Me cuesta mucho soportar que me toquen debido a un trauma sexual que sufrí en la infancia, pero tengo dos hijos que siempre me tocan. ¿Hay alguna manera de lidiar con todo ese contacto?

Es normal que tenga dificultades para aceptar el contacto físico después de un trauma sexual. Incluso si el contacto actual no es de naturaleza sexual, puede desencadenar traumas pasados cuando alguien lo tocó sin su permiso.

Para manejar esto, trate de notar lo que le sucede físicamente a su cuerpo cuando alguien lo toca. Las sensaciones pueden incluir falta de aire, tensión, taquicardia, mareos o visión borrosa. Una vez que note cómo reacciona su cuerpo al contacto físico, podrá determinar mejor cómo calmarse y manejar estas reacciones.

A continuación, trate de establecer límites claros sobre lo que le resulta cómodo y lo que no. Establecer límites es una forma saludable de respetarse a sí mismo y a su espacio. Según la edad, establecer límites puede ser diferente. En este escenario en particular, este es un buen momento para enseñarles a sus hijos sobre el consentimiento y cómo establecer sus propios límites.

Una cosa simple y apropiada para la edad que puede enseñarles a sus hijos es pedir permiso antes de tocar o abrazar a alguien, ya sea a usted mismo, a otro miembro de la familia o a un compañero de juegos. También puede modelar el mismo comportamiento preguntándole a sus hijos si está bien que los toque, no obligándolos a abrazar o besar a amigos o familiares y respetando su decisión si no quieren que les hagan cosquillas o los sostengan en brazos.

También puede ayudar a crear empatía en su hijo diciéndole cosas como “Sé que estabas haciendo una tontería, pero cuando te acercas sigilosamente y me tocas cuando no estoy listo, me da miedo”. Esto puede darle a su hijo una idea de por qué está estableciendo los límites que está estableciendo, sin revelar demasiado de su historia traumática si aún no está listo para revelarla.

Una vez que se hayan establecido los límites, anímese a explorar las diferencias entre los sentimientos de incomodidad y los sentimientos de peligro con alguien en quien confíe. Probar lentamente sus límites puede permitirle crear nuevos límites que puedan satisfacer la necesidad de contacto físico de su hijo, al mismo tiempo que respeta sus sentimientos y límites.

Ser padre es un trabajo duro. Resista la sensación de culpa y de compararse con los demás. Hágalo paso a paso y recuerde que está haciendo lo mejor que puede.