El hermano mayor de mi amiga (13 años mayor) entró en mi habitación durante unas vacaciones. Me desperté y lo vi frotando mi pierna y se puso encima de mí. No estoy segura de si terminó o no, me quedé congelada y miré al techo todo el tiempo. La noche anterior, me tocó de manera inapropiada, pero lo descarté porque estaba borracho. Meses después, sigo recordando que me sentí excitada en un momento durante la agresión. Esto me causa culpa y me hace cuestionar si realmente fue una agresión. También siento "mariposas" cuando pienso en ello a pesar del trauma. ¿Es esto normal?

Muchas gracias por confiarnos esto. Aunque dudo en etiquetar tu experiencia, basándome en los detalles que compartiste, diría que lo que experimentaste fue una agresión sexual. El hermano mayor de tu amiga cometió un acto depredador, que comenzó mientras dormías y luego de haberte tocado inapropiadamente la noche anterior. Tu angustia por esto es completamente justificada y válida.

Muchos sobrevivientes experimentan respuestas confusas, incluso contradictorias, al trauma. La excitación física y el "sentir mariposas en el estómago" son reacciones fisiológicas involuntarias que muchos sobrevivientes experimentan; no indican consentimiento ni deseo. Nuestros cuerpos responden al tacto y al miedo de maneras que escapan a nuestro control. La respuesta de congelamiento que describiste (no poder moverte y mirar fijamente al techo) también es un mecanismo de supervivencia común.

Es natural sentir vergüenza, culpa, confusión y ansiedad ante estas reacciones. Algunas sobrevivientes experimentan atracción junto con repulsión, placer físico junto con dolor emocional. Estos sentimientos no hacen que la agresión sea menos real o incorrecta. Tener sentimientos complicados no significa que hayas querido que sucediera o que seas de alguna manera responsable. Estas son reacciones normales a una situación anormal.

Procesar el trauma no es sencillo ni lineal. Además, etiquetar tus experiencias por primera vez puede generar toda una cascada de emociones. Te sugiero que te pongas en contacto con un terapeuta especializado en traumas para que te ayude a comprender estas respuestas físicas y emocionales complejas en un entorno seguro. Puede ayudarte a gestionar los sentimientos complicados que surgen a medida que sigues procesando esta experiencia. Lo que te pasó no fue tu culpa y no estuvo bien. Te deseo suerte en tu camino hacia la curación.