Yo tenía 17 años. Él acababa de salir de la cárcel...

Tenía 17 años. En aquel entonces, este chico acababa de salir de la cárcel, casi la segunda vez desde que lo conocí en la clase de arte del instituto. Todos le tenían miedo, pero de alguna manera nos llevamos bien. Quedé con él, su hermano pequeño y sus dos amigos para pasar una noche de copas. Mi amiga debía venir, pero nunca apareció, así que solo quedamos los tres chicos y yo. Empezamos a beber y los chicos también fumaban. Lo pasábamos bien. Todo iba bien. Se hizo tarde y bajamos las escaleras. De repente, solo estábamos él y yo en su habitación mientras los demás veían la tele. Entonces pasó. No sé exactamente cómo, pero lo primero que recuerdo es que me empujó la cabeza hacia su entrepierna. Él no llevaba ropa, pero yo sí. Me agarró por la nuca, me obligó a agacharme y me dijo que se la chupara. Le dije repetidamente: «Por favor, no. Nunca he hecho esto. No quiero». Pero no importaba. Tenía la mano alrededor de mi cuello. Lo siguiente que recuerdo es que me arrancó los pantalones y me puso encima de él. Empecé a llorar desconsoladamente. Le rogué que parara... pero no importó. El dolor era insoportable. Era virgen. Y era mi primera vez. Quería defenderme, pero sabía que tenía antecedentes de golpear a su exnovia, que iba al colegio con nosotros y acababa de salir de la cárcel. Para bien o para mal, no quería que me golpeara. Los chicos de fuera me oían llorar y rogar que parara. Su hermano pequeño entró en la habitación, gritándole que parara. El chico dijo: «Sal de mi habitación o te mato». Y eso fue todo. Yo estaba allí, llorando. Rezando para que terminara. Esperando a que alguien me salvara. Pero nunca llegó. Mi mente estaba en blanco y asustada. No sabía qué hacer y mi cuerpo simplemente aguantaba el dolor. Al final, estaba sollozando aún más incontrolablemente, agarrándome entre las piernas, pensando que estaba sangrando. Me vestí y corrí hacia los otros chicos. Todos se incorporaron y me miraron fijamente. Cada uno pidiendo disculpas. Le pregunté a mi amigo si dormiría en el sofá conmigo para mantenerme a salvo el resto de la noche hasta que pudiera conducir a casa y lo hizo. No podía asimilarlo. ¿Por qué no me ayudaron? ¿Por qué pasó? ¿Qué debería haber hecho? ¿Qué pasará cuando lo vea en la escuela y me siente a su lado en clase? Llegó la mañana y conduje durante horas. Solo llorando. Pensando que había alguna forma de que me embarazara porque él no usó condón. Llorando porque de alguna manera estaba avergonzada de que hubiera sucedido. Se lo conté a tres de mis amigos el lunes siguiente, pero no teníamos ni idea de qué hacer, y más que nada, estaba avergonzada y avergonzada de lo que pasó, especialmente con este chico que todos odiaban y del que estaban aterrorizados. No fue hasta agosto de 2022 (10 años después) que finalmente busqué ayuda con un terapeuta. Ahora estoy superando mi trauma y espero conectar con otras personas que sepan por lo que he pasado y puedan entender lo que sentí durante todo este tiempo sola. En mi caso, mi historia aún no ha terminado, pero intento que sea conmovedora. Gracias por escucharme.