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Hola, soy Nombre, y esta es mi historia. Si volviera a ser yo a los 8 años y le contara todo lo que le esperaba en el futuro, no te creería... No podría entender cómo algo tan objetivamente malo le pudo pasar a alguien tan dulce e inocente como ella. Al crecer, me he dado cuenta de que a mucha gente le pasan muchas cosas. Es la vida, y estamos aquí para experimentarla, pero eso no significa que debamos callarnos las cosas malas que vivimos. El cambio empieza con una persona a la vez... En septiembre de 2021, me drogaron, me agredieron sexualmente y me robaron la misma noche. Había salido con una amiga y conocimos a dos chicos. Lo recordaba todo hasta ese momento, pero el resto era borroso. No tenía control sobre lo que estaba sucediendo mientras perdía y recuperaba la consciencia. A la mañana siguiente me desperté presa del pánico, sin ropa. Me habían robado el teléfono y la MacBook de mi habitación y la puerta principal estaba abierta de par en par. De repente, la vida se volvió aterradora y confusa. La experiencia no se detuvo en la agresión. Había mucho más por venir. Pruebas de ADN, entrevistas tras entrevistas con la policía, que me dijeran que era su palabra contra la mía, que me dijeran que solo me verían como una estudiante universitaria borracha... La lista era interminable. Me obligaron a mudarme de casa porque ya no soportaba vivir allí. Ya no podía dormir en esa habitación. Nunca más podría sentirme segura en ese hogar. En ese momento, me sentí absolutamente asqueada de mí misma. Me sentí avergonzada e inútil, e incluso me sentí extraña con mi propia familia por un tiempo; no podía mirarme sin sentirme mal. Todo lo que podía imaginar era a mí misma con 8 años. Esa pequeña niña inocente, llena de tanta pureza, amor y felicidad. Alguien le hizo eso... Sufrí de TEPT durante un tiempo y esto afectó todos los aspectos de mi vida, incluyendo mi vida sexual, autoestima, educación y salud mental. Ahora estoy experimentando PTG (Crecimiento Postraumático). PTG es el crecimiento psicológico positivo que una persona puede experimentar después de soportar un evento traumático. Recientemente he visto un cambio en cómo veo la vida. Me he vuelto más consciente espiritualmente y puedo controlar mis emociones mejor que nunca. Lo hago observando mis pensamientos, lo cual practico a través de la meditación. Esto me permite ver los resultados positivos de cualquier situación. He dejado de preguntarme "¿Por qué tuvo que pasarme esto a mí?" y he comenzado a preguntarme "¿Por qué está pasando esto?". He comenzado a canalizar mis emociones a través de mi práctica de Diseño, lo que me ha llevado a tener una perspectiva más fuerte de mi situación. Sin embargo, me doy cuenta de que este no es el caso de muchas otras mujeres y me siento afortunada de haber llegado donde estoy mentalmente. Quiero contar mi historia, no solo para mí, sino para otras mujeres. Para todas las mujeres que han experimentado cualquier forma de agresión o acoso sexual. Quiero que sepan que no está bien. No es normal y no deberíamos callarlo. Estos son nuestros cuerpos y nuestros vasos, y nadie debería poder hacer lo que quiera con ellos ni decir lo que quiera al respecto. No está bien. No deberíamos sentirnos inseguras caminando a casa de noche, no deberíamos tener que sujetar las llaves entre los nudillos, no deberíamos tener que evitar ciertas rutas a casa por la iluminación de la zona, no deberíamos tener que bajarnos la falda para evitar que los hombres se exciten, no deberíamos tener que tapar nuestras bebidas al salir, no deberíamos tener que fingir que estamos hablando por teléfono para sentirnos seguras, no deberíamos tener que evitar subir al transporte público por miedo a que nos manoseen, no deberíamos sufrir abusos verbales y físicos... No deberíamos tener que callar.