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Al principio, después del trauma, hice lo que se suele decir en los libros. Pensé que debía ser culpa mía, que yo era la borracha, que dejé que nos ayudara a mi amiga y a mí a volver a casa. Fui yo quien malinterpretó su verdadera naturaleza y pensó que sería un buen tipo, con malas intenciones. Pero después de unas semanas de recuperación y muchas duchas, acepté de verdad que me habían violado. Es una revelación abrumadora porque todo cambia, como muchos saben. No quería que me definieran como una superviviente de violación ni como una chica maltratada que se emborrachó demasiado. Ahora sé que nada de esto fue culpa mía, que no soy responsable de sus acciones y que, DEFINITIVAMENTE, no me define. Lo acepté por primera vez cuando se lo conté a mi mejor amiga, la primera vez que le contaba a alguien sobre mis traumas del pasado. Ella me validó y me preguntó qué quería hacer al respecto; de la mejor manera posible, me tranquilizó y también compartió sus historias. Ojalá todos tuvieran o tengan una amiga como ella, que te dice lo que necesitas saber. Todavía me da miedo la idea de contárselo a una futura pareja y me atormenta en mis relaciones actuales, pero cada vez me siento más valiente y tengo más confianza en mí misma, y he avanzado mucho. Así que supongo que el objetivo de esto era desahogarme con lo que no le he contado a mucha gente y hacerme saber que incluso una pequeña publicación anónima sigue siendo un avance y que voy bien.