Estoy tratando de procesar experiencias de la infancia que sucedieron cuando tenía 6 o 7 años. Varios compañeros, incluidos amigos, compañeros de clase y familiares de mi edad, tuvieron interacciones inapropiadas conmigo. Sucedió con tanta frecuencia que comencé a pensar que era normal. Nunca se lo dije a nadie porque tenía miedo de meterme en problemas, de que no me creyeran o de que no me tomaran en serio. Nunca había compartido estas experiencias con nadie antes. ¿Podría tratarse de abuso sexual entre niños?

Gracias por comunicarse con nosotros. Primero, quiero reconocer el privilegio que es ser la primera persona con la que ha elegido compartir estas experiencias. Romper un silencio que ha durado tantos años requiere una fuerza extraordinaria y quiero honrarlo.

Cuando los niños experimentan interacciones sexuales repetidas, no deseadas o inapropiadas, por parte de sus compañeros, puede resultar confuso y comenzar a parecer "normal", incluso cuando no se siente bien. Esta normalización es, en realidad, un mecanismo de afrontamiento común: nuestras mentes jóvenes intentan darle sentido a experiencias que están más allá de nuestra comprensión evolutiva. Su miedo a meterse en problemas o a que no le crean fue una respuesta válida, especialmente cuando era un niño pequeño que intentaba desenvolverse en situaciones complejas.

Los patrones que estás describiendo y las experiencias que comienzan a una edad tan temprana se alinean con lo que muchos profesionales considerarían un comportamiento sexual problemático o dañino entre niños ( lo que a veces se conoce como COCSA) . A los 6 o 7 años, los niños no pueden consentir verdaderamente las interacciones sexuales, incluso con otros niños de la misma edad. Cuando tales interacciones ocurren repetidamente e implican sentimientos de impotencia o miedo a decir lo que piensan, esto a menudo indica que las experiencias fueron de hecho abusivas, incluso si los otros niños pueden no haber comprendido completamente el impacto de sus acciones.

Tus sentimientos sobre estas experiencias, sean cuales sean, son válidos. Algunas personas descubren que experiencias tempranas como estas afectan su sensación de seguridad, confianza o límites. Otras pueden notar efectos en sus relaciones o en su autoimagen. No existe una forma "correcta" de sentir o procesar estas experiencias.

Romper el silencio, incluso de forma anónima, suele ser el primer paso para sanar. Si estás preparado, hablar con un terapeuta especializado en experiencias infantiles y especializado en traumas puede ayudarte a procesar estos recuerdos y su impacto en un entorno seguro y de apoyo. Puede ayudarte a entender estas experiencias en su contexto adecuado, respetando tu necesidad de definirlas a tu manera.

Recuerda, todo lo que sentiste en ese momento y lo que sientes ahora es válido. No estás solo en estas experiencias y no fue tu culpa. Hay apoyo disponible cuando te sientas listo para dar ese paso. Gracias nuevamente por confiar en nosotros. No estás solo.