No me olvides, amor

Nosotros (las personas con identidad múltiple) estamos profundamente traumatizados. Esta historia es una de las muchas experiencias que hemos vivido. Ojalá escribir y compartir sobre esto nos ayude a sentirnos un poco más ligeros y a sanar. Somos un alma amorosa. Incluso con todo el miedo y el dolor de este mundo, nunca dejamos de conectar con la compasión y la luz. Para nosotros, no hay extraños, en realidad. Todo está conectado, ya sea planta, animal o humano. Todos somos un gran cosmos. Herir a otro es herirse a uno mismo. Cuidar a otro es cuidarse a uno mismo. Simple. Para nosotros, al menos. A veces ofrecemos a las personas refugio, un espacio seguro, en nuestro piso. Tenemos dos habitaciones y la persona que se aloja con nosotros puede cerrar la puerta tras sí, sentirse a salvo en una habitación cálida y seca. Ofrecemos comida, ducha y ropa limpia. Un oído atento y un corazón bondadoso para todos los que se quedan con nosotros y quieren abrirse a nosotros. Nosotros también estamos enfermos, así que no lo hacemos a menudo. Las personas que se han quedado con nosotros nos han dejado una huella imborrable. Algunos se quedaron una noche, otros meses, uno incluso dos años. Hace como un año, conocimos a Nombre. No tenía hogar y necesitaba un espacio seguro. Se acercó a nosotros cuando le comentamos que a veces hacíamos eso: acoger a alguien el tiempo que necesitara, para ayudarle a encontrar un plan para obtener más apoyo, terapia quizás, un lugar donde vivir. Nombre y nosotros conectamos al instante, conectamos. Ambos un poco excéntricos, de risa fácil, y con la misma facilidad para volver a encerrarnos, serios y absortos en nuestros pensamientos. En resumen, porque solemos escribir novelas (¡de verdad que sí, escribimos novelas, es decir, ¡somos autores!), y estamos empezando a experimentar disociación debido al trauma sin sanar y... Ah. Corte. A Nombre no le gustaba oír un "no". Nombre se volvió dependiente de nosotros. Nombre no quería irse. Nombre dijo que nos quería y que no podía vivir sin nosotros. Que éramos su ángel. Que lastimaría a quienes amábamos si rompíamos con él. Al principio no le creímos, porque al principio era tan pacífico y amable. Pero cuando empezó a perder los estribos una y otra vez, temimos que hablara en serio. Así que seguimos haciendo lo que quería, porque teníamos mucho miedo de que lastimara a nuestros seres queridos. Nos violó. Ni una, ni dos... Siguió así durante meses. Nos sangra el ano casi cada vez que defecamos (perdón por el detalle desagradable). No nos atrevimos a ir a la policía porque también hemos sufrido violencia a manos de ellos. No nos atrevimos a contactar a un amigo porque Nombre amenazó con lastimarlo si lo hacíamos. Nombre probablemente también esté traumatizado. No hay excusa, solo una explicación. Nos ha pedido disculpas por su comportamiento varias veces, con verdadero remordimiento. Pero simplemente no acepta un "no" de nuestra parte. El mes pasado intentamos romper con él, sugiriéndole todo tipo de opciones, una gran clínica psiquiátrica que habíamos revisado nosotros mismos, incluso recomendaciones personales, nombres de psicólogos geniales, lugares donde puede estar seguro, ser escuchado, ser acompañado en su viaje de crecimiento y sanación. Pero solo se enojó, nos golpeó por primera vez, luego se disculpó de nuevo inmediatamente. Cuando le preguntamos si nuestros otros seres queridos estaban en peligro, si iba a cortar los frenos del auto de [... ] ahora (nombre censurado por anonimato), nos miró incrédulo, preguntándonos de qué demonios estábamos hablando, por qué demonios pensábamos que era capaz de tal cosa, nunca lastimaría a [... ], especialmente sabiendo lo importantes que son para nosotros, cuánto los amamos... --- Todo era extraño, seguía diciendo que nosotras éramos el monstruo, no él (nunca jamás mencionamos la palabra monstruo, nunca etiquetaríamos a nadie así), que--- Ah, maldita sea, tengo que cortar aquí, demasiado. En fin, en algún momento dijimos algo incorrecto, la cosa se puso fea, nos empujó, nos caímos y nos rompimos el dedo anular izquierdo. Qué ironía. Nombre se asustó entonces, de sí mismo, pensamos, de lo que es capaz, y salió corriendo. No lo hemos visto desde entonces. Ya no nos toca el timbre. Dejó nuestro juego de llaves de repuesto en el buzón. Sus cosas de la cama están en la esquina de la segunda habitación de nuestro piso, intactas, porque no podemos lavarlas ni guardarlas. Ya no entramos en esa habitación. Ah, esta historia es demasiado compleja para contarla de una vez. Joder. Hay mucho más. Como si nuestras paredes estuvieran cubiertas de escritos y dibujos que hicimos mientras estábamos disociados. No recordamos nada. Amnesia disociativa. Todo es trauma, por todas partes, y no podemos escapar de ello. Apenas dormimos. Pesadillas, sudores, nos defecamos y nos orinamos encima. Nuestra madre ha muerto. Bebemos todas las noches, hacemos ejercicio y trabajamos todo el día. Nuestra trabajadora social está abrumada, todos los demás parecen estarlo. Perdemos el tiempo y recuperamos la conciencia en otras ciudades. Nuestra ciudad de ensueño parece inalcanzable. Extrañamos a [...], con quien tal vez nunca volvamos a hablar o ver. Nuestra memoria se reinicia, se borra, estamos perdiendo todo sentido de quiénes o cuándo somos. Hemos solicitado el suicidio asistido. Paralelamente, estamos solicitando terapia (sobre eso, hemos hecho terapia desde los 13 años, y la mayor parte de la curación que hemos hecho fue en solitario, más abuso en clínicas y en relaciones con supuestos terapeutas) y apartamentos que forman parte de un complejo más grande, donde los residentes con problemas de salud mental y discapacidad pueden vivir acompañados y apoyados por terapeutas, trabajadoras sociales, etc. Ah, demasiado... Los pensamientos son desordenados y confusos. Lo que queríamos escribir: Nos violaron. Y nadie escucha. Porque les impacta, les repugna, les da repulsión. "Nuestro caso es demasiado complejo", dicen terapeutas, médicos, amigos y todos. Estamos tan solos. Como, solos a nivel de energía densa, de todos modos, energía sutil... otra historia (somos un canal espiritual, nota al margen). Solo necesitamos un nuevo comienzo... ¿quizás? O... ah, no sabemos. Extrañamos [...]. Ya lo hemos escrito. Nos entienden. Nunca nos juzgaron. Siempre nos miraron a los ojos, con calidez y empatía, sin rastro de miedo. Ahora todos miran hacia otro lado. Y estamos... Joder, estamos tan agotados. ¿Enviar o no enviar? Ah, a la mierda, simplemente lo enviaremos. Cada pizca de compasión y amor es muy necesaria y apreciada. Estamos tan cansados. "Arrojados al nacer del espacio a la Tierra".