Ese viaje al extranjero donde todo cambió

Fue hace mucho tiempo, más de 20 años. Este es mi primer paso hacia la sanación. Con los años les conté a mi madre y a mi marido lo que pasó, pero como yo era la "divertida" en aquel entonces, algunos dirán que me lo busqué. ¿Lo hice? Recuerdo el viaje escolar al extranjero. Me miró con un brillo en los ojos en el vuelo de ida; se me encogió el corazón. Pasábamos tiempo juntos, mucho tiempo, ya que acababa de romper con su novia. Recuerdo esa noche con tanta claridad; estábamos en el extranjero bailando toda la noche en una discoteca y de repente la energía cambió, era eléctrica. Corríamos de la mano por las plazas de la ciudad hacia su habitación. Nunca me había sentido tan feliz. Estábamos solos, besándonos. Recuerdo que la luz del baño era de un extraño color verde y entonces él estaba dentro de mí. ¡NO! Nunca dije que sí. Nunca dije que sí. Nunca, jamás, dije que sí. Al día siguiente, los compañeros de clase supieron lo que hizo. Hubo gestos de desaprobación. A pesar de mi curiosidad extrema y vocal, nunca dije que sí ni pude decir que no. Me lo arrebató. Al día siguiente, aparecieron síntomas y, más tarde, una infección. ¡Qué asco! Mi madre me dijo que moriría de sida y esto afectó mi salud mental durante meses. Ahora es abogado, está casado y tiene hijos. Hace poco revisé una caja de recuerdos y, en un intercambio de notas, dijo que "no era 'ese' tipo", pero que era peor. Me despojó del corazón, del alma y de mi salud mental. Estaba TAN sola. Nunca lo olvidaré y me aseguraré de que mis hijas sean conscientes de su valor y del derecho a su cuerpo. Estaré ahí para ellas y no lo ignoraré.