#111

Pasó hace años. Yo tenía 10 años. Él tenía 13. Me dijo que sería nuestro juego secreto. Dijo que si se lo contaba a alguien, diría que fue idea mía y que yo sería la que se metería en problemas. Nunca se lo dije a nadie e hice todo lo posible por fingir que nunca había sucedido. Lo reprimí durante años y siempre pensé que sería un secreto que me llevaría a la tumba. Durante tanto tiempo ni siquiera he podido admitirme a mí misma lo que pasó. A menudo me preguntaba si lo había inventado o si estaba exagerando. Tal vez no fue tan malo como pensaba, tal vez no lo recuerdo bien, tal vez hice algo para merecerlo. Pero ahora sé que ese no es el caso. Confié en él. Era mi amigo. Sufrí abusos sexuales. Fui violada. Más de una vez. Esa es la primera vez que he podido admitirlo adecuadamente ante mí misma. No sé por qué ha vuelto para atormentarme todos estos años después. Pensé que lo había superado. Pero últimamente tengo estos episodios que surgen de la nada y me hacen sentir muy triste y vacía. No sé por qué puedo estar bien un minuto y al siguiente sollozando en el suelo. O por qué a veces sigo viendo su rostro cuando cierro los ojos o por qué es lo primero que pienso al despertar. Pensé que si los ignoraba, si los apartaba, desaparecerían. Nunca había olvidado del todo lo que me había pasado. A veces había algo que me lo recordaba o me hacía recordar algo, pero en general lo estaba haciendo bien. Era feliz y estaba progresando. No quiero que me definan como una víctima o alguien débil. Pero a veces me miro al espejo y sigo viendo a esa niña asustada de 10 años. A veces me siento sucia y avergonzada. Avergonzada y como si debería haber hecho más para detenerlo. Pensé que si fingía que no había pasado, podría seguir adelante con mi vida. Sé que me ha afectado. Cómo a veces me dan ganas de vomitar solo de pensar en sexo, por qué me pongo nerviosa si alguien me agarra de la nada y por qué no soporto que me tapen la boca, ni siquiera en broma. Pero sé que para sanar tengo que empezar por admitir lo que me pasó. No puedo dejar que me dañe más de lo que ya me ha hecho. Y me niego a que dañe mis relaciones con los demás. Quiero dar pasos para seguir adelante. No dejaré que controle mi vida ni me defina. Me ha quitado tanto. Sé que no hay pruebas. Siempre será mi palabra contra la suya. Y después de todos estos años no quiero denunciarlo ni arriesgarme a que mi familia se entere. Solo quiero volver a confiar en la gente. No asustarme a veces cuando alguien intenta tocarme. Aceptar mi vulnerabilidad. Volver a sentirme segura. Publicar esto es el primer paso para volver a estar bien. Se siente bien poder decir lo que pasó sin ser juzgada. Saber que esto es anónimo y que podría ser cualquiera en un mar de caras. Quiero tener la fuerza para poder hablar de ello. Poder contarles a mis amigos lo que pasó sin sentir que les estoy ocultando algo o que soy deshonesta. Sé que algún día lo lograré. No importa cuánto tiempo lleve.