#543

Debí saber qué le interesaba cuando no dejaba de preguntarme si de verdad tenía 18 años. Fue en una época en la que había perdido a muchos amigos y me sentía sola. Me invitó a una cita que terminó en un parque. Le dije que no muchas veces. Nos besamos, pero eso era todo lo que quería. Procedió a violarme y se rió de mí cuando entré en pánico. Terminé paralizada, y después de que llegara un policía porque era de noche y el parque estaba cerrado, se rió y me preguntó si le diría a todo el mundo que me había violado. No se lo conté a nadie durante mucho tiempo por vergüenza. Me paralicé en lugar de pelear y volví a verlo después de esa noche. Más tarde supe que solo intentaba controlarme; pensé que debí haberme equivocado sobre lo que pasó. Después de la segunda vez que lo vi, descubrí que había apostado con un compañero de trabajo sobre quién se acostaría primero conmigo o con una de mis compañeras. Supongo que ganó. Me costó mucho aceptar que lo que pasó no fue mi culpa y que volver a verlo era una forma de sobrellevarlo o de intentar comprender el trauma. Ojalá hubiera buscado ayuda. Han pasado 12 años y siento que me he distanciado de la experiencia, pero a veces vuelve a mí. Deseo que cada superviviente sepa que no es su culpa, sin importar su reacción. Eres digno, eres valioso e importas. No dejes que nadie te quite la voz.