De niña, sufrí abuso sexual y estuve expuesta repetidamente a contenido sexual desde muy temprana edad. Durante mi adolescencia, a veces usaba estos recuerdos como estímulo, y en una ocasión me excité con contenido de video explícito. Siento una tremenda culpa por estas reacciones y me pregunto si es posible perdonarme. También noto que ciertos sonidos me excitan y no sé si es normal. ¿Es posible sanar esta culpa y comprender estas reacciones?

Quiero empezar diciéndote que tu capacidad para reflexionar sobre estas experiencias con tanta honestidad requiere una valentía extraordinaria. Lo que describes son reacciones completamente comprensibles al trauma temprano y a la exposición sexual prematura.

Cuando los niños se exponen a contenido o experiencias sexuales antes de estar preparados para su desarrollo, el cerebro almacena estas experiencias de forma compleja, lo que puede influir en las respuestas físicas y emocionales años después. Tu cuerpo aprendió a responder a ciertos estímulos durante un período crítico del desarrollo, y estas respuestas neurológicas no reflejan una enfermedad en ti, sino cómo tu sistema nervioso se adaptó a experiencias que no deberías haber tenido que procesar siendo tan pequeño.

Sin la orientación ni la educación sexual adecuadas, es natural que intentaras comprender estas experiencias de la única manera que conocías. Las respuestas sexuales que tuviste en la infancia y la adolescencia son, en realidad, reacciones predecibles a la exposición y el abuso sexual prematuros. Cuando los niños sufren abuso sexual o están expuestos a contenido sexual para adultos, suelen presentar lo que los profesionales denominan "problemas de conducta sexual" para comprender experiencias y sensaciones confusas que, según su desarrollo, no estaban preparados para comprender. Los niños suelen imitar comportamientos que han visto sin comprender plenamente su significado, especialmente cuando han estado expuestos a material inapropiado o a abusos.

Es importante comprender que la excitación física es una respuesta involuntaria del sistema nervioso. El hecho de que tu cuerpo haya reaccionado a recuerdos o contenido visual no te convierte en cómplice de tu propio trauma ni significa que hayas disfrutado del abuso. Muchos sobrevivientes experimentan respuestas físicas confusas que pueden generar una profunda vergüenza, pero estas reacciones son síntomas de trauma, no evidencia de culpa. Sentir culpa o vergüenza por usar recuerdos de la infancia como fuente de excitación durante la adolescencia es una experiencia común para quienes sobrevivieron a la exposición temprana a contenido sexual. Tu cerebro intentaba comprender la sexualidad usando las únicas referencias que tenía, incluso si eran inapropiadas.

En cuanto a los sonidos que mencionas, es común que los traumas tempranos creen asociaciones neurológicas que persisten hasta la edad adulta. Tu cerebro formó conexiones durante experiencias que no pudiste procesar completamente en la infancia, y estas conexiones pueden desencadenar respuestas físicas involuntarias. También es importante comprender que la excitación ante ciertos estímulos, como los sonidos sexuales, puede ser una respuesta normal. La sexualidad humana es compleja, y nuestros cuerpos y mentes pueden asociar la excitación con diversos estímulos según nuestras experiencias. Esto no significa que tengas algún problema. Las respuestas de excitación suelen ser automáticas y no reflejan tu carácter ni tu moralidad.

El autoperdón no solo es posible, sino que es un acto de justicia hacia el niño que fuiste. Ese niño no eligió ninguna de estas experiencias, y el adolescente que intentó comprender sensaciones e impulsos confusos lidió con las consecuencias del trauma sin las herramientas ni el apoyo necesarios. Los sentimientos de culpa que experimentas son comprensibles, pero es importante reconocer que fuiste un niño y luego un adolescente que intentaba navegar situaciones complejas sin el apoyo ni la comprensión adecuados. La autocompasión es vital para sanar. La culpa que sientes pertenece a los adultos que no te protegieron, no a ti.

Superar esta culpa es un proceso que puede beneficiarse enormemente del apoyo de un terapeuta especializado en trauma sexual infantil. Terapias como la EMDR o los enfoques somáticos pueden ayudar a procesar tanto los recuerdos traumáticos como las reacciones físicas que generan confusión. A muchos sobrevivientes les resulta útil hablar con alguien que comprenda el trauma y que pueda brindarles un espacio seguro para explorar estos sentimientos.

Muchas gracias por confiar en nosotros. No estás solo.