Me agredieron, pero no siento nada... ¿me pasa algo?

La respuesta corta es... no, en absoluto. Es bastante común que los sobrevivientes se sientan emocionalmente desconectados o agotados después de sufrir una agresión, tal vez incluso a veces sintiéndose inconscientes de lo que está sucediendo a su alrededor. Los sobrevivientes también pueden experimentar sentimientos de negación, incredulidad o entumecimiento como reacción a su experiencia de agresión. Estas reacciones nunca deben confundirse con "no importar" o con que la agresión "no sea grave". Estos sentimientos son la forma en que nuestro cuerpo enfrenta nuestra experiencia, protegiéndonos de su intensidad. La reacción del cuerpo al estrés de esta manera a menudo se considera una estrategia de supervivencia y puede ser útil cuando tenemos que tomar alguna acción, como salir de una situación violenta, sopesar nuestras opciones o pedir una cita con un profesional.

Es importante tener en cuenta que el entumecimiento no es la única reacción de choque emocional que puede presentar. Otras reacciones normales incluyen: llorar incontrolablemente, reír nerviosamente, fatiga extrema o retraerse. Sin embargo, es importante estar preparado para que, a medida que procese su experiencia, el entumecimiento inicial pueda desaparecer. Si desea compañía, rodéese de personas de confianza o piense en otras estrategias que pueda utilizar y que le hayan resultado útiles en momentos de crisis en el pasado. Sin importar lo que esté sintiendo, reconozca que estas son reacciones normales al trauma y que no necesita enfrentarlas todas por su cuenta.