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Respuesta por Dr. Laura
Enfermera de Salud Mental con Doctorado y Examinadora de Enfermera de Agresión Sexual
Muchas gracias por hacer esta pregunta. El desarrollo del trastorno de estrés postraumático después de un trauma depende de una compleja interacción de factores propios de cada adolescente. Durante la adolescencia, nuestro cerebro todavía está en desarrollo, en particular en las áreas que se encargan de la regulación de las emociones y la respuesta al estrés. Algunos adolescentes tienen naturalmente un sistema de respuesta al estrés más sensible debido a su composición genética y a sus antecedentes familiares de problemas de salud mental. Esta base biológica actúa como un punto de partida que influye en la forma en que el cerebro procesa y responde a las experiencias traumáticas.
La naturaleza y el momento en que se produce el acontecimiento traumático también desempeñan un papel crucial. Las investigaciones demuestran que el trauma interpersonal (causado por otras personas) suele tener un impacto más fuerte que el trauma impersonal (como los desastres naturales). Además, el trauma durante la adolescencia puede ser especialmente impactante porque se produce durante un período crítico del desarrollo cerebral y la formación de la identidad. Cuando el trauma se prolonga o se repite, puede generar cambios más significativos en el sistema de respuesta al estrés del cerebro.
El sistema de apoyo de un adolescente antes, durante y después del trauma influye en gran medida en la aparición del trastorno de estrés postraumático. Tener familiares y amigos que brinden apoyo y acceso a recursos de salud mental puede actuar como amortiguadores protectores contra el desarrollo del trastorno de estrés postraumático. La respuesta inmediata después del trauma es particularmente importante: recibir apoyo compasivo, que se validen los sentimientos y obtener ayuda profesional cuando sea necesario puede tener un impacto significativo en la recuperación. Por el contrario, los adolescentes que viven en entornos estresantes con un apoyo limitado pueden ser más vulnerables a desarrollar trastorno de estrés postraumático.
La exposición previa a un trauma también afecta significativamente el desarrollo del trastorno de estrés postraumático. Si un adolescente ha experimentado un trauma en el pasado, especialmente durante la infancia, su sistema de respuesta al estrés podría ser más reactivo. Esto no significa que desarrollará definitivamente trastorno de estrés postraumático, pero puede hacerlo más susceptible a su desarrollo después de experiencias traumáticas posteriores.
Las estrategias de afrontamiento individuales y los factores de resiliencia también desempeñan un papel fundamental. Algunos adolescentes desarrollan de forma natural formas más eficaces de procesar experiencias difíciles, tal vez debido a una combinación de rasgos de personalidad innatos y habilidades aprendidas, como la capacidad de resolver problemas, la capacidad de regulación emocional y la capacidad de buscar ayuda cuando es necesario. Otros pueden utilizar mecanismos de afrontamiento que, si bien proporcionan un alivio temporal, en realidad podrían aumentar el riesgo de desarrollar TEPT.
Los factores culturales y sociales también influyen en la respuesta al trauma. Las distintas culturas tienen distintas formas de entender y responder al trauma, lo que puede afectar la forma en que los adolescentes procesan sus experiencias. El acceso a la atención de salud mental, el apoyo de la comunidad y las actitudes sociales hacia la salud mental influyen en la aparición del TEPT. Además, la forma en que un adolescente entiende e interpreta el evento traumático (en particular, si internaliza sentimientos de culpa o vergüenza) puede influir significativamente en su respuesta.
Comprender estas variaciones en el desarrollo del TEPT nos ayuda a reconocer que no existe una forma "correcta" o "incorrecta" de responder al trauma. La reacción de cada adolescente está determinada por su combinación única de factores biológicos, psicológicos y sociales. Desarrollar TEPT no es un signo de debilidad, así como no desarrollarlo no minimiza la importancia de la experiencia traumática. Lo más importante es garantizar que los adolescentes tengan acceso a apoyo y comprensión a medida que procesan sus experiencias, independientemente de si desarrollan TEPT. Gracias por preguntar esto. Apreciamos que busque más comprensión en esta área.
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Actividad de puesta a tierra
Encuentra un lugar cómodo para sentarte. Cierra los ojos suavemente y respira profundamente un par de veces: inhala por la nariz (cuenta hasta 3), exhala por la boca (cuenta hasta 3). Ahora abre los ojos y mira a tu alrededor. Nombra lo siguiente en voz alta:
5 – cosas que puedes ver (puedes mirar dentro de la habitación y por la ventana)
4 – cosas que puedes sentir (¿qué hay frente a ti que puedas tocar?)
3 – cosas que puedes oír
2 – cosas que puedes oler
1 – cosa que te gusta de ti mismo.
Respira hondo para terminar.
Desde donde estás sentado, busca objetos con textura o que sean bonitos o interesantes.
Sostén un objeto en la mano y concéntrate completamente en él. Observa dónde caen las sombras en algunas partes o quizás dónde se forman formas dentro del objeto. Siente lo pesado o ligero que es en la mano y cómo se siente la textura de la superficie bajo los dedos (esto también se puede hacer con una mascota, si tienes una).
Respira hondo para terminar.
Hazte las siguientes preguntas y respóndelas en voz alta:
1. ¿Dónde estoy?
2. ¿Qué día de la semana es hoy?
3. ¿Qué fecha es hoy?
4. ¿En qué mes estamos?
5. ¿En qué año estamos?
6. ¿Cuántos años tengo?
7. ¿En qué estación estamos?
Respira hondo para terminar.
Coloca la palma de la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Coloca la palma de la mano izquierda sobre el hombro derecho. Elige una frase que te fortalezca. Por ejemplo: "Soy poderoso". Di la oración en voz alta primero y da una palmadita con la mano derecha en el hombro izquierdo, luego con la mano izquierda en el hombro derecho.
Alterna las palmaditas. Da diez palmaditas en total, cinco de cada lado, repitiendo cada vez las oraciones en voz alta.
Respira hondo para terminar.
Cruza los brazos frente a ti y llévalos hacia el pecho. Con la mano derecha, sujeta el brazo izquierdo. Con la mano izquierda, sujeta el brazo derecho. Aprieta suavemente y lleva los brazos hacia adentro. Mantén la presión un rato, buscando la intensidad adecuada para ti en ese momento. Mantén la tensión y suelta. Luego, vuelve a apretar un rato y suelta. Mantén la presión un momento.
Respira hondo para terminar.