Nunca es demasiado tarde para denunciar y buscar ayuda.

En agosto de 2017, mi vida cambió para siempre. Salí con unos amigos a una discoteca a la que habíamos ido varias veces. Un par de chicos que conocíamos aparecieron sin invitación. Uno de ellos llevaba un tiempo intentando estar conmigo, aunque por aquel entonces tenía novio. En cuanto apareció, y después de aceptar una copa, empecé a sentirme rara y me desmayé. De repente, me estaba tomando de la mano y acompañándome a algún sitio. Lo siguiente que recuerdo es que estaba encima de mí, quitándome el sujetador pegajoso (me dolía muchísimo) y me dijo: «No te preocupes, esto no va a doler tanto». Luego me bajó los pantalones y me violó. Estaba entumecida y no podía hablar ni moverme. Lo único que recuerdo es que eché la cabeza hacia atrás de dolor y me desmayé de nuevo. En 2019, finalmente busqué terapia. Hice una intensa terapia EMDR para traumas, donde tuve una crisis nerviosa y salí adelante. Decidí finalmente hablar y ser honesta conmigo misma sobre lo sucedido. Había intentado bloquearlo y olvidarlo, pero eso me causó más problemas. Regresé al pueblo donde me violó, presenté una denuncia policial y se abrió una investigación. Tanto el policía como el detective me dijeron que era muy probable que no saliera nada bien, ya que no conseguí un kit de violación justo después de que ocurriera y no tenía pruebas ni testigos. Ya lo sabía y les hice saber que seguía adelante con todo. Hace como un mes, el detective me llamó para informarme que cerraba el caso por falta de pruebas. Habló con mi violador, quien confesó todo, hasta la violación. Le dijo al detective que su intención esa noche era tener sexo conmigo, pero "algo dentro de él le dijo que no"... mentiras. Pero he crecido mucho y he aprendido aún más sobre lo fuerte que soy, y he empezado a compartir mi historia con amigos cercanos. También sé que hice todo lo posible para evitar que le hiciera lo mismo a otra persona. En todo caso, sé que la llamada del detective lo conmovió profundamente y él sabe que sé lo que pasó. Y, si de verdad me conoce, sabe que mis amigos lo saben y que se lo contarán a sus amigos, etc. El karma es una mierda. Sé que haber sido violada no define quién soy. Puede que me haya quitado la virginidad (sí, fue mi primera vez, lo que lo empeora aún más), pero no me quitó la dignidad, ni mi autoestima, ni nada. Ahora estoy estudiando terapia para ayudar a sobrevivientes como yo a superar su trauma y su duelo.