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Respuesta por Dr. Laura
Enfermera de Salud Mental con Doctorado y Examinadora de Enfermera de Agresión Sexual
¡Gracias por contactarnos! Parece que tienes muchísimas experiencias y perspectivas para compartir, y el deseo de ayudar a otros al hablar de ellas. Muchas personas que se recuperan de un trauma encuentran empoderante y reconfortante escribir públicamente, y los lectores a menudo se sienten menos solos al ver sus propias experiencias reflejadas en las palabras de otra persona. Tu historia única y la resiliencia que has desarrollado pueden conmover a quienes buscan esperanza, comunidad y comprensión práctica.
En cuanto a consejos, he visto que a los sobrevivientes que deciden bloguear les resulta útil establecer, antes de escribir, límites personales sobre lo que les resulta cómodo compartir. Estos límites pueden brindar una sensación de control sobre el proceso, lo que puede hacerlo menos abrumador si los recuerdos del pasado despiertan emociones fuertes. Algunas personas empiezan escribiendo borradores exclusivamente para sí mismas, dándose tiempo para ver cómo se sienten antes de publicar. Otras optan por compartir primero en comunidades en línea más pequeñas. El ritmo que te resulte adecuado honrará tanto tu historia como tu bienestar, a la vez que te permitirá conectar con un público que te aprecia.
También vale la pena pensar en tu red de apoyo al emprender este camino. Escribir sobre el trauma puede despertar emociones y recuerdos difíciles, por lo que contar con personas de confianza con quienes hablar (ya sean amigos, familiares o un terapeuta) puede ser increíblemente valioso. Si actualmente no trabajas con un profesional de la salud mental, podrías considerar contactar con uno, especialmente al comenzar este proceso. Pueden brindarte apoyo mientras gestionas cualquier sentimiento que surja al escribir.
Cuando empieces a bloguear, recuerda que tienes el control de tu narrativa. No le debes a nadie cada detalle de tu historia, y siempre puedes ajustar lo que compartes sobre la marcha. Algunos blogueros optan por escribir de forma anónima o usar seudónimos para mantener la privacidad, mientras que otros usan sus nombres reales. Piensa en lo que se adapta mejor a tu situación, considerando tanto tu nivel de comodidad como cualquier preocupación por tu seguridad. Sé paciente y compasivo contigo mismo durante este proceso. Puede haber días en los que escribir te sientas mejor y días en los que te sientas pesado. Ambas reacciones son completamente normales.
En cuanto a la historia de Our Wave, surgió al reconocer que muchos sobrevivientes, como tú, tienen historias importantes que necesitan un espacio de apoyo. La idea de una comunidad digital donde los sobrevivientes puedan compartir experiencias y encontrar validación (y también ver que no están solos) surgió hace varios años entre personas que comprendieron de primera mano que nadie debería tener que sanar en aislamiento.
Lo que siguió fue la formación del equipo principal de Our Wave y años de conversación, escucha y aprendizaje. A través de estas conversaciones, nos dimos cuenta de que los recursos disponibles para los sobrevivientes son limitados y, a menudo, solo se puede acceder a ellos en persona. Gracias a nuestra experiencia en tecnología, marketing, investigación y ciencia de datos, vimos la oportunidad de crear un espacio en línea seguro que pudiera satisfacer las necesidades de todos los sobrevivientes: un espacio libre de culpa, reproches y juicios, que ofreciera herramientas basadas en la investigación y basadas en el usuario para ayudar a los sobrevivientes de todas las identidades a sanar. En 2019, Our Wave se registró oficialmente como una organización sin fines de lucro 501(c)(3) y lanzamos nuestra plataforma de sanación en línea. Este espíritu de compartir de forma segura coincide plenamente con lo que visualizas en tu blog.
Me alegra mucho que hayas decidido dar este paso y te deseo mucho ánimo mientras haces realidad tus ideas. Mereces ser escuchado, y otros se beneficiarán al leer no solo sobre el dolor que has soportado, sino también sobre la resiliencia que te ayudó a superarlo. Puede ser una fuente profunda de sanación reconocer tu propio camino de una manera que ayude a otros a reconocer que ellos también son más fuertes que los traumas que han enfrentado. Cuídate mucho mientras das estos pasos hacia adelante y recuerda que tu historia tiene un valor inmenso, tanto para ti como para quienes encuentran consuelo y validación en tus palabras.
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Actividad de puesta a tierra
Encuentra un lugar cómodo para sentarte. Cierra los ojos suavemente y respira profundamente un par de veces: inhala por la nariz (cuenta hasta 3), exhala por la boca (cuenta hasta 3). Ahora abre los ojos y mira a tu alrededor. Nombra lo siguiente en voz alta:
5 – cosas que puedes ver (puedes mirar dentro de la habitación y por la ventana)
4 – cosas que puedes sentir (¿qué hay frente a ti que puedas tocar?)
3 – cosas que puedes oír
2 – cosas que puedes oler
1 – cosa que te gusta de ti mismo.
Respira hondo para terminar.
Desde donde estás sentado, busca objetos con textura o que sean bonitos o interesantes.
Sostén un objeto en la mano y concéntrate completamente en él. Observa dónde caen las sombras en algunas partes o quizás dónde se forman formas dentro del objeto. Siente lo pesado o ligero que es en la mano y cómo se siente la textura de la superficie bajo los dedos (esto también se puede hacer con una mascota, si tienes una).
Respira hondo para terminar.
Hazte las siguientes preguntas y respóndelas en voz alta:
1. ¿Dónde estoy?
2. ¿Qué día de la semana es hoy?
3. ¿Qué fecha es hoy?
4. ¿En qué mes estamos?
5. ¿En qué año estamos?
6. ¿Cuántos años tengo?
7. ¿En qué estación estamos?
Respira hondo para terminar.
Coloca la palma de la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Coloca la palma de la mano izquierda sobre el hombro derecho. Elige una frase que te fortalezca. Por ejemplo: "Soy poderoso". Di la oración en voz alta primero y da una palmadita con la mano derecha en el hombro izquierdo, luego con la mano izquierda en el hombro derecho.
Alterna las palmaditas. Da diez palmaditas en total, cinco de cada lado, repitiendo cada vez las oraciones en voz alta.
Respira hondo para terminar.
Cruza los brazos frente a ti y llévalos hacia el pecho. Con la mano derecha, sujeta el brazo izquierdo. Con la mano izquierda, sujeta el brazo derecho. Aprieta suavemente y lleva los brazos hacia adentro. Mantén la presión un rato, buscando la intensidad adecuada para ti en ese momento. Mantén la tensión y suelta. Luego, vuelve a apretar un rato y suelta. Mantén la presión un momento.
Respira hondo para terminar.