M “No”

Esto es algo que escribí a los 16 años sobre el mejor amigo de mi hermano, 22 años mayor que yo, que me agredió sexualmente durante cinco años. Me siento tan sucia que no puedo lavarme. Me siento sucia incluso después de casi tres años. Y todavía me siento sucia después de casi cinco. Ni jabón en la boca ni rascarme el cuerpo con las uñas, cepillos ni nada a mano me hace sentir limpia. Quiero estar limpia. Recuerdo ser ingenua, pensar que tenía suerte, pensar: «Vaya, a tanta gente le encantaría estar en mi situación». «Vaya, ¿qué tan desagradecida puedo ser? Así es la vida, ¿no?». Al fin y al cabo, a nadie parecía importarle, ¿verdad? No es que mis amigos no me tocaran la cintura y el trasero en las fiestas, ¿por qué él no? Debería estar agradecida, ¿verdad? Es guapo, tiene tatuajes, un cuerpo fuerte y es mucho mayor, ¿por qué todo aquello me parecía mal? No es que nadie reaccionara cuando me tocó, ni que su maldito prometido no lo viera, así que está bien, ¿no? Supongo que sí. Entonces, ¿por qué me siento tan sucia? ¿Por qué me hizo eso? ¿Por qué arruinó mi cuerpo? Recuerdo ser tan amable y buena, recuerdo ser tímida e inocente de una manera que hoy me resulta tan extraña. Ahora estoy sobre todo enfadada. Estoy enfadada conmigo misma, enfadada con él, enfadada con el mundo y con cada persona a mi alrededor que no parecía darse cuenta de lo que me hacía. ¿Por qué? El mundo parece un lugar tan roto ahora. Parece un lugar del que no quiero formar parte. ¿Por qué mi único protector dejó entrar a ese hombre horrible en mi vida? ¿Acaso no sabía cómo era? ¿Acaso no conocía a su propio mejor amigo?