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Lamentablemente, esta no fue la última vez que algo así ocurrió. Cuatro años después, estaba de fiesta con un conocido del club donde trabajaba. Confié demasiado fácilmente. Un par de chicas más se unieron. Me emborraché cada vez más con coca y cerveza, pero era lo suficientemente consciente como para darme cuenta de que intentaba deshacerse de las otras dos chicas. Les rogué sutilmente que no me dejaran sola con él, pero se fueron. Poco después, desperté en el suelo y sí, otra vez, un hombre me estaba violando. Acabé durmiendo en la misma cama con él y me desperté aterrorizada al darme cuenta de lo que había pasado (¡otra vez!). Salí de allí en cuanto pude, pero no sin antes ser violada una vez más. Con resaca y confusión, ¿y este hombre me decía que quería una relación conmigo? Tenía miedo de que no me dejara ir a menos que yo lo dejara hacer lo que quisiera. Añado esto a mi historia original porque creo que no soy la única que ha tenido múltiples experiencias de violación. La primera vez ya es bastante malo, pero si vuelve a pasar, la vergüenza es aún mayor, porque piensas: "¿Qué me pasa para que esto siga pasando?". Quiero decirte que no es cosa tuya ni mía. Hay verdaderos depredadores que eligen a sus víctimas según sus propios criterios perversos. Amigos: No dejen a sus amigos en una situación cuestionable. Si se siente mal, probablemente lo sea.