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Respuesta por Dr. Laura
Enfermera de Salud Mental con Doctorado y Examinadora de Enfermera de Agresión Sexual
Gracias por compartir esta experiencia con nosotros. Se necesita valor para hablar de pensamientos tan difíciles y confusos. Tus sentimientos son válidos y es comprensible que te sientas angustiado por estas imágenes mentales tan vívidas. Lo que estás describiendo suena como pensamientos o imágenes intrusivas , que son experiencias comunes para muchas personas, especialmente aquellas que han experimentado traumas o ansiedad. Se trata de pensamientos o imágenes mentales involuntarios que pueden parecer extremadamente reales y perturbadores, incluso cuando sabemos que no se basan en hechos reales.
Es importante recordar que tener estos pensamientos no te afecta negativamente como persona. A veces, nuestra mente crea estos escenarios como una forma de procesar emociones o de intentar darle sentido a los miedos, incluso si esos escenarios específicos nunca ocurrieron. Existen varias estrategias que pueden ayudarte a manejar estas experiencias. Practicar la autocompasión es fundamental: recuerda que estos pensamientos no son tu culpa y no te definen. Cuando surjan, intenta utilizar técnicas de conexión a tierra para ayudarte a reconectarte con el momento presente. Esto podría incluir concentrarte en tu respiración, nombrar objetos que puedas ver o sostener algo con una textura particular. También puede ser útil reconocer los pensamientos sin juzgarlos, recordándote suavemente que son solo pensamientos, no la realidad.
Participar en actividades de autocuidado que le ayuden a sentirse seguro y tranquilo también puede ser beneficioso. Además, considere hablar con un terapeuta especializado en traumas que pueda ofrecerle estrategias y apoyo personalizados. Puede ayudarle a procesar estas experiencias y desarrollar mecanismos de afrontamiento adaptados a sus necesidades.
Recuerda que no estás solo en esta situación. Muchas personas tienen problemas similares. Si estos pensamientos están afectando significativamente tu vida diaria, buscar apoyo profesional podría ser muy beneficioso. Un profesional de la salud mental con experiencia en traumas puede ofrecerte orientación y ayudarte a superar estas experiencias desafiantes a tu propio ritmo. Cuídate y recuerda que la curación es un viaje. Está bien dar un paso a la vez. Gracias por comunicarte con nosotros. No estás solo.
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Actividad de puesta a tierra
Encuentra un lugar cómodo para sentarte. Cierra los ojos suavemente y respira profundamente un par de veces: inhala por la nariz (cuenta hasta 3), exhala por la boca (cuenta hasta 3). Ahora abre los ojos y mira a tu alrededor. Nombra lo siguiente en voz alta:
5 – cosas que puedes ver (puedes mirar dentro de la habitación y por la ventana)
4 – cosas que puedes sentir (¿qué hay frente a ti que puedas tocar?)
3 – cosas que puedes oír
2 – cosas que puedes oler
1 – cosa que te gusta de ti mismo.
Respira hondo para terminar.
Desde donde estás sentado, busca objetos con textura o que sean bonitos o interesantes.
Sostén un objeto en la mano y concéntrate completamente en él. Observa dónde caen las sombras en algunas partes o quizás dónde se forman formas dentro del objeto. Siente lo pesado o ligero que es en la mano y cómo se siente la textura de la superficie bajo los dedos (esto también se puede hacer con una mascota, si tienes una).
Respira hondo para terminar.
Hazte las siguientes preguntas y respóndelas en voz alta:
1. ¿Dónde estoy?
2. ¿Qué día de la semana es hoy?
3. ¿Qué fecha es hoy?
4. ¿En qué mes estamos?
5. ¿En qué año estamos?
6. ¿Cuántos años tengo?
7. ¿En qué estación estamos?
Respira hondo para terminar.
Coloca la palma de la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Coloca la palma de la mano izquierda sobre el hombro derecho. Elige una frase que te fortalezca. Por ejemplo: "Soy poderoso". Di la oración en voz alta primero y da una palmadita con la mano derecha en el hombro izquierdo, luego con la mano izquierda en el hombro derecho.
Alterna las palmaditas. Da diez palmaditas en total, cinco de cada lado, repitiendo cada vez las oraciones en voz alta.
Respira hondo para terminar.
Cruza los brazos frente a ti y llévalos hacia el pecho. Con la mano derecha, sujeta el brazo izquierdo. Con la mano izquierda, sujeta el brazo derecho. Aprieta suavemente y lleva los brazos hacia adentro. Mantén la presión un rato, buscando la intensidad adecuada para ti en ese momento. Mantén la tensión y suelta. Luego, vuelve a apretar un rato y suelta. Mantén la presión un momento.
Respira hondo para terminar.