Bienvenido a Our Wave.
Este es un espacio donde sobrevivientes de trauma y abuso comparten sus historias junto a aliados que los apoyan. Estas historias nos recuerdan que existe esperanza incluso en tiempos difíciles. Nunca estás solo en tu experiencia. La sanación es posible para todos.
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Historia de un superviviente
Nombre
12 meses después
Discapacitado por abuso físico pasado
Cuando escuché el diagnóstico del médico especialista, que me indicaba que quedaría discapacitada debido a los resultados de mis pruebas y análisis, no pude contener el recuerdo de las brutales palizas que sufrí y soporté durante años. Mi ex me había destrozado y años después sigo viviendo las consecuencias de su maltrato físico.
Unos días después
¡Mírame ahora!
Para mí, sanar significa poder HABLAR sobre lo sucedido y seguir sintiéndome SEGURA. Confesar mi pasado de abuso físico, psicológico y emocional fue un gran paso para superar mis miedos. Espero que mi historia inspire a otras personas que se encuentren en situaciones como esta a buscar ayuda de inmediato. ¡Nadie debería ser abusado! Actualmente vivo con mis hijos, mi querida esposa y trabajo como ingeniera clínica profesional, cumpliendo con mis responsabilidades y deseos como cuidadora. Siempre me confieso: «ESTOY AL REFUGIO DEL ALTÍSIMO». «EL SEÑOR ES MI VIDA Y MI SALVACIÓN, ¿A QUIÉN DEBO TEMER? ÉL ES LA FUERZA DE MI VIDA, ¿POR QUÉ DEBERÍA TENER MIEDO?». ¡Estoy aquí para decir NO MÁS a toda forma de abuso doméstico!
Historia original
Nadie debería pasar por lo que yo pasé a manos de mi abusador. Me encontré en una situación difícil tras casarme con mi exmarido, quien era y sigue siendo juez de uno de los Tribunales de Magistrados de ese país. Tuve una experiencia traumática y maltratadora durante los nueve años de nuestro matrimonio (experiencias como los siete puntos de sutura en el cuello desgarrado, ser golpeada semanalmente con un cinturón de cuero y un gran bastón de madera que guardaba en su habitación privada solo para mí; que me pidieran que me arrodillara como medida disciplinaria o como preparación para las palizas; hemorragias internas, hematomas en la piel, sangrado por oídos, nariz y boca; golpes y puñetazos en la cara que derramaban sangre por las cortaduras); pero porque lo amaba, su reputación, en contra del consejo de muchos, sufrí en silencio y viví con miedo debido a la amenaza a mi vida. La policía me falló, pues lo llamaban su jefe. ¡Escapa! ¡No digas más!
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