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Respuesta por Dr. Laura
Enfermera de Salud Mental con Doctorado y Examinadora de Enfermera de Agresión Sexual
Gracias por tener el coraje de compartir algo tan profundamente personal con nosotros. En primer lugar, quiero asegurarte que la exploración infantil entre niños de edades similares es una parte común del desarrollo. Entre los 7 y los 11 años, los niños sienten una curiosidad natural por sus cuerpos y sus relaciones, aunque les falta la madurez para comprender plenamente estas interacciones. El hecho de que ahora estés reflexionando sobre esto a través de una perspectiva adulta demuestra madurez emocional, pero es fundamental que no juzgues a tu yo infantil con estándares de adultos.
Tus sentimientos de vergüenza, en particular en relación con los aspectos de la interacción entre personas del mismo sexo, reflejan mensajes sociales más amplios, más que una incorrección inherente. Nuestra cultura a menudo impone expectativas rígidas sobre el género y la sexualidad que pueden hacernos sentir vergüenza por experiencias infantiles perfectamente normales. Muchas personas han tenido experiencias infantiles similares de exploración con compañeros de distintos géneros, pero estas experiencias no definen su orientación sexual adulta ni su valía para las relaciones.
La presencia de otro hombre durante este incidente de la infancia no tiene ninguna influencia en tu valor como pareja en relaciones heterosexuales. La orientación sexual y la identidad de género son aspectos complejos del desarrollo humano que no pueden determinarse ni alterarse a partir de las experiencias de la infancia. Tu valor como pareja potencial no se ve disminuido por estas experiencias pasadas; de hecho, tu capacidad de autorreflexión y honestidad emocional podrían convertirte en una pareja más comprensiva y empática.
Cuando te encuentres juzgando con dureza a tu yo más joven, intenta recordar que la mente de los niños procesa las experiencias de manera muy diferente a la de los adultos. Tu yo de entre 7 y 11 años operaba con la comprensión, la curiosidad y la capacidad limitada de juicio de un niño, no con la perspectiva madura que tienes ahora. Esto no minimiza el impacto de estos recuerdos en tu estado emocional actual, pero ayuda a ubicarlos en su contexto de desarrollo adecuado.
Si estos recuerdos le están causando una angustia importante o afectando su capacidad para formar relaciones, hablar con un terapeuta especializado en traumas podría ser de gran ayuda. Puede brindarle apoyo especializado para procesar estos recuerdos y comprenderlos en el contexto del desarrollo infantil normal. También puede ayudarlo a superar la vergüenza internalizada y desarrollar estrategias para construir relaciones saludables en la edad adulta.
Recuerde mostrar compasión hacia su yo más joven: los niños exploran y aprenden sobre su mundo de maneras que no siempre tienen sentido para nosotros, los adultos. Esta experiencia no lo define ni limita sus relaciones futuras. Muchas gracias por confiar en nosotros.
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Actividad de puesta a tierra
Encuentra un lugar cómodo para sentarte. Cierra los ojos suavemente y respira profundamente un par de veces: inhala por la nariz (cuenta hasta 3), exhala por la boca (cuenta hasta 3). Ahora abre los ojos y mira a tu alrededor. Nombra lo siguiente en voz alta:
5 – cosas que puedes ver (puedes mirar dentro de la habitación y por la ventana)
4 – cosas que puedes sentir (¿qué hay frente a ti que puedas tocar?)
3 – cosas que puedes oír
2 – cosas que puedes oler
1 – cosa que te gusta de ti mismo.
Respira hondo para terminar.
Desde donde estás sentado, busca objetos con textura o que sean bonitos o interesantes.
Sostén un objeto en la mano y concéntrate completamente en él. Observa dónde caen las sombras en algunas partes o quizás dónde se forman formas dentro del objeto. Siente lo pesado o ligero que es en la mano y cómo se siente la textura de la superficie bajo los dedos (esto también se puede hacer con una mascota, si tienes una).
Respira hondo para terminar.
Hazte las siguientes preguntas y respóndelas en voz alta:
1. ¿Dónde estoy?
2. ¿Qué día de la semana es hoy?
3. ¿Qué fecha es hoy?
4. ¿En qué mes estamos?
5. ¿En qué año estamos?
6. ¿Cuántos años tengo?
7. ¿En qué estación estamos?
Respira hondo para terminar.
Coloca la palma de la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Coloca la palma de la mano izquierda sobre el hombro derecho. Elige una frase que te fortalezca. Por ejemplo: "Soy poderoso". Di la oración en voz alta primero y da una palmadita con la mano derecha en el hombro izquierdo, luego con la mano izquierda en el hombro derecho.
Alterna las palmaditas. Da diez palmaditas en total, cinco de cada lado, repitiendo cada vez las oraciones en voz alta.
Respira hondo para terminar.
Cruza los brazos frente a ti y llévalos hacia el pecho. Con la mano derecha, sujeta el brazo izquierdo. Con la mano izquierda, sujeta el brazo derecho. Aprieta suavemente y lleva los brazos hacia adentro. Mantén la presión un rato, buscando la intensidad adecuada para ti en ese momento. Mantén la tensión y suelta. Luego, vuelve a apretar un rato y suelta. Mantén la presión un momento.
Respira hondo para terminar.