Nombre … El vendedor de aire acondicionado se aprovechó

Soy mujer, tengo 28 años y estoy muy felizmente casada. Mi esposo estuvo fuera de la ciudad tres semanas para un programa en Harvard durante el verano. Nos dijeron que teníamos que reemplazar nuestros aires acondicionados, así que le pedí a un vendedor que viniera a cotizarnos dos unidades nuevas. Tuvo que venir a mi casa para ver los conductos y los termostatos. Estuvo aquí de 1:45 p. m. a 4:22 p. m. A medida que avanzaba la cita, me preguntaba sobre los precios. Le comentaba que había vuelto a la universidad, así que teníamos un presupuesto ajustado. Luego me preguntaba para qué estudiaba. Dejé mi cámara en una mesa cercana en otra habitación que, al parecer, podía ver fácilmente, y le pregunté por ella. Soy fotógrafa y me preguntó si podía ver lo que había fotografiado, porque él solía ser vendedor de equipos de fotografía. Fotografío vida silvestre y paisajes. Así que, aunque la conversación se mantuvo principalmente en el terreno profesional, surgieron temas personales mientras escribía cosas en la computadora para nuestro presupuesto. Después de preguntarle si no deberíamos reemplazar la unidad y si, al vender la casa, simplemente aceptaríamos menos dinero para que la siguiente persona pudiera reemplazarla (nos mudamos en dos años), mencionó que tiene cinco propiedades que alquila, así que le encantan las casas peculiares, y la nuestra lo es. Al final, me preguntó si podía echar un vistazo. De todas formas, habría tenido que subir para ver el termostato, así que subimos. Después de ver la oficina de mi esposo, dimos la vuelta para bajar. Hay un pequeño rellano al final de la escalera con tres puertas. La primera a la izquierda es el dormitorio. La puerta estaba abierta; no pensé que subiríamos allí. Al darnos la vuelta para bajar, me detuvo, desde donde podía ver bien el dormitorio; yo estaba justo arriba de la escalera, pero contra la pared. Empezó a decir algo sobre la casa, pero se interrumpió: "Te encuentro muy atractiva, ¿puedo tocarte?". Sus ojos se abrieron de par en par, me tocaba los pechos con los brazos extendidos y movía los dedos. Di un par de pasos hacia las escaleras y él me indicó la cama. Dije "vale, vamos por aquí" mientras bajaba las escaleras. "Necesito sacar al perro pronto" (que en ese momento estaba gimiendo y casi ladrando, creo que podía sentir cómo me sentía). Al final de las escaleras, él estaba allí parado, pero no se iba. Dije "gracias por el presupuesto, llamaré a mi esposo para decirle los precios" y al oír "mi esposo", respondió "¡ah, sí!", como si olvidara que estaba casada. "Bueno, bueno, deja que coja mi bolso y me voy. Es tan agradable conocer gente a la que le gustan las mismas cosas y son personas de buena calidad". No pude sacarlo de casa lo suficientemente rápido. Cuando se iba, vio que tenía un paquete en el porche, lo cogió y me lo dio. Aun así, tenía que ser amable porque no quería que reaccionara de ninguna manera conmigo por haberlo rechazado sexualmente. Finalmente se fue, llamé a mi esposo, quien me dijo que llamara a la policía. La policía vino, estaba en shock y dijo que lo rastrearían. Por suerte, tengo un timbre con cámara y tienen la descripción de su auto, su rostro, su número de teléfono personal y su nombre. Tiene 58 años, es corpulento, unos centímetros más bajo que yo y era un pervertido. Odio admitirlo, pero si fuera más cercano a mi edad, me gusta pensar que sería menos repugnante. Tengo memoria fotográfica, así que mis flashbacks son muy detallados. Escribí un diario, pero solo ayudó un poco. Mañana tengo terapia y mi terapeuta está al tanto de lo que pasó. Mi esposo se está portando de maravilla, pidiéndome que le diga mis detonantes y que, si necesitamos cambiar el dormitorio o algo, se lo haga saber. Me costó mucho no abofetear ni golpear al hombre mientras me decía lo que me hizo, pero si tuvo el descaro de decir eso y hacerlo en mi casa sin apenas conocerme, no sé qué más habría hecho. Tuve mucha suerte.