acomodó en sus piernas, y deslizó su mano por debajo de mis panties, TENÍA 6 AÑOS y ahí empezó mi historia de abusó sexual, una historia que me hubiese gustado no tener que experimentar. Yo hablé ya que mi mamá siempre me había enseñado a que nadie podía tocar mis partes pero en ese entonces mi mamá no tenía los recursos, vivíamos en casa de una prima (la hija de mi abusador) y nadie me creyó, dijeron que era mi imaginación. Otros sucesos pasaron cometidos por la misma persona, me arrebató mi inocencia y me rompió en pedacitos… pese a que yo hablé la primera vez, las otras veces me quedé callada porque nadie me creyó, nadie me protegió y nadie me escuchó más que mi mamá pero en ese entonces ella estaba luchando con un problema de alcoholismo y toda la familia nos dio la espalda. Después de un tiempo dejé de ver a mi abusador pero a los 8 años me volvió a pasar pero esta vez por el esposo de mi tía (la hermana de mi mamá) ellos han sido casados desde que mi tía tiene 16 años hasta el presente. Fuimos de visita a casa de mi tía, era diciembre entonces mi mamá salió con mi tía a comprar cosas para la navidad, yo, mi hermano y mi primo (hijo de mi tía) nos quedamos al cuidado del esposo de mi tía, el en ese entonces era oficial de la policía. Yo estaba jugando con mi primo y mi hermano cuando él me llamó, él estaba sentado en la mesedora viendo las noticias cuando me sentó en sus piernas y yo inmediatamente me paralice puesto que la última vez que alguien me sentó en sus piernas me manoseo, esta vez fue diferente, solo me acaricio las piernas y yo solo sentí cómo algo duro me rozaba mis glúteos, me paralicé y no sabía que hacer, hasta que tuve la fuerza y me bajé. Nunca hablé de mi segundo abusador y nunca lo he hecho, yo ya no vivo en Colombia pero cuando voy me toca actuar cómo si nada aunque por dentro sienta tantas cosas. Por mucho tiempo reprimí todo lo que me pasó, siempre decía que no me afectó y ahora a mis 22 años me está atormentando. Estoy comprometida con el amor de mi vida, siento que ha sido un regalo que Dios y la vida me dio después de tanto tormento pero hay veces que cuando vamos a tener intimidad y me toca siento una rabia en mi, ese tipo de rabia que te dan ganas de pegarle un puño en la cara a esa persona, y no lo entiendo, el no me ha hecho nada? El solo me ha ayudado y me ha tratado con amor y me ha demostrado lo mucho que me respeta y me ama, siempre quise evadir el tema y reprimirlo, no hablar de ello y pretender cómo que no me afectó pero ya llegué a un punto donde me dan unos ataques de ira que ni yo me reconozco, donde termino lastimándome a mí misma o sacando esa ira en mi prometido, hace unas noches por fin en medio de una ataque de ira donde terminé azotandome la cabeza en la pared solo repetía “no me deja en paz, me persigue, sácalo de mi cabeza” estaba en un estado de crisis y mi prometido solo pudo sujetarme en sus brazos mientras me preguntaba quién me perseguía y fue la primera vez que dije su nombre en voz alta, “Name, el hombre que me violo y me robo mi inocencia no sale de mi cabeza” no podía hablar, las lágrimas y gritos de desesperación eran más que las palabras, en ese momento me di cuenta que no importa cuánto allá crecido aquella niña de 6 años sigue dentro de mi, está enojada, está triste y rota. Mi pareja es abogado entonces el fue quien me habló sobre me too movement, me dijo que me hiciera justicia y lo denunciara pero que si no me sentía lista por miedo que navegara las opciones que me too ofrece y que quizá empezara por contar mi historia, por unos días habría la página y solo me quedaba paralizada, pero hoy me anime, ya no merezco ser prisionera de un dolor que no fue mi culpa aunque por mucho tiempo he sentido que lo es, me siento perdida y no quiero que mi pasado defina mi presente, la vida me está dando oportunidades bonitas pero mi abusó sexual no me deja avanzar, cómo me saco esta rabia que siento por dentro? Porque me volví un ser tan agrio y amargo, porque me enojo por todo? Porque no puedo disfrutar la intimidad con mi pareja si es delicado conmigo? Parece que entre más delicado es más rabia siento por dentro. Me siento muy sola y perdida. Quiero este dolor fuera de mi

  • Informar

  • Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    poder seguir adelante y pasar un poco la pagina

  • Informar

  • “La curación es diferente para cada persona, pero para mí se trata de escucharme a mí misma... Me aseguro de tomarme un tiempo cada semana para ponerme a mí en primer lugar y practicar el autocuidado”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    No tengo recuerdos claros y siento mucha culpa

    Mi historia es un poco larga. Cuando tenía 15 años o 16 años, vino a mi mente el recuerdo de cosas que habían ocurrido cuando yo tenía entre 4 y 5 años. Dos tíos abusaron de mí. Los recuerdos sobre esto nunca han sido claros y ahora, muchos años después, todo se ha vuelto más lejano y confuso y he dudado varias veces de mí misma y de mi historia. Hay otras cosas que pasaron en mi infancia que sí recuerdo con más claridad: cuando tenía entre 7 y 8 años, vi a mis papás teniendo relaciones sexuales a mi lado (esa noche me había pasado a dormir con ellos en su cama). Tiempo después, se repitió la situación, pero con mi padrastro y mi mamá. También cuando tenía entre 7 y 8 años, estaba revisando unos CD'S en el DVD que había en la casa para marcarlos según el género musical o según la película que fuera. Uno de los CD'S, era una película porno. Como casi siempre, me encontraba sola en mi casa, entonces la vi completa. No recuerdo si me masturbé. Sé que desde muy niña me frotaba con peluches, muñecas y otros objetos, aunque sin mucha conciencia de lo que hacía, pero estaba presente el miedo a ser vista. Hay algo que me atormenta en este momento: cuando tenía 6 o 7 años, mi prima (ella un año mayor) y yo jugábamos a imitar algunas posiciones de un libro de kamasutra que había en su casa. También tengo leves recuerdos de una vez que, mientras nos bañábamos, frotamos nuestras partes íntimas. No sé si esto se dio en el marco de una curiosidad bilateral y por el contenido del libro al que habíamos estado expuestas o si fui yo quien generó la situación y la persuadió a ella de hacerlo o si la manipulé. No recuerdo que haya sido así, pero me da miedo que sí. ¿Y si imité lo que hacía mis tíos conmigo o lo que vi en contenido al que estuve expuesta? Siento miedo, culpa y vergüenza. Además, hace medio año, recordé que cuando tenía 10 años y cargué a mi hermanita en mi piernas (que estaba como de un mes), sentí un estímulo placentero en mi zona íntima por el contacto. Cuando esta imagen vino a mí (tampoco fue clara, como mis otros recuerdos) sentí culpa, pero no escaló a más porque entendí que fue una reacción física y nada más. Pero luego no podía dejar de pensar en ello y me cuestionaba si había prologando o intensificado el contacto y sentí muchísima culpa, asco y vergüenza. Fue tan fuerte, que tuve un episodio de TOC y siento que aún no he podido salir de ahí, porque ahora me inundan las dudas sobre lo sucedido con mi prima.

  • Informar

  • “Realmente espero que compartir mi historia ayude a otros de una manera u otra y ciertamente puedo decir que me ayudará a ser más abierta con mi historia”.

    Estás sobreviviendo y eso es suficiente.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇪🇸

    Esa noche mi hermano me tocó.

    No sé si lo que me hizo mi hermano se puede clasificar como abuso sexual. Me estaba quedando a dormir en su casa. Era tarde por la noche y estábamos viendo una película. En un momento dado, me preguntó si podía empezar a acurrucarme. De hecho, acepté, ya que somos muy cercanos y ambos disfrutamos del afecto físico. Mientras hacíamos cucharita, metió la mano debajo de mi camisa. No dijo nada, y yo tampoco. A medida que avanzaba la noche, alternaba entre caricias, besos en la cabeza o en un lado de la cara, y palabras de cariño. Le acaricié el brazo distraídamente porque me sentía incómoda allí tumbada. Finalmente, me preguntó "¿está bien?", refiriéndose a su mano subiendo lentamente por mi estómago. Le estaba dando el beneficio de la duda y seguía pensando que la acción era platónica, además de que me sentía bien, además de que soy tímida y me cuesta la confrontación, así que mi cerebro piensa que decir "no" a la gente es provocarla, así que dije "sí". En realidad no quería decirlo. No creo que quisiera decir "no", claro. No creo que quisiera decir nada en absoluto. Estaba cansada. Los dos lo estábamos. Sus caricias progresaron suavemente hasta el punto de acariciar la parte inferior de mis pechos. Fue entonces cuando empecé a cuestionar sus intenciones. Volvió a preguntar "¿está bien?". Volví a decir "sí". Cuando terminó la película, me asusté. La había estado usando para distraerme de lo que estaba pasando, y temía que, al no haber distracción, centrara toda su atención en mí e intentara hacer algo; así que me incorporé. Me apretó ligeramente la parte inferior del pecho mientras lo hacía, quizá a propósito, quizá por reflejo. Cuando se dio cuenta de que me estaba alejando de verdad, retiró las manos, dijo: "Lo siento. Tu hermano es un bicho raro", y se levantó para ducharse. Creo que en ese momento empecé a entrar en pánico. Fue lo que confirmó mis sospechas de que sus caricias realmente tenían una intención sexual. Había estado intentando engañarme a mí misma creyendo que eran afecto inocente, pero esas palabras me obligaban a afrontar la realidad de mi situación. Recuerdo que no paraba de hablar de temas sin sentido mientras desayunábamos porque temía que sacara a relucir lo que acababa de pasar y quisiera hablar de ello. No quería hablar de ello. Quería fingir que nunca había pasado. Todavía lo intento. Pero me atormenta. Él y su esposa (que habían estado durmiendo plácidamente en su habitación toda la noche) se fueron temprano por la mañana de luna de miel (yo estaba allí para cuidar la casa y había ido la noche anterior para pasar el rato con ellos antes de que se fueran). Una vez sola, me fui a dormir tranquilamente a su cama (con su permiso e insistencia, ya que no había otras camas en el apartamento). Mientras intentaba dormirme, aún podía sentir sus manos sobre mí, como una caricia fantasma. Me derrumbé en ese mismo instante. Me sentí culpable y asquerosa por no haberlo parado y por haberlo disfrutado también. Sentía que tal vez yo era la rara, y tal vez yo la que estaba convirtiendo esta interacción en algo inapropiado. Las semanas siguientes, intenté reprimir mis sentimientos. Unos días antes de Navidad, estaba en un avión con mi madre, a punto de empezar nuestras vacaciones. Estaba cerca de la regla y tenía los pechos sensibles. Eso desencadenó algo en mí y de repente lloré ahí mismo, en público. Ese dolor vago me recordó la sensación de aquel apretón que me dio en el pecho. Mi madre me vio a punto de llorar, pero mentí y le dije que era solo porque estaba cerca de la regla y me sentía deprimida (llevó un tiempo luchando contra la depresión, y ella lo sabía). Durante el viaje, tuve flashbacks aleatorios de esa noche, a veces incluso acompañados de náuseas. Sentía que estaba exagerando mi reacción mental, ya que no me habían violado y no debería estar traumatizada por un contacto que apenas puede considerarse íntimo. Al volver a casa, hice algo de lo que no sé si me arrepiento: hablé con él. Le envié un mensaje largo (vive en otra ciudad, lo que me dio más seguridad al confrontarlo) del que apenas recuerdo nada, salvo que mencionaba "esa noche" y cuánto me había afectado. Me derrumbé al escribirlo, y probablemente no era muy coherente. Mi hermano me envió muchas respuestas cortas en ráfagas rápidas al verlo. Se disculpó profusamente. Dijo "No sé qué me pasa", "Buscaré ayuda psicológica", entre muchas cosas que no recuerdo. Eso me asustó un poco. ¿Para qué necesitaba ayuda psicológica? ¿Estaba admitiendo que tenía impulsos que no podía controlar? Pero no dije nada al respecto. Tenía miedo de acusarlo, y me aseguré de aclarar que yo también era culpable por no poner límites. Ambos nos respondíamos sin pensar. Estábamos en pánico y llenos de adrenalina. Tenía miedo de perderlo. Era mi único vínculo en la ciudad donde vivíamos (muy lejos de la nuestra, donde viven nuestros padres y mis amigos). No quería molestarlo, porque es una persona muy sensible y ya me sentía culpable por cómo reaccionaba. Resolvimos el asunto por mensaje. Pero no lo hicimos. En absoluto. Fingí que sí, pero seguía atormentada por las dudas y la paranoia. Más que las caricias, lo que me atormentaba eran sus palabras: "Lo siento. Tu hermano es un bicho raro". Me conmovieron profundamente. Solo quería negar lo sucedido, pero esas palabras no me lo permitieron. La historia continúa hasta el día de hoy, pero no quiero escribir demasiado sobre las consecuencias de "esa noche", ya que escribiría demasiado y quiero centrarme en si fue un caso de abuso. En este punto, me siento un poco más centrada y capaz de aceptar que lo sucedido tuvo un trasfondo sexual. Todavía me siento avergonzada y culpable. Consentí algunas caricias. No estoy segura de si quería, pero lo hice. Normalmente, eso me haría pensar que fue un encuentro consentido y que ahora simplemente me arrepiento, pero hay muchos factores que también contribuyen a mi creencia de que esto también podría ser un caso de abuso. En primer lugar, mi hermano tenía 38 años en ese momento. Yo tenía 20, lo cual sí, es una adulta, pero aun así; él es mi hermano mucho mayor. Ya era casi un adulto cuando yo nací. Ha sido una figura de autoridad toda mi vida, aunque le gusta fingir que no lo es. Es un poco despistado en cuanto a lo que es apropiado o no en contextos sociales, pero creo que alguien de su edad debería saber que no debe meter la mano bajo la camisa de su hermana pequeña y subir tanto por su cuerpo que sus dedos rocen su areola. En segundo lugar, soy neurodivergente, aunque no se lo dije en ese momento. Sin embargo, cuando se lo conté, me dijo que ya sospechaba. A pesar de eso, siempre he sido callada y retraída, así que me molesta que empezara a tocarme bajo la apariencia de afecto inocente y luego esperara que yo pudiera expresar mi incomodidad cuando la situación se intensificara sin que él especificara qué iba a pasar. Tampoco creo que su forma de buscar consentimiento fuera nada productiva. Solo me preguntó si dos caricias específicas estaban bien, y solo después de empezar a hacerlas. No pidió permiso explícito para nada, salvo para los abrazos al principio. Lo que quiero decir es que yo era vulnerable. Soy joven, inexperta, autista, y él siempre ha sido un apoyo emocional y casi una figura paterna para mí. No sé cómo puede ser tan ingenuo como para pensar que no tiene ningún poder sobre mí. Quizás sí lo sabe, pero no estaba pensando en ese momento. Sigo sin entender por qué me tocaría así. Me consuela un poco pensar que quizás no tenía ningún control sobre ello después de todo. Pero no lo sé. Quizás sí. Soy adulta, después de todo. Y creo que se habría detenido si se lo hubiera dicho. Pero definitivamente nunca di mi consentimiento entusiasta. Me siento traicionada. Me siento perdida. Me siento enojada. Me siento triste. Llevo meses evitando pensar en ello. Esta noche, todo me volvió a la mente y me derrumbé de nuevo. De verdad que no sé qué hacer. No quiero contarle a nadie cercano lo que pasó porque me da vergüenza. Y desde luego no quiero contárselo a mis padres. En cierto modo, quiero cortar lazos con él, pero al mismo tiempo no lo hago porque creo que está arrepentido y no quiero entristecerlo. No puedo evitar ser ingenua. No sé si eso me reconforta o me avergüenza.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Solo llámame "papá"

    En mi historia, COMENZÓ CON MI HERMANO, mencioné brevemente 3 instancias en las que evité ser violada al dejar que los hombres me tuvieran cuando parecía que iban a hacerlo sin importar si yo consentía o no. Creo que evité el trauma emocional y físico en ese momento, pero la ira, el resentimiento hacia mí misma y los sentimientos de haber sido agraviada y al respecto se acumularon después. Nunca compartí ni publiqué esas historias. Por favor, lea mi historia original para el contexto. En esta instancia, el sexo ya estaba sucediendo cuando desperté, y mi reflejo fue tomar el camino de la no confrontación. El camino fácil, no el correcto. Había llegado a casa del trabajo como mesera en mi bar y restaurante a la parrilla y mi compañera de cuarto tenía a su padre alojado con nosotros durante el fin de semana. Ya lo conocía porque condujeron directamente del aeropuerto al bar deportivo en el que trabajaba. Ahí fue donde me dijo: "Solo llámame, 'papá'". Se sentaron en mi sección, comieron y se fueron. Sin problemas. Luego, de vuelta en nuestro apartamento de dos habitaciones, hubo una pequeña fiesta para él con un par de amigos. Tomé un par de sidras fuertes y charlé sobre la universidad y mi compañera de piso, y escuché historias de cuando ella era niña. Coqueteé y seguí la corriente a las insinuaciones sexuales de "Papá" dirigidas a mí, e ignoré sus ojos de arriba abajo. Ya estaba acostumbrada. Jugué a ser la buena anfitriona y esperé hasta que todo se calmara, probablemente alrededor de las 2 o 3 de la mañana, antes de ducharme e irme a la cama. Había sido un largo día con clases y trabajo. Me desperté unas horas más tarde con "Papá" ya dentro de mí, ¡empujando dentro y fuera entre mis piernas! Por la luz que entraba a raudales por mis persianas oscuras, podía decir que era de día. ¡Pero qué diablos estaba pasando! No tenía bragas, pero sí camiseta. Debajo, la figura oscura que rápidamente pude identificar como "Papá" me acariciaba los pechos con una mano mientras me sujetaba con la otra. Todavía aturdida y confundida, supongo que lo abracé y respondí como una compañera dispuesta. Pronto terminó y luego se puso incómodo. Me dijo "Eso realmente dio en el clavo". ¡Empezó a conversar! Cuanto más tenía que pensar, más me daba cuenta de lo que había pasado. Que simplemente se había servido mientras yo dormía. Tenía 19 años y estaba saliendo con un jugador de béisbol universitario atractivo en ese momento y no me habría acercado a este tipo de cincuenta y tantos a propósito. Seguro que estaba bebiendo esa noche, pero yo solo había tomado unas pocas sidras. Así que ahí estaba yo, dándome cuenta de que me habían violado, ¡pero rehén de un sentido de la cortesía! Sin mencionar que medía 1,60 m y pesaba 50 kg, por lo que estaba la intimidación física de un hombre mucho más alto con un cuerpo de padre. Siempre orino justo después del sexo, pero me sentí cautiva por las divagaciones de "Papá" mientras se apoyaba en un codo flotando sobre mí mientras pasaba sus dedos sobre mí y me acariciaba el cabello esporádicamente. Compartí con él su lata de cerveza fría, que debió abrir justo antes de entrar a violarme, porque recuerdo haber bebido a fondo el líquido frío que me alivió la garganta seca. Sufrí algunos chistes de papá e historias que no me interesaban, además de responder algunas preguntas personales sobre mí y mi sexualidad. Buscaba un momento para levantarme y alejarme de "Papá" cuando dijo: "Estoy listo para ir otra vez, cariño". ¡No! ¡Se colocó encima de mí! En lugar de resistirme o incluso decir "no", abrí las piernas para acomodarlo. ¡Qué demonios! La segunda vez no tuvo la misma ansiedad que la primera, por desgracia. Como él mismo dijo, esta vez quería darme una lección. Supongo que sobre lo bueno que era en la cama. Un caso claro de "pene de whisky". Así que dejé que este hombre con el que nunca había querido ni considerado tener sexo me empujara en varias posturas. Era un hombre grande y mucho más fuerte que yo, era una broma. Después del misionero, me levantó para demostrarme algo y me lo hizo contra la pared junto a mi ventana. Recuerdo ver a través de las rendijas de las persianas y saber que era temprano porque el estacionamiento estaba lleno y no se movía nada. Entonces me tiré de golpe a la cama. Hicimos un 69, yo tumbada sobre él, chupándolo con todas mis fuerzas, deseando acabar con él mientras me lamía. ¡Fracasé! En un momento dado, me tuvo encima, montándolo. Estaba a gatas con él embistiendo detrás de mí cuando me desplomé boca abajo bajo su peso. Disfrutaba de las embestidas sin parar, ya que estaba completamente inmovilizada por él. Dejé que me diera dos o más orgasmos con la esperanza de que acabara. Grité tanto que me daba vergüenza que mi compañera de cuarto entrara corriendo en cualquier momento. Estaba desmayada, borracha. Finalmente se fue en cuanto terminó. Estoy segura de que tenía el ego desorbitado y ¡ese hombre tan terrible todavía piensa en mí! Me quedo tumbada en la cama, recuperando el aliento y cada vez más ansiosa. Me levanté, me puse un chándal y salí corriendo hacia el gimnasio. Tenía muchísimas ganas de escaparme. Bebí agua como si acabara de salir de un desierto. Me duché un buen rato en el gimnasio vacío del sábado por la mañana, sin más productos que jabón de manos. Luego empecé a entrenar como una loca, con tres horas de sueño y agotada. Intentaba sacármelo de encima sudando, gritando y haciendo ejercicio a toda máquina. Me duché de nuevo, salí y me quedé dormida en el coche, en la parte de atrás del aparcamiento. El resto del fin de semana solo iba a mi apartamento unos minutos a la vez para recoger cosas que necesitaba. ¡Y desde luego que no dormí allí! Cuando se fue, respondí a las preguntas de mi compañera de piso, que había estado ignorando con mentiras y respuestas cortas. Le dije la verdad. Se encogió de hombros y me miró con escepticismo, como si fuera una de esas cosas. Fui promiscua en la universidad y ella lo sabía. Hicimos una especie de broma y seguimos adelante. De la forma fácil, no de la correcta. Todavía me siento muy culpable por cómo era entonces. En aquel entonces, mi problema no era "ojalá hubiera peleado con él". ¡Lo que deseaba era haber estado demasiado borracho para recordarlo! Así que eso fue todo. Algo que guardé dentro, supurando. Otras cosas se sumaron y lo escondí bajo la alfombra de mi mente dañada. No es uno de los peores esqueletos en mi armario, pero por ahora estoy dispuesta a compartirlo. Estoy trabajando en las demás. Mi primera historia me ayudó mucho. Espero que también le haya ayudado a alguien más. Les agradezco a todos y me solidarizo. Leeré sus historias y los apoyaré en mis pensamientos y oraciones.

  • Informar

  • “Para mí, sanar significa que todas estas cosas que sucedieron no tienen por qué definirme”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇳🇿

    #1766

    #1766
  • Informar

  • Mensaje de Esperanza
    De un sobreviviente
    🇬🇧

    Si pudiéramos retroceder en el tiempo, haríamos muchas cosas de forma diferente. Pero no podemos.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Corazón roto35

    Tengo 71 años y me dejé abusar por más de 20 años de un matrimonio de 36 años. Perdí a mis hijas y nietos por mis acciones. No tengo a nadie, estoy totalmente sola. Descubrí que mi esposo era drogadicto con receta, ladrón y mentiroso, que manipulaba a todos a su alrededor; era un buen tipo. Estaba demasiado ocupada trabajando, criando una familia y seguí dejando que este hombre me usara porque lo amaba. Me di cuenta de que el amor no debería doler. Él se fue de nuestra casa durante años, yo nunca salí con nadie más. Me violaron, me estrangularon, me golpearon, me dejaron con moretones y me ensangrentaron, me robaron dinero y antigüedades, etc. Me dejé usar una y otra vez, no sé por qué, todavía no lo sé. Pensé que lo amaba porque teníamos un vínculo especial. Me estaba engañando a mí misma y duele más de lo que crees. Intenté terminar con mi vida para deshacerme del dolor del abuso y fracasé hace años. No pude vivir con el dolor de perder a mi familia. Estoy tan sola, sentada en una casa, consumiéndome, esperando morir algún día, alguien que lo note por mi correo o mi perro. Qué lástima que yo, una hermosa, fuerte y amorosa esposa y madre abuela, me hayan dejado morir así, sola y destrozada por el abuso. Culpo a mis hijos por no protegerme, a los tribunales y, sobre todo, me culpo a mí misma por amar a un hombre y no amarme más a mí misma. Necesito ayuda y todavía la necesito.

  • Informar

  • “Tú eres el autor de tu propia historia. Tu historia es tuya y solo tuya a pesar de tus experiencias”.

    Mensaje de Esperanza
    De un sobreviviente
    🇿🇦

    A cualquiera que esté luchando contra la adicción, la ansiedad o la depresión, quiero que sepa que hay esperanza. He pasado por los días más oscuros, donde sentía que el peso del mundo me aplastaba; donde cada paso era una batalla y cada respiración una lucha por mantenerme a flote. Pero estoy aquí para decirles que no tiene por qué ser así para siempre. He luchado con ahínco, durante muchos años, contra adicciones y problemas de salud mental que parecían insuperables. A menudo sentía que nunca escaparía de las garras de esos demonios. Pero en esa lucha, descubrí algo que lo cambió todo: la terapia psicodélica y la medicina vegetal. No fue una solución rápida ni una píldora mágica, pero me dio el espacio para afrontar mi dolor, comprenderlo y sanar de maneras que nunca creí posibles. El proceso de sanación fue complicado e imperfecto, pero me ayudó a reconectar conmigo misma profundamente. Me dio la oportunidad de liberarme de los ciclos que creía inquebrantables. Me permitió ver el mundo y a mí misma con nuevos ojos: una sensación de paz y claridad que no había experimentado en años. El camino no fue fácil, y sigue sin serlo, pero he aprendido que la sanación no es lineal. Hay contratiempos, sí, pero cada día es un paso adelante, y cada pequeño progreso cuenta. Para quien lea esto: No te definen tus dificultades. No estás rota. Hay mucho poder en ti, incluso cuando no puedes verlo. Está bien buscar ayuda. Está bien pedir apoyo. Está bien sentirse insegura. Pero créeme cuando te digo que la sanación es posible. Puede que no sea como lo esperas, y puede que lleve tiempo, pero vale la pena luchar por tu vida. Y eres capaz de encontrar tu camino a través de la oscuridad, como yo lo hice. Nunca te rindas. Hay luz al final del túnel, y no importa cuánto tiempo tardes, llegarás. Sigue adelante. Tú puedes.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇦

    #1292

    Cuando tenía 9 años, tenía una mejor amiga. Iba a su casa a menudo y nunca la cuestioné ni intenté detenerla cuando me enseñaba cosas sexuales. Ahora, al recordarlo, sé que estaba sufriendo abuso sexual. Me decía que lo mantuviera en secreto y me hacía creer constantemente que su abuela nos iba a pillar. Todo es un comportamiento aprendido de un depredador. Su abuela nunca nos vigilaba; yo no lo veía entonces, pero ella estaba abandonada y se sentía muy sola. Me decía que me desnudara, que dormíamos desnudas juntas. Me decía que era una exploración, y de verdad que desearía poder recordarlo todo porque hay muchos huecos en mi memoria donde creo que no pudo haber sido tan malo, o quizás fue peor de lo que recuerdo. La recuerdo entre mis piernas, pero no recuerdo qué pasó; me siento muy asqueada conmigo misma por haberlo fomentado. Nunca le dije que parara, y ahora me cuesta aceptar que no fue mi culpa detenerla. Sea como sea, recuerdo tener constantemente infecciones urinarias que nunca se revisaban, y no puedo culpar a nadie. Se aprovecharon de ella cuando era solo un año mayor que yo, y no es culpa suya. No puedo evitar culparme, y me atormenta a diario. Esto duró dos años, y recuerdo que la infección urinaria era tan frecuente y grave que me oriné en su cama estando desnuda. Esto fue cuando tenía 10 años, y fue completamente humillante. Mi pasado es algo que encuentro muy vergonzoso y me cuesta aceptar que esto nunca me abandonará. No puedo evitar desearle lo mejor; la ira va dirigida a mí más que a cualquier otra cosa. Me estoy recuperando de esto, y espero que algún día pueda ayudar a otras personas que pasaron por experiencias complicadas de SA que no se discuten tan abiertamente.

  • Informar

  • “Puede resultar muy difícil pedir ayuda cuando estás pasando por un momento difícil. La recuperación es un gran peso que hay que soportar, pero no es necesario que lo lleves tú solo”.

    Mensaje de Esperanza
    De un sobreviviente
    🇨🇦

    Tienes derecho a sentir lo que sea que estés sintiendo y no fue tu culpa.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    #1010

    #1010
  • Informar

  • Eres maravillosa, fuerte y valiosa. De un sobreviviente a otro.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇩🇪

    678

    No fue hasta que leí esta plataforma que me di cuenta de que lo sucedido no era trivial. Un amigo de aquel entonces me dijo que fuera a la guardia civil, si no por mí, sino por cualquier otra persona que pudiera haber sido afectada o verse afectada más adelante, porque simplemente no se sabe. Les entregué todo y no hicieron nada. Si no fuera por la ayuda de mis amigos, creo que no seguiría existiendo. Intenté suicidarme seis años después porque la idea de ir en serio con mi novio significaba que volvería a ocurrir. Sufría flashbacks y él siempre fue muy paciente. Me alegra decir que, ahora que ese novio es mi prometido, la situación mejora. Estaba en la universidad, tenía un trastorno alimentario grave, y este chico fue el único que no intentó cambiarme, sino que aceptó que estaba muy enferma y no me exigió que comiera. En retrospectiva, eso fue una gran señal de alerta. Él estaba más contento de que yo fuera vulnerable y no quisiera que mejorara. Después de un año juntos, empezó a ponerse violento. Se negaba a dejarme sola. Recuerdo vívidamente la primera vez que se puso violento el día de mi cumpleaños, y el único sitio donde podía estar era en el baño porque estaba cerrado con llave. Me senté allí todo el día, sabiendo que él estaba afuera, sin saber qué pasaría después. Cuando salía, él estaba viendo la televisión como si nada hubiera pasado. Me robaba la tarjeta de débito y se compraba comida, sabiendo que ese era mi presupuesto semanal para comida, y no me sentía cómoda con nada de lo que compraba. Me impidió recuperarme durante dos años. En un momento dado, me quitó hasta el último centavo y no tenía dinero para ir a casa el fin de semana. Tuve que mentirles a mis padres y decirles que me quedaba allí para terminar unos ensayos; me daba mucha vergüenza que pudiera controlarme de esa manera. Estaba en negación, creía que solo eran palabras duras y que él no se conocía a sí mismo ni a su fuerza, que yo era demasiado débil. Intenté romper con él, pero me hizo sentir culpable para que volviera con él, diciendo que nadie más me querría jamás. Lo volví a aceptar. Fuimos a una fiesta de Navidad y me hizo sentir culpable por haber perdido el último autobús a casa, así que me pidió que me quedara en el sofá. No pude negarme. Sabía que todos los demás estaban en la fiesta, así que me obligó a tener sexo, como ya había hecho antes, pero lo vi como una forma de darle lo que quería para evitar que se pusiera violento. Hasta entonces, el sexo también se volvió violento. Esa noche no consentí, le dije que no. Lloré en silencio y, cuando empeoró, le pedí que parara. En respuesta, me estranguló hasta que no pude ver bien y me dejó moretones. Cuando intenté gritar, me arañó la cara y me arañó la retina, por lo que necesité gafas (algo que nunca antes había necesitado). Sangré por todas partes, pero él simplemente se durmió con el brazo alrededor de mi cuello para que no pudiera irme. Al día siguiente fui a la universidad e intenté contárselo a una ex amiga que estudiaba Derecho, pero como era su amiga, bromeó diciendo que le gustaba el BDSM y que cosas así pasan a menudo si algo sale mal. Después de que ella le dijera que lo había mencionado, me hizo firmar un "contrato" que decía lo bueno que era en el sexo. La verdad es que no recuerdo cómo me convenció, fue todo un borrón. No recuerdo casi nada de ese año, pero sé que me envió cartas amenazantes que no pararon hasta que me mudé un año después. Después de eso, como fue la primera persona a la que se lo conté, pensé que nadie me creería. Pero un amigo, sin que yo dijera nada, me hizo saber que sabía que algo había pasado. Algo andaba mal, y finalmente se lo conté. Me convenció de que se lo contara a otros, de que fuera a la policía, a terapia, a un centro de atención a víctimas de violación y se lo contara. Otra amiga me dejó quedarme en su casa casi todo el tiempo mientras me enviaba amenazas de muerte por mensaje y redes sociales. Me sacaron adelante en la universidad y me ayudaron en todo lo posible, organizaron que tuviera una sala de exámenes separada de la suya, e incluso me invitaron a salir por la noche para asegurarme de que aún podía divertirme y que seguía siendo querida incluso después de todo. Mi único arrepentimiento es no haber seguido adelante. Ahora es una ocupación y me aterra la idea de alguien tan malvado cerca de otras personas y en una posición de poder sobre ellos. Me quita el sueño. Ojalá pudiera recuperar el expediente de la policía e insistir en que sí fue así de malo, sí, es violento. Podría quedarme en mi casa durante dos años. Perdí varios kilos de miedo y preocupación. Pero terminé mis exámenes, terminé la carrera, seguí estudiando e incluso descubrí quiénes son los verdaderos amigos.

    Estimado lector, esta historia contiene lenguaje autolesivo que puede resultar molesto o incomodo para algunos.

  • Informar

  • “Sanar significa perdonarme a mí mismo por todas las cosas que pude haber hecho mal en el momento”.

    Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Creencias destrozadas - Nombre

    La primera vez que vi a mi violador, me sentí atraída por él. Era guapísimo. Poco después supe que estaba casado y que hacía poco me había hecho amiga de su esposa. Me di cuenta de que estaban casados unos tres días después de verlo. No busco relaciones con hombres casados, así que ahí terminó mi interés por él. Constantemente me hacía preguntas inapropiadas sobre el tamaño de mis pechos y me pedía que los tocara cuando ella no estaba en la misma habitación. Me negué a responder. En la madrugada de Cita, hizo su jugada. Ese mismo día que mi hijo cumplió 10 años. Mi hijo pasó la noche en su casa. Yo estaba pasando el rato con ellos hasta tarde y su esposa se durmió. Empezó a intentar meterse en mi camisa y yo seguía empujándolo. Insistió y finalmente logró llegar a mi pecho. Se levantó a buscar jabón para platos (no sé qué planeaba hacer con él) y me fui. Volví a casa y estuve un rato arriba antes de bajar a mi habitación. Cuando entré, salió y se interpuso entre la puerta y yo. No sé cuántas veces le dije que no, que no me acostaría con él, pero él simplemente se quedó ahí, sonriéndome, mientras me perseguía como a una presa. Me dominó y me empujó sobre la cama. Intenté levantarme los pantalones, pero logró quitármelos. Pensaba que era más fuerte que yo; no quería que me lastimaran y arruinar el décimo cumpleaños de mi hijo. Me quedé mirando al techo todo el tiempo. Olí su aliento a cigarrillo y sentí su saliva en mi pecho. Hice como si no estuviera allí. Cuando terminó, me preguntó si se sentía bien, y le respondí que sí. Dijo: «Bien, ahora eres mía y puedo tenerte cuando quiera». Se fue llevándose el condón. Me hice un ovillo y lloré. Le escribí a mi mejor amiga: «Creo que me acaban de violar, pero no voy a denunciarlo». Ella respondió: «Lo siento mucho, cariño». No quería lastimar a su esposa ni arruinar su familia, así que preferí guardar silencio. Esa noche vino y se comió el helado y el pastel que comió mi hijo. La mirada que me dirigió, esa sonrisa estúpida... me aterrorizó. Me dio un ataque de pánico y fui a mi habitación a llorar. Mi compañera de piso se unió a mí y le conté lo sucedido y que quería llamar a la policía. Había dos policías, un hombre y una mujer. Me acusaron de hacer una acusación falsa para vengarme y me hicieron sentir muy inferior. La mujer me preguntó: "¿Lo disfrutaste?". Creo en la honestidad, así que dije: "¿Respondió mi cuerpo? Sí, ¿lo disfruté?". NO". Se escondió porque mi casero le dijo que lo denuncié. Los vecinos me llamaron zorra y mentirosa, así que me mudé para escapar de todo el asunto. Al final, la policía desestimó el caso sin siquiera hablar con él. Estoy estudiando para ser abogada y espero poder cambiar las cosas para que las víctimas no tengan que pasar por lo que yo pasé. Si has leído mi historia completa, gracias; sé que es larga.

  • Informar

  • Bienvenido a Our Wave.

    Este es un espacio donde sobrevivientes de trauma y abuso comparten sus historias junto a aliados que los apoyan. Estas historias nos recuerdan que existe esperanza incluso en tiempos difíciles. Nunca estás solo en tu experiencia. La sanación es posible para todos.

    ¿Cuál cree que es el lugar adecuado para empezar hoy?
    Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    No tengo recuerdos claros y siento mucha culpa

    Mi historia es un poco larga. Cuando tenía 15 años o 16 años, vino a mi mente el recuerdo de cosas que habían ocurrido cuando yo tenía entre 4 y 5 años. Dos tíos abusaron de mí. Los recuerdos sobre esto nunca han sido claros y ahora, muchos años después, todo se ha vuelto más lejano y confuso y he dudado varias veces de mí misma y de mi historia. Hay otras cosas que pasaron en mi infancia que sí recuerdo con más claridad: cuando tenía entre 7 y 8 años, vi a mis papás teniendo relaciones sexuales a mi lado (esa noche me había pasado a dormir con ellos en su cama). Tiempo después, se repitió la situación, pero con mi padrastro y mi mamá. También cuando tenía entre 7 y 8 años, estaba revisando unos CD'S en el DVD que había en la casa para marcarlos según el género musical o según la película que fuera. Uno de los CD'S, era una película porno. Como casi siempre, me encontraba sola en mi casa, entonces la vi completa. No recuerdo si me masturbé. Sé que desde muy niña me frotaba con peluches, muñecas y otros objetos, aunque sin mucha conciencia de lo que hacía, pero estaba presente el miedo a ser vista. Hay algo que me atormenta en este momento: cuando tenía 6 o 7 años, mi prima (ella un año mayor) y yo jugábamos a imitar algunas posiciones de un libro de kamasutra que había en su casa. También tengo leves recuerdos de una vez que, mientras nos bañábamos, frotamos nuestras partes íntimas. No sé si esto se dio en el marco de una curiosidad bilateral y por el contenido del libro al que habíamos estado expuestas o si fui yo quien generó la situación y la persuadió a ella de hacerlo o si la manipulé. No recuerdo que haya sido así, pero me da miedo que sí. ¿Y si imité lo que hacía mis tíos conmigo o lo que vi en contenido al que estuve expuesta? Siento miedo, culpa y vergüenza. Además, hace medio año, recordé que cuando tenía 10 años y cargué a mi hermanita en mi piernas (que estaba como de un mes), sentí un estímulo placentero en mi zona íntima por el contacto. Cuando esta imagen vino a mí (tampoco fue clara, como mis otros recuerdos) sentí culpa, pero no escaló a más porque entendí que fue una reacción física y nada más. Pero luego no podía dejar de pensar en ello y me cuestionaba si había prologando o intensificado el contacto y sentí muchísima culpa, asco y vergüenza. Fue tan fuerte, que tuve un episodio de TOC y siento que aún no he podido salir de ahí, porque ahora me inundan las dudas sobre lo sucedido con mi prima.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇪🇸

    Esa noche mi hermano me tocó.

    No sé si lo que me hizo mi hermano se puede clasificar como abuso sexual. Me estaba quedando a dormir en su casa. Era tarde por la noche y estábamos viendo una película. En un momento dado, me preguntó si podía empezar a acurrucarme. De hecho, acepté, ya que somos muy cercanos y ambos disfrutamos del afecto físico. Mientras hacíamos cucharita, metió la mano debajo de mi camisa. No dijo nada, y yo tampoco. A medida que avanzaba la noche, alternaba entre caricias, besos en la cabeza o en un lado de la cara, y palabras de cariño. Le acaricié el brazo distraídamente porque me sentía incómoda allí tumbada. Finalmente, me preguntó "¿está bien?", refiriéndose a su mano subiendo lentamente por mi estómago. Le estaba dando el beneficio de la duda y seguía pensando que la acción era platónica, además de que me sentía bien, además de que soy tímida y me cuesta la confrontación, así que mi cerebro piensa que decir "no" a la gente es provocarla, así que dije "sí". En realidad no quería decirlo. No creo que quisiera decir "no", claro. No creo que quisiera decir nada en absoluto. Estaba cansada. Los dos lo estábamos. Sus caricias progresaron suavemente hasta el punto de acariciar la parte inferior de mis pechos. Fue entonces cuando empecé a cuestionar sus intenciones. Volvió a preguntar "¿está bien?". Volví a decir "sí". Cuando terminó la película, me asusté. La había estado usando para distraerme de lo que estaba pasando, y temía que, al no haber distracción, centrara toda su atención en mí e intentara hacer algo; así que me incorporé. Me apretó ligeramente la parte inferior del pecho mientras lo hacía, quizá a propósito, quizá por reflejo. Cuando se dio cuenta de que me estaba alejando de verdad, retiró las manos, dijo: "Lo siento. Tu hermano es un bicho raro", y se levantó para ducharse. Creo que en ese momento empecé a entrar en pánico. Fue lo que confirmó mis sospechas de que sus caricias realmente tenían una intención sexual. Había estado intentando engañarme a mí misma creyendo que eran afecto inocente, pero esas palabras me obligaban a afrontar la realidad de mi situación. Recuerdo que no paraba de hablar de temas sin sentido mientras desayunábamos porque temía que sacara a relucir lo que acababa de pasar y quisiera hablar de ello. No quería hablar de ello. Quería fingir que nunca había pasado. Todavía lo intento. Pero me atormenta. Él y su esposa (que habían estado durmiendo plácidamente en su habitación toda la noche) se fueron temprano por la mañana de luna de miel (yo estaba allí para cuidar la casa y había ido la noche anterior para pasar el rato con ellos antes de que se fueran). Una vez sola, me fui a dormir tranquilamente a su cama (con su permiso e insistencia, ya que no había otras camas en el apartamento). Mientras intentaba dormirme, aún podía sentir sus manos sobre mí, como una caricia fantasma. Me derrumbé en ese mismo instante. Me sentí culpable y asquerosa por no haberlo parado y por haberlo disfrutado también. Sentía que tal vez yo era la rara, y tal vez yo la que estaba convirtiendo esta interacción en algo inapropiado. Las semanas siguientes, intenté reprimir mis sentimientos. Unos días antes de Navidad, estaba en un avión con mi madre, a punto de empezar nuestras vacaciones. Estaba cerca de la regla y tenía los pechos sensibles. Eso desencadenó algo en mí y de repente lloré ahí mismo, en público. Ese dolor vago me recordó la sensación de aquel apretón que me dio en el pecho. Mi madre me vio a punto de llorar, pero mentí y le dije que era solo porque estaba cerca de la regla y me sentía deprimida (llevó un tiempo luchando contra la depresión, y ella lo sabía). Durante el viaje, tuve flashbacks aleatorios de esa noche, a veces incluso acompañados de náuseas. Sentía que estaba exagerando mi reacción mental, ya que no me habían violado y no debería estar traumatizada por un contacto que apenas puede considerarse íntimo. Al volver a casa, hice algo de lo que no sé si me arrepiento: hablé con él. Le envié un mensaje largo (vive en otra ciudad, lo que me dio más seguridad al confrontarlo) del que apenas recuerdo nada, salvo que mencionaba "esa noche" y cuánto me había afectado. Me derrumbé al escribirlo, y probablemente no era muy coherente. Mi hermano me envió muchas respuestas cortas en ráfagas rápidas al verlo. Se disculpó profusamente. Dijo "No sé qué me pasa", "Buscaré ayuda psicológica", entre muchas cosas que no recuerdo. Eso me asustó un poco. ¿Para qué necesitaba ayuda psicológica? ¿Estaba admitiendo que tenía impulsos que no podía controlar? Pero no dije nada al respecto. Tenía miedo de acusarlo, y me aseguré de aclarar que yo también era culpable por no poner límites. Ambos nos respondíamos sin pensar. Estábamos en pánico y llenos de adrenalina. Tenía miedo de perderlo. Era mi único vínculo en la ciudad donde vivíamos (muy lejos de la nuestra, donde viven nuestros padres y mis amigos). No quería molestarlo, porque es una persona muy sensible y ya me sentía culpable por cómo reaccionaba. Resolvimos el asunto por mensaje. Pero no lo hicimos. En absoluto. Fingí que sí, pero seguía atormentada por las dudas y la paranoia. Más que las caricias, lo que me atormentaba eran sus palabras: "Lo siento. Tu hermano es un bicho raro". Me conmovieron profundamente. Solo quería negar lo sucedido, pero esas palabras no me lo permitieron. La historia continúa hasta el día de hoy, pero no quiero escribir demasiado sobre las consecuencias de "esa noche", ya que escribiría demasiado y quiero centrarme en si fue un caso de abuso. En este punto, me siento un poco más centrada y capaz de aceptar que lo sucedido tuvo un trasfondo sexual. Todavía me siento avergonzada y culpable. Consentí algunas caricias. No estoy segura de si quería, pero lo hice. Normalmente, eso me haría pensar que fue un encuentro consentido y que ahora simplemente me arrepiento, pero hay muchos factores que también contribuyen a mi creencia de que esto también podría ser un caso de abuso. En primer lugar, mi hermano tenía 38 años en ese momento. Yo tenía 20, lo cual sí, es una adulta, pero aun así; él es mi hermano mucho mayor. Ya era casi un adulto cuando yo nací. Ha sido una figura de autoridad toda mi vida, aunque le gusta fingir que no lo es. Es un poco despistado en cuanto a lo que es apropiado o no en contextos sociales, pero creo que alguien de su edad debería saber que no debe meter la mano bajo la camisa de su hermana pequeña y subir tanto por su cuerpo que sus dedos rocen su areola. En segundo lugar, soy neurodivergente, aunque no se lo dije en ese momento. Sin embargo, cuando se lo conté, me dijo que ya sospechaba. A pesar de eso, siempre he sido callada y retraída, así que me molesta que empezara a tocarme bajo la apariencia de afecto inocente y luego esperara que yo pudiera expresar mi incomodidad cuando la situación se intensificara sin que él especificara qué iba a pasar. Tampoco creo que su forma de buscar consentimiento fuera nada productiva. Solo me preguntó si dos caricias específicas estaban bien, y solo después de empezar a hacerlas. No pidió permiso explícito para nada, salvo para los abrazos al principio. Lo que quiero decir es que yo era vulnerable. Soy joven, inexperta, autista, y él siempre ha sido un apoyo emocional y casi una figura paterna para mí. No sé cómo puede ser tan ingenuo como para pensar que no tiene ningún poder sobre mí. Quizás sí lo sabe, pero no estaba pensando en ese momento. Sigo sin entender por qué me tocaría así. Me consuela un poco pensar que quizás no tenía ningún control sobre ello después de todo. Pero no lo sé. Quizás sí. Soy adulta, después de todo. Y creo que se habría detenido si se lo hubiera dicho. Pero definitivamente nunca di mi consentimiento entusiasta. Me siento traicionada. Me siento perdida. Me siento enojada. Me siento triste. Llevo meses evitando pensar en ello. Esta noche, todo me volvió a la mente y me derrumbé de nuevo. De verdad que no sé qué hacer. No quiero contarle a nadie cercano lo que pasó porque me da vergüenza. Y desde luego no quiero contárselo a mis padres. En cierto modo, quiero cortar lazos con él, pero al mismo tiempo no lo hago porque creo que está arrepentido y no quiero entristecerlo. No puedo evitar ser ingenua. No sé si eso me reconforta o me avergüenza.

  • Informar

  • Mensaje de Esperanza
    De un sobreviviente
    🇬🇧

    Si pudiéramos retroceder en el tiempo, haríamos muchas cosas de forma diferente. Pero no podemos.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Corazón roto35

    Tengo 71 años y me dejé abusar por más de 20 años de un matrimonio de 36 años. Perdí a mis hijas y nietos por mis acciones. No tengo a nadie, estoy totalmente sola. Descubrí que mi esposo era drogadicto con receta, ladrón y mentiroso, que manipulaba a todos a su alrededor; era un buen tipo. Estaba demasiado ocupada trabajando, criando una familia y seguí dejando que este hombre me usara porque lo amaba. Me di cuenta de que el amor no debería doler. Él se fue de nuestra casa durante años, yo nunca salí con nadie más. Me violaron, me estrangularon, me golpearon, me dejaron con moretones y me ensangrentaron, me robaron dinero y antigüedades, etc. Me dejé usar una y otra vez, no sé por qué, todavía no lo sé. Pensé que lo amaba porque teníamos un vínculo especial. Me estaba engañando a mí misma y duele más de lo que crees. Intenté terminar con mi vida para deshacerme del dolor del abuso y fracasé hace años. No pude vivir con el dolor de perder a mi familia. Estoy tan sola, sentada en una casa, consumiéndome, esperando morir algún día, alguien que lo note por mi correo o mi perro. Qué lástima que yo, una hermosa, fuerte y amorosa esposa y madre abuela, me hayan dejado morir así, sola y destrozada por el abuso. Culpo a mis hijos por no protegerme, a los tribunales y, sobre todo, me culpo a mí misma por amar a un hombre y no amarme más a mí misma. Necesito ayuda y todavía la necesito.

  • Informar

  • Mensaje de Esperanza
    De un sobreviviente
    🇨🇦

    Tienes derecho a sentir lo que sea que estés sintiendo y no fue tu culpa.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    #1010

    #1010
  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇦

    Name, solo tenía 6 años

    Tenía alrededor de 6 años, cierro los ojos y es cómo si volviera a vivir en carne propia el recuerdo, me acuerdo del ruido de la televisión, el olor del desayuno que estaba comiendo, yo solo estaba viendo caricaturas. El, un hombre de alrededor 50 años me cargó y me acomodó en sus piernas, y deslizó su mano por debajo de mis panties, TENÍA 6 AÑOS y ahí empezó mi historia de abusó sexual, una historia que me hubiese gustado no tener que experimentar. Yo hablé ya que mi mamá siempre me había enseñado a que nadie podía tocar mis partes pero en ese entonces mi mamá no tenía los recursos, vivíamos en casa de una prima (la hija de mi abusador) y nadie me creyó, dijeron que era mi imaginación. Otros sucesos pasaron cometidos por la misma persona, me arrebató mi inocencia y me rompió en pedacitos… pese a que yo hablé la primera vez, las otras veces me quedé callada porque nadie me creyó, nadie me protegió y nadie me escuchó más que mi mamá pero en ese entonces ella estaba luchando con un problema de alcoholismo y toda la familia nos dio la espalda. Después de un tiempo dejé de ver a mi abusador pero a los 8 años me volvió a pasar pero esta vez por el esposo de mi tía (la hermana de mi mamá) ellos han sido casados desde que mi tía tiene 16 años hasta el presente. Fuimos de visita a casa de mi tía, era diciembre entonces mi mamá salió con mi tía a comprar cosas para la navidad, yo, mi hermano y mi primo (hijo de mi tía) nos quedamos al cuidado del esposo de mi tía, el en ese entonces era oficial de la policía. Yo estaba jugando con mi primo y mi hermano cuando él me llamó, él estaba sentado en la mesedora viendo las noticias cuando me sentó en sus piernas y yo inmediatamente me paralice puesto que la última vez que alguien me sentó en sus piernas me manoseo, esta vez fue diferente, solo me acaricio las piernas y yo solo sentí cómo algo duro me rozaba mis glúteos, me paralicé y no sabía que hacer, hasta que tuve la fuerza y me bajé. Nunca hablé de mi segundo abusador y nunca lo he hecho, yo ya no vivo en Colombia pero cuando voy me toca actuar cómo si nada aunque por dentro sienta tantas cosas. Por mucho tiempo reprimí todo lo que me pasó, siempre decía que no me afectó y ahora a mis 22 años me está atormentando. Estoy comprometida con el amor de mi vida, siento que ha sido un regalo que Dios y la vida me dio después de tanto tormento pero hay veces que cuando vamos a tener intimidad y me toca siento una rabia en mi, ese tipo de rabia que te dan ganas de pegarle un puño en la cara a esa persona, y no lo entiendo, el no me ha hecho nada? El solo me ha ayudado y me ha tratado con amor y me ha demostrado lo mucho que me respeta y me ama, siempre quise evadir el tema y reprimirlo, no hablar de ello y pretender cómo que no me afectó pero ya llegué a un punto donde me dan unos ataques de ira que ni yo me reconozco, donde termino lastimándome a mí misma o sacando esa ira en mi prometido, hace unas noches por fin en medio de una ataque de ira donde terminé azotandome la cabeza en la pared solo repetía “no me deja en paz, me persigue, sácalo de mi cabeza” estaba en un estado de crisis y mi prometido solo pudo sujetarme en sus brazos mientras me preguntaba quién me perseguía y fue la primera vez que dije su nombre en voz alta, “Name, el hombre que me violo y me robo mi inocencia no sale de mi cabeza” no podía hablar, las lágrimas y gritos de desesperación eran más que las palabras, en ese momento me di cuenta que no importa cuánto allá crecido aquella niña de 6 años sigue dentro de mi, está enojada, está triste y rota. Mi pareja es abogado entonces el fue quien me habló sobre me too movement, me dijo que me hiciera justicia y lo denunciara pero que si no me sentía lista por miedo que navegara las opciones que me too ofrece y que quizá empezara por contar mi historia, por unos días habría la página y solo me quedaba paralizada, pero hoy me anime, ya no merezco ser prisionera de un dolor que no fue mi culpa aunque por mucho tiempo he sentido que lo es, me siento perdida y no quiero que mi pasado defina mi presente, la vida me está dando oportunidades bonitas pero mi abusó sexual no me deja avanzar, cómo me saco esta rabia que siento por dentro? Porque me volví un ser tan agrio y amargo, porque me enojo por todo? Porque no puedo disfrutar la intimidad con mi pareja si es delicado conmigo? Parece que entre más delicado es más rabia siento por dentro. Me siento muy sola y perdida. Quiero este dolor fuera de mi

  • Informar

  • “La curación es diferente para cada persona, pero para mí se trata de escucharme a mí misma... Me aseguro de tomarme un tiempo cada semana para ponerme a mí en primer lugar y practicar el autocuidado”.

    “Realmente espero que compartir mi historia ayude a otros de una manera u otra y ciertamente puedo decir que me ayudará a ser más abierta con mi historia”.

    Estás sobreviviendo y eso es suficiente.

    “Para mí, sanar significa que todas estas cosas que sucedieron no tienen por qué definirme”.

    “Tú eres el autor de tu propia historia. Tu historia es tuya y solo tuya a pesar de tus experiencias”.

    Mensaje de Esperanza
    De un sobreviviente
    🇿🇦

    A cualquiera que esté luchando contra la adicción, la ansiedad o la depresión, quiero que sepa que hay esperanza. He pasado por los días más oscuros, donde sentía que el peso del mundo me aplastaba; donde cada paso era una batalla y cada respiración una lucha por mantenerme a flote. Pero estoy aquí para decirles que no tiene por qué ser así para siempre. He luchado con ahínco, durante muchos años, contra adicciones y problemas de salud mental que parecían insuperables. A menudo sentía que nunca escaparía de las garras de esos demonios. Pero en esa lucha, descubrí algo que lo cambió todo: la terapia psicodélica y la medicina vegetal. No fue una solución rápida ni una píldora mágica, pero me dio el espacio para afrontar mi dolor, comprenderlo y sanar de maneras que nunca creí posibles. El proceso de sanación fue complicado e imperfecto, pero me ayudó a reconectar conmigo misma profundamente. Me dio la oportunidad de liberarme de los ciclos que creía inquebrantables. Me permitió ver el mundo y a mí misma con nuevos ojos: una sensación de paz y claridad que no había experimentado en años. El camino no fue fácil, y sigue sin serlo, pero he aprendido que la sanación no es lineal. Hay contratiempos, sí, pero cada día es un paso adelante, y cada pequeño progreso cuenta. Para quien lea esto: No te definen tus dificultades. No estás rota. Hay mucho poder en ti, incluso cuando no puedes verlo. Está bien buscar ayuda. Está bien pedir apoyo. Está bien sentirse insegura. Pero créeme cuando te digo que la sanación es posible. Puede que no sea como lo esperas, y puede que lleve tiempo, pero vale la pena luchar por tu vida. Y eres capaz de encontrar tu camino a través de la oscuridad, como yo lo hice. Nunca te rindas. Hay luz al final del túnel, y no importa cuánto tiempo tardes, llegarás. Sigue adelante. Tú puedes.

  • Informar

  • “Puede resultar muy difícil pedir ayuda cuando estás pasando por un momento difícil. La recuperación es un gran peso que hay que soportar, pero no es necesario que lo lleves tú solo”.

    Eres maravillosa, fuerte y valiosa. De un sobreviviente a otro.

    “Sanar significa perdonarme a mí mismo por todas las cosas que pude haber hecho mal en el momento”.

    Mensaje de Sanación
    De un sobreviviente
    🇨🇴

    poder seguir adelante y pasar un poco la pagina

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Solo llámame "papá"

    En mi historia, COMENZÓ CON MI HERMANO, mencioné brevemente 3 instancias en las que evité ser violada al dejar que los hombres me tuvieran cuando parecía que iban a hacerlo sin importar si yo consentía o no. Creo que evité el trauma emocional y físico en ese momento, pero la ira, el resentimiento hacia mí misma y los sentimientos de haber sido agraviada y al respecto se acumularon después. Nunca compartí ni publiqué esas historias. Por favor, lea mi historia original para el contexto. En esta instancia, el sexo ya estaba sucediendo cuando desperté, y mi reflejo fue tomar el camino de la no confrontación. El camino fácil, no el correcto. Había llegado a casa del trabajo como mesera en mi bar y restaurante a la parrilla y mi compañera de cuarto tenía a su padre alojado con nosotros durante el fin de semana. Ya lo conocía porque condujeron directamente del aeropuerto al bar deportivo en el que trabajaba. Ahí fue donde me dijo: "Solo llámame, 'papá'". Se sentaron en mi sección, comieron y se fueron. Sin problemas. Luego, de vuelta en nuestro apartamento de dos habitaciones, hubo una pequeña fiesta para él con un par de amigos. Tomé un par de sidras fuertes y charlé sobre la universidad y mi compañera de piso, y escuché historias de cuando ella era niña. Coqueteé y seguí la corriente a las insinuaciones sexuales de "Papá" dirigidas a mí, e ignoré sus ojos de arriba abajo. Ya estaba acostumbrada. Jugué a ser la buena anfitriona y esperé hasta que todo se calmara, probablemente alrededor de las 2 o 3 de la mañana, antes de ducharme e irme a la cama. Había sido un largo día con clases y trabajo. Me desperté unas horas más tarde con "Papá" ya dentro de mí, ¡empujando dentro y fuera entre mis piernas! Por la luz que entraba a raudales por mis persianas oscuras, podía decir que era de día. ¡Pero qué diablos estaba pasando! No tenía bragas, pero sí camiseta. Debajo, la figura oscura que rápidamente pude identificar como "Papá" me acariciaba los pechos con una mano mientras me sujetaba con la otra. Todavía aturdida y confundida, supongo que lo abracé y respondí como una compañera dispuesta. Pronto terminó y luego se puso incómodo. Me dijo "Eso realmente dio en el clavo". ¡Empezó a conversar! Cuanto más tenía que pensar, más me daba cuenta de lo que había pasado. Que simplemente se había servido mientras yo dormía. Tenía 19 años y estaba saliendo con un jugador de béisbol universitario atractivo en ese momento y no me habría acercado a este tipo de cincuenta y tantos a propósito. Seguro que estaba bebiendo esa noche, pero yo solo había tomado unas pocas sidras. Así que ahí estaba yo, dándome cuenta de que me habían violado, ¡pero rehén de un sentido de la cortesía! Sin mencionar que medía 1,60 m y pesaba 50 kg, por lo que estaba la intimidación física de un hombre mucho más alto con un cuerpo de padre. Siempre orino justo después del sexo, pero me sentí cautiva por las divagaciones de "Papá" mientras se apoyaba en un codo flotando sobre mí mientras pasaba sus dedos sobre mí y me acariciaba el cabello esporádicamente. Compartí con él su lata de cerveza fría, que debió abrir justo antes de entrar a violarme, porque recuerdo haber bebido a fondo el líquido frío que me alivió la garganta seca. Sufrí algunos chistes de papá e historias que no me interesaban, además de responder algunas preguntas personales sobre mí y mi sexualidad. Buscaba un momento para levantarme y alejarme de "Papá" cuando dijo: "Estoy listo para ir otra vez, cariño". ¡No! ¡Se colocó encima de mí! En lugar de resistirme o incluso decir "no", abrí las piernas para acomodarlo. ¡Qué demonios! La segunda vez no tuvo la misma ansiedad que la primera, por desgracia. Como él mismo dijo, esta vez quería darme una lección. Supongo que sobre lo bueno que era en la cama. Un caso claro de "pene de whisky". Así que dejé que este hombre con el que nunca había querido ni considerado tener sexo me empujara en varias posturas. Era un hombre grande y mucho más fuerte que yo, era una broma. Después del misionero, me levantó para demostrarme algo y me lo hizo contra la pared junto a mi ventana. Recuerdo ver a través de las rendijas de las persianas y saber que era temprano porque el estacionamiento estaba lleno y no se movía nada. Entonces me tiré de golpe a la cama. Hicimos un 69, yo tumbada sobre él, chupándolo con todas mis fuerzas, deseando acabar con él mientras me lamía. ¡Fracasé! En un momento dado, me tuvo encima, montándolo. Estaba a gatas con él embistiendo detrás de mí cuando me desplomé boca abajo bajo su peso. Disfrutaba de las embestidas sin parar, ya que estaba completamente inmovilizada por él. Dejé que me diera dos o más orgasmos con la esperanza de que acabara. Grité tanto que me daba vergüenza que mi compañera de cuarto entrara corriendo en cualquier momento. Estaba desmayada, borracha. Finalmente se fue en cuanto terminó. Estoy segura de que tenía el ego desorbitado y ¡ese hombre tan terrible todavía piensa en mí! Me quedo tumbada en la cama, recuperando el aliento y cada vez más ansiosa. Me levanté, me puse un chándal y salí corriendo hacia el gimnasio. Tenía muchísimas ganas de escaparme. Bebí agua como si acabara de salir de un desierto. Me duché un buen rato en el gimnasio vacío del sábado por la mañana, sin más productos que jabón de manos. Luego empecé a entrenar como una loca, con tres horas de sueño y agotada. Intentaba sacármelo de encima sudando, gritando y haciendo ejercicio a toda máquina. Me duché de nuevo, salí y me quedé dormida en el coche, en la parte de atrás del aparcamiento. El resto del fin de semana solo iba a mi apartamento unos minutos a la vez para recoger cosas que necesitaba. ¡Y desde luego que no dormí allí! Cuando se fue, respondí a las preguntas de mi compañera de piso, que había estado ignorando con mentiras y respuestas cortas. Le dije la verdad. Se encogió de hombros y me miró con escepticismo, como si fuera una de esas cosas. Fui promiscua en la universidad y ella lo sabía. Hicimos una especie de broma y seguimos adelante. De la forma fácil, no de la correcta. Todavía me siento muy culpable por cómo era entonces. En aquel entonces, mi problema no era "ojalá hubiera peleado con él". ¡Lo que deseaba era haber estado demasiado borracho para recordarlo! Así que eso fue todo. Algo que guardé dentro, supurando. Otras cosas se sumaron y lo escondí bajo la alfombra de mi mente dañada. No es uno de los peores esqueletos en mi armario, pero por ahora estoy dispuesta a compartirlo. Estoy trabajando en las demás. Mi primera historia me ayudó mucho. Espero que también le haya ayudado a alguien más. Les agradezco a todos y me solidarizo. Leeré sus historias y los apoyaré en mis pensamientos y oraciones.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇳🇿

    #1766

    #1766
  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇨🇦

    #1292

    Cuando tenía 9 años, tenía una mejor amiga. Iba a su casa a menudo y nunca la cuestioné ni intenté detenerla cuando me enseñaba cosas sexuales. Ahora, al recordarlo, sé que estaba sufriendo abuso sexual. Me decía que lo mantuviera en secreto y me hacía creer constantemente que su abuela nos iba a pillar. Todo es un comportamiento aprendido de un depredador. Su abuela nunca nos vigilaba; yo no lo veía entonces, pero ella estaba abandonada y se sentía muy sola. Me decía que me desnudara, que dormíamos desnudas juntas. Me decía que era una exploración, y de verdad que desearía poder recordarlo todo porque hay muchos huecos en mi memoria donde creo que no pudo haber sido tan malo, o quizás fue peor de lo que recuerdo. La recuerdo entre mis piernas, pero no recuerdo qué pasó; me siento muy asqueada conmigo misma por haberlo fomentado. Nunca le dije que parara, y ahora me cuesta aceptar que no fue mi culpa detenerla. Sea como sea, recuerdo tener constantemente infecciones urinarias que nunca se revisaban, y no puedo culpar a nadie. Se aprovecharon de ella cuando era solo un año mayor que yo, y no es culpa suya. No puedo evitar culparme, y me atormenta a diario. Esto duró dos años, y recuerdo que la infección urinaria era tan frecuente y grave que me oriné en su cama estando desnuda. Esto fue cuando tenía 10 años, y fue completamente humillante. Mi pasado es algo que encuentro muy vergonzoso y me cuesta aceptar que esto nunca me abandonará. No puedo evitar desearle lo mejor; la ira va dirigida a mí más que a cualquier otra cosa. Me estoy recuperando de esto, y espero que algún día pueda ayudar a otras personas que pasaron por experiencias complicadas de SA que no se discuten tan abiertamente.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇩🇪

    678

    No fue hasta que leí esta plataforma que me di cuenta de que lo sucedido no era trivial. Un amigo de aquel entonces me dijo que fuera a la guardia civil, si no por mí, sino por cualquier otra persona que pudiera haber sido afectada o verse afectada más adelante, porque simplemente no se sabe. Les entregué todo y no hicieron nada. Si no fuera por la ayuda de mis amigos, creo que no seguiría existiendo. Intenté suicidarme seis años después porque la idea de ir en serio con mi novio significaba que volvería a ocurrir. Sufría flashbacks y él siempre fue muy paciente. Me alegra decir que, ahora que ese novio es mi prometido, la situación mejora. Estaba en la universidad, tenía un trastorno alimentario grave, y este chico fue el único que no intentó cambiarme, sino que aceptó que estaba muy enferma y no me exigió que comiera. En retrospectiva, eso fue una gran señal de alerta. Él estaba más contento de que yo fuera vulnerable y no quisiera que mejorara. Después de un año juntos, empezó a ponerse violento. Se negaba a dejarme sola. Recuerdo vívidamente la primera vez que se puso violento el día de mi cumpleaños, y el único sitio donde podía estar era en el baño porque estaba cerrado con llave. Me senté allí todo el día, sabiendo que él estaba afuera, sin saber qué pasaría después. Cuando salía, él estaba viendo la televisión como si nada hubiera pasado. Me robaba la tarjeta de débito y se compraba comida, sabiendo que ese era mi presupuesto semanal para comida, y no me sentía cómoda con nada de lo que compraba. Me impidió recuperarme durante dos años. En un momento dado, me quitó hasta el último centavo y no tenía dinero para ir a casa el fin de semana. Tuve que mentirles a mis padres y decirles que me quedaba allí para terminar unos ensayos; me daba mucha vergüenza que pudiera controlarme de esa manera. Estaba en negación, creía que solo eran palabras duras y que él no se conocía a sí mismo ni a su fuerza, que yo era demasiado débil. Intenté romper con él, pero me hizo sentir culpable para que volviera con él, diciendo que nadie más me querría jamás. Lo volví a aceptar. Fuimos a una fiesta de Navidad y me hizo sentir culpable por haber perdido el último autobús a casa, así que me pidió que me quedara en el sofá. No pude negarme. Sabía que todos los demás estaban en la fiesta, así que me obligó a tener sexo, como ya había hecho antes, pero lo vi como una forma de darle lo que quería para evitar que se pusiera violento. Hasta entonces, el sexo también se volvió violento. Esa noche no consentí, le dije que no. Lloré en silencio y, cuando empeoró, le pedí que parara. En respuesta, me estranguló hasta que no pude ver bien y me dejó moretones. Cuando intenté gritar, me arañó la cara y me arañó la retina, por lo que necesité gafas (algo que nunca antes había necesitado). Sangré por todas partes, pero él simplemente se durmió con el brazo alrededor de mi cuello para que no pudiera irme. Al día siguiente fui a la universidad e intenté contárselo a una ex amiga que estudiaba Derecho, pero como era su amiga, bromeó diciendo que le gustaba el BDSM y que cosas así pasan a menudo si algo sale mal. Después de que ella le dijera que lo había mencionado, me hizo firmar un "contrato" que decía lo bueno que era en el sexo. La verdad es que no recuerdo cómo me convenció, fue todo un borrón. No recuerdo casi nada de ese año, pero sé que me envió cartas amenazantes que no pararon hasta que me mudé un año después. Después de eso, como fue la primera persona a la que se lo conté, pensé que nadie me creería. Pero un amigo, sin que yo dijera nada, me hizo saber que sabía que algo había pasado. Algo andaba mal, y finalmente se lo conté. Me convenció de que se lo contara a otros, de que fuera a la policía, a terapia, a un centro de atención a víctimas de violación y se lo contara. Otra amiga me dejó quedarme en su casa casi todo el tiempo mientras me enviaba amenazas de muerte por mensaje y redes sociales. Me sacaron adelante en la universidad y me ayudaron en todo lo posible, organizaron que tuviera una sala de exámenes separada de la suya, e incluso me invitaron a salir por la noche para asegurarme de que aún podía divertirme y que seguía siendo querida incluso después de todo. Mi único arrepentimiento es no haber seguido adelante. Ahora es una ocupación y me aterra la idea de alguien tan malvado cerca de otras personas y en una posición de poder sobre ellos. Me quita el sueño. Ojalá pudiera recuperar el expediente de la policía e insistir en que sí fue así de malo, sí, es violento. Podría quedarme en mi casa durante dos años. Perdí varios kilos de miedo y preocupación. Pero terminé mis exámenes, terminé la carrera, seguí estudiando e incluso descubrí quiénes son los verdaderos amigos.

    Estimado lector, esta historia contiene lenguaje autolesivo que puede resultar molesto o incomodo para algunos.

  • Informar

  • Historia
    De un sobreviviente
    🇺🇸

    Creencias destrozadas - Nombre

    La primera vez que vi a mi violador, me sentí atraída por él. Era guapísimo. Poco después supe que estaba casado y que hacía poco me había hecho amiga de su esposa. Me di cuenta de que estaban casados unos tres días después de verlo. No busco relaciones con hombres casados, así que ahí terminó mi interés por él. Constantemente me hacía preguntas inapropiadas sobre el tamaño de mis pechos y me pedía que los tocara cuando ella no estaba en la misma habitación. Me negué a responder. En la madrugada de Cita, hizo su jugada. Ese mismo día que mi hijo cumplió 10 años. Mi hijo pasó la noche en su casa. Yo estaba pasando el rato con ellos hasta tarde y su esposa se durmió. Empezó a intentar meterse en mi camisa y yo seguía empujándolo. Insistió y finalmente logró llegar a mi pecho. Se levantó a buscar jabón para platos (no sé qué planeaba hacer con él) y me fui. Volví a casa y estuve un rato arriba antes de bajar a mi habitación. Cuando entré, salió y se interpuso entre la puerta y yo. No sé cuántas veces le dije que no, que no me acostaría con él, pero él simplemente se quedó ahí, sonriéndome, mientras me perseguía como a una presa. Me dominó y me empujó sobre la cama. Intenté levantarme los pantalones, pero logró quitármelos. Pensaba que era más fuerte que yo; no quería que me lastimaran y arruinar el décimo cumpleaños de mi hijo. Me quedé mirando al techo todo el tiempo. Olí su aliento a cigarrillo y sentí su saliva en mi pecho. Hice como si no estuviera allí. Cuando terminó, me preguntó si se sentía bien, y le respondí que sí. Dijo: «Bien, ahora eres mía y puedo tenerte cuando quiera». Se fue llevándose el condón. Me hice un ovillo y lloré. Le escribí a mi mejor amiga: «Creo que me acaban de violar, pero no voy a denunciarlo». Ella respondió: «Lo siento mucho, cariño». No quería lastimar a su esposa ni arruinar su familia, así que preferí guardar silencio. Esa noche vino y se comió el helado y el pastel que comió mi hijo. La mirada que me dirigió, esa sonrisa estúpida... me aterrorizó. Me dio un ataque de pánico y fui a mi habitación a llorar. Mi compañera de piso se unió a mí y le conté lo sucedido y que quería llamar a la policía. Había dos policías, un hombre y una mujer. Me acusaron de hacer una acusación falsa para vengarme y me hicieron sentir muy inferior. La mujer me preguntó: "¿Lo disfrutaste?". Creo en la honestidad, así que dije: "¿Respondió mi cuerpo? Sí, ¿lo disfruté?". NO". Se escondió porque mi casero le dijo que lo denuncié. Los vecinos me llamaron zorra y mentirosa, así que me mudé para escapar de todo el asunto. Al final, la policía desestimó el caso sin siquiera hablar con él. Estoy estudiando para ser abogada y espero poder cambiar las cosas para que las víctimas no tengan que pasar por lo que yo pasé. Si has leído mi historia completa, gracias; sé que es larga.

  • Informar

  • 0

    Miembros

    0

    Vistas

    0

    Reacciones

    0

    Historias leídas

    ¿Necesitas un descanso?

    Hecho con en Raleigh, NC

    Lea nuestras Normas de la comunidad, Política de privacidad y Términos

    ¿Tienes algún comentario? Envíanoslo

    Para obtener ayuda inmediata, visite {{resource}}

    Hecho con en Raleigh, NC

    |

    Lea nuestras Normas de la comunidad, Política de privacidad y Términos

    |

    Publicar un mensaje

    Comparte un mensaje de apoyo con la comunidad.

    Te enviaremos un correo electrónico en cuanto se publique tu mensaje. así como enviar recursos útiles y apoyo.

    Por favor, respete nuestras Normas de la comunidad para ayudarnos a mantener Our Wave un espacio seguro. Todos los mensajes serán revisados ​​y se eliminará la información que los identifique antes de su publicación.

    Haz una pregunta

    Pregunta sobre supervivencia o apoyo a sobrevivientes.

    Te enviaremos un correo electrónico en cuanto tengamos respuesta a tu pregunta, además de recursos útiles y apoyo.

    ¿Cómo podemos ayudarte?

    Indícanos por qué denuncias este contenido. Nuestro equipo de moderación revisará tu informe en breve.

    Violencia, odio o explotación

    Amenazas, lenguaje de odio o coerción sexual

    Acoso o contacto no deseado

    Acoso, intimidación o mensajes no deseados persistentes

    Estafa, fraude o suplantación de identidad

    Solicitudes engañosas o hacerse pasar por otra persona

    Información falsa

    Afirmaciones engañosas o desinformación deliberada

    Comparte tus Comentarios

    Cuéntanos qué funciona (y qué no) para que podamos seguir mejorando.

    Iniciar sesión

    Ingresa el correo electrónico que usaste para enviar tu solicitud a Our Wave y te enviaremos un enlace para acceder a tu perfil.

    Actividad de puesta a tierra

    Encuentra un lugar cómodo para sentarte. Cierra los ojos suavemente y respira profundamente un par de veces: inhala por la nariz (cuenta hasta 3), exhala por la boca (cuenta hasta 3). Ahora abre los ojos y mira a tu alrededor. Nombra lo siguiente en voz alta:

    5 – cosas que puedes ver (puedes mirar dentro de la habitación y por la ventana)

    4 – cosas que puedes sentir (¿qué hay frente a ti que puedas tocar?)

    3 – cosas que puedes oír

    2 – cosas que puedes oler

    1 – cosa que te gusta de ti mismo.

    Respira hondo para terminar.

    Desde donde estás sentado, busca objetos con textura o que sean bonitos o interesantes.

    Sostén un objeto en la mano y concéntrate completamente en él. Observa dónde caen las sombras en algunas partes o quizás dónde se forman formas dentro del objeto. Siente lo pesado o ligero que es en la mano y cómo se siente la textura de la superficie bajo los dedos (esto también se puede hacer con una mascota, si tienes una).

    Respira hondo para terminar.

    Hazte las siguientes preguntas y respóndelas en voz alta:

    1. ¿Dónde estoy?

    2. ¿Qué día de la semana es hoy?

    3. ¿Qué fecha es hoy?

    4. ¿En qué mes estamos?

    5. ¿En qué año estamos?

    6. ¿Cuántos años tengo?

    7. ¿En qué estación estamos?

    Respira hondo para terminar.

    Coloca la palma de la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Coloca la palma de la mano izquierda sobre el hombro derecho. Elige una frase que te fortalezca. Por ejemplo: "Soy poderoso". Di la oración en voz alta primero y da una palmadita con la mano derecha en el hombro izquierdo, luego con la mano izquierda en el hombro derecho.

    Alterna las palmaditas. Da diez palmaditas en total, cinco de cada lado, repitiendo cada vez las oraciones en voz alta.

    Respira hondo para terminar.

    Cruza los brazos frente a ti y llévalos hacia el pecho. Con la mano derecha, sujeta el brazo izquierdo. Con la mano izquierda, sujeta el brazo derecho. Aprieta suavemente y lleva los brazos hacia adentro. Mantén la presión un rato, buscando la intensidad adecuada para ti en ese momento. Mantén la tensión y suelta. Luego, vuelve a apretar un rato y suelta. Mantén la presión un momento.

    Respira hondo para terminar.