¿Cómo sé si mi experiencia cuenta como agresión sexual?

Cuando pasas por una experiencia sexual que no te parece deseada, muchas veces puede resultar difícil ponerle nombre a lo que acaba de ocurrir. Podemos comparar nuestras experiencias con las que vemos en la televisión o leemos en Internet, lo que nos hace preguntarnos si nuestra experiencia “cuenta” o no como trauma sexual.

En primer lugar, no estás solo. Según una encuesta del Departamento de Justicia de 2007, el 35 por ciento de las víctimas de agresión sexual no denunciaron su agresión porque “no estaba claro que fuera un delito o que se pretendiera causar daño”. Sólo tú puedes definir tu experiencia, pero respeta los sentimientos que estás sintiendo. La agresión sexual puede adoptar muchas formas diferentes, pero hay algo que sigue siendo igual: nunca es tu culpa.

RAINN, la organización contra la violencia sexual más grande de los EE. UU., define la agresión sexual como “contacto o comportamiento sexual que ocurre sin el consentimiento explícito de la víctima”. Para la definición de violación, RAINN cita al FBI: “La penetración, por leve que sea, de la vagina o el ano con cualquier parte del cuerpo u objeto, o la penetración oral con un órgano sexual de otra persona, sin el consentimiento de la víctima”.

Si bien estas son las definiciones oficiales, debes saber que todos tus sentimientos y experiencias son válidos. El trauma no solo consiste en los eventos que ocurrieron, sino que también incluye cómo experimentas esos eventos, así como el efecto general que el evento tiene en ti después.

La forma en que etiquetas tu experiencia depende de ti, pero para muchas personas, ponerle un nombre les permite lidiar con sus consecuencias de manera más efectiva. Es perfectamente normal tener una reacción tardía: acabas de experimentar algo traumático y puede llevar tiempo entenderlo. Si necesitas ayuda para determinar si lo que te sucedió es violencia sexual, llama a la línea directa de RAINN al 800.656.HOPE.