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Respuesta por Dr. Laura
Enfermera de Salud Mental con Doctorado y Examinadora de Enfermera de Agresión Sexual
Gracias por comunicarse con nosotros y compartir su experiencia con nosotros. Lamento profundamente escuchar acerca de la agresión sexual que sufrió a manos de su padre. Es fundamental que comprenda que lo que le sucedió no fue su culpa y que merece apoyo y atención mientras atraviesa esta situación increíblemente compleja y difícil. Dadas las circunstancias, buscar apoyo profesional de un terapeuta o consejero que se especialice en trauma sexual podría ser de gran ayuda. Pueden brindarle herramientas para manejar los factores desencadenantes y el miedo, y guiarlo a través del procesamiento de sus experiencias. Además, comunicarse con una línea directa de apoyo en línea para víctimas de agresión sexual, como RAINN , puede ofrecerle apoyo gratuito y confidencial y, al mismo tiempo, conectarlo con recursos locales.
Es importante reconocer que la decisión de contárselo a tu madre es solo tuya, no de tu hermana. Si bien ella puede tener sus razones para desaconsejarlo, en última instancia, tú conoces mejor tu situación y tienes derecho a decidir lo que es apropiado para ti.
Si decides contárselo a tu madre, ten en cuenta estas estrategias: primero, elige un lugar privado y seguro y un momento en el que no te interrumpan. Planea de antemano lo que quieres decir, tal vez incluso escríbalo. Prepárate para diversas reacciones: puede que ella se sorprenda, se muestre incrédula o se sienta abrumada. Recuerda que su reacción inicial no invalida tu experiencia. Considera la posibilidad de tener a una persona que te apoye o que esté disponible para hablar después. Además, ten a mano recursos sobre la agresión sexual que puedas compartir con ella, ya que puede que ella también necesite apoyo.
Sea cual sea la decisión que tome, a medida que avance, es fundamental priorizar su propio bienestar. Recuerde que no tiene obligación de mantener una relación con su abusador, incluso si es un familiar. Su seguridad y su recuperación deben ser lo primero.
Si no decides contárselo a tu madre, puedes plantearte confesárselo a otros amigos o familiares de confianza que puedan ofrecerte apoyo emocional. También está bien establecer límites y limitar o evitar el contacto con tu padre, incluso si los demás no lo entienden. La presión familiar para mantenerlo oculto por el bien de la reputación es comprensible, pero no debería ir en detrimento de tu salud mental. Tú no causaste esta situación, sino la persona que te agredió.
Si estás considerando opciones legales, consultar con un abogado especializado en casos de agresión sexual puede ayudarte a entender tus opciones. Unirse a un grupo de apoyo para sobrevivientes también puede brindarte validación y estrategias de afrontamiento. Recuerda, la curación es un proceso y está bien tomarlo día a día. Tus sentimientos son válidos y tienes todo el derecho de priorizar tu propio bienestar y tu camino de curación. Gracias por confiar en nosotros. No estás solo.
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Actividad de puesta a tierra
Encuentra un lugar cómodo para sentarte. Cierra los ojos suavemente y respira profundamente un par de veces: inhala por la nariz (cuenta hasta 3), exhala por la boca (cuenta hasta 3). Ahora abre los ojos y mira a tu alrededor. Nombra lo siguiente en voz alta:
5 – cosas que puedes ver (puedes mirar dentro de la habitación y por la ventana)
4 – cosas que puedes sentir (¿qué hay frente a ti que puedas tocar?)
3 – cosas que puedes oír
2 – cosas que puedes oler
1 – cosa que te gusta de ti mismo.
Respira hondo para terminar.
Desde donde estás sentado, busca objetos con textura o que sean bonitos o interesantes.
Sostén un objeto en la mano y concéntrate completamente en él. Observa dónde caen las sombras en algunas partes o quizás dónde se forman formas dentro del objeto. Siente lo pesado o ligero que es en la mano y cómo se siente la textura de la superficie bajo los dedos (esto también se puede hacer con una mascota, si tienes una).
Respira hondo para terminar.
Hazte las siguientes preguntas y respóndelas en voz alta:
1. ¿Dónde estoy?
2. ¿Qué día de la semana es hoy?
3. ¿Qué fecha es hoy?
4. ¿En qué mes estamos?
5. ¿En qué año estamos?
6. ¿Cuántos años tengo?
7. ¿En qué estación estamos?
Respira hondo para terminar.
Coloca la palma de la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Coloca la palma de la mano izquierda sobre el hombro derecho. Elige una frase que te fortalezca. Por ejemplo: "Soy poderoso". Di la oración en voz alta primero y da una palmadita con la mano derecha en el hombro izquierdo, luego con la mano izquierda en el hombro derecho.
Alterna las palmaditas. Da diez palmaditas en total, cinco de cada lado, repitiendo cada vez las oraciones en voz alta.
Respira hondo para terminar.
Cruza los brazos frente a ti y llévalos hacia el pecho. Con la mano derecha, sujeta el brazo izquierdo. Con la mano izquierda, sujeta el brazo derecho. Aprieta suavemente y lleva los brazos hacia adentro. Mantén la presión un rato, buscando la intensidad adecuada para ti en ese momento. Mantén la tensión y suelta. Luego, vuelve a apretar un rato y suelta. Mantén la presión un momento.
Respira hondo para terminar.